sábado, 15 de agosto de 2015

La familia cáritas

        

         Hoy ha sido otro día duro pero como todos los días aprendo algo nuevo y útil para mi vida.
Daniel Medina Sierra
Cáritas para personas sin hogar por la mañana. Echaba de menos a mi amigo G. y me apetecía verlo y charlar un rato sobre política y energías alternativas; todo un lujo poder intercambiar impresiones con uno de mis grandes maestros. Saludar a mis compañeros de fatigas y charlar otro rato.  A casa de mi buen amigo más tarde, comer unas caballitas fritas y un picadillito, austero, pero delicioso, y además en buena compañía. Luego atender mi casa y las mascotas, ducharme y después a cáritas del Cristo, con P. y L., atendimos y hablamos un poco de política, experiencias personales; siempre enriquecedoras para todos, en fin... una tarde muy aprovechada, con buenos compañeros y seguro que con el tiempo, amigos.

        Mi amigo X. se incorporó un poco más tarde y él y yo, cuando cerramos, nos fuimos a ver a unos amigos suyos muy majos a tomar algo. He acabado hecho polvo, ¡pero que día tan espléndido!


¿A qué viene esta narración sobre mi vida diaria? Cada día que escriba os regalaré una lección de las que aprendo, tanto por mi mismo, como por todos estos señores/as con tanto que enseñarme a mi y a todo el que quiera escuchar. Aquí va la introducción, la problemática. Mi compañero P. a veces necesita ánimos para que siga luchando por los más desfavorecidos, es un luchador nato por los derechos de las personas, pero como todo luchador, necesita energía y a veces, a todos nos pasa, te sientes cansado de luchar. Él no esta solo en esto, todos somos humanos y aquí estamos tus compañeros para lo que necesites. No siempre vas a ayudar tu, compañero. La lección de hoy es que los voluntarios de cáritas no solo somos compañeros, somos una gran familia.

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