Recientemente, hace unos dos meses
aproximadamente, los acogidos que recogemos víveres
de primera necesidad
teníamos que firmar un documento con el objeto de llevar una gestión individual
el banco de alimentos. Una vez que me explican a que se debe, firmo sin
problema alguno.
Daniel Medina Sierra |
Entiendo que el banco de alimentos lo requiera, hasta entonces todo
bien.
A
primeros del mes pasado nos llegó otro documento más a firmar, los firmaban
éste mes, y digo los firmaban por que yo no lo hice; por lo tanto, no pude
recoger esos alimentos.
Se
trata de un documento en el cuál se hace saber que el gobierno contribuye a que
tengamos esos pocos alimentos, es decir, que no sólo ha contribuido a nuestra
propia miseria, ahora pretenden darse golpecitos en el pecho a costa de los
pobres. Usurpar el lugar de la iglesia y de otros tantos que intentan dar
consuelo, cariño y, si pueden, pagar algún recibo de luz o agua, pretenden
usurpar al voluntario, al donante... y pretender hacer creer que luchan contra
la pobreza, y los demás, incluido los usuarios, pasamos a ser piezas al
servicio del gobierno.
No, yo
soy usuario por necesidad y voluntario por elección propia, así pues, tengo que
elegir; o cojo los alimentos que tanta falta me hacen, firmo y me callo.... O
no firmo y me quedo sin alimentos. La única opción que me quedó fue no firmar,
por principios, eso que no da de comer pero que algunos aún conservamos. ¿Como
voy a cogerle alimentos a los mismos que me han llevado a esta situación. Ya
sabemos que hay una partida destinada a estos menesteres ¿A que viene esta
nueva ocurrencia? Nadie me lo ha explicado.
Se trata
de un censo, dicen, a nivel europeo. Todos los organismos han claudicado por
que lo importante son las personas y esa es la prioridad de todas las O.N.Gs entiendo, pero la cadena termina en el usuario
y es entonces cuando decidí romper con ella, yo, el usuario, el excluido
social. Mis compañeros voluntarios, aunque entienden mi postura, me pedían que
fuese, que me hacia falta; pero como ya dije, mis principios están por encima
de cualquier firma o documento.
Yo, como
voluntario me niego rotundamente a darle a ningún acogido ese documento sin que
le haya explicado el motivo, y por Dios o por quien queráis, leer antes de
firmar y si no entendéis algo, algún concepto, preguntar que es gratis, al menos
de momento.
Ya lo
veis, nosotros no tenemos un céntimo en el bolsillo, pero alrededor del pobre
hay un mercado que a otros enriquecen. En vez de fomentar el empleo, dar
oportunidades para ganarnos en pan sin mendigar; prefiere contribuir con los
escasos alimentos que una vez al mes recogemos, a la creciente pobreza.
Ningún voluntario que se precie de serlo va a
pavonearse por ayudar a los más desfavorecidos, al contrario, preferimos pasar
desapercibidos porque lo importante son las personas, con nombres y apellidos,
con problemas, con virtudes y defectos ¿El gobierno nos va a escuchar, a
consolar, a acompañar en los momentos más difíciles de nuestras vidas? No,
rotundamente no.
El precio
de ser pobre y tener valores y compasión por los compañeros es este, aún así
creo que he hecho lo correcto, no se...
Talvez
otros piensen que hice mal. Agradezco, por supuesto, la ayuda que he recibido
durante estos meses, pero es más fuerte mi indignación. Talvez, talvez me
equivoque pero desde que estoy en esta situación he visto como "
Trabajan" las trabajadoras/res sociales, el INEM, las orientadoras/res
laborales y les importamos una mierda, somos estadísticas, como he dicho muchas
veces; sólo nos ayudan las parroquias y cáritas. Así pues, decirme, si a estos
les hemos puesto nosotros, si son sólo gestores de los contribuyentes, si están
para, supuestamente, arreglar los problemas de los ciudadanos ¿Que coño pintan en
el banco de alimentos, la iglesia, ongs?
Casi todos
los pobres, los excluidos sociales, me dicen que es cuestión de adaptación, te
adaptas y te aguantas, siendo un pobre infeliz hasta que suene la flauta ¿O eran
las gaitas? Pero yo no espero a que alguien me rescate, no claudico a la
mendicidad, ni a despojarme de lo poco que me queda de hombre por unos euros,
un pedazo de pan o una falsa palmadita en la espalda. Yo estoy acostumbrado a
ganarme el pan y el pan me lo ganaré trabando y si no, pues adelgazaré más si
cabe, me he acostumbrado a pasar hambre, teniendo como alimentos mis valores,
la dignidad como ser humano... Ya sé, eso ni alimenta ni satisface mi cuerpo,
pero sí mi alma. Como dice el dicho: Prefiero morir de pie, que vivir
arrodillado. Sí, seguramente sean estupideces mías y no acabe bien, pero yo
estaré en paz con mi consciencia y eso me importa más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario