Por Daniel Medina Sierra
Es algo cuando menos
curioso contemplar como a pesar de todos los avatares que tienes que sortear a
lo largo de la vida, la mala semilla no contamina la verdadera personalidad del
ser humano.
Yo, personalmente, pongo siempre el
mismo ejemplo. Todo cuanto conlleva la crisis, exclusión social, pobreza,
degradación, pérdida de derechos... Es como el estiércol que cae a toneladas
encima del débil, del desprotegido, ese mismo estiércol es precisamente el
mejor abono para sembrar terror, impotencia, desapego al mundo en general, pero
no es así. Siembra hombres libres, hombres sin miedo, hombres que creen en el
cambio; personas que al final de cuentas no han caído en las redes del
alcohol depresiones o drogas. A pesar de
la soledad impuesta por esa masa borreguera del "yo impongo, no
propongo". No eres digno de pertenecer a mi clase; a pesar de esa mayoría
abrumadora, no caemos, al contrario; nos hace más fuertes, más sensibles.
Nosotros tenemos una ventaja que ellos
no tienen, no tenemos ya nada que perder, por lo tanto cada paso hacia adelante
lo disfrutamos como una gran victoria.
Soy perfectamente consciente de que eso
importa muy poco a los demás, ¿Saben lo que es vivir sin tener que demostrarle
a nadie si eres buena persona o no? o simplemente que estas por encima de
reconocimientos, de aplausos o abucheos. No necesitar redes sociales, estar
conectado contestando a gente que ni siquiera conoces, la libertad de empezar
de nuevo, de hacer planes muy humildes.
Mientras esa mayoría que se ha
dedicado a darnos la espalda, a redactar leyes injustas, a expropiarnos a la
fuerza, esos mismos a los que les pagamos un sueldo público para la protección
de los derechos de los más débiles, no a favor del derecho de los bancos a
cobrar con tu vida la deuda, nos temen, nos tienen verdadero pavor ¿Y saben
ustedes por qué? Por que temen que despertemos, que la sociedad que sigue
metida en su particular burbuja diga ¡BASTA!
Esa lección la tendréis que aprender tarde o
temprano. Cuando hablo con vecinos,
conocidos, intento explicarles lo más suavemente posible, como se están
desarrollando las cosas y como podrían ayudar a su propio favor, pero mientras
haya economía en casa, mientras no me falte a mí, no muevo un dedo. Esa es la
filosofía de la masa, móvil de ultimísima generación, facebook, y un millón de
distracciones antes que ver y vivir en el mundo real.
Esta claro que nos movemos contra
corriente pero entenderéis que no quiera que paséis por lo mismo que estamos
pasando millones de personas en todo lo mundo. La inmensa mayoría no vuelve a
levantarse y son una prueba viva de lo que hemos creados todos. ¿Os podéis
siquiera imaginar lo que sería vuestras vidas con bancos llamando a todas horas
amenazándoos, acosando con toda libertad? ¿Que todos vuestros seres queridos os
den la espalda?, ¿Que te encuentres de la noche a la mañana en la puta calle?
Sólo por no tener trabajo, punto.
Y luego la gente se extraña de que
haya tantas personas con problemas mentales en la calle, alcohólicos... ¿Qué
esperaban? Sólo unos poco logran salir pero quién lo logre es verdaderamente un
luchador nato, es la constante lucha entre la masa y un solo individuo, por
muchos apoyos que tengas, al final eres tú quien te enfrentas a esa clase de
personas que creen sólo en los recursos económicos, no en el humano. La garantía
de que jamás os podría pasar a vosotros, por mucho que nos culpéis de nuestra
situación no la tendréis nunca.
Así como nos vacunamos para no enfermar,
tenéis que vacunaros de la enfermedad de este siglo, la indiferencia, el ego,
el individualismo, la codicia. Creer que esto sólo pertenece a la clase baja, de
bajo nivel académico o a familias desestructuradas, es sólo un cuento de niños
para que duerman sin miedo, pero sólo es eso, un cuento. Yo personalmente tengo
las tres papeletas, soy pobre, por lo tanto pertenezco a la clase baja, tengo
el nivel básico de estudios y nací en una familia desestructurada, aún así hay
gente que no cree que mis textos sean míos, no entienden que escribo por
inspiración, por que habla mi corazón y mi mente lo interpreta.
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