viernes, 31 de julio de 2015

El valor del arrepentimiento

         El arrepentimiento supone tener el valor necesario para afrontar la nueva situación. Sí, valor,
Daniel Medina Sierra
pues es necesario verte cara a cara con tus propios fallos, con tus fantasmas.
        Es imprescindible sanar las heridas sufridas bajo esta mente imperfecta que comete errores y debe, por narices, seguir su desarrollo con la consciencia relativamente tranquila. Yo he cometido muchos errores en mi vida, muchos;  queriendo y sin quererlo, también he hecho daño a las personas que me querían.


         No se trata de perdonar o que te perdonen, se trata de perdonarte a tí mismo, un ejercicio de autoanálisis muy duro si lo haces sin censuras, sin mentirte, sin engañarte y con el difícil fin de librarte de algunas cadenas que te estén atormentando.
         No somos santos y tampoco inocentes, somos víctimas, pero también verdugos; no es tu verdad, ni su verdad, ya que cada uno tiene una versión de lo sucedido a favor de quien la cuente.


       Es más complicado que eso, mucho más, debes intentar ponerte en el lugar del otro aunque te cueste, considerar al otro como a ti mismo y entender sus motivos. Puede que no sea así, que en esa ocasión no hubo otra opción, no se... Pero absolutamente todos tenemos o tuvimos nuestro margen de actuación para afrontarlo de otra forma, aunque en su día no lo viéramos. Yo tengo mucho de que arrepentirme y no tengo miedo a pagar el precio de mirarme al espejo y ser consciente de que soy un ser con tantos defectos como virtudes. Espero ser mejor persona, eso es lo que me mueve a mirar tanto mi interior.

jueves, 30 de julio de 2015

Exclusión y Desarraigo


A mí no me bautizaron, y no me dejan pertenecer a la Iglesia. Estas fueron las primeras palabras, que nos dirigió con total naturalidad, nada más entrar en la oficina, y sentarse en la silla al lado del despacho del trabajador, al hilo de nuestra conversación.

Habíamos comenzado esta conversación porque mi amigo quiso que yo leyera la noticia del día en el Diario de Cádiz, que venía a decir que el obispado le negaba a un transexual la posibilidad de ser padrino de una criatura. Ni qué decir que todas las críticas iban dirigidas al Señor Obispo, y  por extensión, a la Iglesia, por su incomprensión a lo largo de su existencia con algunos seres humanos que por algún motivo sufren alguna ‘anomalía’, algo que se pueda considerar, sin esfuerzo y sin recurrir a eufemismos, natural.

Yo me negué a leer la noticia, no me apetece dar tanto protagonismo a quien de manera interesada fuerza una noticia de escándalo, o se presta a que otros lo utilicen para tacar a la Iglesia, a la que quieren obligar a aceptar cambios trascendentales en su ser  y en su estructura, en nombre de la modernidad o de una falsa tolerancia. Ya en casa, leí en otras fuentes la noticia, donde se explicaba cómo había habido un acuerdo entre el párroco y el susodicho padrino, a quien le había convencido de que siempre podría ejercer un padrinazgo espiritual o algo así…

Pero bueno, nosotros seguimos más interesados en lo que el hombre que acababa de llegar quería decirnos, sin duda alguna. Es un hombre de  buena presencia, nadie diría que lleva viviendo en la calle cincuenta años, desde que adquirió la mayoría de edad, y el uso de la razón le llevó a tomar esa decisión, hasta hoy, que alcanza la jubilación, y tiene alguna duda si debe asentarse de una vez.

Su queja, que expresa más con cierta pena  que con ira o rencor, le brota como expresión de un deseo incumplido, o de una decisión postergada… ¿por miedo al rechazo, a no ser admitido de nuevo, a pesar de los cambios que se han producido en la sociedad? ¿porque no ha podido superar el desarraigo que le fue impuesto desde el momento de nacer?

Nació en los cincuenta, de madre soltera. Por eso no fue bautizado. Su madre fue expulsada de la familia, y él fue ‘recogido’ por los abuelos, hasta que mueren, cuando él era un niño todavía. Comienza así a vivir a temporadas  en casa de los tíos, hasta que adquiere la mayoría de edad, y  el sentido común, que  tiene desarrollado desde muy temprana edad, le aconseja dejar de ser una carga para los familiares e irse al mundo por su cuenta.


Pero él es una persona a la que la calle no le ha robado la dignidad. Sigue empeñado en la búsqueda de algo, sigue esperando ser ‘bautizado’ para pertenecer a la sociedad, con todo el derecho, sigue buscando de alguna manera a su madre, que le fue arrebatada por una actitud inmisericorde, errónea y totalmente injusta, y la sigue buscando con su actitud esforzada y generosa ante la vida. 

miércoles, 29 de julio de 2015

La gran estafa

Al nacer eres libre, crees que todo es posible, sueñas con ser mayor como los adultos. Luego creces y
Daniel Medina Sierra
los adultos te explican que tienes que estudiar para ser un hombre de provecho, debes aprender y obedecer ciertas leyes morales, conductas y modales y vas alimentándote a base de fallos y ensayos a través del mundo adulto, con la finalidad de integrarte y pertenecer a la sociedad.
             
Ya en el mundo adulto te empiezas a dar cuenta de la gran estafa. Has cumplido todas las directrices que desde la más tierna infancia te iban marcando. Esos mismos maestros que te enseñaban ignoraban todo concepto de moralidad, respeto o educación. Por si eso fuera poco descubres que las leyes son distintas para personas adineradas y con recursos y poder, que para un ciudadano de a pie.

La sociedad de la que estabas tan orgulloso de pertenecer tampoco corresponde con lo que debería ser, egoísmo, envidia, indiferencia y una inmensa ignorancia de si mismos y de los demás. 
Este descubrimiento lo conseguí siendo excluido social, hasta entonces creía que lo sabía, pero fue cuando perdí mi trabajo, cuando lo vi con meridiana claridad.

Se acabó el amor, la familia, amigos, conocidos y saludados; todo. Pasé de ser un ciudadano más de la cadena de borreguitos domesticados a excluido social en un abrir y cerrar de ojos. La gente cree que estamos en esta situación por que nos lo merecemos, por que algo malo hemos echo, por drogas, alcohol o simple vagancia y no puedes defenderte por que eres menos que un animal doméstico. Ves el asco que sienten cuando te miran, no te hablan, se apartan de tu lado como si tuvieras la peste; esa es la sociedad en la que vivimos.

Como el gobierno, los bancos y las grandes multinacionales se componen de personas, albergan las mismas miserias de aquellos que tanto los critican pero que actúan exactamente como animales carroñeros.
Y siguiendo el juego de las apariencias, de los valores a razón de talón bancario, de moral más que dudosa, de complejos, miedos revestidos de violencia, vamos transitando por la vida con la esperanza de que no nos toque vivirlo a nosotros.


Desde luego si lo vierais tan claro como yo... Para saber lo que ocurre a vuestro alrededor debemos bajar al infierno, y el infierno no es más que la concentración de todas los pensamientos buenos y malos que guardamos en la recámara, donde dormían apacibles hasta encontrar otro sujeto a quien destruir o socorrer.  Así somos y cuando somos conscientes de ello es cuando verdaderamente puedes cambiar el rumbo de tu vida.

Sociedad

          
Daniel Medina Sierra
Todos queremos dar un sentido a nuestras vidas, todos anhelamos encontrar nuestro sitio, nuestro lugar en la vida.

   No se si alguien lo ha encontrado alguna vez o es solo una  quimera, una ilusión, y nos conformamos con el patrón que otros han elegido por nosotros. Nunca creí en esta sociedad, paso por las vidas de otros durante un tiempo y en determinado momento vuelvo al mismo punto de partida. No creí en vosotros como grupo, es más, no creo en vosotros; individualmente sí, aunque tenga más decepciones que satisfacciones, sigo creyendo en el ser humano como ser único.

           "Sociedad ". Se me antoja un tanto pedante, teniendo en cuenta el desarraigo de la misma, es decir, no hay unión, no hay igualdad, no hay empatía. Grupos reducidos de buenas personas luchando contra todos los demás, demasiado desigual,¿No?
Todos dando lecciones de moral, de conducta; criticando al  sistema, al político, la economía y un largo etc, pero...¿ Que papel juegan esos "listos"? El sentido de la vida es mucho más profundo, mucho más simple; solo se requiere voluntad, ponernos los ojos de ver y dejar los implantes con los que vemos ahora.


               Es cuestión de vida o muerte pues, cuestan vidas todas esas acciones u omisiones que hacemos todos y cada uno de nosotros. Tenemos esa obligación, unir, colaborar, esa es nuestra verdadera misión en la vida; ser el puente entre el abuso y la protección que entre todos haríamos. Una misión, dicen, imposible. Unir a una sociedad sesgada, ciega, muda y sorda.

martes, 28 de julio de 2015

cada vez me cuesta más ver y callar


 Me causó verdadera irritación, hasta terminar con mi escasa sienta, pensar lo siguiente: el control tan ridículamente exhaustivo  al que sometemos a las personas que reciben un donativo de la CEE, o del Gobierno de España, o del Banco de Alimentos, que no es más que un kilo de algo de comer, sean granos o pasta,  o unas piezas de fruta o unos potitos o leche infantil… y cómo se escapan millones por la mala administración de los bienes públicos, como la construcción, interminablemente molesta, del tranvía de San Fernando; o en cualquier otro contrato fraudulento, perpetrado por políticos y empresarios corruptos, que aunque son denunciados y juzgados, las sentencias se dilatan tanto en el tiempo que incluso prescriben las faltas, y los dineros así robados, siguen sin aparecer ni ser devueltos.

¿Qué clase de caridad es esta de ahora, que vigila y controla al hambriento, al excluido social… sin esperanza en muchos casos? Es humillante, es realmente humillante. Yo recuerdo que siempre hemos procurado en Cáritas evitar las duplicidades, y para eso pues se llegaban a acuerdos entre los equipos y se facilitaba la comunicación. Pero siempre se trataba de hacer todo con discreción, sin humillar, sin vejar a nadie, y mucho menos a un ‘pobre’, que para eso son los preferidos del Señor. ¡¡¡Hacerles firmar un papel, un documento, por aceptar  sin protestas, generalmente, un insuficiente lote de comida!!!

Me temo que la crisis la hemos interiorizado de tal manera, que  ha vuelto miserables a muchos,  aceptamos sin más cualquier tipo de ayuda, sin pararnos a pensar en el fondo y en las formas, en los fines y las intenciones.

Me parece muy bien, que se unan el Banco de Alimentos, el Gobierno de España y la CEE para socorrer a familias y particulares en crisis, ¡¡¡Pero que digan alto y claro que su contribución es un mero parche, y una manipulación, ya que están utilizando la buena voluntad de muchos voluntarios y asociaciones, para llevar a cabo un reparto mínimo de bienes, y evitar así mayor descontento en la sociedad!!! ¡¡¡Comparen, por favor, el control tan miserable que exigen por recibir una limosna, y la falta de justicia con la corrupción y los abusos en las administraciones!!!

De verdad que no lo entiendo, no lo acepto, cada vez me cuesta más ver y callar.
Que conste que cuando llegue el día uno iré a cáritas a ayudar en el reparto de víveres, pero seguro que se me escapará más de una frase animando a la rebeldía contra el estado de cosas, y contra las instituciones que tan celosamente controlan la ‘caridad’ que ellos hacen, que nada tiene que ver con la que se hacía en ‘çaritas’ y aún se sigue haciendo, si ponemos todo el cuidado en el modo de dar, y en la intención.


domingo, 26 de julio de 2015

los ‘errores’ se pagan muy caros



            Dando un paseo, con mi perro, recordé ciertas situaciones que me llevaron a afirmar que los
Daniel Medina Sierra
"errores" se pagan muy caros.
Más o menos eso le decía a un compañero que me comentaba su situación en un albergue para personas con alguna adicción y en exclusión social. Le manifesté mi experiencia, no como adicto a las drogas o alcohol pues afortunadamente no he sucumbido nunca a ese escape temporal, sino como excluido social con una grave depresión.
           Jamás en estos cinco años y medio que llevo sufriendo la llamada exclusión social he tomado nada para tratarla, ni psicólogos, ni medicamento alguno. Me traté a mi mismo como he tenido que hacer toda la vida, luchar por mis propios medios.

         Cada vez que he pedido ayuda se me ha negado, cada vez que necesitaba una mano amiga me la negaron, cada vez que confié en alguien acababa traicionándome de alguna manera en los casos extremos, como los que estoy viviendo en la actualidad.
          En una de estas crisis depresivas me tomé una tabla de somníferos para terminar de una vez con este sufrimiento. Lo que encontré después de dos días durmiendo fue incomprensión, falta de tacto, y un solo amigo apoyándome e intentando entender por que lo hice, aunque cada persona es distinta, claro esta.

         Cuando estás en esta situación, con tan pocas posibilidades de tener una vida "normal"; no solo tienes que luchar más que nadie, no solo debes demostrar tu valía ante las adversidades; lo peor es que no puedes volver a caer. Si caes, es decir, cometes algún error humano, que es lógico, por ser, precisamente, humano; es como si volvieras a empezar de cero, con el aliciente del correspondiente error, recordado siempre que a otros le sea oportuno. No es un fracaso del excluido social, es un fracaso de la sociedad en sí.

         El problema principal de una recaída con la depresión es, que tienes que hacer tal esfuerzo para levantarte, tal la tensión acumulada, que cualquier minucia puede ser el percutor de otra crisis.
        Ver el mundo con optimismo es complicado con tantas necesidades básicas sin satisfacer pero, es la " Única forma" que hay para salir de las garras de la pobreza y la depresión.


        Lo aprendí con la práctica, no contando teorías. Me queda mucho camino por recorrer para salir de la pobreza, otro tanto para crear desde menos cero, ya que las deudas me van a acompañar durante gran parte de mi vida, una situación de normalidad social y económica; pero soy optimista, lo fui antes de la crisis, así que con una sonrisa en la cara salgo todos, todos los días, aunque aparentemente no tenga nada por lo que sonreír. Me debo risas, me debo sueños, me debo muchos momentos especiales, así que empiezo pagándome a mí mismo con una sonrisa, aunque parezca tonto.

sábado, 25 de julio de 2015

Contra la destrucción del sufrimiento


 
Daniel Medina Sierra
  Hoy quiero expresar mi opinión sobre el sufrimiento. Quiero dejar claras mis conclusiones al respecto de la manera más llana y concisa posible.
‘Sufrimiento’, se usa para denominar a las personas que sienten dolor tanto físico como espiritual. No dejo de escuchar alabanzas sobre la capacidad que tiene el hombre de sufrir, se ha convertido en una especie de virtud; como si las personas sufridoras lo hubiésemos elegido. No puedo evitar pensar ‘en que diablos pensamos al envidiar la capacidad de sufrimiento’, siempre ajeno al que lo padece.

          Es, sin duda alguna, una soberana equivocación ya que el sufrimiento es un sentimiento destructivo ¿Como es que admiramos entonces a esos sufridores?. Tal vez sea por esa supuesta debilidad o una simple prueba…, haber quien aguanta el dolor sin perder la cabeza, la consciencia o la vida.

               Muchos que admiran la capacidad de aguante que tenemos, no tienen derecho siquiera a nombrarnos, muchos son portadores de ese sentimiento, otros hablan sin saber que se siente el límite que algunos alcanzan. Incautos que en vez de pensar actúan y en raras ocasiones aciertan.

                El sufrimiento es un sentimiento destructivo, punto. Todo lo demás son meras artimañas para hacer que un defecto se convierta en virtud, es más, si alguien lo quiere se lo regalo de mil amores. Curiosamente nadie lo quiere, nadie la extirpa de otro ser humano, teniendo las herramientas, para paliar, al menos, un poco su dolor.

Si hoy te admiran es por que se esta convirtiendo en una plaga y para revestirla de algo digno de seres humanos, lo alabamos. No cuela, dignidad es vivir sin miedos, con una mínima calidad de vida. Para admirarme tantos, que poca dignidad se me concede, que raro, ¿verdad?. Te dicen que eres digno, que ya has sufrido mucho, y como dije, reconocen tu capacidad de sufrimiento, pero nadie hace nada por cambiar ese estado.

             Al decir nadie, no me refiero, naturalmente,  a mis amigos y compañeros... Hablo de los medio de comunicación, del político que nos da las "gracias" por todos nuestros esfuerzos para ¿salir de la crisis?. Es bien sencillo, quien dice admirarte, sencillamente o no conoce lo que es sufrir de verdad o se ríe de ti, no hay más, y todo lo que se diga o comente, es para fomentar, más aún si cabe, nuestra propia ignorancia sobre el dolor ajeno, además de dejar claras las intenciones de estos falsos admiradores; o lo que es lo mismo, sentar las bases para una sociedad pobre y sin valores.





miércoles, 22 de julio de 2015

¿Puede alguien que no tenga fe probada pertenecer o colaborar con cáritas?



Un debate interesante, o más bien, urgente y necesario. La enorme disparidad de criterios dentro de la Iglesia es el mayor problema, pero sólo cuando una de las ‘interpretaciones’ quiera imponerse a las demás, o cuando unos desprecien a los otros por su modo de proceder.

Me preguntaba un buen amigo esta tarde qué pensaba yo sobre el tema, preocupado con la formación de los voluntarios de cáritas. Yo le resumí lo mejor que pude mi opinión, ya que tenía prisa.

Mi primera observación fue la toma en consideración del momento tan convulso que vive la iglesia, zarandeada por la no menos convulsa e inestable sociedad. Entonces, partiendo de esta situación hay que tener cierta precaución o tacto, no sea que pretendiendo arrancar la cizaña  nos ‘carguemos’ las espigas, o le impidamos a algunas que lleguen a granar.

Pero eso sí, a mi entender, y es una idea que he defendido siempre, debería haber una fórmula sencilla y fácilmente aplicable, para que cada voluntario concluyera, en un acto público,  con un compromiso específico de ‘fidelidad a la institución’, o sea, que no actuará por su cuenta,  y ejercerá la caridad sin ningún tipo de imposición, como un digno representante de la comunidad parroquial a la que representa, y de la iglesia en general, de la que forma parte cáritas como institución.

Además de esto, le exponía yo a mi amigo, que yo veo bien que colaboren con cáritas personas que incluso confiesen que no tienen fe, pero que  les mueve un deseo de ayuda y solidaridad con las personas necesitadas, y están dispuestas a hacerlo con cáritas… siempre que acepten el compromiso anterior. Más aún, en algunos casos puede ser un camino para llegar a la fe, y eso depende también de que los que creen estén dispuestos a ayudar a que eso se produzca.


Hoy no hay debates, nos gusta más imponer criterios personales, y como el concepto de autoridad está tan devaluado, como no hagamos algo dentro de la Iglesia en este sentido… ¿Quién salvará al mundo de los pescadores en río revuelto, de los que manejan los hilos del caos provocado? 

lunes, 20 de julio de 2015

La mala y la buena semilla...

  
      
Daniel Medina Sierra
 La mala semilla, dicen, crece en todos los lugares; esta afirmación podría ser cierta pero...¿La buena semilla también?

Mi opinión personal es que sí, crece en todos los lugares, en zonas desérticas y en las  glaciales; en hogares idílicos y en techos inmundos. Sí, las conozco, conozco a bellísimas personas de todas las clases sociales.

       Pero siendo objetivos hay que reconocer que es mucho más complicado ser buena persona habiéndose desarrollado en zonas conflictivas, con pocos recursos y pocas expectativas de futuro. Aquí, cada día, los individuos se ven expuestos a toda suerte de tentaciones. En los que tienen la enorme fortuna de pertenecer a una clase más alta, el porcentaje es mucho más bajo; esto no quiere decir que todo este concluido, no, pero es muy difícil sobrevivir en estos ambientes con dignidad, teniendo que luchar cada segundo por una vida mejor.


La buena semilla crece en todos los lugares, y por eso merece luchar para que nuestras raíces sean más fuertes.

¿Que necesidad tenemos nosotros de aguantar eso? Hasta setenta veces siete...

Daniel Medina Sierra


 Hoy ha sido un día especialmente duro, soy voluntario con el objetivo de colaborar en lo que pueda para aliviar un poco el sufrimiento que la crisis lleva consigo.

         A pesar de mis intentos por contemplar la vida bajo una perspectiva diferente hay veces que siento mucha rabia.

       Veréis, soy muy consciente de como se están portando las administraciones públicas con todos los desfavorecidos, también lo soy de como actúan estos politicuchos del tres al cuarto; lo soy porque pertenezco al mundo de los excluidos sociales. Dicho esto tengo que nombrar a otra parte de este conflicto interior mío. Hay unas fechas concretas en las que los usuarios como yo vamos a recoger víveres, suelen ser los primeros de mes; hasta aquí todo claro. La voluntarios tenemos que aguantar más de una bronca o insultos de los propios usuarios ¿Que necesidad tenemos nosotros de aguantar eso? No vienen cuando les toca y encima tienen la desfachatez de decir que se les ha olvidado. Hoy es 7 de julio y dimos los alimentos el 29 y 30 del mes pasado, hoy han venido más personas por ellos; si le llamas la atención se enfadan y te reprueban.

       Debo decir que son muy pocas las personas que lo hacen, pero lo malo es que es una situación que va in crescendo. Papeles que faltan, gente que pide una bombona y la luego la vende, personas de otras nacionalidades que tienen la desfachatez de llamarnos racistas cuando por propia experiencia muchos de ellos lo son con los propios españoles.

       ¡¡Tócate los…!! Yo que no tengo ni para pagar el recibo del agua, que voy a comer a casa de un amigo todos los días si no quiero ir al comedor social. Me hice voluntario para colaborar un poco y esta minoría pensando en la nueva picaresca para ver que nos puede sacar. Yo invitaría a todos estos cara duras a que lo intentasen en la administración pública a ver que tal les sale, a los que nos llaman racistas, recordarle " a su hija menor", ya que para dar la cara mandan a la hija, que en esta ocasión se lleva los alimentos pero es la última vez que se hace; pues los invitaría a que les pidiera ayuda a sus respectivas embajadas haber qué y como les responden. 


        Incluso en los tiempos en los que vivimos tienen una cobertura pública que hemos pagado todos, es más, yo tengo menos cobertura que cualquier extranjero. Para que me voy a engañar, se me queda una cara de jilipollas, de impotencia, de rabia. No lo puedo evitar, lo siento. ¿Que más podemos ofrecer?, ¿Ponemos la cara también? Yo cuando tengo que reclamar les reclamo a estos incompetentes que cobran un sueldo público sin dar un palo al agua, ¿pero a cáritas? Lo único que puedo decirles a ellos es gracias por todo, jamás se me ocurriría exigirles nada; no tienen la obligación de asistirnos más que la administración pública.

Un gaditano en Zamora



Dicen de Zamora que es ‘la bien cercada’, ‘que no se ganó en una hora’… Hasta que ha llegado a sus tierras un Señor  libre, procedente de Cádiz, que tras numerosos viajes y aventuras, ha sentado plaza en esa ciudad.

Una ciudad donde la naturaleza, transformada por el Duero, ofrece un paisaje sin igual, y donde la historia parece haberse detenido en épocas más gloriosas, cuando se miraba siempre a lo alto, para construir la ciudad terrena…

A esta ciudad ha llegado un gaditano enorme, y desde su atalaya privilegiada,  proyecta su mirada  con ojos de luz salada, y clara, sobre esta ciudad pequeña y recoleta, dormida e intima. Se han juntado el encanto gaditano con el encanto zamorano, ¡Madre mía!

¡Qué maravillas brotarán de esas manos de artista, fascinado por la musa zamorana, reflejada en su naturaleza material, animal y humana, bendecidas por la divina, que las ampara y las mantiene intactas en el tiempo!


Le doy las gracias a Zamora, hoy sí, porque siento que acogiéndote a ti, es como si yo tuviera algo que ver en esa acogida. 

sábado, 18 de julio de 2015

la vecindad

               
Daniel Medina Sierra
Me estaba acordando de mi antigua vecindad, cuando nos ayudáramos los unos a los otros. Si un vecino moría no poníamos la televisión ni jugamabos, teníamos un sentido del tacto hacia los demás muy superior al que existe en estos tiempos.
               No es que no tuviésemos defectos por que los había, pero esos vecinos en cierto modo también formaban parte de la familia. Si alguno/a necesitaba huevos y patatas para poder dar de comer a sus hijos acudían a un vecino y de lo poco que poseyera lo ofrecía, a mi casa iban a menudo y si teníamos lo dábamos incluso si alguien se quedaba con hambre.

  
              Eran otros tiempos, hoy no existe el más mínimo respeto ni empatia por el que vive a su lado.
Como suelo escribir por algún motivo os confesaré que lo sufro con mis propios vecinos desde que me divorcie. Barbacoas a altas horas de la noche, fiestas interminables, niños gritando a las cuatro de la mañana y un largo ectera. Todos los fines de semana tengo que soportar música a toda pastilla, gente gritando, riendo, y tirando a la azotea independiente objetos.
              Les he llamado la atención más de una vez, he tenido incluso que salir de casa por no tener conflictos a las tantas de la noche para poder despejarme.


              Son los típicos vecinos que a la mínima llaman a tu casa para quejarse, justificado o no, pero que son incapaces de aplicarselos a ellos mismos. Hay veces que llegaría incluso a la agresión física, a llamar a la policía. Consiguen que sienta verdadera aversión por ellos. Entiendo que la gente quiera divertirse, que desee hacer una fiesta en casa pero... ¿ Es necesario pegar voces como si estuvieran sordos?  Viernes o Sábados e incluso algunas semanas ambos días.
              Como no me voy a acordar de mis antiguos vecinos, teniendo a éstos a los que no puedo llamar vecinos.


            Cuando compramos esta casa estábamos muy ilusionados, un poco antes compró mi vecino la suya; una pareja de nuestra edad muy simpáticos y buenas personas. Si alguna vez necesitaba algo de mi no tenía más que pedírmelo, no es que me pidiese muchos favores solo que jamás me ayudó a mi. Cada uno en su casa y Dios en la de todos era mi lema, no acostubro a visitar a mis vecinos pero mi casa siempre estuvo abierta. Nos llevábamos bien, bromeabamos; en fin, una buena relación.
      


            Te quedas sin trabajo, te divorcias y se acabó las charlas, las risas y sólo te llaman para darte alguna queja o para pedirte algún favor. Si... hecho de menos mi antigua vecindad. Conocía a todos y todos me conocían a mi, éramos pobres pero nadie nos apartó, o no lo recuerdo la verdad. Esta clase de conducta es más propia de salvajes que de seres racionales, lo siento pero o lo escribo o lo grito. Bueno... Gritar he gritado un poco, estoy tan cansado de aguantar esto.

jueves, 16 de julio de 2015

¿¡Es posible que hayan cambiado tanto la cosas!?


¿¡Es posible que hayan cambiado tanto la cosas!? Hace un tiempo que no colaboraba directamente con alguna cáritas parroquial. Cuando decidí colaborar en una de ellas, un cartel en la misma puerta que da a la calle me llamó la atención, porque contiene los anagramas de la Unión Europea y del Gobierno de España, que autorizan a este establecimiento para distribuir alimentos entre personas necesitadas.

La verdad, no pude evitar una sensación desagradable, que me obligó a sacudir los ojos y el cuerpo, para darme cuenta de que no estaba viendo una visión, y que efectivamente, era el mismo local de siempre, sólo que necesitaba una autorización para llevar a cabo su misión, que le viene de mucho tiempo atrás, y tenía a orgullo, sano, por supuesto,  un lema muy evangélico, y por lo mismo, discreto: “que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda”, y se basaba, nada menos, que en el modelo divino: en la Providencia, o sea, el cuidado amoroso con que Dios cuida de sus criaturas; y si me apuran, el modelo último sería la Misericordia. ¡¿Qué tendrá esto que ver con los papeleos y los permisos de la autoridad de turno!?

Entré a la oficina, y traté de no mostrar mi alteración, intentando aparentar normalidad y poniendo por delante mi deseo de integrarme en el equipo. Pero no pude por menos de ir informándome de esos cambios, tan profundos y sutiles, con apariencia de normalidad. Sólo escuchaba quejas del mucho papeleo, pero nadie protestaba más allá, ni iba al fondo de la cuestión. Yo me sentía extraño, ajeno, incómodo de verdad.

Me esforcé en continuar sin protestar, e incomodar lo menos posible. Hasta hice una lista de acogidos de casi cien familias con todos sus miembros adultos, para el Banco de Alimentos, en horas extra, incluyendo el DNI y la dirección donde viven… esto para que se sepa públicamente a cuántos y a quien se ayuda, y para controlar cuanto reciben. Además, me dicen, hay otro papel, con los datos del acogido,  para que lo firme cuando recibe su lote de alientos…

No me cabe en la cabeza, ni en el corazón, que Cáritas colabore sin más, de manera oficial con los gobiernos de turno, o por venir, que a saber qué máximas traerán... No entiendo cómo se ha podido caer en este juego, sin haber exigido al Gobierno y a la UE un ‘respeto’ a una institución que tiene una probada experiencia en el servicio desinteresado a los necesitados. Pero claro, cáritas sí, la Iglesia no tanto…

Quizá estamos cayendo en un error tremendo, parece como si quisiéramos enmendarle la plana a Dios, y quisiéramos acabar, con un criterio muy mundano,  con todos los males del mundo en un instante, sin tener muy en cuenta los métodos y los móviles… sin darnos cuenta de que sólo Dios es capaz de tal prodigio, de acabar con los males sin tener que forzar a hacerlo a quien se resiste a implantar el reino de Dios en sus vidas, en su entorno más cercano y por expansión graciosa y natural al mundo entero.

No entiendo, de verdad, seré muy torpe, carca, casposo, hasta integrista, si lo prefiere alguno, ¡¡¡pero que alguien me lo explique!!!, que no es un cambio sin más, que ni la crisis lo justifica, que si alguien tiene que asumir una gran responsabilidad en la invasión de la sociedad con la crisis, no son cáritas o las onegs; que la crisis lleva camino de ser estructural, como el paro, desde la primera crisis de 1973;  y que el sistema aguanta parcheando hasta que vayan desapareciendo personas y necesidades… o ya no aguante más y entonces…


Sólo Dios sabe lo que ocurrirá, que es el Señor de la historia, le pese a quien le pese, y lo entienda quien lo quiera entender, y entonces comprobaremos que sus leyes no son las nuestras, y sus planes tampoco eran los nuestros…

Cosas de ayer y de hoy


 
Daniel Medina Sierra
Ayer escuché en la radio a una señora mayor explicar que cuando era joven emigró a Francia porque en España no había trabajo. Aunque le fue bien en ese país echaba mucho de menos España, todos sus hijos hablan español y sus nietos aunque sean parisinos.

       En su relato había impregnada mucha nostalgia y se lamentaba de que los jóvenes y los no tan jóvenes, volvieran a tener que vivir en otro país por falta de oportunidades. Los ciudadanos de a pie sí sentimos eso que llaman amor por la patria y volvemos a contemplar con cierta impotencia como los poderes políticos nos exilian de nuestro querido país, no como Franco, a la fuerza, sino con eso que llaman constitución y que sólo se aplican para ellos y sus secuaces. Me explico, Antes de que se redactara nuestra constitución nos gobernaba un bajito llamado Franco, a golpe de pistola y por la fuerza se exiliaba, mataba o encarcelaba y torturaba a nuestros padres, abuelos...
  
       Esta situación es, en cierto modo, parecidas, al menos tiene cierta semejanza. La gente moría de hambre, en España; hoy en pleno siglo veintiuno mueren todos los días personas sin hogar, El nivel de analfabetismo era del 70% como mínimo, hoy estudiar es un lujo con las grandes tasas que hay que pagar al estado, el absentismo escolar por las pocas expectativas de futuro. 

Nos dicen que nos tenemos que reciclar, que no encontraremos empleo si no nos formamos más, y yo me pregunto... ¿Quien paga la tasa de examen, libros y material escolar a un excluido social?, ¿y mientras, como subsisto?, Supongo que querrán que estemos en comedores sociales, en albergues y además teniendo que ir a la universidad o instituto sin tan siquiera la menor ayuda económica para poder, al menos pagar fotocopias...


martes, 14 de julio de 2015

Derecho al trabajo, a una vivienda… Desahucio


 
Daniel Medina Sierra
Hoy, escuchando la radio, hablar por hablar, estaba escuchando a un policía narrando una historia de uno de los tantos desahucios a los que se ve obligado, pues tiene que acatar la orden de un juez y por ende a echar a los inquilinos.

        Nos recordaba que hace poco rescatamos a los bancos y que era una situación injusta, que me disculpe si no soy tan preciso. Es su trabajo, decía, si no acata las órdenes de sus superiores le pueden incluso echar de su trabajo. Parecía, y es mi humilde opinión, un buen hombre. Lo peor de todo, y en esto hizo hincapié, son las órdenes de desahucios.

          Este último desahucio tuvo final feliz, gracias a él y a otra buena persona que le dio trabajo.

        Mi opinión al respecto es que, este señor reconoce que es una situación injusta, que nosotros rescatamos a los mismos bancos que nos tiran a la calle obligándonos, además de estar pagando por una casa que ya no nos pertenece de por vida; esta últimas frases son mías. Desde luego nada más lejos de mi mente que nadie pierda su puestote trabajo y mucho menos buenas personas, pero aquí faltan datos... Me explico, ¿Acaso yo, excluido social y esperando a que me desahucien, no le pagaba y seguramente sigo pagando parte del sueldo al mismo juez que da la orden de desahucio? Y más aún ¿Es acaso aventurado decir que también les pago parte del sueldo a los agentes que actúan a la fuerza, si fuese necesario, a los mismos a los que se supone tienen que protegernos?


          Usted, compañero oyente, teme perder su trabajo, yo perdí mi vida ¿y sabe qué? hasta que no muera yo, voy a seguir pagando parte de su sueldo. Que se me entienda bien, si todos sabemos que esto es injusto, por que no terminamos todos con esta pantomima ¿Sólo en el anonimato de la radio o redes sociales somos capaces de decir basta? Dicen que la unión hace la fuerza, púes aquí tiene usted otro oyente que opina lo mismo al respecto... La pelota esta ahora en vuestro tejado.

lunes, 13 de julio de 2015

Grito de guerra


Daniel Medina Sierra
Tras duros años en el desierto de mi soledad, tan solo acompañado por mis pensamientos, por recuerdos pasados, por viejos fantasmas que nunca se fueron. Tras una dura guerra entre la cordura y la locura, el hambre y la sed, el bien y el mal, el rencor o el perdón, queda un batiburrillo de pensamientos inconexos, retazos de mí y de otro ser que no se muy bien quien es.

El tiempo a veces juega a tu favor aunque no lo creas.

Pasados ya unos años encuentras parte de tu verdadero ser y llegas incluso a entender el significado de tanto sufrimiento. Es una prueba de fuego, pocos la pasan. Unos se pierden en la locura, otros en el alcohol y las drogas, otros tiran la toalla y abandonan esta vida.

La gran pregunta que todos los excluidos sociales nos hemos echo es... ¿POR QUÉ?. Ese eterno y nunca contestado por qué. Una pregunta jamás contestada porque la respuesta es muy dura e incapaz de digerirse. Te tocó a ti chico, te tocó a ti y estás solo y sin salida. Tratando de explicar como y porque llegaste a esos extremos, puedes llegar a enloquecer ya que no hay una respuesta satisfactoria a ninguna de tus preguntas. Me tocó a mí, sí, pero..¿Eso es todo?, ¿Dejo de luchar, me pierdo en cualquier portal?.


No, rotundamente, no. Ya he muerto muchas veces y siempre vuelvo a la vida, ¿por qué?, no lo sé, pero aquí sigo con los guantes puestos, dispuesto a otro combate, dispuesto a caer y levantarme; dispuestos a cantar y a reírme de mis fantasmas que más que miedo me dan risa, dispuesto a volar, a soñar a pesar de los monstruos de chaqueta y corbata que intentan amenazarme y asustarme. ¡YA ESTÁ BIEN! Prefiero morir de pie, que vivir arrodillado; este es mi grito de guerra, vivir sin miedos.¿Cual es el vuestro, o acaso no lo tenéis?

domingo, 12 de julio de 2015

Inocencia e ignorancia



Daniel Medina Sierra
En ocasiones confundimos la inocencia con la ignorancia, pero son completamente distintas.

La inocencia la identificamos como la ausencia de maldad y la ignorancia como la falta de conocimientos en una, o como nos pasa a todos, en muchas cuestiones.

La picaresca, de la que tanto hacemos gala en los círculos íntimos juega con estas dos definiciones, obviando las dos bases fundamentales en que se sustentan.

Por un lado tenemos la inocencia, que si bien tiene su debilidad en la maldad de otros, la persona inocente no pasa por ser un sujeto pasivo, sino que tienen grandes esperanzas en la redención del ser y no juzga.

La ignorancia, en cambio, es más complicada, aquí expongo dos definiciones personales: La primera considera que una persona es ignorante y además presume de su ignorancia, hace de ella una ‘virtud’ estúpida y cómica, una forma de degradación del intelecto y de la propia dignidad. Otros, y quiero pensar que son la inmensa mayoría, consideramos que una persona es ignorante cuando ignora algo y pregunta para informarse...

Cuando estamos a solas y pensamos un poco en las cosas que estábamos haciendo, en lo que sucedido en el mundo, no se...¿Nadie piensa un poco en profundidad en lo sucedido y en sus actuaciones a lo largo del día?


Pero, en derecho, cuando cometes un delito e ignorabas que fuese algo ilegal se dice que la ignorancia no te exime de tú responsabilidad. Entonces, en la vida cotidiana, y en todos los estratos sociales, la ignorancia ‘por bandera’, es lo que hace que algunos abusen tanto de las personas que son verdaderamente inocentes…

El don de sufrir


José Luís Nunes Martins
https://www.facebook.com/jlmartins?fref=ts


                                                      Ilustração de Carlos Ribeiro


Muchas veces la fe es el único fundamento del valor…

Nadie desea el sufrimiento. Pero muchos buscan alcanzar aquello que sólo a través del cual se consigue… cara a cara con las adversidades de la vida hay que seguir adelante, ya que el buen camino nunca se hace hacia atrás, hacia donde ya está hecho, ni para los lados, que no llevan a ningún lado.

A veces tenemos que inventar nuevos gestos de amor. Como en los momentos más felices de la vida, llegará el día en que será el motivo de nuestras lágrimas. Aún así, siempre vale la pena, por más dolorosa que sea esa pena, luchar por la felicidad más profunda… no porque el resultado esté garantizado, sino porque la lucha en sí ya es una victoria.

Somos del tamaño de lo combatimos. ¿Qué mérito puede haber en luchar y vencer algo débil? ¿Qué deshonra puede sentir quien lucha contra algo mucho más fuerte?

Nuestros dones no son derechos que nos han sido dados, sino deberes para ser cumplidos. Cueste lo que costare. Sólo así seremos alguna cosa, sólo así llegaremos a ser quien somos. Al final, cada uno de nosotros es sus obras.
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Esta vida es breve. Muy breve. Hay un lugar aterrador donde acaban los egoísmos de este mundo engañador. Todos, un día, nos veremos en esa tierra de desesperanza, pero sólo algunos de nosotros pondrán el ahínco de persistir con su fuerza en aquella esperanza simple que siempre tendrá un mañana, después de cualquier noche… por más fría, oscura y larga que ella sea. Esta vida es breve, pero tal vez sea solo parte de otra, que no tiene fin. A esa, tal vez, sólo llegue quien tiene el coraje de experimentar todo el amor que hay el aire que respiramos, que nos inspira… nos alimenta… y que devolvemos siempre… siempre.
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Tener un verdadero don no significa que se consiga hacer algo bueno, es esforzarse por hacer el bien, una vez tras otra, sin cuenta, siempre. Un talento no es nada sin la voluntad, la fuerza y la persistencia para hacerlo vencer sobre nuestra naturaleza humana.
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No es raro encontrar a quien creemos débil pero  en verdad es un guerrero admirable, así como es corriente que, bajo la apariencia de un hombre valiente se esconde sólo lo que queda de un espíritu débil y mezquino que todo lo hace por aparentar y nada por los otros o, al menos, por sí mismo…
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Los fuertes casi nunca saben que lo son. La verdadera fuerza nace de la humildad… un arte que comienza por guardar en silencio la lucha contra todas las tempestades del desasosiego que ensombrecen su corazón. Ahí, en el escenario del mayor de todos los combates… ahí, donde cada uno de nosotros vive la verdad de forma personal y absoluta… ahí… en ese mundo donde sólo la verdad vence a la mentira.
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Hay también quien es capaz de vencer el mayor mal, como si eso fuese la cosa más fácil del mundo…
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En la vida, tal como en nuestra intimidad, cuanto mayor fuera la luz, mayor será la sombra… pero esa sombra se extiende siempre para el lado errado del camino.

viernes, 10 de julio de 2015

Me perdí

Me perdí, me pierdo y no sé lo que he perdido,
como no encontré el camino acabé sin rumbo ni destino,
Encerrada estaba entre sabanas blancas,
sobre recuerdos dormidos en nubes pesadas.
Me perderé en el olvido,
dejaré a mis instintos cabalgar sin fuerzas,
sobre nombres compuestos de sal y  de arena,
de cubos cerrados en sombras sin fechas.
colgada estaba un alma sin pena,
un lienzo en blanco y un trozo de tela,

mi alma gemela, mi vida, todo comienza, todo termina...

jueves, 9 de julio de 2015

La ‘Constructora’


 Aún resuena en los oídos de muchos habitantes de San Fernando la sirena de una fábrica que regulaba los turnos de trabajo, y que se convirtió en un dicho popular para hacer llorar a algún inocente: ¡que llora, que llora, el pito de la Constructora!”,   que regía los horarios de otros negocios a los que sustentaba, así como daba vida a otras actividades cotidianas en una ciudad que progresaba con confianza en el futuro, apoyada en ‘San Carlos’ y en la Marina española, tan ligada a la historia de San Fernando…

Como un eco, no hueco o vacío, sino reivindicativo, de esta sirena, hace unas semanas  tuvo lugar un gran acontecimiento social: La  Presentación del libro “La Constructora. Su grandeza y su tragedia”,  una sentida y laboriosa reivindicación de una institución que formó parte de la vida cotidiana de San Fernando durante varias generaciones.

La presentación corrió a cargo de Don Diego Moreno García, Licenciado en Historia y técnico en Museos y Patrimonio,  como responsable de la ilustración, y de Don Francisco Sánchez Reyes, oficial  mandrinador, pero ante todo un auténtico sindicalista, consagrado a la defensa del trabajo y del trabajador, y más  ahora como jubilado.

Comenzó Don Diego exponiendo el mérito que tiene la realización de esta obra, una obra artesanal, que se ha basado en la memoria y el recuerdo de muchos de sus trabajadores, plasmados reunión tras reunión durante años (sin descanso para tomarse un café), y que gracias a  la voluntad de una unos cuantos responsables han tomado la forma de libro.

La tenacidad de todos ellos, pero especialmente del coordinador, Don Francisco Sánchez Reyes, ha hecho realidad el deseo de los extrabajadores de la empresa: dejar constancia histórica de una Institución digna de recordar, que jamás debió desaparecer, en la que están implicadas numerosas generaciones de San Fernando, y que contribuyó extraordinariamente al desarrollo de la ciudad así como al sostenimiento de numerosas familias.


Enhorabuena a ellos por su laboriosidad, que aún después de haberse quedado sin trabajo unos, de estar ya jubilados la mayoría, guardan un recuerdo agradecido y quieren contribuir con su testimonio a estimular el desarrollo de esta ciudad, que buena falta le hace. Y a los responsables políticos, así como a todos los que tienen en sus manos la capacidad de ayudar a mejorar la vida de los trabajadores y sus familias, que aprovechen el ejemplo de otras épocas y se pongan manos a la obra.

Una vida siempre tiene sentido



Me gusta charlar un rato con Kamo, refugiado político armenio en nuestro país desde los años noventa. Toda la familia está repartida, donde había sitio para ellos, un hijo está en Rusia, otro en un país europeo, al que al menos puede visitar de vez en cuando.

He pasado por todas las circunstancias adversas, familiares, económicas, calamidades naturales, terremotos, y la emigración… Y de pronto su cara se ilumina, sonríe, sin esfuerzo, y comienza a reflexionar en voz alta y clara: “tú estás en un grupo de gente normal y todos ríen, charlan de sus cosas, hacen bromas… mientras tú estás sufriendo, no tienes ganas de reír… Nosotros estamos pensando en nuestro sufrimiento, vivimos  sufriendo, y sólo pensamos llegar más allá…”

Tiene un sentido tan profundo de la vida, impregnada toda ella de Dios, que sólo así se entiende que pueda soportar vivir lejos de su patria, de su familia, de su actividad de comerciante. Hoy me ha vuelto a recordar la colonia de armenios que se asentó en Cádiz en el 1600, y que al ser obligados a convertirse muchos tuvieron que emigrar. Otra época, gracias a Dios hemos cambiado, ahora acogemos también a armenios, aunque nos falte trabajo y las perspectivas de conseguirlo no sean muy esperanzadoras.

Habíamos empezado la conversación en la calle, y comentábamos la situación actual. Hace veinte años, cuando yo llegué la gente vivía alegre, feliz, todo el mundo disfrutaba de la vida, y compartía lo que tenía;  ahora la gente no ríe, cada uno vive para sí, no comparte, desconfía…


Es triste terminar así, pero también Kamo nos ha dicho una gran verdad, la vida es sufrimiento, no hay que olvidarlo ni en los mejores momentos, quizá eso nos evitaría tener que pasar por otros aún peores. También dice que vamos adelante, y que debemos ganarnos un más allá, que sin duda será mejor.

martes, 7 de julio de 2015

Nadie mejor que un pobre ayuda a otro pobre…



Hoy, nada más abrir la oficina estaban allí, aquel pobre hombre, rumano, que ayer mismo lo habían visto en calle, tirado, sucio, abandonado a su suerte, y su ‘ángel de la guarda’, un señor muy simpático, siempre alegre, que pide sentado en la esquina de una de las calles principales del pueblo, pero que no puede ver que nadie ande por la calle, tan abandonado como nuestro amigo, sin ofrecerle la ayuda que esté en su mano, o de buscársela donde se la puedan proporcionar.

Los pobres son los que mejor ayudan a los pobres, a su nivel, siempre a tiempo, sin complejos ni dudas. Nuestro simpático amigo, que pide en una esquina para satisfacer sus escasas necesidades, después de desayunar aquí con el rumano, abandonado de los suyos, lo acompañará al Pan Nuestro, para que le den ropa limpia y se pueda duchar. Esperemos que allí lo acojan de la misma manera y consiga limpiarse y relajarse un poco.

Yo  le pregunté a L., el rumano si tenía familia o algún amigo de su país, y la respuesta fue
tajante y clara: ‘¡No! Estoy separado, si me ven sólo quieren dinero, haciendo un gesto con los dedos engarzados. No tengo ningún amigo’. Hoy iba más animado, porque el amigo J. P. R. iba con él, y también había encontrado mejor acogida entre los que allí estábamos… pero, todavía alguien me susurró: ‘huele…’ No te preocupes, le digo, el ventilador saca pronto el mal olor…

Hoy Luciano nos ha dado a todos un poco de luz, su aparición es la prueba de que a pesar de las circunstancias, los hombres tienen corazón, y son capaces de ayudarse y de conmoverse ante la desgracia aún mayor de los otros.

Había hoy otro chico, que estaba en la calle porque no se entiende con sus padres, no quieren, según él, saber nada de su vida, son mayores y no entienden la vida de ahora. Catorce años lleva recorriendo albergues y tratando de comprender su problema, me dio esa impresión.

También estuvo aquí un pintor extraordinario, ha venido con permiso terapéutico para pasar unos días en el albergue. Vi su obra y quedé asombrado. Le pedí permiso para hacerle unas fotos a sus dibujos, y sacarlas en nuestro blog, y aceptó encantado. También me pidió unos folios para poder seguir dibujando. Se los dí, junto con unos plásticos para guardar los dibujos y no se deterioraran. Se quedó sorprendido y me dice convencido. 'si lo sé, le pido un blog de dibujo… Vean ustedes si se lo merece… y además un buen blog.







Solos

Danieel Medina Sierra

En raras ocasiones una persona llega a encontrar el verdadero sentido a su vida y más aún con la demanda de atención que exigen las nuevas tecnologías.

Me llama extraordinariamente la  atención la inmediatez con la que las personas logran comunicarse a través de los nuevos dispositivos móviles. No tenemos tiempo siquiera  para pensar, gestionar o reflexionar sobre lo que debemos contestar a nuestro interlocutor.

Estamos desesperadamente solos y cubrimos nuestras necesidades acudiendo al móvil u otros entretenimientos, así nos va... francamente me aburre el Factbook, el twuiter, me aburre la cantidad de ofertas de entretenimiento sin otra misión que cubrir mi preciado tiempo, e impidiéndome ver más allá de una pantalla con objetos que nunca compraré, vidas que nunca viviré... Buscamos trabajo, nos relacionamos, buscamos  pareja y todo sentaditos en el sofá. Sí, soy un antiguo; me gusta conocer gente a la que veo en persona, Aún llevo curriculums a las empresas... No es que reniegue de uno de los mejores inventos del siglo pasado, pero yo lo utilizo cuando quiero pasar el tiempo a mi antojo.

 Nos quedamos medio lerdos mirando como un gato hace alguna travesura en youtube, y desde luego siempre habrá alguien aburrido y con ganas de sentirse parte de algo que los baje para visionarlos. Luego, si os ofrecen noticias, artículos, blogs con contenido para que sepáis como es el mundo real, volvéis a mirar otro vídeo y en paz.

¿Como es posible que sienta tanta lástima por personas que tienen todo eso a su alcance? La respuesta es bien sencilla, todas esas necesidades no son más que carencias emocionales. No es que yo nos las tenga, aparte de las económicas, es que me tocó vivir en el mundo real, ese del que no queréis ni oír hablar. El mundo de los excluidos, los voluntarios,  las personas con mucho que aportar; con lucha y mucha suela gastada de tanto andar. No pretendo enjuiciaros esa no es mi intención, la mía siempre va a ser con ánimos para que experimentéis la sensación de libertad de no estar pendientes al móvil, la sensación de que formas parte de algo mucho más grande, formas parte de lo que llamamos sociedad.

Aunque no lo creáis hay mucha gente que dentro de ellos mismos lo saben. Conozco a gente de todo tipo  y condición y desde luego los que tienen más riqueza interior no suelen ser los más adinerados ¿Creéis que el dinero es la fórmula mágica para todos nuestros problemas? no, rotundamente no, me resistiré a pensar que sólo somos un número de  cuenta, un guaperas con éxito, una foto sonriente con amigos que no lo son, en fiestas que ya nadie se acuerda, colgadas en nuestro muro. Somos mucho más y no sé por que os empeñáis en ser tan poco. Todo hecho, todo a nuestro alcance, eso es lo que dicen pero es sólo humo; no es de extrañar que cuando tenemos un problema no sepamos como gestionarlo.

Sentimos que somos capaces de todo por que es la filosofía de este siglo ¿Ves a esta pareja estupenda? Tú puedes ser él/ella, altos, guapos, con éxito. No, el éxito no llega del cielo, el talento, el esfuerzo, todo eso hay que trabajarlo durante mucho, mucho tiempo... No es compatible con la inmediatez y nos frustramos, nos deprimimos y en el mejor de los casos nos damos cuenta que nos han estafado, nos han cegado con necesidades que antes no teníamos y empiezas a vivir en el mundo de los vivos; con vidas reales y dejamos de ser un perfil de alguna de estas redes sociales y pasamos a ser personas con consciencia.¿Pero no os dais cuenta de la dependencia que tenemos de estos artefactos?,¿No veis que lo que se pretende es deshumanizarnos a todos?¿Acaso si no soy guapo, alto y adinerado estoy condenado a ser un excluido?

 Fijaros que entre todas las cualidades que he mencionado no esta la inteligencia, esa virtud se la relegamos al móvil. Si hay algo que me hace sentir compasión por ellos es precisamente su pobreza interior. Por eso muchas personas nos cuesta entender por que alguien con todas esas cualidades no es feliz, no se siente agradecida con la vida que le a tocado vivir, nos tienen envidia por que no son capaces de entender por que luchamos contra corriente en vez de dejarnos arrastrar por él. ¡Qué ciegos hemos estado... personas con tanto amor por dar, talento que sin duda alguna tendrán y mirándonos con recelo!

Debo ser muy conformista, pero yo no tengo necesidad de demostraros nada, escribo lo que pienso, lo que siento; si os gusta perfecto y si no también. ¿Por qué? porque al menos entraréis en el debate y podremos hablarnos de tú a tu.


domingo, 5 de julio de 2015

Una Cáritas para San Fernando



Es también el mensaje que debemos transmitir desde una actividad tan eclesial desde los primeros tiempos. Todos somos hijos del mismo Padre, que nos ha dado la vida y la conserva, cada día,  con su Providencia. Pero ya sabemos todos cómo actúa la Providencia divina, nos necesita a nosotros,  y por eso  cada uno recibe un número de talentos que debe saber desarrollar e invertir, siempre en la construcción del Reino de Dios, Reino de paz,  de justicia, de amor y verdad.

No quiere esto decir que cada parroquia no tenga su propio equipo, para atender a sus acogidos, mediante el acompañamiento y seguimiento de la evolución de las problemáticas que les llevaron a pedir la ayuda. Para informar de sus proyectos y necesidades concretas a la parroquia entera,  haciendo  posible así una mayor integración de todos los miembros de la parroquia en sus diferentes programas. O denunciando los abusos, las injusticias que puedan producirse en su entorno.

Pero esa labor tan “pesada”, como es la entrega de alimentos, que generalmente supera el número y la edad de los voluntarios de muchos equipos, además de la capacidad de los locales destinados a tal fin,  creo que debería llevarse a cabo en un local que reuniera las mejores condiciones. Si a esto le sumamos la burocracia impuesta por los abastecedores de víveres, sea la UE o el Banco de Alimentos, entonces no me cabe duda que esta misión cobra otro sentido, y requiere una organización más práctica y eficaz...

Es absurdo, y agotador,  multiplicar por once toda esa gestión. Es mejor que los equipos parroquiales gasten el tiempo en beneficio de  una atención integral y un seguimiento meticuloso y amable con cada uno de los acogidos, al menos con los que  lo requieran con una urgencia mayor.


el momento perfecto


 
Daniel Medina Sierra
Es tu momento, es el momento perfecto para empezar a vivir, para replantearte tu vida, para soñar.

   Después de tanto tiempo empiezo a entender por que estoy aqui y por que tenía que pasar por todas estas  pruebas; exclusión social, pobreza extrema, depresión y la completa soledad.  Os podría hablar de todas las vicisitudes por las que he tenido que atravesar, pero hoy la lección es otra. Soy consciente de las grandes dificultades que se encuentran en mi camino, también lo soy de las pocas oportunidades de trabajo e inclusión social. Ya no me importa todo eso. Después de un sufrimiento indescriptible, no tuve más remedio que volver a reinventarme, a desplegar las nuevas habilidades que estaban adormiladas u olvidadas en un rincón del alma.

Renací de las cenizas como ave  fénix y para eso antes tuve que morir. Comprendí que tenía que seguir viviendo, usar mi última carta y esperar a que el sol volviera a iluminarme una vez más y sí, vaya si lo hizo. En poco más de un año he cumplido una de mis mayores ilusiones, tener una familia. Tengo unos amigos espléndidos que además de ser bellísimas personas me enseñan muchas cosas y somos un grupo perfecto; ellos son voluntarios y yo usuario y voluntario. Yo le explico un poco como es este inframundo y ellos me enseñan la belleza interior del suyo.

Tuve que morir para volver a nacer. No se lo que pasará en el futuro, no pinta nada bien y aún así tengo la grata sensación de gratitud. Por todo, por una tortilla de patatas compartidas con un buen  amigo, una discusión con otro amigo sobre  política, enviarle un whatsupp a un querido amigo; son pequeños placeres que mi gran familia me concede.

Todo tiene un color, un sabor distinto, no me preguntéis por qué,  pero lo disfruto mucho. En más de una ocasión me sorprendo al entender los mensajes de Dios, mensajes que jamás revelare. Sólo os diré que VIVAIS, vivid, sentir y dar las gracias por volver a levantaros y contemplar la creación de Dios.

Ya sé lo que algunos podréis decirme, tu no estas en mi  lugar. Soy consciente de ello. ¿Eres tú consciente de en que lugar empecé yo?... Lo que ambos sabemos es que deseamos vivir, vivir sin estar asustados por lo que pasará mañana, sino vivir el momento presente, eso amigos lectores es lo único importante.


viernes, 3 de julio de 2015

La economía solidaria como una forma de cambiar el mundo.



Durante la 72ª Asamblea General de Cáritas Española, celebrada los días 26, 27 y 28 de junio, se habló principalmente de la necesidad de promover esta economía, con ejemplos de empresas que siguen estos parámetros:

«Tener un trabajo puede ser el puente para pasar de la exclusión a la integración», dice Cristina Larrayoz, responsable de márketing y comunicación de Koopera, una empresa con presencia en nueve diócesis españolas basada en la economía solidaria.
. La finalidad era «transmitir que la economía, por naturaleza, no es egoísta, que se puede crear una economía que sea solidaria y que esto es muy compatible y es mejor», cuenta a Alfa y Omega uno de los ponentes, Enrique Lluch, profesor de Economía de la Universidad Cardenal Herrera CEU de Valencia.

Prioridad del trabajador

«Desde el punto de vista del cristianismo, sólo cuando la economía es solidaria, cuando se introduce el amor en la economía, ésta funciona bien», prosigue Lluch.
La economía solidaria,  parte de «anteponer el respeto al planeta y a sus recursos a otros intereses de corto plazo», según la definición que sigue Cáritas, que ha puesto en marcha diferentes iniciativas basadas en el «respeto a los derechos humanos y a la justicia social». La finalidad de la economía solidaria «es impregnar cada una de las actividades que realizamos», afirma Rubén Requena, técnico del Equipo de Economía Solidaria de Cáritas Española.
Se trata –añade Lluch– de «introducir criterios solidarios en el funcionamiento de la empresa, en los criterios de contratación y de compra, en el trato a los trabajadores…, dando siempre prioridad a los trabajadores sobre el capital».

Los hechos avalan la economía solidaria

Carmelo Corada, de Cáritas Bizkaia, explica los diferentes proyectos en los que trabajan: «el principal ámbito en el que trabajamos es en la red social Koopera, que abarca la recogida, reciclaje y puesta en valor de textil, calzado, aparatos eléctricos y electrodomésticos, juguetes, libros y otros artículos de bazar que son depositados en los contenedores y puntos limpios». De esta forma, se genera empleo y se asegura una venta justa en todos sus aspectos.
Koopera, con 433 personas y 242 empleos de inserción, es un proyecto interdiocesano que trabaja para «mejorar la situación de las personas, especialmente de las que necesitan otra oportunidad, haciendo realidad una economía social y solidaria», asegura Cristina Larrayoz. «Nuestro quehacer diario lo guía el innovar y crecer, con las personas como centro», explica.

Finanzas éticas

Otro de los proyectos pioneros apoyados por Cáritas y que lleva varios años en marcha es la Banca Ética FIARE, «una herramienta financiera que se diferencia de otros bancos porque las personas que la forman participan de la toma de decisión de una manera muy intensa», afirma Rubén Requena. «Siempre ha sido una cooperativa de crédito y ahorro, y ahora puede operar como banco en España a través de la Banca Popolare Etica, un banco italiano». Esta entidad financia proyectos de la economía social y solidaria y se mueve bajo los principios de la transparencia, la participación, la democracia y el crédito como derecho.

Cáritas Madrid, destaca la labor de Taller 99, creado hace 21 años para el arreglo de zapatos y para dar trabajo a personas en riesgo de exclusión. Este proyecto se amplió a la producción de artículos de piel y confección de ropa infantil.
Es un lugar donde «se aprende a trabajar trabajando», cuenta. «Un técnico de inserción ayuda a las personas que llegan al proyecto a desarrollar no sólo sus habilidades laborales, sino también de puntualidad, trato con los demás, la convivencia, etc.». Cuca destaca que, después de un tiempo con ellos, «ver que pueden trabajar y ser autónomos con la ayuda que les ofrecemos aquí te agranda el corazón».

Alicia Gómez-Monedero

http://dioxinet.dibecla.es/23663/caritas-apuesta-por-la-economia-solidaria

jueves, 2 de julio de 2015

¡Fumar… te puede expulsar del albergue!


También tenemos que aprender esto: ver a otros llevar su cruz y no poder retirársela. (Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)
Supongo que cuando Santa Teresa Benedicta de la Cruz escribió estas palabras no estaba pensando en algo tan simple y evitable como lo que sucedió en un albergue de mi ciudad ayer mismo.
A mí, en cambio,  me vinieron a la memoria en cuanto me propuse denunciar esta injusticia, que duele más porque no la comete alguien de quien se espera una actitud inmisericorde, sino por alguien que tiene consagrada su vida al servicio a los más necesitados.
La falta que este infeliz cometió y que le supuso ser despertado y expulsado del albergue fue, que había fumado.
Claro que pudo haber fumado, aunque él lo niega, pero si lo hizo es porque quien se ve forzado a acudir a un centro para transeúntes tiene sobre si una cruz, más o menos grande, más o menos pesada, según el grado de aceptación, comprensión o control, que él mismo tenga de su propia vida.
Fumar en locales cerrados está prohibido por ley, por un afán despótico de proteger nuestra salud,  sin tener en cuenta la ‘necesidad’ de fumar en determinados momentos, y más en un albergue para transeúntes, o personas sin hogar.

Pero yo sospecho que lo que nos pasa, como sociedad, es que cada vez nos cuesta más el cuidado que debiéramos tener unos de otros, y para buscar una justificación de esta abdicación de la humanidad, nos imponemos un laberinto de leyes y normas, tan inapelables todas, tan por encima de las personas, que el verdadero sentido de la Justicia se nos escapa, se aleja cada vez más. Hasta que alguna tragedia real, o calamidad,  nos lo imponga.


En un albergue debe existir un ‘fumadero’ (aliviadero de ansiedades), abierto las 24 horas del día, para que nadie que cuida del albergue y sus usuarios, tenga que mandar ‘a la calle’ a una persona que espera unas pruebas médicas y esta nervioso, y tiene pánico a tener que pasar otra noche a la intemperie, levantarse dolorido y sucio para ir a la consulta del médico…