lunes, 8 de junio de 2015

Espejismos



Hace a penas unas semanas estaba tan feliz, porque le habían prometido un trabajo, aunque luego resultó ser un espejismo, que surgió de la conjunción de una buena intención y de una necesidad.

Es desalentador caminar por el desierto sin alcanzar nunca el pozo tan ansiado, abrasado por el calor, agotándose las fuerzas poco a poco, solo la voluntad y la necesidad de calmar la sed tiran de uno hacia adelante, a ninguna parte... Por eso esta mañana salía llorando de su entrevista con la trabajadora social, dejándonos a todos conmovidos y con ganas de preguntarle, o de animarlo.

Nosotros solo podemos ofrecerle una palabra, tenderle una mano, darle un abrazo, llamarlo amigo, e incluso llorar con él.

El resto de la sociedad, los que podrían facilitarle el sustento, esos están conquistando el poder unos, los políticos, y otros, asustados por la crisis interminable guardan lo que tienen o les queda, por si a caso.

Esta crisis dura demasiado, se ha  transformado es un monstruo incontrolable que engulle a las personas, una a una, dos a dos, a veces familias enteras; un monstruo de siete cabezas: bancos voraces, empleadores explotadores y malos pagadores... jueces injustos,  funcionarios serviles e ineficientes, profesionales sin vocación, entregados a la violencia en guerras o acciones terroristas… con su cola barre cualquier vestigio de una cultura clásica,  fecunda y humana, manipulándola y suplantándola, para alumbrar este progreso desbocado, hedonista y blasfemo.


La nueva sociedad no despega, concentrada su atención en una pantalla, pequeña o grande,  contemplando realidades virtuales a todas horas, o avanza sin control tras la última novedad, siempre olvidando lo importante: ser uno mismo, y mejorar cada día, sirviéndose de  cualquier herramienta para el bien y no para hacerse daño o alienarse.

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