José Luis Nunes
Martins
Son muchas las veces que esta duda sincera nos asalta y nos
roba la paz. En esos momentos, nos sentimos perdidos y comenzamos a dudar de
todo, hasta de nosotros mismos. Mientras tanto, tal vez la respuesta a esta
cuestión sea simple: Dios quiere que yo sea bueno.
El plan de Dios no implica que yo vaya por aquí o por ahí.
Dios espera que yo sea bueno, cualquiera que sea el camino que yo escoja. No
importa si soy artista, obrero, estudiante, desempleado o empresario, mi valor
absoluto corresponderá siempre a cuanto de lo mejor de mí soy capaz de dar. Ser
buen es hacer todo con amor, dándome en cada cosa que hago.
Ser bueno implica sufrir. El mal acecha en cada esquina, y
ataca siempre de forma certera y potente. Los sacrificios son parte del camino,
pero solo una parte. No podemos permanecer en un calvario sin fin. La bondad en
nosotros también exige que estemos atentos a toda la belleza que existe
esparcida por el mundo, en los pequeños detalles de las cosas más vulgares.
Si yo solo viviera sufriendo, como si ese fuese el propósito
de mi vida, entonces tal vez estuviera lejos de la voluntad de Dios, porque Él
quiere que yo preste atención a las señales de su presencia y belleza, que
existen también para animarme y fortalecerme. La alegría en mi alma, mi mirada y sonrisa serán señal de Dios para
los otros.
Dios quiere que yo sea libre y quiere que sea feliz, siendo
que mi felicidad debe ser resultado de la libertad que Él me ha dado.
Cuando somo buenos para los otros, el mayor bien que hacemos
es a nosotros mismos, pues la bondad no es una debilidad, sino una fuerza
poderosa capaz de cambiar el mundo entero, que se renueva y fortalece cada vez
que tenemos el coraje de orientar nuestras acciones hacia ella.
Pero la verdad es que si consigo aprender bien todo esto con
mi entendimiento y si lo siento con claridad en mi corazón, llevarlo al día a
día es muy difícil.
Parece que la maldad siempre alcanza resultados mejores que
la bondad; que el pecado en vez de ser su propio castigo, surge a nuestros ojos
como un premio para quien lo elige…
Es importante que, en el silencio profundo de nuestras
almas, encontremos las fuerzas para ser buenos, para resistir las adversidades
y las opiniones de todos los que preferirían que fuésemos iguales que ellos.
Después de que hayamos encontrado las fuerzas, faltará aún el paso más decisivo
de todos: actuar. Salir de la comodidad
del sofá y comenzar a trabajar.
Sí, el trabajo es mucho y no se podrá hacer en un día.
Aunque en un solo día pudiéramos ser capaces de sembrar mucho bien. Será muy
necesario alimentarlo y cuidarlo. Serán pocas las veces que veamos florecer y
fructificar el bien que hayamos plantado. ¿Pero qué importa eso si lo más
importante es haber sido capaz de sembrarlo y hacerlo crecer?
Es así con nuestros familiares, como nuestros amigos, como
las personas que no nos son tan cercanas. Pero es así también con los
desconocidos.
Fracasaremos muchas veces, siendo que debemos aceptarlo
siempre, aprendiendo y ajustando lo necesario. Es extraño, pero la verdadera
alegría parece estar siempre tras una barrera de tristezas que tenemos que atravesar.
Cada uno de nosotros debe establecer un propósito para cada
uno de sus días. Nuestra vida es el resultado de todos nuestros gestos.
Seamos buenos, sin esperar agradecimiento. A pesar de que
todos necesiten de nuestra bondad, solo los humildes de corazón son capaces de quedar
agradecidos.
Dios no nos condenó a nada. Al contrario, nos dio la
libertad para que el mérito de nuestras acciones sea nuestro como también es
nuestra la culpa por nuestra irresponsabilidad.
También yo fui un bebé en brazos de mi madre. ¿Qué quería mi
madre de mi cuando me envolvía en su regazo? Tal vez solo paz. Que creciese y
que eligiese, en cada momento, el bien. La paz es el resultado de una existencia
construida lejos de la mentira y del egoísmo.
La vida que nos es dada es un don. El amor, que es el camino
por donde la felicidad se da, es el don de ser don en la vida de los otros. Y
ser don es ser … bueno.
http://www.vozdaverdade.org/site/index.php…
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