domingo, 5 de julio de 2015

Una Cáritas para San Fernando



Es también el mensaje que debemos transmitir desde una actividad tan eclesial desde los primeros tiempos. Todos somos hijos del mismo Padre, que nos ha dado la vida y la conserva, cada día,  con su Providencia. Pero ya sabemos todos cómo actúa la Providencia divina, nos necesita a nosotros,  y por eso  cada uno recibe un número de talentos que debe saber desarrollar e invertir, siempre en la construcción del Reino de Dios, Reino de paz,  de justicia, de amor y verdad.

No quiere esto decir que cada parroquia no tenga su propio equipo, para atender a sus acogidos, mediante el acompañamiento y seguimiento de la evolución de las problemáticas que les llevaron a pedir la ayuda. Para informar de sus proyectos y necesidades concretas a la parroquia entera,  haciendo  posible así una mayor integración de todos los miembros de la parroquia en sus diferentes programas. O denunciando los abusos, las injusticias que puedan producirse en su entorno.

Pero esa labor tan “pesada”, como es la entrega de alimentos, que generalmente supera el número y la edad de los voluntarios de muchos equipos, además de la capacidad de los locales destinados a tal fin,  creo que debería llevarse a cabo en un local que reuniera las mejores condiciones. Si a esto le sumamos la burocracia impuesta por los abastecedores de víveres, sea la UE o el Banco de Alimentos, entonces no me cabe duda que esta misión cobra otro sentido, y requiere una organización más práctica y eficaz...

Es absurdo, y agotador,  multiplicar por once toda esa gestión. Es mejor que los equipos parroquiales gasten el tiempo en beneficio de  una atención integral y un seguimiento meticuloso y amable con cada uno de los acogidos, al menos con los que  lo requieran con una urgencia mayor.


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