miércoles, 13 de diciembre de 2017

ENCUENTRO DE ADVIENTO DE CÁRITAS ARCIPRESTAL DE SAN FERNANDO






Fue un encuentro entrañable, útil y fructífero, a pesar de la hora… Comenzó con la Santa Misa, presidida por el P. Eugenio (de buen origen, bien nacido) en la que nos recordó el compromiso que tenemos con Dios y con el prójimo, especialmente en este tiempo de Adviento. Añadió una petición especial por Raúl, una persona sin hogar, recientemente fallecido, y por todos los que se ven en situaciones de extrema indigencia.



Cantamos lo mejor que supimos las canciones programadas…, y después de la comunión hicimos una acción de gracias, que resumo con las siguientes palabras, las cuales prueban la conveniencia del lema de Cáritas: “Tu compromiso mejora el mundo”, y nos convierten en esperanza para los demás: “Oh Dios, eres grande en tu misericordia. /Nunca abandonas a tus hijos. / Hoy también nos has consolado.

¡Podemos soñar porque tu misericordia no termina! / ¡Gracias a Ti, hoy nos atrevemos a soñar con un mundo nuevo, / con un ser humano libre, con la pobreza cero, / con una sociedad fraterna y solidaria! / ¡Gracias a Ti, hoy soñamos con la paz, con la verdad,

Con la justicia, con el amor! /… Gracias… pues nos haces soñar con el Reino entre nosotros.”



Y casi con esto está dicho todo, al menos lo que merece más la pena, ya que nos define ante el mundo, y a la vez nos anima a seguir dando lo mejor de nosotros mismos, con humildad y generosidad. Dicho con otras palabras, nos ayuda a recargar las pilas,  cada uno según el desgaste que haya sufrido en el ejercicio de su misión o cometido.



Pero, como no solo de pan vive el hombre, a continuación pudimos disfrutar de un suculento ágape. Juanjo había pedido que se llevara para compartir alguna de esas cosas tan apetitosas que cada uno sabe hacer, ¡vaya si se le hizo caso! Además, las sobras fueron tan abundantes que van a permitir al  servicio de Personas sin Hogar prescindir de las socorridas galletas, y ofrecer durante algunos días estos estupendos bizcochos, queso, tortillas, etc. a las personas que cada día acuden a desayunar, o a tomarse un cafelito. Un gesto que ya es habitual en todos los encuentros.



He preferido atenerme al encuentro tal cual fue, sin caer en críticas ni lamentos de si hubo algún fallo  o determinadas ausencias. No aprecié ningún fallo, salvo la hora, un tanto tardía; si bien quedó compensado con el buen rato que pasamos. Además siempre hay algún coche a disposición de los que lo necesiten para ir y volver del encuentro a sus parroquias o a sus casas, con lo cual ganamos tiempo.

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