Hoy ha sido un día bastante especial, y no es porque hayan
ocurrido cosas malas a mí alrededor, que sí han sucedido, sino porque de todo
ello estoy en condiciones quedarme con
estas dos anécdotas, bueno algo más que anécdotas, dos reflejos de la realidad.
No puede renunciar al momento de placer que le proporciona
la droga, confiesa un usuario de este servicio,…enganchado desde los catorce
años y van otros tantos, con intervalos en centros de desintoxicación…Si no
hubiera centros de acogida, ayudas estatales, regionales, municipales, personales…¿qué pasaría? ¿qué
sería de tantas personas que han renunciado a su libertad por la
dependencia…creyéndose libres?
Pero, ¿sobrevivirán a la crisis estas ayudas, o en nombre de
la economía se irán suprimiendo, sin tener en cuenta a las víctimas, cada día
más y más desesperadas, que dependerán de su propia voluntad y recursos?
“Megalomanía místico religiosa”, así, con toda naturalidad,
nos confiesa que le han diagnosticado los médicos del centro donde la metieron
a la fuerza, o engañada, y lo dice con una sonrisa irónica, como diciendo: “sí,
a mí me vais a vosotros a doblegar”. “Son todos ateos”, recalca, mirándome
directamente a los ojos para buscar mi complicidad.
No puedo evitar que me impresione mi amiga A., es como una
niña, que dice la verdad si cortarse un pelo, con gracia además; ella habla
constantemente de Dios, y no se mete con nadie, al contrario, tiene una
sensibilidad extraordinaria ante la desgracia ajena, y enseguida se ofrece para
ayudar. Responde así, yo creo, con fidelidad “perruna” (en el mejor sentido de
la palabra) al gesto que tuvo con ella hace mucho tiempo un buen samaritano que
la recogió muy maltrecha e indefensa. Ella insiste en que todo lo bueno que le
ocurre a ella, o cualquiera otra persona, es porque Dios lo quiere, lo mismo
que los inconvenientes.
Hoy me emocionó al decirme mientras conversaba con ella:
“sí, es que tú tienes ojos para ver que lo que digo es verdad, y que es Dios
quien lo dice por mí, yo no soy nada, nada más que un instrumento suyo”… Y no
puedo evitar mirarla ahora como quien ha sido descubierto… Es un misterio cómo
nos habla Dios, que llegó a decirnos que si no nos hiciéramos como niños no
entraríamos en su reino, o que de la boca de los niños (tengan la edad que
tengan) sólo puede salir la verdad.
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