(La influencia de los Bancos de Alimentos
en la labor sociocaritativa de Cáritas)
Con esta fecha 28/7/15
12:49 escribía este post en el que mostraba mis dudas y mi preocupación por la colaboración
de Cáritas con el Banco de Alimentos (y no al revés). No Quito ni añado nada.
Ha pasado suficiente tiempo para comprobar que muchos temores se van
cumpliendo, y el voluntariado en las Cáritas parroquiales creo que se ve
seriamente afectado por esta nueva forma de llevar a cabo su ‘acción sociocaritativa’…
Me causó verdadera irritación, hasta terminar con mi escasa
sienta, pensar lo siguiente: el control tan ridículamente exhaustivo al
que sometemos a las personas que reciben un donativo de la CEE, o del Gobierno
de España, o del Banco de Alimentos, que no es más que un kilo de algo de
comer, sean granos o pasta, o unas piezas de fruta o unos potitos o leche
infantil… y cómo se escapan millones por la mala administración de los bienes
públicos, como la construcción, interminablemente molesta, del tranvía de San
Fernando; o en cualquier otro contrato fraudulento, perpetrado por políticos y
empresarios corruptos, que aunque son denunciados y juzgados, las sentencias se
dilatan tanto en el tiempo que incluso prescriben las faltas, y los dineros así
robados, siguen sin aparecer ni ser devueltos.
¿Qué clase de caridad es esta de ahora, que vigila y
controla al hambriento, al excluido social… sin esperanza en muchos casos? Es
humillante, es realmente humillante. Recuerdo cómo siempre hemos procurado en
Cáritas evitar las duplicidades, y para eso se llegaba a acuerdos entre los
equipos y se facilitaba la comunicación. Pero siempre se trataba de hacer todo
con discreción, sin humillar, sin vejar a nadie, y mucho menos a un ‘pobre’,
que para eso son los preferidos del Señor. ¡¡¡Hacerles firmar un papel, un
documento, por aceptar sin protestas, generalmente, un insuficiente lote
de comida!!!
Me temo que la crisis la hemos interiorizado de tal manera,
que ha vuelto miserables a muchos, aceptamos sin más cualquier tipo
de ayuda, sin pararnos a pensar en el fondo y en las formas, en los fines y las
intenciones.
Me parece muy bien, que se unan el Banco de Alimentos, el
Gobierno de España y la CEE para socorrer a familias y particulares en crisis,
¡¡¡Pero que digan alto y claro que su contribución es un mero parche, y una
manipulación, ya que están utilizando la buena voluntad de muchos voluntarios y
asociaciones, para llevar a cabo un reparto mínimo de bienes, y evitar así
mayor descontento en la sociedad!!! ¡¡¡Comparen, por favor, el control tan
miserable que exigen por recibir una limosna, y la falta de justicia con la
corrupción y los abusos en las administraciones!!!
De verdad que no lo entiendo, no lo acepto, cada vez me
cuesta más ver y callar.
Que conste que cuando llegue el día uno iré a Cáritas a
ayudar en el reparto de víveres, pero seguro que se me escapará más de una
frase animando a la rebeldía contra el estado de cosas, y contra las
instituciones que tan celosamente controlan la ‘caridad’ que ellos hacen, que
nada tiene que ver con la que se hacía en Cáritas y aún se sigue haciendo, si
ponemos todo el cuidado en el modo de dar, y en la intención.
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