viernes, 14 de agosto de 2015

Las redes sociales

          

            La era de la intercomunicación, la era de dioses hechos hombres u hombres hechos dioses; un
Daniel Meddina Sierra
truco de ilusionismo capaz de cegar las mentes más estables. Nos creíamos mejores que los demás hombres, más guapos, más inteligentes, simpáticos... Creíamos poder tocar nuestros sueños con las manos sin esfuerzo, por arte de magia.
            La televisión, internet y otros aparatejos nos manda imágenes de personas felices, con fama, dinero y poder; chicas guapas y relaciones esporádicas por doquier como un semental o como si no existiera un mañana. ¡ Vive la vida, disfruta, coge lo que quieras sin esfuerzo, sin problemas!.


          Desgraciadamente no es más que una estafa, mentiras disfrazadas de verdad o verdades disfrazadas de mentiras, lo mismo da. Es tal el convencimiento, que cada día, a cada minuto, necesitamos exhibir fotos, vídeos y comentarios en las redes sociales sin tener en cuenta algo tan importante como es la privacidad. Cada vez necesitamos más atenciones y para ello contamos y enseñamos lo que sea necesario por unos minutos de gloria que te puedan conceder los " amigos" de las redes sociales. A su vez, nos sentimos más vacíos, con la duda de si nuestra personalidad es propia o construida por otros.



         Curiosamente, nos sentimos más solos, más perdidos; puesto que van pasando los años y no eres rico, ni famoso, con lo cual el sentimiento de frustración es más evidente y creciente. Es casi imposible salir de la tela de araña que va manejándose por su cuenta dándote más necesidades y creando verdaderos enfermos de estas redes sociales y a ser posible, borregos de la moda o tendencias como así lo llaman. Lo curioso de todo este maremagnum de información no es la comunicación o el acercamiento a otros hombres, sino más bien lo contrario, puesto que el mensaje final es el individualismo. Curioso ¿Verdad?, tantas ganas de comunicarte, tantos medios para hacerlo, pero con cada uno de ellos sólo preocupado por sus propios asuntos.

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