lunes, 29 de junio de 2015

¡Que pase pronto esta mañana!



Ha sido una mañana muy extraña, han sucedido una serie de cosas dispares  e imprevistas, incluso imprevisibles. Nada es lo que se esperaba. Quizá fuera porque en lo más íntimo estaba actuando una esperanza infundada en algo que me urge desde hace tiempo.

Fuera lo que fuera, esta sensación no era mía exclusivamente, un amigo mío insistía, al final de la mañana, tanto por lo ocurrido en la oficina como fuera de ella: ¡qué mañana más rara!, ¡encuentro a la gente, no sé, violenta, agresiva!...

Por la oficina han pasado pocas personas hoy, pero en cambio hemos acudido los habituales, unos voluntarios y otros usuarios que están un tiempo entre nosotros, resolviendo algún trámite, y cada uno, mas o menos  aportaba un conflicto particular, de cierta envergadura…

Quizá era esto lo que enrarecía el ambiente, y se barruntada cierta tensión. Para confirmar nuestras sospechas llegó la persona que temíamos desde hace unos días. Gracias a Dios venía en actitud conciliadora, y ya nos despedimos hasta el día siguiente.



viernes, 26 de junio de 2015

¡¡¡RESPETO!!!



Hoy por fin tuve la oportunidad de conversar con un armenio, un refugiado político en nuestro país desde los años noventa. En verdad no es la primera vez que esta persona acude a esta oficina, o pasa unos días en el albergue.

Pero, nunca habíamos hablado lo suficiente para conocer algunas de sus cualidades, para mí era una persona reservada, quizá no quería hablar por algún motivo, y por eso respetaba su silencio y discreción. No es de esas personas que lo ves hablando con todo el mundo, que presume de estar integrado como el que más; destaca por su prudencia.  Su semblante inspira serenidad y respeto, sus gestos son educados y suaves, aunque reflejan una personalidad fuerte, seguridad en sí mismo, y así se gana el respeto de todos.

Mi compañero tenía ganas de que yo hablara con él, pues manifestaba unas ideas sobre la Iglesia y la fe, que a él le parecían muy acertadas, incluso mejores que las de nuestra Iglesia católica. Yo también tenía ganas de conocer a este hombre, así que me coloqué a su lado, y precisamente hoy,  tuvimos una mañana bastante tranquila.

Comenzó preguntándole mi compañero sobre el divorcio, que entre los armenios no se da, sobre el aborto, que lo consienten hasta el tercer mes, a partir del cual está totalmente prohibido. Luego seguimos interesándonos por la jerarquía en su iglesia los diferentes grados o cargos que tienen, los sacramentos, si celebran ellos la eucaristía y cómo lo hacen… etc.

Mi compañero está muy interesado en estos temas, porque al ser la Iglesia Armenia una de las más antiguas pues le parece que están más acertados que nosotros, los católicos, no dan culto a los santos, sólo tienen eucaristía los domingos, y otras diferencias… Pero, hoy, se ha quedado muy sorprendido, incluso le ha expresado a nuestro amigo armenio su disconformidad con el modo que tienen de hacer justicia.

Kamo, que significa lo mismo que Camelot - el del Rey Arturo, me insistía- me expresó muy enfadado que lo que le horroriza de nuestra sociedad es la falta de respeto, me comentaba ofendidísimo que había oído a una niña contestar de muy malas maneras a su madre que la llamaba con urgencia, ¡eso entre nosotros es imposible! ¡A nadie se le ocurriría! Incluso cualquier persona mayor puede reprender a un menor. Se le notaba afectado por esta falta inmensa de respeto que en nuestra sociedad se ha implantado como algo normal, e incluso puede llegar a estar amparada por la ley...

Yo le expresé mi admiración por ese sentido tan profundo del respeto que expresaba, que partía de la familia y se trasladaba a la sociedad. Aunque no lo dijera expresamente él, es en último término una manifestación del respeto absoluto a Dios y a sus mandamientos, que impregna todas las actividades de la vida en todos los tiempos, y de todos los hombres de bien. Algo que hoy nos asusta a los occidentales, y se le suele llamar “integrismo”, o cosas peores.

El colmo del desacuerdo de mi amigo y compañero con las medidas que adoptan en Armenia, según  nos decía este buen hombre, se produjo cuando nos explicó lo que hacen con los violadores, por otra lado muy escasos. Allí los coge la policía, lo lleva a la plaza y los deja en manos del pueblo… Entonces no pudimos por menos de expresarle nuestro desacuerdo, si bien reconocimos que en nuestra patria los violadores no son tratados por la justicia con el rigor que se merecen.

Pero también me explicó más cosas, como que su pueblo ha sufrido numerosas persecuciones y dominaciones, por un lado los invadieron rusos, por otro los amenazan constantemente los países musulmanes,  lo que ha dado como resultado un éxodo por todo el mundo de doce millones de armenios, frente a los cinco millones que permanecen en su patria, cada vez más reducida, y empobrecida, sobre todo después del último terremoto, hace pocos años.


También me explicó el origen y la relación de la Cofradía del Nazareno en Cádiz con los armenios, que data del 1600. Había en Cádiz una colonia floreciente de armenios, hasta que el rey les obligó a convertirse al catolicismo. Muchos se fueron y sólo se quedaron doce. Tendré que ir algún día a ver las inscripciones que dan testimonio de estos hechos. ¡Cuántas cosas ignoramos, y no debiéramos, pues por sí solas enseñan a vivir con una perspectiva más acertada, pacífica y provechosa!

jueves, 25 de junio de 2015

Disfrutar de la vida

Daniel Medina Sierra


Cuando estas inmerso en la vorágine cotidiana de la vida y llega el final del día, te paras unos minutos a pensar, por lo menos a mi me pasaba, y sentía cierto vacío. Era como si me faltara tiempo, como si el recuerdo de toda la actividad maratoniana fuera solo un sueño, momentos vividos por otra persona; algo parecido a un autómata que al final del día recobra la consciencia.

     Por norma general esos momentos de contemplación los suplía la televisión, internet u otras tantas distracciones que tenía a mi alcance. Vidas perfectas de famosos, tertulias del corazón y otras tantas chuminadas adormecían mis sentidos hasta que me dormía, y al día siguiente más de lo mismo. Una vida vacía.

     La palabra justa que definiría mi grado de consciencia y madurez, sin miedo a exagerar, es muy superior a la mayoría. Es, sin duda, una opinión personal vista desde la sinceridad, no sumido en el ego; porque acepto mis limitaciones que son muchas, mis defectos, mis faltas y mis no pocas equivocaciones.¿Por qué digo entonces que tengo un grado de consciencia mayor? Todos tenemos las mismas faltas y equivocaciones en la vida, pero no todos son conscientes de ellas y mucho menos las corrigen. Porque no me hipnotizan las redes sociales, la televisión y esas distracciones que secuestraban mi tiempo a cambio de NADA.

Dicen los propios medios de comunicación, que si no estas en facebook no existes, pues debo de estar muerto entonces, porque prácticamente entré para crearme una cuenta y poco más. No tengo idea del mundo de la farándula pero conozco mejor el mundo que me rodea, no dedico tiempo, miradas y escuchas a personajes de televisión, se las dedico a personas de carne y hueso. No me gusta estar pendiente del móvil, ni acompañado, ni solo y mucho menos contesto, a no ser que sea algo importante, mientras converso con otras personas. Vamos, que no voy a las moda, afortunadamente.

         Si sigo fiel a mi sentido de la verdad, tengo irremediablemente que reconocer que no envidio en absoluto las prisas, el estar conectado a todas horas, el agregar a gente que no conozco de nada y que seguramente les importe lo mismo que me importan a mi; una vida de papel, llenas de apariencias falseadas, de risas insípidas sin sentido alguno, de extrema inmadurez de señores con cañas, calvos y con arrugas, acostarte con chicas y al día siguiente preguntarle como se llamaba. Demasiado fácil todo, demasiado costoso seguir el ritmo que no lleva ningún compás. Mi naturaleza es distinta y yo busco amigos de verdad, chicas a las que veo en persona y conozco mucho antes de mantener relaciones sexuales porque tengo más que aportar que un... y punto.

     


miércoles, 24 de junio de 2015

Recuerdos de infancia


Por Daniel Medina Sierra

Voy a hablaros hoy de recuerdos de infancia. Recuerdo por ejemplo, que cazaba avispas o abejas y les ponía un nudo con hilo de coser para que parecieran globos y luego los soltaba, un día aparecí con unos cuantos atados en casa, casi le da un infarto a mi madre.



Otros juegos fueron con saltamontes, caracoles, y una serie de insectos que ya no recuerdo, pero sobre todo me encantaban las mariposas y los llamados milagrillos, flores muy comunes que crece en todas partes. Jugaba mucho con los perros abandonados y faltos de amor que a pesar de las palizas que les daban eran muy cariñosos y me daba mucha, mucha tristeza ver a un ser tan débil mendigando un poco de cariño. Mi madre me reñía mucho y no quería que los tocara, pero yo no hacia caso y jugaba y los besaba. Tenía y tengo la manía de olerlos con la cara pegada a ellos, me gusta el olor de los animales, huelen a cariño, a casa, a tranquilidad, a Dios y me conmueve su manera de mirar tan limpia.




          Recuerdo los árboles a los que nos subíamos y luego nos tirábamos al vacío ¡y no nos hacíamos daño!. Recuerdo las horas interminables en el barrio jugando con los demás niños a la pelota, al escondite... y sentados hablando de cualquier tontería mientras que las madres, irritadas ya, nos gritaban: ¡como no subas baja tu padre! Mano de santo, esa frase no fallaba.


           Eran días eternos, tiempos en los que creías en fantasmas, superman y todo era posible, es ése, el paraíso perdido. 

lunes, 22 de junio de 2015

Infidelidades



¿Qué entendemos por infidelidad? Yo personalmente opino que la infidelidad es un concepto nuevo ya que fieles son los animales, no las personas. Creo que el sentido estricto de la palabra seria traición. Es la ocultación, convivir con alguien al que ya no conoces. Es muy duro reconocer todo lo que conlleva ese acto en sí, supongo, pero más aún es aceptar que tú no eres culpable de la misma.

El trabajo es meticuloso ya que no coge sus maletas y se marcha, no reconoce su falta sino que intenta hacerte ver que es por que todo terminó y no siente ya nada por ti. Claro, eso puedo aceptarlo, pero cuando ves a tu expareja paseando con otro y acabas por enterarte del engaño, lo único que se me ocurría decirle era ¿Por qué?

De entre todas las cosas que se me pasaron por la cabeza solo dije ¿por qué? El otro, tan culpable como ella, se escabullía. Luego sientes asco, mucho asco; fue tal el golpe que creía que me moría en el acto. Lo primero que hice fue ducharme, me sentía sucio, a ese ser lo toqué con las manos, y pasé del amor al rencor, a sentirme culpable. Lo peor, creo, es el no saber, eso es lo que más me reconcomía por dentro.

Dicen que el fin justifica los medios, afortunadamente hace mucho que superé la prueba y hoy me alegro de estar divorciado. ¿Que le pasará por la cabeza a la gente que hacen estas cosas? ¿Tanto cambian las personas que dos meses antes te dicen te quiero y después te hacen el mayor daño posible?


No, el fin no justifica lo medios, no, no es divertido, no es la libertad del individuo a jugar a dos bandas. Si alguien piensa que todo eso es fantástico, que no hay que justificarse, en fin, ya sabemos... Esas personas jamás quisieron a nadie y siento ser tan duro con todos pero cualquiera que sea capaz de hacer daño conscientemente a un ser "querido", no es digno para estar entre seres humanos.

domingo, 21 de junio de 2015

Reflexiones


Por Daniel Medina Sierra

Es algo cuando menos curioso contemplar como a pesar de todos los avatares que tienes que sortear a lo largo de la vida, la mala semilla no contamina la verdadera personalidad del ser humano.

        Yo, personalmente, pongo siempre el mismo ejemplo. Todo cuanto conlleva la crisis, exclusión social, pobreza, degradación, pérdida de derechos... Es como el estiércol que cae a toneladas encima del débil, del desprotegido, ese mismo estiércol es precisamente el mejor abono para sembrar terror, impotencia, desapego al mundo en general, pero no es así. Siembra hombres libres, hombres sin miedo, hombres que creen en el cambio; personas que al final de cuentas no han caído en las redes del alcohol  depresiones o drogas. A pesar de la soledad impuesta por esa masa borreguera del "yo impongo, no propongo". No eres digno de pertenecer a mi clase; a pesar de esa mayoría abrumadora, no caemos, al contrario; nos hace más fuertes, más sensibles.

       Nosotros tenemos una ventaja que ellos no tienen, no tenemos ya nada que perder, por lo tanto cada paso hacia adelante lo disfrutamos como una gran victoria.

       Soy perfectamente consciente de que eso importa muy poco a los demás, ¿Saben lo que es vivir sin tener que demostrarle a nadie si eres buena persona o no? o simplemente que estas por encima de reconocimientos, de aplausos o abucheos. No necesitar redes sociales, estar conectado contestando a gente que ni siquiera conoces, la libertad de empezar de nuevo, de hacer planes muy humildes.

          Mientras esa mayoría que se ha dedicado a darnos la espalda, a redactar leyes injustas, a expropiarnos a la fuerza, esos mismos a los que les pagamos un sueldo público para la protección de los derechos de los más débiles, no a favor del derecho de los bancos a cobrar con tu vida la deuda, nos temen, nos tienen verdadero pavor ¿Y saben ustedes por qué? Por que temen que despertemos, que la sociedad que sigue metida en su particular burbuja diga ¡BASTA!

 Esa lección la tendréis que aprender tarde o temprano.  Cuando hablo con vecinos, conocidos, intento explicarles lo más suavemente posible, como se están desarrollando las cosas y como podrían ayudar a su propio favor, pero mientras haya economía en casa, mientras no me falte a mí, no muevo un dedo. Esa es la filosofía de la masa, móvil de ultimísima generación, facebook, y un millón de distracciones antes que ver y vivir en el mundo real.

        Esta claro que nos movemos contra corriente pero entenderéis que no quiera que paséis por lo mismo que estamos pasando millones de personas en todo lo mundo. La inmensa mayoría no vuelve a levantarse y son una prueba viva de lo que hemos creados todos. ¿Os podéis siquiera imaginar lo que sería vuestras vidas con bancos llamando a todas horas amenazándoos, acosando con toda libertad? ¿Que todos vuestros seres queridos os den la espalda?, ¿Que te encuentres de la noche a la mañana en la puta calle? Sólo por no tener trabajo, punto.

           Y luego la gente se extraña de que haya tantas personas con problemas mentales en la calle, alcohólicos... ¿Qué esperaban? Sólo unos poco logran salir pero quién lo logre es verdaderamente un luchador nato, es la constante lucha entre la masa y un solo individuo, por muchos apoyos que tengas, al final eres tú quien te enfrentas a esa clase de personas que creen sólo en los recursos económicos, no en el humano. La garantía de que jamás os podría pasar a vosotros, por mucho que nos culpéis de nuestra situación no la tendréis nunca.


   Así como nos vacunamos para no enfermar, tenéis que vacunaros de la enfermedad de este siglo, la indiferencia, el ego, el individualismo, la codicia. Creer que esto sólo pertenece a la clase baja, de bajo nivel académico o a familias desestructuradas, es sólo un cuento de niños para que duerman sin miedo, pero sólo es eso, un cuento. Yo personalmente tengo las tres papeletas, soy pobre, por lo tanto pertenezco a la clase baja, tengo el nivel básico de estudios y nací en una familia desestructurada, aún así hay gente que no cree que mis textos sean míos, no entienden que escribo por inspiración, por que habla mi corazón y mi mente lo interpreta. 

sábado, 20 de junio de 2015

Corto poema para personas sin hogar

No quiero verte,
no quiero escucharte.
El frío de la noche y la soledad hablan,
hablan sin parar de mi cuerpo inerte,
abandonado por la suerte.
Nada queda, tras la muerte,
vagos recuerdos tristes de tristes vidas mal vividas.
Olor a sudoración, a desolación, a pobre…
No soy libre ¿alguien me entiende?¿quien me escucha?
Amor, fue de este mundo,
quien me abandonó.

Daniel Medina Sierra

viernes, 19 de junio de 2015

Situaciones incomprensibles



Por Daniel Medina Sierra

Esta semanas han sido agotadora, pero me alegró de ser útil a los demás, aunque, con determinados comportamiento me siento un poco imbécil, por que no decirlo.

      Es cuestión de práctica, y de mucha paciencia con las persona, entender que no tienes por qué estar de acuerdo con ellos en todo, sino respetar y hacerte a la idea de que ayudas sin esperar nada a cambio.

      Me explico. Un señor al que todos respetamos e intentamos ayudar en todo lo posible nos comunicó que tenía que estar comunicado y no tenía móvil, así que uno de los voluntarios le consiguió uno. Al poco la persona a la que me refiero y nos comentó lo mismo, porque el móvil se lo había regalado a otra persona.

      Parece una estupidez pero tiene un gran significado detrás. Yo le di el mío que, desde luego, me había costado mucho conseguirlo. Al día siguiente, este hombre lo vende y compra una tienda de campaña, pues quiere irse del alberge porque le agobia. Pero, no dice que lo vendió sino que se lo robaron en el alberge, con lo cual deja mal parados a sus compañeros, e incrementa los rumores de que “está habiendo muchos robos últimamente en el albergue”.

       Puedo entender que no soporte el albergue, puedo entender incluso que lo venda por necesidad, pero me cuesta entender que mienta, lo cual supone levantar sospechas infundadas sobre sus compañeros.

        Es una persona decente, buena y educada y lo esta pasando realmente mal y no sabemos como ayudarle a mitigar su dolor, a que entienda que somos voluntarios y estamos de su lado. Además, estoy dispuesto a calmar el enfado monumental que tuve al enterarme de lo sucedido.

          Mi maestro me dice que tenga paciencia, y yo le escucho atentamente, pero aún me corre sangre por las venas y me irrita contemplar a un señor con tanto por dar, tan derrotado. Luego, pienso en como estaba yo hace tan sólo un año, y me siento un poco imbécil. Yo pretendiendo juzgar, cuando mi actitud era exactamente la misma; intentando pedirle que luche, cuando yo tiré la toalla y tardé años en recogerla del suelo. ¿Y que podía decirle?

            Hace un tiempo mi amigo me pidió que escribiera y practicara y así lo hice, al poco me comentaba que lo hacia bien y me pidió  permiso para colgarlos en el blog de PSH de Cáritas, desde luego yo no me siento capacitado ni mucho menos, pero accedí. Otros lo han leído y también les gusta; si eso es así, y los pocos amigos que lo leéis creéis que puede ayudar a alguien, seguiré escribiendo.


             Es mi maestro quien vio esa " cualidad ", pero yo, francamente, no la veo, aunque, tampoco importa, ya que como le dije a un buen voluntario, no tengo nada, por lo tanto nada tengo que demostrar. Ellos creyeron en mí, aunque a veces también se enfadaba un poco conmigo; pues eso mismo me pasa con este señor, creó en él, aunque él no crea en sí mismo.

miércoles, 17 de junio de 2015

Encuentro de verano de voluntarios. Cáritas Arciprestal de San Fernando.



Reconozco que esta vez no pensaba hacer ninguna crónica o comentario del encuentro, ni siquiera se me había pasado por la imaginación, ocupado como estoy en asuntos particulares, y sin estar integrado en ningún equipo parroquial.

Pero muy pronto me captaron las palabras del P. Rafael, y comencé a escribir al escuchar esta frase ‘la Eucaristía lo transforma todo. Nos une íntimamente a Cristo y a los hermanos’. Y luego vino otra: ‘Sin la dimensión vertical, la horizontal se pudre, o se cansa…’, refiriéndose a la cruz. ‘Nos unimos así a Dios, la fuente del Amor, que no se agota’.

Sin esa unión, permanente,  nuestra labor como voluntarios de cáritas, no estaría completa, ya que no le brindaríamos a los pobres la posibilidad de aceptar el mayor bien, que es, Cristo. ‘No empobrezcamos, por tanto, a los pobres, no les neguemos el amor de Dios’.

Nos expuso el P. Rafael, una reflexión muy profunda, muy documentada, muy bien preparada, recurriendo a numerosas citas, de los tres últimos Papas, de San Agustín, de la Madre Teresa de Calcuta, todas ellas centradas en la intima relación entre la Eucaristía y la Caridad.

Justifica la profundidad de su reflexión en que está hablando a personas de fe, antes que a voluntarios, manifiesta sin el menor titubeo, que no le gusta la palabra ‘voluntario’ aplicada a las personas que trabajan en Cáritas con más necesitados. Son una parte esencial de la Iglesia, un hermano que se dedica a los menos favorecidos en nombre de la Iglesia; no es una  dedicación de parte de su tiempo, y ahí termina su misión.

Las oficinas de Cáritas no son una mera oficina de prestación de servicios. Lo ha dicho el Papa, Cáritas no es una Ong.

Una frase impactante, al menos para mí lo fue: ‘el dinero es una ayuda, pero puede convertirse en ruina’, para insistir en la labor misionera de la acción de cáritas, como alimento del alma.

Eucaristía+ Caridad= un misterio que nos sobrepasa. Recurrió a san Agustín para explicarnos que la Eucaristía es ‘Sacramento del Amor de Dios’…al que se acerca quien quiere vivir de él. A continuación nos trasladó por medio del evangelista San Marcos al cenáculo, cuando Cristo se despide de sus apóstoles, y les dice que uno lo va a entregar… y destacó el momento central, cuando Cristo pronuncia las palabras trascendentales para la vida de la iglesia: ‘tomad y comed…, tomad y bebed…’ Se barrunta en el peligro inminente y el desconcierto. Es el momento del ‘estupor eucarístico’, del ‘asombro eucarístico’.

Es la prueba de fuego de la vida cristiana. En la eucaristía nos jugamos mucho, la onda expansiva de caridad que ella produce.

Continuó con una explicación de por qué el Evangelista Juan, el discípulo amado de Jesús, no relata la última cena, y en cambio narra con todo detalle el lavatorio de los pies a sus discípulos, enfrentándose al mismo San Pedro, que se negaba a que le lavara los pies a él. Al final Jesús les expone la razón de su gesto: ‘si yo, que soy el maestro, hago esto…’

Luego nos recordó el pasaje de corintios en que se censura la celebración inapropiada de la eucaristía, en la las que los ricos y los pobres comen separados, y terminó con esas palabras tajantes del mismo San Pablo: ‘el que comulga el cuerpo de Cristo injustamente, comulga su propia condenación’.Por eso la Eucaristía no se puede celebrar en un contexto de injusticia y división.

Un grupo de primeros cristianos, cuando los llevan al martirio porque no querían renegar de su fe,  decían a sus verdugos: ‘sin el domingo no podemos vivir’.

Tenemos necesidad de este pan para soportar las adversidades, y el domingo es la ocasión propicia para acudir a recibirlo, para cobrar fuerzas. Y Vuelve el Padre Rafael a san Agustín: la Eucaristía es ‘Sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de la Caridad’. Lo que nos une es Cristo, una fuerza mayor  que la simpatía, o unos ideales altruistas. Un cristiano no puede ser un simple voluntario, debe dar todo. La Iglesia ha recibido el amor de Dios y debe darlo ella a todos los demás.

Tampoco debemos tener miedo a utilizar la palabra caridad, que es más que solidaridad. El cristiano da con amor. Podemos preguntarnos ‘¿me conformo con dar cosas o doy realmente a Dios?’ No debemos parar hasta que nuestros pobres se sienten con nosotros en la Eucaristía, porque el mayor bien que podemos dar es Cristo.

Y termino el P. Rafael su valiente reflexión justificando el título de la misma, del cual no parecía del todo convencido:  ‘Mirar a Cristo Sacramentado es mirar al hermano necesitado’.

Hubo a continuación un pequeño debate, y el Delegado Diocesano de Formación o sea, Mariano, nos invitó también a formar parte en otros grupos de fe, como el de nuevos evangelizadores.

Terminada la reflexión, y tras unos minutos de relax y cambio de impresiones, celebramos la Eucaristía. Los cánticos no estuvieron muy afinados que digamos, menos mal que Juanjo dio la cara.


El ágape, como ya es tradición lo celebramos en el acogedor patio de la Iglesia del Santo cristo, y estuvo muy abundante y esmerado; dio de si hasta cerca de las once. Dejo a parte las ausencias, muy notables, porque lo que importa es estar ahí sean los que sean y cuantos sean. Feliz verano y comienzo de curso. Hasta el próximo.

‘fumar mata’…


 Me llamó una buena amiga, y también voluntaria de cáritas, para pedirme la receta del bizcocho de manzana, que tanto gusta y tanta fama me está dando de buen cocinero… Pero la media hora de teléfono la dedicamos a otros asuntos, empezamos arreglando el país, y en seguida nos centramos en los nuestro,  en cómo aliviar la pesada carga de algunas personas necesitadas que acuden a cáritas, en sus distintos servicios.

Ella tiene un caso que le preocupa especialmente ahora, quiere que yo intervenga, y tanto confía en mí, que no me puedo negar a hacer algo por lo menos. Sus comentarios me dieron el motivo ineludible para escribir esta nueva denuncia: la persona que le preocupa tanto en estos momentos, tiene que recoger colillas para poder fumar un cigarrillo, en el que quemar  su ansiedad, su desesperación, su frustración… como tantos separados, desunidos, empobrecidos, maltratados…

¡Qué absurdo, y qué pedante, y hasta injusto, me resulta ahora ver en un paquete de cigarrillos  la leyenda ‘fumar mata’!…

Es cierto que ya hemos comentado muchas veces este signo del deterioro social y de las condiciones de vida de los excluidos sociales: ‘se ha vuelto a la recolección de colillas’, cuando prácticamente había desaparecido poco antes de la crisis.

¡Pero en qué mundo vivimos! Ahora todos somos jueces unos de otros, y así nos va… No nos entendemos, vivimos en una nueva babel, en la que lo que se destruye no es precisamente una torre, sino las mismas personas, que en un número creciente descienden en la escala social hasta la exclusión. ¡Palabras terribles! Más aún porque, de tan habitual, se nos acerca cada vez más y amenaza nuestra propia seguridad. Una sociedad que tan altas cumbres de desarrollo material ha alcanzado, que se ha vuelto egoísta hasta el extremo de sacrificar a muchas personas, nacidas, bien formadas,  incluso antes de nacer, insensible a las capacidades, los méritos… premiando sólo el servilismo con el nuevo ídolo multiforme del progreso.

Me dicen que soy pesimista. Sí, lo soy, socialmente mucho. Pero sigo creyendo en el ser humano, porque Dios me lo permite,  y me llama a su encuentro con frecuencia entre los excluidos sociales;  en la misma proporción que entre las personas que, por suerte aún, no son excluidos sociales.

También me recordó mi amiga que esta crisis ha provocado un aumento de las enfermedades y del número de pacientes. No había terminado de hablar y me asalta otra denuncia ya repetida: ‘…en cambio la atención sanitaria disminuye su calidad y número de prestaciones’. Esto, terriblemente casa con lo que he dicho más arriba, que a los altos responsables de la economía, el gobierno y la paz en el mundo, no les importa demasiado lo que le suceda a la creciente  masa de excluidos sociales.




domingo, 14 de junio de 2015

dulce anochecer








oscuridad tan negra como tus ojos,
dulce anochecer,
acompañante fiel de los sueños sin cumplir,
trozo de vida incompleta vagando errante por tus caderas.
no se si escuchas el latir de mi almohada,
susurrando temerosa,
su secreto,
pues el ladrón de almas esta despierto mientras duermes.
todo cuanto tengo esta dentro de luz o agua,
vino o rosas,
nieve derretida por el calor de tu luna.
Mano desnuda que siembras en un instante vacíos de locura.
Niebla viuda que busca un lugar donde tenemos parte de uno,
entretejiendo como una araña mi vida sesgada.
Oscuridades verdaderas,
cuando estás solo, ¡cuanto cuesta olvidarlas!

Por Daniel Medina Sierra



viernes, 12 de junio de 2015

Tengo un millón razones por las que vivir


Por Daniel Medina Sierra

A veces, cuando estas solo y piensas en tu situación, te dan ganas de tirar la toalla. Es completamente lícito, puesto que a estas alturas de la película nadie me podrá reprochar que no luché por volver a tener una vida digna. Luego piensas en los amigos, mi verdadera familia y te vuelves a levantar, muchos chicos en exclusión social, me consta, me observan, buscando cierta esperanza.

Es entonces cuando tienes que sacar fuerzas de flaqueza, y sales a la calle, con una responsabilidad, si yo puedo tú también puedes. Es como un mantra, yo puedo, yo puedo...
           
Superados ya gran parte de los envites de todos aquellos que siembran el miedo, la desesperación y la destrucción sistemática de cualquier resquicio de humanidad, te das por fin cuenta de que el individuo esta por encima de cualquier cosa.
           
Desde luego hay quién cree que una persona vale lo que aparezca en su cuenta corriente, antes pensaba que eso podría ser verdad; no es que no contenga parte de verdad, sino que obviamente el ser humano es mucho más que una gran casa, un buen coche y una buena posición. Toda esa gran potencialidad es precisamente la que pasa desapercibida para ese grupo nada despreciable de personas sin alma.
           
Yo he descubierto ángeles de carne y hueso con sueldos muy austeros, señores de los pies a la cabeza, algunos en albergues y comedores sociales, no tienen un ferrari en la puerta de su casa, ni siquiera tienen unos céntimos en el bolsillo, pero merece la pena luchar por dar a estos grandes luchadores una nueva oportunidad.


jueves, 11 de junio de 2015

REFLEXIONES



Por Daniel Medina Sierra

Es una reflexión en voz alta, un pensamiento recurrente que va y que viene a su voluntad.

Veréis. Soy voluntario y además usuario de cáritas desde hace un tiempo y debido a mi doble situación entiendo que la relación entre voluntario y usuario "debe ser" una relación de cordialidad y colaboración mutua.

Yo no decidí ser usuario, o lo que es lo mismo, persona en exclusión social, pero sí decidí ser voluntario, pues entiendo que todos tenemos parte de culpa en cuanto atañe a la crisis social y económica.

Así  se ve más clara la relación entre dinero y personas o mejor dicho, se es más consciente de cuanto daño hemos hecho al mirar para otro lado por cobardía, por egoísmos  e individualismos; por miedos, unos justificados y otros no.

Hemos sembrado parte de esta lacra llamada crisis económica, y hemos recogido una tormenta perfecta llamada también crisis social, crisis de valores. Si hoy estoy escribiendo estas palabras  es precisamente porque aunque todos mis valores se llegaron a poner seriamente en peligro, mi propia autocrítica me fue guiando por un camino distinto en el que hasta entonces transcurría.

He encontrado nuevos amigos, me siento mejor conmigo mismo, y además de eso, siento que estoy haciendo algo bueno por lo demás. No es un camino fácil, desde luego, pero merece la pena luchar por la vida, por vivir, que no es cuestión baladí.

Con un poco de sentido común analizas los distintos patrones, por que los hay, de personas acogidas y son personas trabajadoras, que han luchado toda su vida por dar a sus hijos una vida mejor. Chicos jóvenes  que perdieron sus trabajos y se ven encuentran ante la imperiosa necesidad de pedir un poco de auxilio en forma de víveres, algún que otro recibo de luz o agua. Generalmente se sienten avergonzados por tener que acudir a una parroquia o un comedor social.

Los entiendo perfectamente ya que yo pertenezco a la categoría de excluido social, que es la frase con la que nos definen los políticos, y que como buenos y fieles a sus mecenas acuñaron los medios de comunicación y por ende la sociedad. Sé de buena tinta cada uno de los pensamientos que se nos pasa por la mente. El estrés, la rabia y sobre todo la impotencia. Ya puedes querer luchar con todas tus fuerzas, que en el momento en que pisas fondo… es una labor casi titánica sólo mantenerte en pie, y al menos con cierta cordura.

¿Qué hace un pobre diablo como yo para paliar un poco su sufrimiento? ¡Cuántas veces he visto a hombres llorando como  niños!... Hoy mismo lo he vuelto a ver y se me cae el alma encima al tener que ser un invitado no deseado del sufrimiento de uno de mis compañeros de fatigas. Es muy duro.

Dicen que la vida da muchas vueltas y desde luego que es cierto, quien me iba a decir que perdería todo,  mi casa, mi trabajo, mis relaciones personales... Creo que incluso en ese mismo agujero negro se perdió gran parte de lo que yo mismo fui. Tengo que reconocerlo, aunque me pese, que hoy soy alguien distinto al que antaño fui y no solo porque los años pasan volando y vas madurando, sino que esta situación es como un tornado, se lo lleva todo y deja solo desolación  y sufrimiento tras su paso, y en el peor de los casos arrasa con tu propia vida. En el transcurso de este infierno  no hay puntos de inflexión ya que todos los acontecimientos pasan con una rapidez que es imposible reaccionar ni gestionar tus emociones. Quién haya pasado por esto lo entenderá.

Hay, por consiguiente, millones de personas pasando un auténtico calvario sin una solución aparente ¿O sí que lo hay?...

Mientras buscamos culpables y discutimos sobre como hemos llegado a esta situación, otros viven; es cuando menos preocupante que teniendo relativamente claro que la pena impuesta por una parte importante de la sociedad, no nos corresponde a nosotros, o lo que es lo mismo, no tenemos ninguna responsabilidad,  ya que son factores externos a nuestra voluntad, nos sintamos tremendamente culpables.

No tenéis ni la menor idea del daño que  genera tan solo la indiferencia, la deshumanización del propio individuo, de los que se esconden tras una cortina casi transparente, y viven con temor y actúan con escasa inteligencia emocional. Este siglo creo que se va a caracterizar por la destrucción  de cualquier sentimiento, especialmente la empatía, la solidaridad, la capacidad de conmoverse...Es más, no creemos en otro que no seamos nosotros mismos, y que se me entienda bien, aprendo de mis errores no soy ningún erudito.

Estamos tan inmersos en nuestros propios problemas que somos incapaces de ver más haya de nuestras narices, luego llega el día en que nos toca pasar por lo que es, sin duda alguna, un auténtico infierno, buscamos refugio en nuestro seres queridos y nos acabamos por topar con la misma indiferencia con la que anteriormente nosotros actuamos.

Las lecciones están para aprenderlas no para olvidarlas, o dejarlas escondidas en esa especie de cajón de sastre donde tenemos todos esos buenos propósitos que nunca cumplimos, es hora ya de mover ficha, de decir basta, de no conformarnos y resignarnos con una vida incompleta.

Yo por mi parte estoy haciendo mi trabajo, tratar desesperadamente de salir del agujero en el que me metieron bancos, políticos y sociedad en general. Como dije con anterioridad es un reto arduo, lento, pero nunca, nunca más me sentiré culpable por no tener trabajo, por responsabilidades de terceras personas, por ser un excluido social que pertenece a la sociedad, aunque ya me hayan etiquetado. 

Y a todos mis compañeros, tanto voluntarios como usuarios, les intento enseñar esta gran lección que aprendí gracias al desprecio, el abuso de poder, el acoso y derribo, de todos esos que abanderan nuestra constitución, que hablan de tolerancia pero carecen de autoridad moral para ejercerla a favor de los más desfavorecidos. No tienen ningún poder sobre mí, no les tengo miedo. Me quitarán mi casa, no tendré luz, viviré como un pobre pero jamás dejaré de creer en el ser humano. 

No tengo un céntimo en el bolsillo pero soy inmensamente rico en cuanto a cariño y amor de mis queridos voluntarios y usuarios. Gracias chicos por todo, gracias por hacerme sentir un privilegiado siendo un excluido social.




miércoles, 10 de junio de 2015

Supervivencia

Por Daniel Medina Sierra

Desde hace siglos el hombre ha luchado por dominar el mundo que le rodea, inmersos en el mundo material y con todo el gran abanico de posibilidades que encierra. No es de extrañar que en este siglo en que nos ha tocado vivir, el mundo espiritual, se entienda como una desesperada llamada a un dios inerte, no por que no exista sino más bien por que buscamos a un dios que nos resuelva todos los problemas.

    Yo he tenido la ocasión de hablar con él en algunas ocasiones y os comentaré parte de lo que me explicó.

      Como creo sabréis, Dios no se expresa con palabras, más bien son sentimientos y sensaciones que cada uno de nosotros interpretamos. Dios tiene una misión para cada uno de  nosotros, unos la escuchan y otros hacen caso  omiso a las distintas señales que nos va facilitando, una suerte de acontecimientos entrelazados que ocasionalmente son partes de tiempos inconexos.

       Muchas de nuestras vivencias tienen que ver con nuestro pasado, alguna lección no aprendida que debes recordar para continuar tu periplo por este mundo material, y por que no decirlo, tu mundo espiritual.

        Cada vez más personas buscan esas señales divinas, sobre todo cuando no encuentras respuestas a lo que sucede en tu interior y Dios nos lo comunica en diferentes formas, una canción que evoca un sentimiento, alguien que se cruza en tu camino... A veces incluso aparece la repuesta a la inquietud en modo y forma de sueños. El problema es que como dije anteriormente, estamos demasiado ocupados para aprender su idioma, demasiado enfrascados en dominar el entorno que nos rodea y lo desechamos como simples ensoñaciones oníricas, la mayor parte de esa información queda relegada al olvido, y pasado un tiempo nos damos cuenta de que aquello que nos parecieron simples casualidades era parte del puzzle, parte importante de la respuesta que buscabas.

     Como dice un buen amigo, las respuestas son tan simples que no reparamos en ellas, lástima que estemos tan inmersos en la vorágine diaria, que nos ciega y no nos deja ver más allá del horizonte material. Yo digo muchas veces que respiremos un momento, que la verdadera realidad de nuestra existencia no es esta, tranquilos y confiar en vosotros mismos, en eso que llaman alma y que no veis, pero otros si lo percibimos por que Dios eres tú, tu eres divino, eres el protagonista de esta película y los demás somos solo actores secundarios.

    Hace un tiempo que dejé de pelear contra Dios, o lo que es lo mismo, contra mi mismo y estoy haciendo lo que él me encomendó.

      No me pide más que me deje llevar y disfrute del viaje, punto.

¿Quiere decir esto que mi futuro será un remanso de tranquilidad y sosiego? No, solo que procuro gestionar; " interpretar" las cosas desde otro punto de vista.

       Quiero imaginar por un segundo que lo que os estoy contando es tan cierto como que seguís respirando y por  tanto vivos, no tenéis nada que perder. Bien, pues todo eso que antes era lo más importante, pasa a ser secundario ya no hay ataduras ni monstruos en forma de desahucios, hay amor, hay comprensión, hay personas que en ellas habitan tus ángeles de la guarda.
     


lunes, 8 de junio de 2015

Los "don nadie"


Por Daniel Medina Sierra

Hace poco escuché en la radio una historia real, que dice así:

Un chico estaba buscando a su padre, y descubrió a través de Facebook que hacía seis meses que había muerto y que fue enterrado donde se entierra  a los "don nadie".

Tenía cuarenta años y era un alcohólico declarado. Enviudó, con dos hijos, y la empresa en la que trabajaba quebró, y todos sus empleados fueron a la calle. Pronto no pudo hacer frente a las facturas y dejó a sus hijos con sus parientes.

Anduvo de albergue en albergue, y poco apoco se fue alejando de la familia y allegados, se refugió en el alcohol… y se fue apagando.

Es la historia de los "don nadie". A los don nadie nos cuesta dejarnos ver, hacernos oír. Dormimos en cajas de cartón, mientras la gente pasa impasible. Sentimos el frío de la noche. La soledad sólo se calma con un brik de vino de 70 miserables céntimos, que  da calor a un corazón triste, valentía para combatir el miedo al mañana, a la luz del sol, que nos devuelve a la cruda realidad.

Morimos en el anonimato, ¡quién va a querer recordar a un indigente! Es una muerte lenta, agonizando tras las gotas de algo que calme el dolor de un alma derrotada, ante una sociedad indiferente. Somos "don nadie", alcohólicos, indigentes, drogadictos  y un sin fin de personas  que no tenemos voz, aunque seamos tantos, no nos veis  ni sabéis nuestra historia.

En otros tiempos fuimos como vosotros, también quisimos, luchamos, nos equivocamos e incluso acertamos… Pero hoy nos llamáis los "don nadie".


Espejismos



Hace a penas unas semanas estaba tan feliz, porque le habían prometido un trabajo, aunque luego resultó ser un espejismo, que surgió de la conjunción de una buena intención y de una necesidad.

Es desalentador caminar por el desierto sin alcanzar nunca el pozo tan ansiado, abrasado por el calor, agotándose las fuerzas poco a poco, solo la voluntad y la necesidad de calmar la sed tiran de uno hacia adelante, a ninguna parte... Por eso esta mañana salía llorando de su entrevista con la trabajadora social, dejándonos a todos conmovidos y con ganas de preguntarle, o de animarlo.

Nosotros solo podemos ofrecerle una palabra, tenderle una mano, darle un abrazo, llamarlo amigo, e incluso llorar con él.

El resto de la sociedad, los que podrían facilitarle el sustento, esos están conquistando el poder unos, los políticos, y otros, asustados por la crisis interminable guardan lo que tienen o les queda, por si a caso.

Esta crisis dura demasiado, se ha  transformado es un monstruo incontrolable que engulle a las personas, una a una, dos a dos, a veces familias enteras; un monstruo de siete cabezas: bancos voraces, empleadores explotadores y malos pagadores... jueces injustos,  funcionarios serviles e ineficientes, profesionales sin vocación, entregados a la violencia en guerras o acciones terroristas… con su cola barre cualquier vestigio de una cultura clásica,  fecunda y humana, manipulándola y suplantándola, para alumbrar este progreso desbocado, hedonista y blasfemo.


La nueva sociedad no despega, concentrada su atención en una pantalla, pequeña o grande,  contemplando realidades virtuales a todas horas, o avanza sin control tras la última novedad, siempre olvidando lo importante: ser uno mismo, y mejorar cada día, sirviéndose de  cualquier herramienta para el bien y no para hacerse daño o alienarse.