sábado, 30 de julio de 2016

Homenaje a un desconocido

Daniel Medina Sierra

Recuerdo el día que decidí levantarme y dejar de esconderme para dejarme morir de hambre y sed.
Estaba en casa encerrado cuando llaman a la puerta, era un policía al que algún “vecino llamó por si ya me estaba descomponiendo, eso sí, ninguno de éstos se preocuparon por saber de mí.


Estuvimos hablando un buen rato, es un buen hombre, pensé. Estaba verdaderamente preocupado y asustado por el estado en que me encontraba, incluso me ofreció dinero para que comprase algo de comer, yo lo agradecí pero no quise. Temía que me echaran de la casa cueva le advertí que si intentaban entrar me ahorcaba, dije toda clase de ocurrencias acerca de esta puñetera sociedad egoísta¡ Vamos, un buen discurso!. Lo vi tan asustado, tan afligido con mi dolor. Me sentí verdaderamente mal conmigo mismo, ese hombre no supo lo importante que fue en mi recuperación.



Me queda un largo camino aún, trabajo, fin de mis deudas económicas, casa y poco más; pero ese policía del que sólo sé que estudió historia le quiero rendir un merecido homenaje. Le recuerdo cada día porque gracias a usted decidí volver a luchar.

Del “Discurso a DIOGNETO” (siglo II) (Homenaje a los cristianos perseguidos hoy)



Los cristianos no se distinguen de los demás hombres ni por su tierra, ni por su lengua, ni por sus costumbres. …La doctrina que les es propia no ha sido hallada gracias a la inteligencia y especulación de hombres curiosos. Habitan en sus propias patrias, pero como extranjeros; participan en todo como los ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros.

Se casan como todos y engendran hijos, pero no abandonan a los nacidos. Ponen mesa común, pero no lecho... Están sobre la tierra, pero su ciudadanía es la del cielo. Se someten a las leyes establecidas, pero con su propia vida superan las leyes. Aman a todos, y todos los persiguen... Son llevados a la muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos (/2Co/06/10)... Son calumniados, y en ello son justificados. «Se los insulta, y ellos bendicen» (1 Cor 4, 22). Hacen el bien, y son castigados como malvados. Ante la pena de muerte, se alegran como si se les diera la vida.

… lo que es el alma en el cuerpo, eso son los cristianos en el mundo.

…  están por todas las ciudades del mundo.
…  habitan también en el mundo, pero no son del mundo...
…  y el mundo aborrece a los cristianos sin haber recibido mal alguno de     
     ellos, sólo porque renuncian a los placeres.
… los cristianos aman también a los que les odian. ..
… El alma inmortal habita en una tienda mortal, …mientras esperan la
    inmortalidad en los cielos.
            … El alma se mejora con los malos tratos en comidas y bebidas, y los
                cristianos, castigados de muerte todos los días, no hacen sino aumentar:
                tal es la responsabilidad que Dios les ha señalado, de la que no sería
                licito para ellos desertar.

… lo que ellos tienen por tradición no es invención humana:

·         el que es verdaderamente omnipotente, creador de todas las cosas y Dios invisible, él mismo hizo venir de los cielos su Verdad y su Palabra santa e incomprensible, haciéndola morar entre los hombres y estableciéndola sólidamente en sus corazones.
·         No envió a los hombres … a un servidor suyo, … sino al mismo artífice y creador del universo,  Aquel por quien todo fue ordenado, delimitado y sometido: … A éste envió Dios a los hombres.
·         Ahora bien, … lo envió con bondad y mansedumbre,…, como hombre lo envió a los hombres, como salvador, para persuadir, no para violentar…. Lo envió para invitar, no para perseguir; para amar, no para juzgar. Ya llegará el día en que lo envíe para juzgar, y entonces ¿quién será capaz de soportar su presencia?...


… Pero después que lo reveló por medio de su Hijo amado y manifestó lo que tenía preparado desde el principio, nos lo dio todo de una vez, a saber, no sólo tener parte en sus beneficios, sino ver y comprender lo que ninguno de nosotros hubiera jamás esperado.

…  nos permitió que nos dejáramos llevar a nuestro antojo por nuestros desordenados impulsos,... No es que tuviera en manera alguna complacencia en nuestros pecados, pero los toleraba (…) y habiendo quedado bien patente que nosotros por nosotros mismos no podíamos entrar en el reino de Dios, se nos conceda ahora la capacidad de entrar por el poder del mismo Dios (…) nos soportó, y compadecido de nosotros cargó sobre sí nuestros pecados. ÉI mismo «entregó a su propio Hijo» (Rm 8, 32) como rescate por nosotros: al santo por los pecadores, al inocente por los malvados, «al justo por los injustos» (1 Pe 3, 18), al incorruptible por los corruptibles, al inmortal por los mortales

... Si deseas llegar a alcanzar también tú esta fe,
No tienes idea de la alegría que te llenará cuando llegues a alcanzar este   conocimiento,
o del amor que puedes llegar a sentir para con aquel que primero te amó hasta tal extremo.
Y cuando llegues a amarle, te convertirás en imitador de su bondad…
la felicidad no está en dominar tiránicamente al prójimo, ni en querer estar siempre por encima de los más débiles, ni en la riqueza, ni en la violencia para con los más necesitados... Más bien el que toma sobre sí la carga de su prójimo, el que en aquello en que es superior está dispuesto a hacer el bien a su inferior, el que suministra a los necesitados lo que él mismo recibió de Dios, éste se convierte en Dios de los que reciben de su mano, éste es imitador de Dios.


·                    Entonces, aunque morando en la tierra, podrás contemplar cómo Dios es el Señor de los cielos; entonces empezarás a hablar los misterios de Dios; entonces amarás y admirarás a los que reciben castigo de muerte por no querer negar a Dios; entonces condenarás el engaño y el extravío del mundo, cuando conocerás la verdadera vida del cielo, cuando llegarás a despreciar la que aquí se tiene por muerte, cuando temerás la muerte verdadera, que está reservada para los condenados al fuego eterno que ha de castigar hasta el fin a los que a él sean arrojados. Entonces, cuando hayas llegado a tener conocimiento de aquel fuego, admirarás a los que por causa de la justicia soportan este fuego temporal, y los tendrás por bienaventurados.



“La era de la envidia”

Ayn Rand

 “La cosa más inmoral del mundo es atacar a alguien por sus virtudes”

La envidia, etimológicamente, del latín: invidia, ‘no ver’. Según los diccionarios, disgusto por el bien ajeno. Deseo de poseer lo que el otro tiene (acompañado de odio al poseedor).

La envidia es producto del disgusto desencadenado por el sentimiento de inferioridad. En el mito bíblico que describe la creación del mundo, la caída de la humanidad  se produce cuando la astuta serpiente –envidiosa de la supremacía de su Creador- ofrece a la mujer la manzana prohibida, depositaria del conocimiento del bien y del mal. Aún más, conforme con la fuente bíblica, el primer fratricidio practicado sobre la tierra es igualmente patrocinado por la envidia.

Admitir que se es envidioso es reconocerse mediocre en una u otra faceta de la vida, razón por la cual la envidia es el más negado de todos los sentimientos. Todo el mundo se ve envidiado. Envidioso, claro, es siempre otro.

No obstante, cuando una persona se ufana de no haber sentido  nunca envidia, no se trata, es obvio, de una criatura pronta para ser canonizada, sino más bien de alguien que se niega a luchar con los propios sentimientos.

Resquicio de nuestro instinto de conservación, la envidia es innata. No es necesario aprenderla. Cuando se comprende bien, es conducida, se transforma en sana admiración por los hechos ajenos y consecuente estímulo para la aplicación de las propias potencialidades. Cuando es reprimida, se convierte en frustración y actitud vengativa. En esas condiciones, sirve de base para críticas mordaces, comportamientos corrosivos y, no es raro, criminales, que miran siempre la destrucción del envidiado.

Con su vocabulario lúcido y conciso, la filósofa y dramaturga Ayn Rand (1905-1982) habla acerca de lo que ella denominó “La era de la envidia”
http://www.revistapazes.com/coisa-mais-imoral-da-terra-e-atacar-alguem-por-suas-virtudes/


Un mundo mejor


 Daniel Medina Sierra


Encontrar la voluntad, en el siglo XXI, de cambiar aspectos fundamentales de nuestro desarrollo moral y espiritual requiere de un esfuerzo colectivo sin precedentes en la historia de la humanidad. Requiere de un examen de consciencia profundo e individual para, posteriormente, llegar al mismo resultado colectivo.
Es indispensable desechar distintos tabúes, prejuicios e incluso gran parte de nuestra identidad, ya contaminada por los bombardeos ideológicos y morales que inevitablemente llevamos como una carga pesada e inútil.


Explorar sin tapujos ni limites la esencia de nuestra consciencia, o lo que es lo mismo, escuchar nuestras almas sin interpretaciones externas. El diálogo entre Dios y nuestro ser o esencia divina debe ser abierto, pues es la única forma de construir una sociedad sana y evolutiva en todos los sentidos.
Si pensamos en la relatividad de nuestra existencia y en el escaso tiempo que permanecemos en este plano existencial, llegaremos a conclusiones que, aunque razonadas con la mente, tiene paralelismos con nuestra consciencia divina.


Una de estas es la inexorable pérdida de todos nuestros bienes materiales, que, aún siendo conscientes de ello, estamos ligados a éstos. Es una cuestión educacional fundamental tanto en nuestra infancia como en nuestra etapa adulta, tratar de aprender y enseñar a escuchar lo que nuestro corazón nos dicta, a estar por encima de las simples necesidades mundanas que tanto daño hace a nuestra sociedad.


El punto de partida de todo ser es la incuestionable realidad de que somos más que un conjunto de células extraordinariamente complejas y que no somos fruto de la casualidad. En ese punto empezamos a hacernos las eternas preguntas sin, aparente , respuesta ¿Quién soy, de dónde vengo, a donde voy...? con una mente y un corazón abierto llegamos a asomarnos a esa otra realidad, una realidad más amplia y optimista que la mera realidad material.
  

Consientes de la unión indisoluble con algo más amplio que nosotros, llamemos Dios, Consciencia cósmica, ente superior... somos también conscientes de la unión entre todo ser viviente, el descubrimiento de esta verdad universal abre un amplio abanico de oportunidades en el desarrollo humano. La relación conjunta de nuestras almas, el efecto mariposa, acción y reacción ampliamente debatidos en sendas conferencias en todo el mundo, expertos de todo el mundo llevan mucho debatiendo estos temas.


Las conclusiones y teorías difieren unas de las otras, pero lo importante es que estas cuestiones fundamentales para el ser humano no queden relegadas a dogmas de carácter religioso. El hecho mismo de que se empiece a tomar en serio fuera de los templos y religiones nos indica que Dios nos habla a todos con un lenguaje distinto.

Una sociedad sin alma está abocada a la extinción, una sociedad que muere sin saberlo, una sociedad sin distinción del bien y del mal. Es nuestra primera y última meta si queremos un mundo mejor.

jueves, 28 de julio de 2016

“La adversidad forma personas de carácter”


Daniel Medina Sierra

En estos días he estado recapitulando información, analizando, intentando por todos los medios posibles, examinar lo más objetivamente que mi limitada inteligencia me permite, hoy os hablaré de la necesidad.
En una de mis conversaciones con el hijo de un buen amigo le expliqué que mi necesidad primordial sería poder tener un hogar, un techo donde empezar de nuevo; un bien preciado para mí pues nunca me faltaría un techo donde cobijarme. Mi interlocutor no estaba de acuerdo, su prioridad era un buen coche y el hogar quedaba, en el mejor de los casos, en segundo plano.


Charlando con dos chicas, una con todas las necesidades cubiertas y otra acogida en Cáritas. Les recomendé que buscaran trabajo para pagar sus estudios, tener cierta independencia económica, adquirir experiencia...
La primera contestó con un no rotundo ¿para qué voy a trabajar si mis papás me lo pagan y no tengo necesidad?  La otra chica pareció entender que era positivo y se interesó por el tema. La conversación empezó a adquirir mayor intensidad, la inexperta hija de papá instaba a su compañera a centrarse únicamente en sus estudios, sin tener en cuenta las necesidades económicas de la misma.

 El valor de la experiencia, del sacrifico o el tesón no eran importantes para ésta primera. En fin, hijos de papel/ de papá.
Hablando con unos amigos veteranos y sabios el más mayor me dijo, hace mucho que no escucho una defensa tan certera de la importancia del trabajo duro, la experiencia y el sacrificio para alcanzar una meta en la vida. Se habla de la necesidad de forma frívola, insustancial, superficial y carente de sentido común.

 Hoy repartíamos fruta a los acogidos y me decían ¿puedes creer que las personas preguntan qué frutas dan, y si no les gusta la rechazan? los críos no quieren fruta, en este país no se pasa hambre y todavía podemos elegir que comemos y que no.
Personas viviendo en chabolas con un ‘Mercedes’ en la puerta, Otros pidiendo dinero en las iglesias y grandes superficies y sus maridos en el bar y con un coche aparcado.

  
Recuerdo, hace ya treinta años, cuando mi madre recogía una olla de comida caliente de Cáritas, también nos daban los juguetes, nos vestían y nos conformábamos con lo que teníamos. Recuerdo que si quería algo los fines de semana recorría cada piso para recoger pan duro para llevarlo a la huerta, me daban 4 duros por un kilo de pan duro, reunía para pagarme las clases de karate, para mis reyes, para comprar chucherías, yo y muchos niños más de mi época.


Dureza en la pobreza, trabajo duro, esfuerzo, sacrificio. Adulto estuve en cualquier trabajo, las horas que fueran, con una miseria de sueldo. Jornadas de hasta dieciséis horas, cargando como un burro.
Dicen que para vivir con todo debes vivir sin nada, es posible, aunque tengo mis dudas.

  
No tengo una gran formación académica pero aprendí a ser un autodidacta, sé por experiencia que no importa si eres un mozo de almacén o un importante ejecutivo, no importa si tienes dinero suficiente para pagar las facturas o puedes permitirte todos los lujos. Si no has vivido la riqueza de las carencias, de la pobreza, si no has sacrificado nada, si no has perdido nada, si no te has esforzado nunca, serás un ser al que derriben de un soplo, sin escudo.



Si por el contrario has luchado, has caído, te has levantado y vuelto a caer mil veces, si has sacrificado cosas que están fuera de tu alcance, si has trabajado duro, digan lo que digan, hagan lo que hagan, así soplen vientos huracanados, tu armadura está hecha de fe en ti y eso dará su fruto.

La princesa y los muros

La princesa y los muros


JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


- Buenos días, Forças...

-Hola, princesa, ¿qué vamos a hacer hoy?

- Hoy volvemos al muro de ayer. Tenemos que derribarlo.

- Hola... Serás tú siempre quien  decide, ¿pero... por qué razón me gastas en estas pequeñas cosas? No sería mejor que buscáramos una forma de rodear a ese adversario, ya que él sólo es enemigo porque tú lo consideras como tal... al final, solo no cedió a tu voluntad... y sabes, él es un muro, no tiene voluntad siquiera. Te gustan demasiado los muros...

-Sí. Pero yo necesito demostrarme a mí misma que soy capaz de cumplir lo que imagino y de acabar lo que  he comenzado.

- Princesa, nuestro valor depende de la capacidad de ser fieles a nosotros mismos, de ser constantes en los buenos y en los malos momentos.

- Eso mismo. Yo no quiero ser como aquellas personas que están siempre dispuestas a entrar en contradicción. Prefieren agradar a los otros en vez de respetar la verdad. Nos atraen para engañarnos.

-Claro, pero no todas las firmezas son buenas. La excelencia de alguien depende mucho de ir adaptándose a las circunstancias. Siempre con humildad, sin querer nunca ser más fuerte que el mundo. ¡La obstinación es una especie de maldición para quien la tiene!

- ¿Qué quieres decir? ¿Quién cambia de ideas es mejor que quien mantiene siempre las mismas?

- Lo que creo s que tu nobleza dependerá siempre del valor de las ideas que escoges, mucho más que de tu determinación. Si es fiel a algo insignificante, te vuelves insignificante. Al contrario, si no desistes de algo valioso, entonces serás noble, porque estás siendo fiel a algo noble.

- Yo quiero luchar, con todo, en defensa de lo que creo.

- ¡Oh mi querida princesa, ¿cómo prefieres gastar tus fuerzas y la mías? Son muchas, pero no son infinitas!

- Quiero que luches conmigo por aquello que creo.
¿Pero... quieres ir lejos... guardando, cada día, fuerzas que gastaríamos en luchas sin sentido? ¿O... prefieres que luchemos contra todo lo que se nos oponga, sin querer pararnos a buscar otros caminos?

- No entiendo...

- ¿Prefieres malgastar las fuerzas contra todo lo que se nos oponga o invertirlas en aquello que vale la pena?

- ¡Prefiero intentar llegar lejos... incluso porque no me gusta estar siempre en el mismo sitio!

-  Nosotros evolucionamos, pero solo mientras tuviéramos paciencia para aprender. Mantén tu inteligencia atenta y tu corazón abierto.

-¿Cómo hago eso?

-Cuando algo se te resista o se opusiera a tus planes, no cedas a la voluntad de someterlo y pasarle por encima. No cierres los puños y los dientes, cerrando los ojos y los oídos...

-Pero...

- Aquí no hay más, tu razón encontrará siempre el camino mejor para tus fuerzas. Aunque, a veces, se demore mucho...

-No sé qué decir, Forças...

- ¡Poco importa, princesa! ¿Dónde quieres ir? ¿Hacia el muro de ayer?

- ¡No, vamos a dar la vuelta al muro y a ir más lejos! ¡Mucho más lejos... hacia el horizonte! ¡¡¡Vamos a dar la vuelta al mundo!!!

  (ilustração de Carlos Ribeiro)


http://rr.sapo.pt/artigo/59674/a_princesa_e_os_muros

viernes, 22 de julio de 2016

“Una cuenta social”


Esta mañana continúa la racha de este verano, muy diferente a los anteriores, en los que la afluencia de personas sin hogar disminuía considerablemente. Este año cada día es una sorpresa, y a veces ni cabemos en tan pequeña sala de espera, a pesar del calor sofocante que padecemos.

Pero eso sería lo de menos, lo que importa son los motivos por los que tantas personas tienen que acudir a solicitar ayuda y sobre todo alojamiento en el albergue. Si vienen tantas personas, en verano, es que algo no va bien, es que son cada vez más las personas que se ven excluidas familiarmente, socialmente, y hasta de sí mismos. No se entienden ni se admiten  a veces las consecuencias de las decisiones que se toman, ni se tienen unos objetivos claros en la vida. Cada día se repite la misma expresión, por personas diferentes: “Esto  va cada día peor”;  esta mañana, una excluida social, alemana, que hace mucho tiempo que no venía por aquí, me dice, mirándome a la cara, y señalando al crucifijo que, gracias a Dios, todavía preside la puerta de la oficina: “Ese nos va a castigar; ese nos va a castigar”...

Toda esta introducción es para apoyar la serie de injusticias que de las que hemos sido testigos, una vez más. Una injusticia es la protagonizada por los bancos, contumaz, descarada, con una impunidad que asusta, ya que hace sospechar y  temer que la sociedad está transformándose, no en función del hombre y su bienestar, ocupando el centro y ejerciendo el control de su evolución, sino en un cuerpo extraño, inhóspito, amenazante.

¡No me cabe en la cabeza que ni los sindicatos, ni los partidos, y otras muchas personas  e instituciones, no tomen cartas en el asunto! Jamás se ha visto tal avaricia, tanto servilismo con don dinero. ¡Cómo es posible que cada día alguien venga quejándose de que el banco le ha descontado de su pensión o ayuda social tal o cual cantidad! Hoy han sido 250€, de intereses y por la utilización de la tarjeta en cajero. Otro señor, extranjero, no ha llegado siquiera a cobrar un euro de su salario social recién concedido, después de una larga lucha por conseguirlo.
Además, este señor tiene que hacer frente a una denuncia y  para su defensa cuenta con un abogado de oficio, pero, ¡solo puede comunicarse con él por whatsApp! , no le coge el teléfono, pero este hombre no puede disponer de esa aplicación en su móvil.

“Una cuenta social; ve al banco y que te abran una cuenta social. Yo tuve que hacerlo para que no me embargaran la cuenta”, aconseja otra señora, que ya ha pasado por ese trance, y ha sufrido lo suyo con hacienda, y consigo misma, con su propia cabeza, incapaz de gobernarse en su propio beneficio...

Al poco llega un  joven que vuelve después de haber pasado un tiempo entre nosotros. Callado, como siempre, esperando que alguien le diga una palabra amable, o eso me parece a mí. Entonces le digo “¿qué te ha pasado, amigo?”, porque tenía el brazo lleno de cortecitos, y hasta en el cuello los tenía. Me contesta con un hilo de voz, sin la menor muestra de incomodidad o desagrado por la pregunta, al contrario parece agradecer la pregunta para poder expresar así como se siente: “Nada, perdí la cabeza”... Parece que ha tenido algún conflicto con algún familiar, quiere volver a casa, pero no consigue dinero para pagarse el billete hasta la población  donde vivía, aunque es una población muy cercana.


En medio de todo esto, o mejor, al final de la mañana, otro señor que lleva un rato allí, observando,  nos dice cuanto le agrada la presencia en la oficina del P. L. casi todos los días, le parece un gesto de gran humanidad. Lo mismo vosotros, de verdad, se agradece que alguien quiera hablar con nosotros.

miércoles, 20 de julio de 2016

La experiencia


 Daniel Medina Sierra


La experiencia es el grial de todo ser humano, todos sabemos por instinto que es la única forma de saber quién somos realmente.
Es la culminación de una obra, sea dantesca sea angelical. No es solo lo que aprendemos de nuestras experiencias, también es a donde dirigimos esa lección. Si un chico me agrede aprendo más de una lección. A defenderme cuando la situación se vuelva a dar, a retirarme para no lastimar o que me lastime, a agredir a otros, a ser pacifico y luchar con otras herramientas que no sean los puños.... ¿cuál es el camino correcto? la experiencia te lo dirá.


No es cuestión de ser un erudito, un estudioso, un superdotado; es cuestión de sentido común. Miramos a nuestro alrededor y percibimos una realidad, esa realidad se distorsiona y cambia cuando es otro el que la percibe, es más, nuestra propia realidad cambia cuando experimentamos distintas vivencias en nuestra vida. Un día eres niño y crees que todo es posible, crees en duendes y hadas y en los reyes magos. Eres adolescente, y crees que eres el único en el mundo, que puedes cambiarlo, te comes el mundo.


El fin la edad del pavo, aquí es más larga, algunos mueren con el pavo a cuestas. Ya eres adulto, y alcanzas cierta madurez y la sensatez se posa en tu cabeza, piensas antes de hablar, aprendes es escuchar y a equivocarte sin tener que dar pataletas, es decir, aprendes de tus errores, no hablas de asuntos que están por encima de tus conocimientos y en caso que quieras aprender, lo harás escuchando.
Yo digo siempre que la experiencia es un don, el don más preciado que podamos tener.Pero, este don se aplica a aquellos que experimentan y aprenden.


La experiencia no es gratuita, lleva implícito un precio, un precio muy caro. Debes vivir, sentir y finalmente concluir tu experiencia con la respuesta. Vivir, sentir, reflexionar y resolver, un ejercicio pesado.

Muy pocas personas saben que cada experiencia por muy amarga que sea es un regalo, es una puerta a tu verdadero ser, la llave de tu alma que reconocerás cuando te encuentres frente al espejo. Es de un valor incalculable y por eso tantos la buscan por la puerta de atrás.

domingo, 17 de julio de 2016

Las lágrimas que el amor hace volar


JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


¿Si los sueños que me hacen llorar son buenos, por qué razón no les he de ser fiel? ¿Por qué sufro por ellos? No. Quien desiste de lo que puede y debe ser se condena al infierno de vivir lejos de sí mismo.

Ser feliz, en esta vida, es luchar por la felicidad y ser capaz de encontrarla, hasta en la desgracia. Si el fondo de mi pozo siempre puede ser más hondo, también es verdad que siempre puedo levantarme y luchar para que no lo sea. 

Lo normal es una ilusión, una forma simple de desistir de nosotros, en favor de una ilusión que, desde fuera, se intenta imponer a todos. No hay dos personas iguales en el mundo...

No soy feliz con los sueños de otro, así como tampoco seré infeliz con los míos
Tres buenos principios de vida son: soñar, aunque duela; luchar por los sueños, aún cuando todo parece estar en contra; ayudar a los otros a soñar y a luchar por la construcción de su alegría original, singular y autentica.

Las lágrimas que lloro vuelan. Exactamente. Ya fuera de mí, se tornan nubes y riegan los árboles que han de florecer en el paraíso que sueño... y por lo cual lucho y quiero luchar.

Las semillas que plantaron en mí y de las cuales debo cuidar, determinan lo que fui, lo que soy y lo que puedo ser. Pero si este tesoro me llego de forma gratuita, no puedo dejar de cuidar de él... si no quiero perderme.

Yo me voy haciendo en mi camino, con el amor de que fuera capaz.

No hay nadie normal en el común mundo de los mortales... somos todos extraordinarios... somos todos inmortales.



(ilustração de Carlos Ribeiro)


http://rr.sapo.pt/artigo/59195/lagrimas_que_o_amor_faz_voar

domingo, 10 de julio de 2016

Ser doblemente feliz


JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


Estimada, valiente y muy noble caballera,

Creo que ya es tiempo de hacerle llegar algunas palabras respecto de lo que he aprendido en mi vida y que puede serle útil a la suya. No porque se vaya a acabar la mía, así lo espero, sino porque la suya, que comenzó con fuerza, promete ya superarme en todo.

No desee tener más de lo que el mundo le dé. Sueñe y luche por ser más. El tener es pasajero, el ser se construye y permanece. Acepte con gran alegría  lo poco que alguien quiera compartir contigo. El amor es la mayor riqueza... y dura para siempre.

Sus armas –sean la espada o la pena- deben ser usadas con coraje, inteligencia y el cuidado de no hacer daño jamás al inocente. Es demasiado fácil hacer mal cuando nos creemos señores del bien.

La virtud se encuentra siempre en un punto de equilibrio entre dos desequilibrios.

Los males tienden a parecerse todos unos a otros. El bien es siempre nuevo. Los héroes son siempre únicos. Tan inmensa es la riqueza del bien que se renueva por completo cada vez que alguien se hace bueno.

Cuidado con la felicidad. Ella trae más envidia que el oro. La verdadera alegría se trasparenta en los ojos. No pierda demasiado tiempo mirando por quien quiere estar perdido. Céntrese en quien busca ayuda para encontrarla. Y ayúdelo. Sin preocuparse de buscar otra recompensa sino saber que está al servicio del amor.

Por más que tenga o sea, sepa que la obediencia es señal más fuerte de una voluntad libre. Somos libres cuando sometemos nuestros apetitos al mayor bien.
Es lo que la hará digna de todo lo que de bueno la vida le confía: moderación y humildad, sobriedad y fe, aunque tenga un reino a sus pies.

Sea señora de sí y de sus ideas, de su corazón y de su voluntad. ¡Si lo alcanza, será doblemente feliz, porque se venció a sí misma y al mundo!

Con verdadera admiración y gratitud de su reina.

Obrigada,

I.


(ilustração de Carlos Ribeiro)



¿¡Pero, qué podemos esperar…, si no empezamos por nosotros mismos!?

ü Si no somos capaces de asumir y manifestar, en privado y en público, un respeto sagrado por la propia vida y la ajena. Un respeto sagrado hacia los mayores, los padres, los niños, la patria, a quien nos acoge en este mundo. Sin una actitud respetuosa y colaboradora, agradecida y responsable, obediente al deber y dispuesta a servir, a sumar, para seguir creciendo...

ü Si aceptamos  leyes que consagran la injusticia y nos discriminan según criterios ideológicos multiplicando así las posibles divisiones; superada la clásica división y odio entre ricos y pobres, ahora, por poner algunos ejemplos, la principal división es entre tener o no tener trabajo; entre ser un excluido social nativo o emigrante extranjero,  para poder así disfrutar de más o menos derechos elementales en tu propio país. Entre ser hombre o mujer, a la hora de enfrentarse a la justicia por haber ejercido violencia doméstica, o cuando han desparecido los lazos afectivos entre ambos cónyuges, y la única solución es separarse, dividir las fuerzas, y arruinarse familiar e individualmente...

ü Si por un lado el Estado da pensiones y ayudas sociales,  y por otro consiente que los bancos, la mayoría recatados con dinero de todos, retraigan sin la menor compasión intereses y tasas a los beneficiarios, que ni con mucho llegan a fin de mes. Incluso permite que Hacienda les retraiga de tan míseros ingresos cualquier tipo de deuda, impuesto o multa...


ü Si renegamos de los principios que han orientado la enseñanza durante siglos, y que han conducido a esta sociedad a las cotas más altas de desarrollo económico, social, etc.

ü Si nos desprotegemos cuando despreciamos o renegamos de la trascendencia, que nos convierte en hijos de Dios a todos, y nos estimula a crecer siguiendo un Modelo perfecto...

ü Si no somos capaces, ante las cotidianas y flagrantes infracciones a la cordura y al sentido común,  decir ¡NO!...


ü Y así podría seguir diciendo cuantos peldaños le hemos ido quitando, alegremente, confiadamente, pero irreflexivamente, a la escala que de verdad nos permitiría ascender en la mejora personal y social, con esperanza, responsablemente...

sábado, 2 de julio de 2016

Nadie se ama a sí mismo


JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


El amor exige alguien que me lleve a olvidarme de mí. Alguien para el que mi existencia sea su felicidad. 
Supone el sacrificio de mí mismo en nombre de la felicidad del otro... y de la mía, al hacerlo feliz.

Sólo podemos realizarnos en el encuentro con el otro. El egoísmo es un veneno para la felicidad, un enemigo de la paz y una enfermedad del espíritu. 

Para ser quien soy necesito salir de mí. Superarme, querer ser más. Creer en lo que puedo ser, pero aún no soy.

Quien existe cerrado al encuentro pierde la riqueza de entregarse al otro... Quien vive para sí, muere. Quien ama, vive para siempre.
Uno de los mayores castigos de los egoístas es que el paraíso que buscan se les escapa siempre.

Despreciar al otro es una locura. Una ceguera. Hay quien pasa buena parte de su tiempo juzgando a los otros, considerándose por encima de ellos. Todos tenemos flaquezas. Todos. Es difícil asumir las nuestras y luchar contra ellas, al mismo tiempo que perdonamos a los otros... tal como a nosotros nos han sido perdonadas nuestras flaquezas. Quien ama, perdona. Hasta cuando no comprende. Quien perdona, olvida. Aunque el egoísmo luche para que quede algún resto.

Para ser feliz es necesario hacer frente a la posibilidad del absurdo que hay en el amor. Quien va por donde no hay suelo se arriesga a caer. Si. Pero a costa de tanta prudencia es por lo que hay tanta felicidad.

Uno de los pilares del egoísmo es la idea de que yo debo amarme en primer lugar a mí y, después, tal vez y sólo entonces, a otro... Pero, en verdad, el amor no tiene antes ni después... es el principio y el fin.


 Ilustração de Carlos Ribeiro


http://rr.sapo.pt/artigo/58059/ninguem_se_ama_a_si_mesmo

Anatomía de lo invisible


JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


Solo se puede ver una pequeña parte del mundo. La mayor parte de sus bellezas no son visibles. 

Distinguir entre lo que es simple apariencia y lo que tiene valor, aunque bajo un manto sucio y feo, es el mayor de los desafíos al que nos tenemos que enfrentar.

Hay quien no reconoce la existencia del amor solo porque no lo puede ver. ¿Es que alguien duda de la existencia del aire? ¿Y del viento, que es aire en movimiento?
Tocamos la vida como la música. Y ella nos toca. Somos compositores, instrumentos y sinfonías. Con fallos y desafinamientos, inmensos altos y bajos... pero siempre adelante y más alto... rumbo al cielo.

Necesitamos aprender a cerrar los ojos a las superficialidades y a fijar la mirada en lo que tiene verdadera belleza...confiarnos a la luz que nos ilumina el corazón, que calienta  la voluntad y es la raíz de nuestras fuerzas más íntimas.

Los ojos pueden incluso incendiarse con lágrimas ardientes, pero no debemos nunca dejar de creer que un día veremos la verdadera paz, aquella que solo merece quien vive sin grandes exigencias.

Al final, aquello que ven nuestros ojos es solo apariencia, la parte de fuera. Importa mirar dentro de las cosas, hacia nuestro interior y el de los otros...

Tal como una bella melodía, el silencio que le sigue también forma parte de ella. A veces, hemos de pararnos... para sentir nuestro corazón –que no vemos... para admirar lo invisible... para agradecer... para soñar... y para que aprendamos a dar lo mejor que somos y soñamos ser.

En la vida, más que la excelencia de una nota, lo que importa es lo que se toca y la forma como se toca... y el silencio que le sigue...

Y lo que queda... después que pasa todo el resto.



Ilustração de Carlos Ribeiro


http://rr.sapo.pt/artigo/57442/anatomia_do_invisivel