jueves, 9 de enero de 2014

Algo más que una crisis



Más que en una crisis parece que estamos metidos en  un torbellino gigantesco, un agujero negro o en un huracán que se mueve en todas las direcciones, y que en vez de ir perdiendo fuerza se va regenerando a sí mismo. Y este torbellino lo está engullendo todo, lo público y lo privado, porque mira que es difícil encontrar un lugar y un momento de reposo.

Pues nada, no consigo ver horizonte alguno, todo da vueltas y vueltas, y cuando crees que ya vas a descansar un ratito de repente te sientes impulsado por el vacío que dejan otros en su loca carrera a ninguna parte y tienes que ponerte las pilas; pero no consigo controlar el ritmo de mi vida.

Por oro lado, parece como si algunos pensaran  que ciertas personas tuvieran una cualidad especial que les permitiría alimentase de problemas y nunca se hartaran. Que yo sepa, sólo una persona sería capaz de semejante proeza, y es una persona divina, Jesús de Nazaret, el Buen Pastor, que apacienta a sus ovejas y en verdes praderas les hace recostar; “Venid a mi los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré”; “llamad y se os abrirá”; “si  no os hacéis como niños”…


Estas y otras muchas palabras nos dejó dichas, y trato de aferrarme a ellas para no dejarme engullir por la corriente, o al menos ir agarrado a ellas para que los golpes no me hagan tanto daño, y resista hasta poder encontrar un refugio seguro o amaine el temporal. Dios lo quiera.

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