sábado, 11 de enero de 2014

Bancos voraces


Hace unos días que tuvimos esta charla en la oficina en el tiempo de espera y tertulia. Bueno, hay que decir que los temas de la  tertulia, últimamente, provocan cierta exaltación, o indignación mejor dicho. La situación no está para muchas bromas,  las necesidades aumentan, y el número de personas que las padecen también, por lo que la fractura social amenaza la paz social cada día más, como hace poco denunció Cáritas española.
                                                          
El tema que nos ocupó la mayor parte de la mañana fue el de las dificultades que tienen algunas personas sin hogar, las que tienen la suerte de cobrar alguna pensión o prestación, para disponer de su paga. Antes, cuando había cajas de ahorro, los directores eran más amables, y las normas más flexibles, te permitían algún anticipo o descubierto para ir compensando unos meses con otros; ahora ya no hay cajas, se han transformado en  bancos voraces, no sólo no te adelantan un euro, es que además te cobran por tener allí la cuenta o la cartilla, que, por otra parte no te da ni para disponer de una tarjeta.

La voracidad de estos bancos les lleva a cobrar por el mantenimiento de las cartillas, a personas que cobran pensiones no contributivas u otros tipos de prestaciones (300-400€),  al menos nueve euros al trimestre, otros incluso más.

Es tan compleja la sociedad que hemos creado, es tanta la cantidad de derechos que hemos alcanzado, y aún seguimos pidiendo, que se nos escapan estas “pequeñas” reivindicaciones que afectan a los que no tienen voz ni medios para convocar una manifestación. La manifestación que estas personas suelen hacer es individual, y la suelen hacen “por caridad”, en silencio muchas veces, o sea, tratando de mover el corazón de los que tienen en sus manos arreglar estos “pequeños” asuntos.

La excusa para no concederles un anticipo siempre es la misma: “es que son las normas que vienen de Madrid”, o de donde sea; bueno, en algunas ocasiones hay algún director que adelanta por su cuenta una mínima cantidad; si no fuera así,  pues tendrá que recurrir a pedir prestado, y eso, no siempre está a su alcance, las personas que conocen o no tienen, o no fían.



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