Por Daniel Medina Sierra
Yo tengo un amigo, un
amigo muy especial. Es mayor que yo, y tiene un corazón, tan grande,
que ya le
ha dado más de un susto. Me llamó amigo, me dio consuelo, me dio amor.
Es uno de mis maestros,
mi amigo. Nos conocemos desde hace poco tiempo, pero lo quiero desde siempre,
ya que siempre buscas a ese hermano mayor que te cuenta, te escucha, te
aconseja.
Mi amigo, lo estás
haciendo muy bien, y te doy las gracias por acompañarme en este duro camino;
gracias por tus defectos y tus virtudes, que te hacen ser a veces débil, y te
recompones con la fuerza de un guerrero. Un guerrero de la paz. Te pido un
favor, ya sé que es complicado, pero siéntete la mitad de orgulloso que me
siento yo. Orgulloso de un amigo con el corazón tan grande que va llenando el
mío.
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