oscuridad tan negra
como tus ojos,
dulce anochecer,
acompañante fiel de los
sueños sin cumplir,
trozo de vida
incompleta vagando errante por tus caderas.
no se si escuchas el
latir de mi almohada,
susurrando temerosa,
su secreto,
pues el ladrón de almas
esta despierto mientras duermes.
todo cuanto tengo esta
dentro de luz o agua,
vino o rosas,
nieve derretida por el
calor de tu luna.
Mano desnuda que
siembras en un instante vacíos de locura.
Niebla viuda que busca
un lugar donde tenemos parte de uno,
entretejiendo como una
araña mi vida sesgada.
Oscuridades verdaderas,
cuando estás solo, ¡cuanto
cuesta olvidarlas!
Por Daniel Medina Sierra
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