José Luís Nunes Martins
jornal i, 9 de agosto de 2014
http://www.ionline.pt/iopiniao/inventar-mundo-alargar-possivel
jornal i, 9 de agosto de 2014
http://www.ionline.pt/iopiniao/inventar-mundo-alargar-possivel
Ilustração de Carlos Ribeiro
La imaginación es el
talento responsable de la construcción de los sueños y de las pesadillas. De
aquellas referencias que nos motivan y atemorizan cuando estamos bien
despiertos. Es esa capacidad de dar y tirar colores a la realidad con la que
transformamos lo que somos y lo que nos rodea. Mucho de lo que admiramos en el
mundo somos nosotros los que lo colocamos ahí…a través de ese don mayor que es
el jugar a las esperanzas
Hay una capa que
reviste la realidad creada por nuestra capacidad de aprehenderla. Como si antes
de ver y oír necesitáramos añadir algo que lo hiciese posible.
Tal vez, tan importante
como saber, es crear. Por medio de las imágenes que guardamos en nosotros del
mundo es como lo vamos conociendo. Queda entonces una especie de depósito
mágico que va combinando partes diferentes de orígenes distintos, a fin de
hacer surgir tesoros magníficos y desgracias despiadadas… La imaginación provoca y alimenta las pasiones. Las mejores
y las peores.
Imaginar y pensar
son procesos muy semejantes. Las conclusiones comienzan siempre por ser
construidas a partir de asociaciones entre pedazos de lo que hemos ido
recogiendo. La imaginación no se opone
de ninguna manera a la razón. Busca salidas a través de una aproximación
diferente a los problemas. Es un pilar esencial del entendimiento más
abstracto. Una lógica libre de principios y obligaciones.
Hay un peligro absoluto
en ser soñador… esperar que sea la realidad la que se recee en orden a cumplir
lo que se ha idealizado… No.
Y hay también quien no
sueña sus propios sueños, copia los de otros y los vive, pero nunca con la fe
que se exige a quien quiere ser feliz… a partir de su propia vida. Somos únicos
y eso nos convierte aún en más valiosos.
Lo real consigue
siempre sorprendernos. Pero sólo en la medida en que estuviéramos atentos.
Hay mucha gente que no
consigue pensar más allá de lo que alcanzan sus sentidos. Sólo porque no ven
algo creen que no existe… Viven en este mismo mundo y no consiguen ver sino…
ceniciento. Todo ceniciento. Ni siquiera negro y blanco, ceniciento, sólo y
solamente. Su vida es triste, pobre y … cenicienta. Como si su imaginación se
hubiese consumido y no quedaran más que las cenizas en las que ardió.
Pero hay también los
que atreven a pintar la vida de bello, con el amor, que es esa inmensa voluntad
de crear, de hacer brotar bondad en abundancia, donde haga falta, donde establece
diferencia… donde no hay.
Como si… nuestra
inteligencia respirase y en un primer paso inspirase integrando en sí lo que
merodea… para, después, soplar sobre el mundo lo que creó en lo más profundo de
sí.
A la imaginación
corresponde definir el mundo en que queremos vivir. Esta voluntad pura de
descubrir todo lo que puede haber en una cosa, esta fuerza creadora debe ser
dominada con sabiduría, pues el talento que nos lleva a volar, es el mismo que
nos puede destruir por los miedos que es capaz de generar en lo más íntimo de
nosotros. Nuestra vida puede ser un
verdadero infierno si no supiéramos dominar nuestra imaginación.
¡Podemos sobrevolar un
desierto inmenso a lomos de una ballena voladora… podemos eso mismo!
Hay quien cree que los
sueños son mentiras y yerros. No son. Lo que resulta de la imaginación puede
siempre hacerse real… el hoy era irreal ayer y… helo aquí.
Para lo mejor y para lo
peor, si no hay inimaginables, no hay imposibles.
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