lunes, 11 de mayo de 2015

De "usuario" del psh, a voluntario


Por Daniel Medina Sierra

Hoy, en el curso que imparte Cáritas para formación del voluntariado, nos explicaba la responsable del mismo cómo debemos actuar en el proceso de acogida y acompañamiento a los usuarios. Yo me voy a detener en la última parte.

Decía que al final del proceso el voluntario debía poner cierta distancia con el usuario, ya que ambos deben seguir su camino por separado, cada uno es dueño de su vida…

Bien. Voy a contar una historia real de unos usuarios y unos voluntarios.

Hace menos de un año, un chico decidió pedir ayuda e intentar que fuera la última vez, para volver definitivamente a una situación de cierta normalidad social, emocional y económica.

Comienza a entrevistarse con trabajadores sociales, a ir al comedor social, la orientadora laboral, médico… En medio de toda esta vorágine, frustración, depresión… un buen día, otro usuario lo llevó a un local donde podíamos tomar un café gratis. Era y es un local pequeño, donde varios usuarios y voluntarios te sirven un café de mil amores.

Le aficionó  “un café Ix.”, I. es  una persona con una sonrisa que, aún sin el café, se sentiría uno reconfortado. Lo cogió algo avergonzado, y empezó a ir “por el café” todos los días.

Habló con la trabajadora social de Cáritas, que le dio palabras de aliento y comprensión. Conoció a otros voluntarios, a otros usuarios, ayudó en lo que pudo y poco a poco, y sin apenas darse cuenta, pudo cocinar en casa un café calentito, ¡Un café calentito en mi propia casa!, gracias a uno de estos  voluntarios que le proporcionó un infiernillo, butano, comida, sonrisas, apoyo moral…

Otro voluntario le cocinaba para sentir de nuevo como sabe la comida casera, ¡Cómo cocina el condenado! Lo que no sabe es que más que alimentar un cuerpo, alimentaba su propia alma. Se nota cuando algo se hace con amor.

Tenía otras muchas carencias, lo había perdido todo y estaba perdido, confundido, con rabia y pena por él y por todos los compañeros, cada uno con su drama.

Hoy, sigue confundido, y tiene pena, rabia, frustración, pero hoy tiene algo que perdió (Amor).

Es voluntario, por tanto compañero de cáritas, son amigos y se ayudan mutuamente. En el caso de estos señores voluntarios X, X. X…

Algo ha quedado de ellos en él, y nada ni nadie podrá quitárselo, ya que forma parte de lo que él es hoy. Amén







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