domingo, 31 de agosto de 2014

Es un privilegio…


No me gusta hablar de los voluntarios pero como también somos humanos, y frágiles, y pocos, al menos en este servicio de Cáritas para personas sin hogar de San Fernando, pues vaya por ellos, mis compañeros, que son fenomenales, y muy comprensivos con todos, pero también conmigo, que he estado un tiempo sin acudir al servicio, y no me lo han reprochado, al contrario, han hecho lo posible para que vuelva a incorporarme de manera habitual.

Hoy se despedía hasta las próximas vacaciones nuestra única compañera, ya que ella todavía trabaja; no como los demás que somos: uno militar en la reserva, otro jubilado y yo, pensionista. Ha habido otros intentos de formar parte de este grupo de voluntarios, y muchas promesas, pero no logramos pasar de cuatro. También contamos con la presencia, casi diaria del P. Luis, un Padre Blanco que ayuda a repartir la comida en el albergue y antes viene a hacernos una visita, dispuesto siempre a colaborar con nosotros. Y contamos con la presencia irregular de otra persona, que también ayuda; auque él no se considere voluntario, lo es aunque sin compromiso.

 Nos costó la despedida, aunque sin hacer dramas, no somos ninguno dados a las exageraciones, y asumimos las situaciones nuevas con relativa normalidad. Pero, como en cualquier grupo humano, y si son pocos con más motivo, la ausencia de uno de sus miembros, se hace más cuesta arriba. Lo peor es que quedamos tres, y como falle uno…

Ella dice que nos va echar mucho de menos, que se siente muy a gusto aquí en el “garito” (no lo dice en tono despectivo, es que es tan pequeño el  local  que tenemos  que pedir paso continuamente), que le encanta nuestra compañía y la de las personas que a diario pasan por aquí. Los debates son frecuentes, se habla de todo y en profundidad, con gran sentido del dialogo, y mucha tolerancia, lo que facilita que los más tímidos o inseguros también participen en el momento que ellos decidan hacerlo.

Se valora cualquier aportación o capacidad que manifieste cualquiera de estas personas, para  combatir en la medida de nuestras posibilidades la marginación, o el menosprecio, que a menudo padecen.

Muy importante es la coincidencia en la forma de actuar y el acuerdo profundo en el motivo por el que somos voluntarios: “Estamos tan a gusto porque hacemos lo que queremos, sin que nadie nos estorbe o cuestione, y nos volcamos en hacer pasar un rato agradable a cualquiera que se acerque a esta oficina, sin protagonismos, uniendo nuestras fuerzas y capacidades en la mejor forma de atender a quien lo necesita”.


Por todo lo dicho,  “es  un privilegio ser voluntario aquí”, por los compañeros y por recibir tantas compensaciones y el agradecimiento de la mayoría de las personas que vienen a diario a arreglar sus problemas con la trabajadora social,  pero les queda tiempo para compartir con los demás lo que puedan o quieran de sus vidas y personas.”

El sentido de la casualidad




                                                          Ilustração de Carlos Ribeiro

Cada día buscamos el sentido de nuestra vida. Creemos que existe, que se oculta y se revela… que la casualidad es sólo  la explicación más pobre para las coincidencias. Nos convencemos cuando dos acontecimientos  ocurren uno después del otro, o el primero fue la causa del segundo o, por lo menos, habrá tenido alguna influencia en él.

Cuando sucede algo muy bueno, tendemos a repetir lo que lo antecedió con la esperanza de que vuelva a suceder lo mismo. Como si todo fuese repetible, bastando con empujar el botón adecuado  para obtener el resultado deseado.

A pesar de la ilusión, se trata de una admirable voluntad de sentido. Una especie de intuición que garantiza que todos los casos serán sólo partes de algo que (aún) no hemos conseguido alcanzar. Y esto es bueno.

La fe que tenemos en el mundo lo altera, porque nos permite ver más allá de nosotros… nos permite estar más atentos y dedicados. Cuando nos sentimos al timón de los acontecimientos, eso nos motiva y nos mantiene más concentrados. Y los resultados, claro, son mejores.

Pero, en verdad,  nunca nadie conseguirá probar lo que habría acontecido si no hubieses hecho lo que hizo, o si hubiese hecho lo que no hizo.

Uno de los peligros de las creencias es que no se someten a la razón. Cuando algo concreto entra en contradicción con nuestras convicciones más íntimas, preferimos quedarnos con aquello que creemos… reforzándolo todavía más. ¡Igualmente después de saber la verdad, pocos son los que cambian sus certezas!


Me corresponde la humildad de aceptar el mundo tal como es: enorme; correspondiéndole  al mundo la humildad de aceptarme tal como soy: un pequeño creador y descubridor de mundos.

jueves, 28 de agosto de 2014

Esto va para largo…



Hoy la tertulia ha sido en gran parte sobre arte, aunque también hemos tocado otros temas, como el de la colonización inglesa de numerosos pueblos de la costa, o, como casi siempre, también hemos hecho alguna propuesta para remediar  los males sociales y personales que nos aquejan.

Se lo debemos a un artista que, huyendo de esa colonización, donde trabajaba al servicio de un inglés estirado hasta que pudo aguantar, asegura haber encontrado en San Fernando su lugar definitivo de inspiración, atraído por una musa cantaora…

No era fácil seguirle sus explicaciones sobre el arte, la naturaleza, la fuerza del  espíritu. No pude evitar manifestarle que tenía dificultad en seguir su discurso, que hablaba en imágenes, porque tenía todas sus ideas plasmadas en un cuadro potencial, y así resultaba difícil seguir el discurso.  

Entonces le pregunté si llevaba encima algún cuadro o alguna prueba de su arte. Efectivamente, llevaba un pen drive con todos sus cuadros, y no sólo nos permitió verlos, sino que  dejó una carpeta de regalo en el ordenador. La primera impresión  fue de asombro total, no cabe duda que es un pintor, abstracto,  conceptual, ideológico. Todo eso, pero la primera impresión del cuadro es impactante, redonda, atrayente. Domina la técnica pictórica, pero el color fue lo que más me impresionó, una maravilla visual. También tiene unos paisajes increíbles, tiene su forma de ver la naturaleza tan agradecida que la embellece, y la expresa con generosidad, sencillez y claridad.

Éramos tres los que conversábamos y de pronto el tercero, silencioso durante casi todo el tiempo, habló para decir que estaba admirado de las cosas que explicaba el artista y que le encantaba escucharlo aunque no entendiera mucho. El artista es vasco, desde hace mucho tiempo en Andalucía, el tercero es uno de tantos andaluces que emigró al País Vaso y ahora vuelve, aunque de paso, quiere recorrer el mundo. Hablamos también de lo complicados que somos los humanos.

Hoy he vuelto a notar algo extraño, la oficina y el servicio son los mismos de siempre, pero las personas que acuden en demanda de ayuda son diferentes, ahora suelen ser ricas humanamente; muchos profesionales; cada vez más españoles y menos extranjeros. Suelen ser personas que han perdido bastante y esperan rehacer sus vidas lo más pronto posible, sin exigirle mucho a la vida ahora.

Considero más necesaria y urgente cada vez la necesidad de ampliar los albergues, y los días de estancia en los mismos… porque son cada vez más las personas que se ven en la calle, por múltiples motivos, a la vez que crece en ellas el temor a la calle,  por las incomodidades que conlleva, así como por la inseguridad y los riesgos.


Esto va para largo… Los políticos tienen que hacer algo, están obligados a mirar por la gente, mejorar la sociedad y aportar soluciones a los problemas nuevos, que en gran parte han generado o consentido  ellos,  para eso se les paga, deben saber administrar y gestionar los bienes públicos

martes, 26 de agosto de 2014

A veces quisiéramos ser uno solo… el mejor


Este es otro C., ¿cuántos Cs. vienen por aquí? Así saludaba esta mañana a mi amigo C., intentando gastarle una broma, sabiendo que la aguantaría… Hoy entraba como un cohete, con la cabeza inclinada, sin mirar a la cara y saludando a todo el mundo, uno detrás de otro,  sentándose a tomar su café en completo  silencio con el exterior.

Después de un rato de charla colectiva, cuando quedábamos solamente los voluntarios con él, entonces empezamos a hablar en serio. Lo de los Cs. es que es tan expresivo, tan “inocente”, que se trasparenta, como un  niño, de manera que cada C. es lo que traiga entre manos, o en el “coco”.

Últimamente “se había encontrado un amor”. Estaba transformado, incluso lo veíamos escribir cartas a diario, en medio de la conversación, sin levantar la vista ni pestañear, tal es su capacidad de aislamiento; igual que otros están metidos en los móviles recibiendo y enviando mensajes, pero él no tiene móvil…

No tiene móvil, ni bici, ¿Por qué no la tiene, si es su medio de trabajo, para ir a mariscar todas las noches y ganarse unos euros? Pues no la tiene porque su amor tiene una hermana, a la que tiene que pagar algún tributo, y para que no anduviera ella, ahora el que no anda ni marisca es él.

La “comedura de coco” que trae, y cómo recuperar la bici sobre todo,  lo han echado del albergue, a donde había vuelto con alguna cerveza de más y para evitar enfrentamientos peores, pues no fue a dormir. Ahora está en la calle.

Estos pensamientos le han llevado también a querer ser el dueño de su vida de una vez por todas, estando decidido a ir a un centro hasta sentirse seguro de salir de allí para no tener que volver nunca más, ni a este ni a otro centro.

Le ayudamos a esclarecer un poco sus pensamientos, y confiamos en que tome la decisión mejor para él.


De todos modos, siempre hay alguien que saca partido de los demás, en vez de agradecer su amistad y compartir recíprocamente lo que tienen.

lunes, 25 de agosto de 2014

Un tributo demasiado alto


Tan nervioso estaba que creía que nosotros estábamos en su contra, y en cambio defendíamos no sé que intereses, los de la monja que le había regañado por salir del albergue sin desayunar,  o los de la Iglesia, según él en todas partes lo humillaban…, hasta llegó a decirle a mi compañero que parecía “jesuita”.

Lo tomé a broma, para distender un poco el ambiente, y le dije a mi compañero: ¡vaya, ya era hora de que tocara a ti que te tomaran por Padre, y nada menos que jesuita!, el hombre no nos dijo qué quería decir con ello, pero estaba claro que se encontraba muy  suspicaz,  todo le parecía en su contra, incluidos nosotros, que estamos aquí para escuchar. Pero, hoy sí que nos puso a prueba este buen hombre, pues estamos mal acostumbrados a los elogios.

Claro que tenía motivos, para estar tan suspicaz y para salir temprano del albergue  esta mañana, sin desayunar. Tenía que ir con toda urgencia al banco (Bankia, para ser exactos), pues es 25 y debía cobrar. Pero, como le habían embargado la nómina extraordinaria de julio, temía que este mes le hicieran la misma faena. El embargo se debe a una deuda con el
Excelentísimo Ayuntamiento de Cádiz, propietario de su vivienda, motivo por el cual  además lo ha desahuciado. Entonces este hombre, sin previo aviso, dice él, se ha visto en la calle y sin dinero.

Como ha agotado los tres días de albergue en Cádiz ha venido a San Fernando, y le ocurren estas cosas que hemos comentado al principio. Al final logramos que se calmara y nos dio la mano, agradecido.

Acusa dos injusticias tremendas de esta sociedad, y nos reta a que las denunciemos: aunque es pensionista, el ayuntamiento lo desahucia, y además le embargan la cuenta. ¡Pero cómo es posible que haya tanta indulgencia, y tanto desinterés de la Justicia y de Hacienda para que se devuelvan al estado, o sea a todos los ciudadanos,  los miles y millones de euros que roban políticos y funcionarios, y en casos como este la actuación sea inmediata y fulminante!

La avaricia de la Administración y de los bancos con los débiles de la sociedad, es una ofensa a la dignidad de las personas, una injusticia tan injustificable, que prueba el culto que le dan al dinero,  al que nos someten y nos obligan a pagarle un tributo, de grado o por fuerza, tan alto a veces, que arranca parte de nuestra vida, a otros los expulsa de la vida social, y a muchos los convierte en marginados.


Por eso nuestro amigo hoy estaba tan alterado, porque no quiere, de pronto, de la noche a la mañana, sentirse un marginado.

Tú y yo

Rance Seferovic nos regala hoy otra canción, su inspiración es inagotable, como su ritmo vital, que le lleva a decir : "una vida no puede bastar para describir lo que pasamos…"


rance seferovic 2014
San fernando

Tú y yo

La vida es muy exigente…
Tenemos que hacer lo imposible para vivirla
Perfectamente…
Por como soy ¿???
Para mi la vida es una rampa toda en salida, muy grande…
Tan grande que le tengo miedo, y no sé
Se podría seguir en esa manera….
Estamos intentando vivir esta vida… una vida no puede bastar para describir lo que pasamos…
Al final nada puede bastar para verla toda entera,
Ver todo es imposible.
Intento respetar lo que me ofrece la vida..
Considero mi vida no como una enemiga a vencer, sino como una aliada a ganar.
Las emociones que suscita mi chispa (mi novia)
Pueden llegar a ser mas variadas y mudables que las que aspiran a la vida.
Desde el primer día que nos besamos fue algo muy especial que se trasformo en amor….
No se, si algún día todo será solo un hermoso sueño..
Yo voy a dar todo de mi mismo para que tu seas feliz y que esta historia siga tan especial como tu.
Voy a darlo todo para mejorarme … Pero, juntos se puede todo…… tu y yo….. “LO cierto es que llegué a enamorarme de ella.
No era su encanto natural, ni siquiera su belleza, sino una extraña mezcla de ambas cosas, una especie de irradiación interior. Por todo eso ella me vuelve loco.. completamente loco….

Para Marisa
Tu camaron italiano 


domingo, 24 de agosto de 2014

El soporte del éxito




                                                      Ilustração de Carlos Ribeiro


En lo que decidimos, ¿cuánto pesa lo que los otros piensan sobre nosotros? ¿Como un esclavo soy capaz de cambiar de opinión? Hay quien nunca llega a ser quien es porque se pierde en juegos de apariencias. Como si el valor de alguien se midiese por la forma como los otros lo ven. Eso es el falso éxito.

Preocupados por lo que piensan los demás, hacemos mucho para conseguir un elogio. Pero la verdad es que los elogios y las críticas valen lo que vale quien los hace. ¿Qué importa pues agradar a muchos si ninguno de ellos fuera competente? ¿No será mejor una palabra de alabanza de alguien que sabe, que el aplauso de una multitud de ignorantes?

En busca del falso éxito, mucha gente pequeña cree que es  pisando a los otros como se hace mayor.  Se consideran con más luz por tapar a los demás.

Procuremos ser lo mejor que nos fuere posible. En la medida exacta de toda nuestra determinación. No seremos los mejores. Pero, por eso mismo, la humildad es lo que potencia las mayores perfecciones, ya que quien se juzga muy bueno no se dará al trabajo de superarse.

Los orgullosos son casi siempre inútiles. Hinchan el pecho de vacío y creen que nadie se da cuenta. Se creen grandes, pero están sólo hinchados.

Se persigue una especie de éxito que no existe. Todo tiene un precio y casi nunca es en dinero. Las vidas que, tantas veces, envidiamos,  encierran, bajo el brillo del oro, crímenes pesados contra la paz y la felicidad. No sólo porque el verdadero éxito es difícil de alcanzar, sino también por la cantidad de cosas negativas que arrastra consigo.

La vanidad y el orgullo intoxican, de forma casi fatal, cualquier virtud o mérito que acompañan.

Hay quien se ve siempre mayor de lo que es. Quien se empeña en no aceptar que somos todos humildes y que sin humildad no hay virtud alguna. Hasta el orgulloso más refinado se disfraza de humildad.

Tal vez sólo aquellos que viven  cerca de los que luchan por el verdadero éxito tienen idea de lo que significa. ¿Cuántas veces son ellos los que acaban perdiendo? Y sufren de ver sufrir…

El soporte del éxito es el trabajo invisible al que obliga. El riesgo que implica, toda vez que por sí solo, el trabajo no es garantía del éxito. Cuanto mayor es el éxito, mayor el riesgo de perderse y hacer que se pierda a quien cree merecerlo. Más aún, el éxito casi siempre no dura mucho. Es fugaz. No hay lugar seguro en ningún lado.

Pocos admiran a quien es capaz de mantener la excelencia en el tiempo. Reinventándose. Luchando siempre por lo que pretende alcanzar. La continua aparición de novedades parece ser más importante que la superación constante de un mismo protagonista.

El verdadero éxito tiene lugar como consecuencia de una lucha permanente de perfeccionamiento con vistas a lago noble. Lejos de las luces y de los otros. Porque la genialidad por mayor que sea, sin trabajo, se pierde. Por mayor y mejor orientado que sea el esfuerzo, el éxito no está garantizado. Y es un riesgo…

La fama trae muchos más males, sospecha y envidia,  de lo que se cree. A los orgullosos y vanidosos no es gusta que les hagas frente con la verdad. Pocas son las personas que aceptan bien que alguien sea mejor que ellas.

No se debe valorar a nadie por lo que consigue, sino por aquello que pretende.

El orgullo nos impide ver quien somos. La vanidad nos lleva a ser esclavos de la opinión ajena. Porque nos engañamos con la posibilidad de un verdadero éxito sin un precio elevado. El éxito exige una dedicación que implica sacrificios. Algunos, de cosas bien corrientes.

Cualquier corona tiene espinas escondidas.

viernes, 22 de agosto de 2014

VOLI DE LIBERTAD

RANCE SEFEROVIC nos ofrece hoy una canción, la canción de su vida, tiene una gran fuerza, sin duda, y un trasfondo inmenso, como es el trasfondo de un artista que ve multitud de posibilidades, y lucha incansable por conseguir su obra perfecta, la que le consagre como artista, y le conceda la estabilidad del ánimo.

… a partir de hoy sé que no lo olvidaré seguiré de pie
pase lo que pase lucharé y sé que no será fácil …
daré lo mejor de mí trataré de ser valiente siempre…
soy consiente de que el mundo es una selva de problemas
pero sé que está en mi mano que puedo ser diferente… 

no quiero ni un segundo más de ruido quiero se feliz 
quiero luchar llevar mi vida a otro lugar
no me importa nada más voy buscando mi verdad…
merezco esta oportunidad ahora sé que todo va a cambiar …
 
UNA MI LETRA....

RANCE SEFEROVIC 

VOLI DE LIBERTAD N 103

No hay peor cárcel que la que nos imponemos en la mente,
el miedo se apodera de las personas con tanta fuerza,
que incluso consigue apartarlas de sí mismas,
Tristeza, desamor y ansiedad
son la condena que comparte cada día mas gente
pero compadecerse y esperar no conseguirá el indulto
hay que levantarse y luchar
¿porque sonríes?
porque no tengo miedo
todos lo tenemos
y tu lo tendrás, aquí no hay salida
estáis aquí por ese miedo
liberaos de él es vuestra salida
¿y las puertas?
(todo va a cambiar)
Que tus sueños sean mas grandes que tus miedos
que la vida sea un juego en el que siempre quedes primero
que tu tiempo no se escape entre tus dedos
y que todas esas dudas que sé que te aterran se convierta en
SI PUEDO
que tu odio se transforme en un TE QUIERO y
que todas tus mentiras pidan un cambio sincero
que tus besos sean más grandes que tus celos
que ningún error te impida en tu vida ver la salida y
empezar de cero
que tu alma no sea de nadie y que tu mente sienta paz
que si caigo me levanto y lo pretendo una vez más
que tu corazón sea libre y no  tema proseguir      (pretenda de proseguir)
y que tu futuro fluya puro sin torturas de ayer
no te preocupes por el tiempo
tendrás cada respuestas pero en el justo momento
buscaste la felicidad en todas partes y tal vez olvidaste que
siempre estuvo aquí dentro
voy a salir quiero luchar llevar mi vida a otro lugar
no me importa nada más voy buscando mi verdad
voy a salir pienso llegar mi vida acaba de empezar
merezco esta oportunidad ahora se que todo va a cambiar
nadie va a cortar mis alas hoy nadie va a impedir
que pueda llegar donde voy
nadie romperá jamás mi corazón
comprendí que el camino sólo lo construyo yo
y a partir de hoy sé que no lo olvidaré seguiré de pie
pase lo que pase luchare y se que no será fácil
mantener la fe pero estoy seguro de que algún día lo conseguiré
daré lo mejor de mi tratare de ser valiente siempre
intentare  que el mundo no destruya mi presente
soy consciente de que el mundo es una selva de problemas
pero se que está en mi mano que puedo ser diferente
no más lagrimas no más dolor no más noches así
no quiero ni un segundo más de ruido quiero se feliz
alguien dijo una vez que vivir es soñar
yo viviré soñando y no despertare jamás 

ESTRIBILLO 

no te preocupes por el tiempo
tendrás cada respuestas pero en el justo momento
buscaste la felicidad en todas partes y tal vez olvidaste que
siempre estuvo aquí dentro
voy a salir quiero luchar llevar mi vida a otro lugar
no me importa nada más voy buscando mi verdad
voy a salir pienso llegar mi vida acaba de empezar
merezco esta oportunidad ahora sé que todo va a cambiar
no hay motivo para estar hundido
debes saber que detrás de este castigo tu vida vuelve a nacer
saca fuerza de tu pecho y vence al miedo esta vez
no hay más ciego en este mundo que el que no quiere ver
no hay excusas grita fuerte y mírate bien es tu vida corre
antes de que se largue el tren en tu pecho hay algo mágico que
quiere crecer es la llave de tus problemas tu decides qué hacer
voy a salir quiero luchar llevar mi vida a otro lugar
no me importa nada más voy buscando mi verdad
voy a salir pienso pienso llegar mi vida acaba de empezar
merezco esta oportunidad ahora sé que todo va a cambiar
ES SHÉ
TODO VA A CAMBIAR
Hey pequeña ¿que haces tú por aquí?
oye ¿que te gustaría ser de mayor?
¿a mí? bailarina
pues si es así y es tu sueño que nadie te frene ¿vale?
¡vamos!


jueves, 21 de agosto de 2014

¿Dónde estoy?



No es posible acostumbrarse, por más tiempo que lleve uno intentando ayudar a personas que vienen de paso, siempre habrá casos sorprendentes, porque las personas somos únicas e irrepetibles. “El que la lleva la entiende”, dicen por aquí…

Desconocido para la mayoría y abandonado por sus familiares cuando le asalta una enfermedad que lo deja totalmente incapacitado. Iba a Levante, M., pero ha aparecido en San Fernando. Tiene un aspecto alarmantemente frágil, acentuado por el desgaste del viaje y la sorpresa de encontrarse lejos de su destino.

Se aloja en el albergue esa noche y al día siguiente muestra otro aspecto, ya no da la impresión de que se pueda caer o  desmoronar ahí mismo. Incluso habla algo y su mirada es más participativa, invita a que le preguntes, a que le ayudes a aliviar la carga tan pesada que lleva dentro.

Al día siguiente vuelvo a ver a M., y lo encuentro peor que a su llegada. Le ha pasado algo que ni él sabe explicar. Extremadamente débil, la melena revuelta, heridas en los brazos. Parece que no ha dormido en el albergue, incluso creo haber escuchado  algo de pelea, pero no quiero seguir preguntando. Basta con mirarnos a los ojos, y acompañarnos un rato, hasta que llegue la hora de cerrar la oficina, después, buscará un acomodo por ahí.

Hoy, vuelvo a ver a M., el aspecto que presenta es el de haber dormido en la calle varios días. Está desayunándose un café estupendo que hace nuestra compañera I. y mojando una galleta detrás de otra… Menos mal que seguimos ofreciendo  este servicio, y que nos abastecen abundantemente de café y dulces unas buenas gentes.

Hoy, sin yo saber que era el último día de estancia aquí, me había decidido a hacerle preguntas de su enfermedad, de su vida, y como está mucho más hablador, me cuenta cosas verdaderamente tremendas. Estuvo en Santander, trabajando, pero lo dejó por diversos y se volvió a Madrid, de donde él es y donde tiene su familia. Cuidaba a su madre, mayor y enferma, pero le dio eso tan malo que tiene, que le paraliza medio cuerpo, y se queda sin fuerzas. Por ello le dieron un altísimo porcentaje de minusvalía y le han concedido una pensión.

Ni aún así la familia le ha dejado quedarse con su madre, con su pensión podía haber ayudado, pero, por lo que me dice,  ha llegado un “cuco” que le ha robado el nido…

En la larga conversación que tuvimos de camino al autobús que lo llevaba a Cádiz  reconoció que él también había hecho cosas que le han perjudicado o indispuesto con los hermanos; cinco tiene, y ninguno se ha interesado por él. También lo había dejado su compañera, a la que le gustaba gastar, dice.


A ver si en Cádiz encuentra todo lo necesario para vivir con un poco de dignidad y seguridad, espera con impaciencia que le lleguen sus medicinas a la Residencia, ya que son especiales para él y se las tienen que hacer en un hospital de Madrid. Además las trabajadoras sociales de Madrid y San Fernando se pondrán en contacto para buscar lo mejor para M. Así sea.

martes, 19 de agosto de 2014

Números. Usuarios



“Somos un número, no somos más que un número”, a esta conclusión llegaba un “usuario” esta mañana, después de narrarnos de forma abreviada su paso por el ejército, cinco años, nada menos. 

Tenía la palabra de su jefe de que al regreso de su operación lo reincorporaría a su servicio; pero no pudo ser, al terminar el contrato que tenía, como ya no era necesario, pues se quedó sin su puesto en las FF AA, a las que respeta y en las que estaría encantado  de seguir prestando sus servicios.

Hoy, somos eso, un número, “mientras producimos”, se nos considera más o menos persona,  si no producimos, ya no tenemos consideración más que de número… decía, más o menos en estos términos, otra persona que estaba en la conversación.


Vamos a suprimir definitivamente el término “usuario”, porque con lo de ser considerado socialmente un  número, darle además el “título” de “usuario” en  Cáritas, es demasiado. 

domingo, 17 de agosto de 2014

Mi familia es mi casa


                                                        Ilustração de Carlos Ribeiro

La soledad absoluta es no tener a nadie a quien decir un simple: “tengo ganas de llorar”. No necesitamos mucho para vivir bien – para ser feliz basta una familia y poco más.

La familia es la casa y es la paz. El refugio donde las ganas de llorar no es motivo de enjuiciamiento, es sólo un necesidad súbita de… familia. De un equilibrio para el cual el otro es esencial… lo mismo pasa con las ganas de sonreír que, en familia, se contagia solo con la mirada.

En los días de hoy va siendo cada vez más difícil encontrar gente capaz de ser familia. Abunda el  egoísmo y se cultiva, sólo, lo individual. Como si no hubiese espacio para el amor. Dicen que amar es arriesgado, que es cosa de locos…

Todos tenemos sentimientos más profundos. Cada uno de nosotros es una unidad, pero lo que somos pasa porque somos más que uno. Parte de unidades mayores. Estamos con quien amamos y quien amamos también está, de alguna forma, con nosotros. El amor es lo que existe entre nosotros y enlaza nuestros sentimientos más profundos. Donde las ganas de llorar son una señal de que hay algo en mí que es mayor que yo… a veces, no necesito  llorar… sólo las ganas (de llorar) me indican el camino de la humildad y del amor. Solo no consigo llegar a ser yo…

Una verdadera familia es simple. Es el lugar donde todos aman y protegen la intimidad de cada uno. Nadie es de una familia a la cual no se entrega. Pero no es fácil, nunca. En preciso ser fuerte o suficiente para decir no a un conjunto enorme de cosas que parecen muy valiosas, pero que no pasan de huecas apariencias de valor.

Hay mucha gente que le gusta complicar las cosas para huir de lo que es sencillo. ¿Para qué me sirve un palacio si en él mi soledad se hace aún mayor? ¿Cuántos desisten de luchar por el amor con la disculpa de que el precio es alto y el premio puede al final no valer el esfuerzo? ¿Cuántas veces la falta de amor se considera  paz?

La familia es algo sencillo –puro- pero dificilísimo de alcanzar. Implica la renuncia constante a los artificios de lo fácil y de lo inmediato. Exige que nos concentremos en un camino largo que creemos (sin grandes pruebas) que es lo único que nos puede elevar y llevar al cielo.

En una familia hay afecto y hay ejemplo, hay límites y respeto, hay quien nos acepta como somos, sin dejar de animarnos a ser mejores, sin excesos pero con la paciencia de quien ama.

La paz resulta de un equilibrio de elementos diferentes, con talentos y perspectivas distintas. No a través de un esfuerzo de anulación de lo que es único de cada uno, sino precisamente por la riqueza de orientar el rumbo a un fin conjunto y armonioso. Una especie de enriquecimiento recíproco de los contrarios. Promover el bien del otro no es hacer que se vuelva semejante a mí.

Mi casa es el lugar donde yo soy el otro a quien alguien puede expresar su “tengo ganas de llorar”, sin que yo haga juicios de cualquier especie, y que le haga sentir con mi silencio, dedicación y presencia,  que las ganas (de llorar) ya no son sólo suyas… sino mías también.


Mi familia es mi casa. Incluso podemos ser sólo dos… pero es ahí, y sólo ahí, donde puedo ser feliz. Lejos de casa estoy siempre en camino. Mi corazón no descansa sino en brazos de quien tiene voluntad de sonreír y de llorar conmigo.

sábado, 16 de agosto de 2014

¡Cuánto peor, mejor…!?



Hasta hace pocos meses yo veía este pequeño recinto como un mundo en pequeño, por la diversidad de usuarios (¡dichosa palabra!) tanto por la procedencia, como por sus propias características personales y su curriculum. En cambio ahora la mayor cantidad de personas que acuden en demanda de información y ayuda son nacionales, de cualquier edad, y compartiendo causas o desgracias.

Hoy hemos hablado mucho de la existencia del mal, una voluntaria se empeña en que no existen personas malas, alguna razón deben tener para comportarse de ese modo, argumenta ella; en cambio,  todos los presentes tratábamos de convencerla de lo contrario, aportando cada uno su experiencia, por supuesto como víctimas del mal… sin la menor duda de que el mal cuenta con fieles servidores entre los humanos, y algunos muy cercanos.

Un joven recién llegado, que está algo alterado con la conversación, y supongo que algo cansado del viaje, tercia en la conversación, pero toma un giro radicalmente distinto, pues arremete contra la Iglesia con tal intransigencia que nos deja algo cortados. Para intentar calmarlo le pregunto que por qué dice esas cosas, y que si sabe donde se encuentra en este momento, mi insistencia le hizo detener aquella catarata de acusaciones y quedó un poco aturdido, incapaz de contestar. A partir de ese momento se tranquilizó, y seguimos la conversación en tono dialogante.

Este joven viene acompañado de un familiar, también joven, vienen del norte,  esperando encontrar aquí algún trabajo. Quizá tendemos a pensar, por instinto de supervivencia, que aquello que es escaso donde vivimos es más abundante en otras partes, y cuanto más lejos más abundante todavía. Allí han dejado lo que más quieren,  la familia (uno de ellos deja mujer y dos hijos menores),  lo que más satisfacciones  nos da en esta vida.

Otros muchos andan solos por el mundo, porque se han separado de sus mujeres o sus mujeres de ellos, o entre todos la matamos… Hoy ha vuelto un hombre a vernos  porque tiene un juicio, de familia, claro. Habla otro “usuario” que ya se iba y dice medio en broma: “mañana me voy a emborrachar”. ¡Hombre!…, le decimos, y él añade, con cierta resignación, (porque parece que no tiene por costumbre beber), “es que mañana, tal día de agosto,  de cual año, se cumplen tantos  años de mi divorcio”. Tras el desahogo marchó con otra actitud, menos negativa. Otro nos comenta que un señor, al que muchos conocemos,  se ha tenido que marchar a Francia, contra su voluntad, porque su mujer lo persigue a todas partes; llama a los albergues para que lo expulsen o no lo dejen quedarse… No hay palabras…

Ya tiene que verse muy mal un hombre, o una mujer, para dejar  lo que más quiere, y lanzarse a la búsqueda del sustento en otra parte, hasta el otro extremo del mapa, pasando mil calamidades. Hoy vienen dos familiares juntos,  para apoyarse, para no sentirse tan solos o desprotegidos. Es una escena muy dura, pero que dice mucho de las personas que la afrontan con tanto valor, y hasta con buen humor.

Pero también dice mucho de la sociedad en que vivimos, la que nos ha llevado a la crisis, y ahora no sabe gestionar los presupuestos y acudir en ayuda de las víctimas. Tras la Guerra Mundial, para pagar a los ciudadanos su servicio en la defensa de la patria, (y para evitar revueltas sociales) surge el Estado del Bienestar, para que nadie careciera de lo necesario…

Ahora, ese estado del bienestar se tambalea,  y no ha habido guerra, y no saben qué hacer. Lo primero ha sido asegurar los dineros, bien o mal adquiridos,  y las casas  del dinero. Y vaya modos y maneras que se gastan ahora: las pensiones mínimas se ven obligadas a pagar comisiones de mantenimiento  a las cajas de ahorros, ahora convertidos bancos avaros;  tampoco consienten un mínimo descubierto a fin de mes, y mucho menos conceden créditos, ni pequeños ni grandes. Para no hablar del pago puntual de los recibos, si no quieres que te  penalicen con una cantidad con la que podrías vivir una semana… etc. A esto sumamos los recortes, etc., etc.

¿Cómo van a soportar las familias tanta presión? Por eso también muchas familias se deshacen, pensando algunas personas que así podrán sacar más  dinero en subvenciones, pensiones, ayudas, etc. O sea, ¡cuanto peor, mejor!… ¡Dios mío! Donde hemos llegado. Y todos somos responsables, por acción, omisión, o aceptación de los hechos;  en todos hay una dosis de egoísmo, que sólo se diferencia en la cantidad. El bien común, la sociedad, son conceptos demasiado abstractos, difusos, incluso antiguos, pensarán otros más modernos…


jueves, 14 de agosto de 2014

Tanto nos hemos desprotegido…



“Hoy hay mucha miseria creada por  nosotros mismos, porque nos hemos creído lo que no éramos, ni deberíamos haber sido, ni somos”. Nos hemos desprotegido además, por soberbia,  por pereza, o por imitación o mera distracción, con lo cual el regreso a la vida normal, sencilla, digna de ser vivida y compartida, se hace muy difícil; en muchos casos, el esfuerzo sería tan agotador… que, por eso, ese horizonte amable ya no atrae, ni alumbra tanto, ni a tantos.

Sea cual sea el motivo, el resultado de esa desprotección es el mismo, un rotundo fracaso, un vacío espantoso del cual queremos huir a toda costa. Repartimos  culpas, a diestra y siniestra, para adelante y para atrás, a los padres, abuelos, y hay  quien llega a los tatarabuelos y más lejos en el tiempo hacia atrás…, ¡como si cada época no tuviera bastante con lo suyo! ¿Somos humanamente mucho mejores que nuestros padres, abuelos, maestros etc.? A saber lo que habríamos hecho nosotros hace cien años, doscientos años o más… y lo que dirán de nosotros dentro de poco tiempo…
 

“A la imaginación corresponde definir el mundo en que queremos vivir. Esta voluntad pura de descubrir todo lo que puede haber en una cosa, esta fuerza creadora debe ser dominada con sabiduría, pues el talento que nos lleva a volar, es el mismo que nos puede destruir por los miedos que es capaz de generar en lo más íntimo de nosotros.  Nuestra vida puede ser un verdadero infierno si no supiéramos dominar nuestra imaginación.”

Copio este párrafo entero porque nadie mejor que su autor, José Luís Nunes Martins, experto en apoyo psicológico a las víctimas de catástrofes aéreas, nos podría aportar un punto de vista lúcido, una ayuda eficaz para afrontar nuestra vida, los problemas que creamos o nos sobrevienen. Y dice también el mismo autor: “hay también los que atreven a pintar la vida de bello, con el amor, que es esa inmensa voluntad de crear, de hacer brotar bondad en abundancia, donde haga falta”.

En cambio muchos hoy tienden a la exageración, al disparate, al disfraz, o se suben a la corriente progre, relativista, que tan fácilmente justifica la conducta individualista, y no considera que pueda estar sujeta a alguna norma de mayor rango, ni siquiera al bien común, o al mero instinto de  conservación de la especie humana… Ese terreno baldío, salvaje, que hemos creado,  lo están aprovechando, ya descaradamente, los enemigos de la libertad bien entendida, responsable,  justificando incluso el empleo de la violencia, y hasta la guerra. Pero parece que no hay poder o capacidad humana que, por sí solos, puedan llegar a  gobernar con éxito este nuevo Babel globalizado.

Y aunque todos seamos responsables, de nuestra vida, de las relaciones sociales y del mundo, los representantes políticos lo son de manera especial,  son ellos los que, con tal de aparecer limpios y capaces de alcanzar el poder,  le echan la culpa de todos los males al adversario político, al rival, llegando a considerarlo el enemigo a abatir, a hacerlo desaparecer si fuera posible.

Será por eso que el mundo anda tan mal, porque los que lo han empobrecido y humillado, huyen de la verdad, no reconocen su culpa, no  devuelven lo robado, la dignidad a sus instituciones, la credibilidad y la esperanza de que por fin el bien común será respetado, buscado, defendido, protegido más que la propia vida…

Menos mal que muchas personas y organizaciones sí derrochan imaginación en bien del prójimo, y siempre serán una esperanza cierta, o personas como J. L. Nunes Martins,  que nos ayudan a entender este mundo tan complejo y tan esquivo.


domingo, 10 de agosto de 2014

“Inventar o mundo, alargar o possivel”



                                                        Ilustração de Carlos Ribeiro

La imaginación es el talento responsable de la construcción de los sueños y de las pesadillas. De aquellas referencias que nos motivan y atemorizan cuando estamos bien despiertos. Es esa capacidad de dar y tirar colores a la realidad con la que transformamos lo que somos y lo que nos rodea. Mucho de lo que admiramos en el mundo somos nosotros los que lo colocamos ahí…a través de ese don mayor que es el jugar a las esperanzas

Hay una capa que reviste la realidad creada por nuestra capacidad de aprehenderla. Como si antes de ver y oír necesitáramos añadir algo que lo hiciese posible.

Tal vez, tan importante como saber, es crear. Por medio de las imágenes que guardamos en nosotros del mundo es como lo vamos conociendo. Queda entonces una especie de depósito mágico que va combinando partes diferentes de orígenes distintos, a fin de hacer surgir tesoros magníficos y desgracias despiadadas… La imaginación  provoca y alimenta las pasiones. Las mejores y las peores.

Imaginar y pensar son  procesos muy semejantes.  Las conclusiones comienzan siempre por ser construidas a partir de asociaciones entre pedazos de lo que hemos ido recogiendo.  La imaginación no se opone de ninguna manera a la razón. Busca salidas a través de una aproximación diferente a los problemas. Es un pilar esencial del entendimiento más abstracto. Una lógica libre de principios y obligaciones.

Hay un peligro absoluto en ser soñador… esperar que sea la realidad la que se recee en orden a cumplir lo que se ha idealizado… No.

Y hay también quien no sueña sus propios sueños, copia los de otros y los vive, pero nunca con la fe que se exige a quien quiere ser feliz… a partir de su propia vida. Somos únicos y eso nos convierte aún en más valiosos.

Lo real consigue siempre sorprendernos. Pero sólo en la medida en que estuviéramos atentos.

Hay mucha gente que no consigue pensar más allá de lo que alcanzan sus sentidos. Sólo porque no ven algo creen que no existe… Viven en este mismo mundo y no consiguen ver sino… ceniciento. Todo ceniciento. Ni siquiera negro y blanco, ceniciento, sólo y solamente. Su vida es triste, pobre y … cenicienta. Como si su imaginación se hubiese consumido y no quedaran más que las cenizas en las que ardió.

Pero hay también los que atreven a pintar la vida de bello, con el amor, que es esa inmensa voluntad de crear, de hacer brotar bondad en abundancia, donde haga falta, donde establece diferencia… donde no hay.

Como si… nuestra inteligencia respirase y en un primer paso inspirase integrando en sí lo que merodea… para, después, soplar sobre el mundo lo que creó en lo más profundo de sí.

A la imaginación corresponde definir el mundo en que queremos vivir. Esta voluntad pura de descubrir todo lo que puede haber en una cosa, esta fuerza creadora debe ser dominada con sabiduría, pues el talento que nos lleva a volar, es el mismo que nos puede destruir por los miedos que es capaz de generar en lo más íntimo de nosotros.  Nuestra vida puede ser un verdadero infierno si no supiéramos dominar nuestra imaginación.

¡Podemos sobrevolar un desierto inmenso a lomos de una ballena voladora… podemos eso mismo!

Hay quien cree que los sueños son mentiras y yerros. No son. Lo que resulta de la imaginación puede siempre hacerse real… el hoy era irreal ayer y… helo aquí.


Para lo mejor y para lo peor, si no hay inimaginables, no hay imposibles.

domingo, 3 de agosto de 2014

La muerte. De la tierra al cielo



                                                     Ilustração de Carlos Ribeiro

Vivo las muertes de los otros, temo la mía. Pero más temible que a muerte es el morir. Un proceso que se imagina siempre lento, sufrido y consciente. Sólo los niños tienen miedo de estar muertos, condición que creen ser un estado de permanente abandono: oscuridad, silencio y soledad. Ahora nosotros, los adultos, dejamos de preocuparnos con lo que viene después, de tan centrados como estamos en el viaje, o mejor, en el tiempo que antecede al viaje…

Sólo la muerte de los otros es un suceso en mi vida, del mismo modo que la mía sólo lo será en las vidas de los que me sobrevivieran.

La aventura de la vida es mucho más que el tímido, fútil y cobarde instinto de conservación,  importa reconocer y vivir la vida tal como es: preciosa; y reconocernos y aceptarnos tal como somos: frágiles. La vida es este pedazo de infinito que tenemos en las manos. Esto que nos sobrepasa por completo pero del cual formamos parte. Una parte importante. Si no fuésemos esenciales, no estaríamos aquí.

Nadie puede vivir mi vida –ni morir mi muerte. Estamos solos, pero podemos dejar de estarlo, si nos entregamos. Si decidimos amar.

Es muy extraño que nos parezca que tenemos siempre mucho que decir a quien parte, y que el tiempo antes de su partida sea siempre tan poco. Incluso porque, en verdad, lo que tenemos que decir es siempre poco y el tiempo será, casi siempre, más que suficiente. Es cierto que partimos a horas diferentes… unos antes, otros después, pero en cuanto a la hora y las estaciones  de llegada…. ¡nadie tiene certeza!

Esa sombra que nos persigue incluso por donde no hay luz…. Este desierto de silencio que suena vacío … puede al final ser algo que no podemos entender, mientras tanto dura. Como si ahora fuese sólo tiempo de vivir, y después (sólo después) entonces hora de comprender. Todo.

La naturaleza de este mundo es finita, esta nuestra vida es un proyecto limitado en el tiempo.

Podemos y debemos posponer lo inevitable. Pero la realidad no es lineal: mañana no estaremos más próximos a la muerte de lo que estamos hoy. Es lo que hago lo que me aproxima o me distancia. ¡Si al conducir un automóvil decido pisar a fondo el acelerador y seguir a alta velocidad, me estoy colocando más cerca… si opto por seguir con serenidad y  seguridad, estaré apartándome! Depende mucho de mí. Nadie tiene la vida medida de partida.

Importa vivir aceptando os riesgos, pero calculando las posibilidades, que son siempre muchas… sólo la muerte no es una posibilidad –es el fin de las posibilidades.

Yo puedo ser este camino: de las raíces a los frutos; de la tierra al cielo; del barro a las estrellas… De lo finito al infinito… pero sólo lo seré si me decido a serlo, si me yergo, si levanto los brazos, si sueño alto… si llego a ser capaz de crear con mis propias manos el camino para el cielo.


Sé que voy a morir. Lo sé con la inteligencia y lo voy aprendiendo con el corazón. Sé que la muerte me separa de algunos que amo, no se de ellos con la inteligencia, hay días en que los siento con mi corazón… viven aquí, conmigo, en mi vida, bien dentro de mí; pero también hay noches en que siento que ya estoy allá, lejos… Donde ellos me esperan.