domingo, 3 de mayo de 2015

“Iglesia, servidora de los pobres”


Cáritas agradece la mirada desde las periferias que los obispos hacen en el documento presentado hoy.

 www.caritas.es
SERVICIO DE NOTICIAS – 27 de abril de 2015 – Nº 2.269

Es un motivo de estímulo para nuestra institución, el análisis exhaustivo de los efectos que la vulnerabilidad social ha tenido en los últimos años, y sigue teniendo, para tantos conciudadanos y conciudadanas nuestras, víctimas de lo que el papa Francisco ha definido con acierto como la “cultura del descarte”.

Deseamos destacar algunos de los puntos de la instrucción pastoral:

  • Los inmigrantes, los más pobres

 “los pobres entre los pobres”. “Los inmigrantes sufren más que nadie la crisis que ellos no han provocado”, y “en estos últimos tiempos, debido a la preocupación del momento económico que vivimos, se han recortado sus  derechos”.
 “los más pobres entre nosotros son los extranjeros sin papeles, a los que no se les facilita servicios sociales básicos”.

  • La corrupción, un mal moral

Aplaudimos la llamada urgente a “recuperar una economía basada en la ética y en el bien común por encima de los intereses individuales y egoístas”, así como la constatación (puntos 19 y 20) de que “la crisis no ha sido igual para todos” y de que “para algunos, apenas han cambiado las cosas.
De gran valentía, además, es la denuncia reiteradamente expresada por nuestra Confederación, de que “aspectos como la lucha contra la pobreza, un ideal compartido de justicia social y de solidaridad –que deberían centrar nuestro proyecto como nación–, se sacrifican en aras del crecimiento económico”.

Las personas, en el centro

Esto significa algo tan primordial para Cáritas como poner a las personas en el centro de cualquier modelo de crecimiento,  “importante para la armonía de la vida social”.

Apelan, a este respecto, a la responsabilidad de la comunidad política “de garantizar la realización de los derechos de sus ciudadanos” y de “promover las condiciones necesarias para que, con la colaboración de toda la sociedad, los derechos económicosociales puedan ser satisfechos, como el derecho al trabajo digno, a una vivienda adecuada, al cuidado de la salud, a una educación en igualdad y libertad”.

  • Vivir una espiritualidad encarnada en los pobres

Especialmente inspiradora resulta la exhortación pastoral que los obispos nos lanzan para vivir a fondo “la espiritualidad que anima a los que trabajan en el campo caritativo y social”, que “no es una espiritualidad más” ya que se trata de una “espiritualidad encarnada y de ojos y oídos abiertos a los pobres, una espiritualidad de la ternura y de la gracia”, que es, precisamente, la que inspira esa salida a la escucha del otro que define el modelo de acompañamiento de Cáritas.

  • Propuestas

Elogiamos, en este sentido, el amplio capítulo de propuestas que los prelados lanzan al final del documento, que van desde la de crear empleo (empresas) o la de garantizar derechos y mantener el estado social de bienestar (Administraciones públicas), hasta la de cada uno de nosotros “orientemos nuestras vidas hacia actitudes de vida más austeras y modelos de consumo más sostenibles” y “desarrollemos, desde la coherencia ética con nuestros valores, iniciativas conjuntas, trabajando en red, con las empresas y otras instituciones apoyando, también con los recursos eclesiales, las finanzas éticas, microcréditos y empresas de economía social.




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