sábado, 30 de julio de 2016

Homenaje a un desconocido

Daniel Medina Sierra

Recuerdo el día que decidí levantarme y dejar de esconderme para dejarme morir de hambre y sed.
Estaba en casa encerrado cuando llaman a la puerta, era un policía al que algún “vecino llamó por si ya me estaba descomponiendo, eso sí, ninguno de éstos se preocuparon por saber de mí.


Estuvimos hablando un buen rato, es un buen hombre, pensé. Estaba verdaderamente preocupado y asustado por el estado en que me encontraba, incluso me ofreció dinero para que comprase algo de comer, yo lo agradecí pero no quise. Temía que me echaran de la casa cueva le advertí que si intentaban entrar me ahorcaba, dije toda clase de ocurrencias acerca de esta puñetera sociedad egoísta¡ Vamos, un buen discurso!. Lo vi tan asustado, tan afligido con mi dolor. Me sentí verdaderamente mal conmigo mismo, ese hombre no supo lo importante que fue en mi recuperación.



Me queda un largo camino aún, trabajo, fin de mis deudas económicas, casa y poco más; pero ese policía del que sólo sé que estudió historia le quiero rendir un merecido homenaje. Le recuerdo cada día porque gracias a usted decidí volver a luchar.

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