Cádiz, 18 de enero de 2019. Cáritas Diocesana de Cádiz,
lamenta el recorte producido en la ayuda
que anualmente recibe de la asignación tributaria del Impuesto sobre la Renta
de las Personas Físicas que este año ha supuesto la reducción de más del 50%
con respecto a la dotación del año anterior y un retroceso sin precedentes. Eso
supone que programas dedicados a la atención de las personas sin hogar,
orientación y formación laboral y ayudas a familias en situación de exclusión
social se verán afectados gravemente. Concretamente, el Centro Madre Teresa de San Fernando, dispositivo único en la
atención integral basado en procesos educativos personalizados para personas
sin hogar y el Comedor Social Padre Cruceyra de Algeciras que da de comer a
familias en situación de grave exclusión y personas sin hogar, ven peligrar su continuidad por esta
situación.
A pesar de que la macroeconomía indica que la crisis que
hemos padecido la última década remite, en Cáritas seguimos constatando que, en
nuestra Diócesis de Cádiz, miles de familias siguen sumidas en la injusticia de
la pobreza y, por tanto, necesitan ayuda y atención para poder recuperar su
vida en dignidad.
Este recorte agrava
la situación económica que Cáritas Diocesana de Cádiz viene padeciendo en los
últimos años y que limita seriamente y perjudica su obra social. Por ello,
es necesario hacer un llamamiento a la
ciudadanía y entidades privadas a colaborar
con Cáritas, para que pueda seguir dando respuesta efectiva a la demanda de
ayuda que sigue recibiendo de miles de personas que acuden a ella, muchas veces
derivadas por la propia Administración.
Ante la llegada de nuevos responsables públicos a la Consejería
de Igualdad y Políticas Sociales, Cáritas Diocesana de Cádiz, unida al resto de
las Cáritas Diocesanas de Andalucía, desea y confía que se abra una etapa de
interlocución real y leal con las entidades sociales y un “apoyo efectivo a los
proyectos que se llevan a cabo por les entidades, reconociendo nuestro papel en
la lucha contra la pobreza y a favor de la igualdad de oportunidades”.
Cáritas Regional de
Andalucía
En tan solo dos años,
las Cáritas de Andalucía han visto reducida en más de un millón de euros la
ayuda recibida de la asignación tributaria del Impuesto sobre la Renta de las
Personas Físicas, correspondientes al 0,7%
del IRPF para fines de interés social. La entidad de la Iglesia
quiere denunciar que este descenso se debe a la gestión que la Junta ha
realizado desde que en 2017 asumiera esta competencia, que hasta esa fecha
gestionaba el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
Las 10 Cáritas
andaluzas dedican actualmente 40 millones de euros anuales para el ejercicio de
su acción social. Hasta 2017, los fondos públicos recibidos por la
asignación del IRPF para fines sociales suponían unos cinco millones de euros.
La reducción de estos fondos obliga a la entidad a realizar un sobresfuerzo por
mantener los servicios prestados desde hace muchos años que, en la mayoría de
los casos, suplen la falta de recursos públicos. Según el presidente de Cáritas
Andalucía, Mariano Pérez de Ayala, muchos de los recortes van a incidir en
programas que dan respuesta a necesidades sociales no atendidas por la Junta de
Andalucía.
Resulta
particularmente grave el recorte experimentado en los programas destinados a
personas sin hogar. En concreto, las ayudas procedentes del IRPF para el
trabajo de Cáritas en Andalucía con este colectivo se han visto reducidas en
cerca de 500.000 euros, pasando de 1.146.461,€
a 779.930,22€ durante los dos últimos años. La reducción no afecta
solo a los programas que benefician a personas sin hogar, sino que también la
han sufrido los proyectos de empleo (260.000 euros), de atención a mayores
(283.505 euros) y los dedicados al acompañamiento de personas migrantes
(150.000 euros).
A pesar de que la Consejería de Igualdad y Políticas
Sociales celebró varias reuniones con la Mesa del Tercer Sector, finalmente “ha
hecho caso omiso de los criterios expuestos por las entidades representadas en
la Mesa y ha atendido a criterios propios, muy alejados de los que les
trasladamos”, comenta el presidente de Cáritas Andalucía. Desde Cáritas afirman
que parte de la razón de todo esto es
que se han repartido los mismos fondos a un número mayor de entidades, sin
atender a la importancia o relevancia de su acción, la trayectoria de muchos
años de los proyectos y el importante número de personas atendidas. “En este
sentido, la interlocución con las entidades del tercer sector por parte del
equipo que ha gobernado la Consejería hasta ahora no puede ser más
decepcionante, puesto que únicamente han pretendido aparecer en la foto con las
entidades sin atender realmente a sus fundadas demandas” concluye Pérez de
Ayala.
Cáritas Regional de Andalucía denuncia que esta bajada en
las asignaciones del IRPF se suma al
importante descenso de financiación procedente de las últimas convocatorias de
subvenciones propias de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales para
programas destinados a colectivos en situación de exclusión social. En
tales subvenciones, las Cáritas andaluzas ha pasado de recibir algo más de 1,3 millones de euros en 2014 a recibir, para
los mismos fines, poco más de 480.000 € en 2018. “Los recortes que estamos
sufriendo las entidades nos pueden obligar a cerrar algunos recursos
imprescindibles en la atención a los más desfavorecidos”.
“Dar respuesta a las necesidades de las personas y
colectivos más vulnerables es un compromiso de todos, y como tal, la
Administración debe garantizar que así sea desde la responsabilidad que les
compete”, comenta Pérez de Ayala. “Cáritas,
por cada euro que recibe de la Junta de Andalucía, pone de sus propios recursos
cuatro euros más, si nos recortan las escasas asignaciones públicas, los
perjudicados serán los colectivos más vulnerables que atendemos”.
https://www.caritas.es/cadiz/noticias_tags_noticiaInfo.aspx?Id=15882
Aquí está seguramente la respuesta que buscaba a la incertidumbre que se vive en Cáritas. Se echa en falta la comunicación, que repercute en la pérdida de confianza en los gestores, aunque traten de hacer las cosas con la mejor voluntad. Sin duda la crisis es más profunda de lo que aparenta, y se 'ensaña' primero con los menos favorecidos. Los políticos están más en sus peleas sectarias y por el poder que en el servicio a los ciudadanos, especialmente a los más necesitados. Por eso la Iglesia hace muy bien en denunciar con datos los recortes más injustos, y explicando las consecuencias que de ello se derivan.
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