OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS
¿Cuántos fracasos cuesta un éxito?
La victoria, cuando se alcanza con mérito y de forma justa, es siempre loable y admirable. Pero vencer y continuar siendo humilde es una recompensa aún mayor.
En tiempo de éxito, es importante que nos concentremos en los fracasos:
- Los que, por nuestro triunfo, fueron sobrepasados. Esos merecen nuestro respeto, más que nunca. Incluso porque algunos nos respetaron más de lo que alguna vez los respetaríamos, si hubiesen sido ellos los que alcanzasen la cima.
- Nosotros mismos, cuando fallamos. Es importante reflexionar profundamente sobre lo que sentimos, como pensamos en esas ocasiones y reformular esas supuestas verdades, pues, muchas veces, son mentiras que nos contamos a nosotros mismos y en las que creemos.
- Aquellos que fallan repetidas veces sin perder el entusiasmo. No dejan de creer en sí, y solo fracasan porque se ponen metas muy altas, que no desisten de alcanzar. Y que, de forma verdadera, honesta y tenaz, rehúsan bajar los listones que se proponen superar. Esos, a pesar de las apariencias, serán siempre vencedores, quizá más que cualesquiera otros.
- Están aún los que pierden. Son derrotados desde el instante en que desisten de luchar, renunciando a sí mismos y a los combates que les son posibles... Pierden, porque se pierden.
Por otro lado, cuando fueran otros los vencedores en las luchas en las que también nosotros hemos participado, debemos respetarlos por haber demostrado más talento y fuerza, por haber tal vez creído más.
Por fin, es importante que no olvidemos jamás que la peor derrota es aquella que se considera definitiva, así como una victoria puede ser la peor de las derrotas si no se fuera capaz de pensar y sentir solo como un momento pasajero de la historia.
Los humildes en las victorias son grandes hasta en las derrotas.
(ilustração de Carlos Ribeiro)
http://rr.sapo.pt/artigo/84069/nas_vitorias_lembrar_as_derrotas
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