Es el caso de M.J., un buen hombre,
sensible y cariñoso, que vaga por el mundo esperando encontrar un poco de cariño,
debe haberlo encontrado entre nosotros, porque alarga su estancia, disfruta de
nuestra compañía a todas horas, por la mañana durante las horas de oficina y
las tardes que abrimos para tener nuestra charla café.
Además tiene una cualidad que le hace más
tierno, vende globos a los niños para ganarse unos euros, tiene una gran
habilidad para hacer figuras con los globos, perros salchicha, coronas, que sé
yo, de todo, su habilidad se llama globoflexia, palabra que le encantaba a la
trabajadora social, que estaba dispuesta a aprender y a montar un taller.
Hablaba poco, M.J., y aún así era un hombre
que hacía compañía, con sus gestos, con su sonrisa perezosa, más que nada
contestaba: un sí largo, como dejando algo en duda, un no, también dejándolo en
dudoso, o un simple gesto torciendo la boca, o riéndose; sí sonreía bastante,
pero a veces era una risa algo triste, como de añoranza de un tiempo
mejor; al fin soltaba una frase completa para darse ánimo:
“voy a hacer esto, o lo otro”. Lo normal es que durara poco en un sitio, ha
recorrido muchos albergues, va buscando su sitio, pero vuelve aquí, o a
casa de su hermana.
A punto estuvo de alquilar un piso con otro
compañero, pero de pronto desapareció, se acordó de la bebida o de lo que le
lleva a beber, y desapareció. Una vez supimos que fue a casa de su hermana una
temporada, pero no quiere molestar, no quiere ser una carga, y sale a buscarse
la vida otra vez. Creo que tiene un hijo en alguna parte, pero, como no habla mucho, como ya he dicho, pues
esperemos mejor ocasión.
Ni qué decir cuánto apreciamos a M.J. La
última vez que vino por aquí venía malucho, convaleciente de una operación, el
alcohol le había pasado su factura. Lo operaron en un hospital en Castilla La
Mancha y ahora está acogido en un centro de esa comunidad donde viene muy satisfecho y animado, ha
venido sólo para arreglar unos papeles.
Que te vaya muy bien M. J., que encuentres
lo que buscas.
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