Pablo Garrido Sánchez
Primer aniversario
El
documento La alegría del amor
lleva un año de vigencia y es magisterio pontificio del más alto
rango... El Papa no se ha salido ni un ápice del Evangelio ni de la
Doctrina Oficial de la Iglesia; pero se ha paseado por las
periferias, como a él le gusta decir. Había que proponer
la belleza del amor humano e integrarlo en su dimensión cristiana y
sacramental y
lo ha conseguido; convenía destacar
la
estructura dialogal del amor conyugal, y lo lleva a cabo con gran
sencillez; y, por otra parte, no
deja de mostrar la convivencia familiar como el ámbito principal de
valores fundamentales y fuente de la alegría personal.
Pero el cuadro ideal y real del matrimonio y familia cristiana no
está privado del riesgo de la quiebra o
del fracaso, por lo que la
Iglesia tiene que actuar o estar
dispuesta como un hospital de
campaña, como al Papa le gusta
decir, para actuar de buena samaritana.
Llegados a este punto es donde el
documento se hace menos digerible para algunos,
que con buena intención quieren velar por la vigencia de unas
esencias que ellos consideran irrenunciables.
Una gran dificultad y una gran oportunidad
El
capítulo octavo del documento La
alegría del amor plantea
la cuestión pastoral incómoda para algunos y desafiante para otros:
¿Se admite a los sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía a
los divorciados y vueltos a casar civilmente?
Este asunto suscitó polémica y lo sigue haciendo. En el Instrumento
de trabajo presentado a los cardenales,
antes de la primera etapa sinodal, por el cardenal “Walter Kasper”,
se recogía la necesidad de afrontar estos casos y darles una salida
que agotase todos los recursos de la Misericordia divina; es decir,
había
que valorar si algunos casos de
divorciados y vueltos a casar civilmente podían recibir los
sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía.
La reacción no se hizo esperar, y un grupo de cardenales, con todo
el derecho que otorga la libertad de pensamiento, expresó su rotunda
negativa al planteamiento inicial del cardenal Kasper. Los debates
sinodales siguieron ahondando en la misma línea del cardenal. El
Papa elabora, en este capítulo ocho del documento, una síntesis
doctrinal que no se aparta en absoluto de la Doctrina Oficial de la
Iglesia. Entonces, ¿por qué los opositores se muestran tan
preocupados por la puerta que se abre a partir de este documento?
Haciendo
memoria
Cuando
el cardenal Kasper
presentó a los cardenales el Instrumento
de trabajo para el Sínodo, al llegar
al punto conflictivo de la admisión a los sacramentos de los
divorciados vueltos a casar, apeló a la
historia, trayendo a colación la práctica, en ese
sentido, llevada a cabo en los primeros
siglos por algunos obispos en sus comunidades.
La iglesia Ortodoxa, que es en todo igual a la Iglesia Católica,
excepto en la obediencia al Papa y en el “filioque”, mantiene la
disciplina sacramental de los primeros siglos, sin negar en absoluto
la indisolubilidad del vínculo matrimonial contraído en el primer
matrimonio, si este fue válido. La
excepcionalidad de la norma no está en la norma misma, sino en su
cumplimiento, teniendo en cuenta la fragilidad humana.
Pero
los monseñores y otros clérigos y laicos, que en la Iglesia
Católica elevan sus gritos al cielo por las disposiciones de la
exhortación apostólica La alegría del
amor, no se acuerdan o desconocen, que
fue el muy entrañable san Juan Pablo
II, en la anterior exhortación apostólica, de mil novecientos
ochenta y uno, quien admitió ya a los divorciados y vueltos a casar
en segundas nupcias, a la recepción de los sacramentos de la
Confesión y la Eucaristía, pero con una condición: habrían de
vivir como hermanos comprometiéndose a no mantener relaciones
íntimas: “ (Familiaris consortio, n. 84 ).Veamos
lo que dice el texto oficial: La
reconciliación en el Sacramento de la Penitencia – que les abriría
el camino al Sacramento Eucarístico- puede darse únicamente a los
que, arrepentidos de haber violado el signo de la Alianza y fidelidad
a CRISTO, están sinceramente dispuestos a una forma de vida que no
contradiga la indisolubilidad del matrimonio. Esto lleva consigo
concretamente, que cuando el hombre y la mujer, por motivos serios
–como, por ejemplo, la educación de los hijos- no pueden cumplir
la obligación de la separación, asumen el compromiso de vivir en
plena continencia, o sea, de abstenerse de los actos propios de los
esposos. Por tanto, la
única diferencia en el actual magisterio pontificio del papa
Francisco se establece sobre la autorización a los divorciados y
vueltos a casar para que sigan manteniendo relaciones sexuales
íntimas dentro de su convivencia conyugal, pues el documento no
plantea prohibición alguna sobre ese aspecto.
En
el último sínodo sobre la familia se debatió la conveniencia de
las relaciones sexuales en los matrimonios divorciados y vueltos a
casar, y se concluyó que estos matrimonios, prescindiendo de las
relaciones sexuales pondrían en grave riesgo su unión y la propia
convivencia con especial repercusión en los hijos. En
la exhortación actual, La
alegría del amor, el papa
Francisco no alude ni por un solo momento a la cuestión de las
relaciones íntimas como condición imprescindible para la admisión
a los sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía.
Con respecto a las nuevas uniones civiles de divorciados, la
exhortación propone tres objetivos:
acompañar, discernir e integrar.
Hay que leer despacio este capítulo octavo de la exhortación para
extraer el mayor rendimiento posible. ...
Hay que fortalecer a las comunidades
parroquiales en la comprensión y vivencia de la misericordia de
DIOS, de modo que pase de ser un concepto vacío a una experiencia
con contenido concreto. De esta manera
el discernimiento de los casos difíciles será llevado por el
sacerdote, pero al mismo tiempo apoyado por una comunidad parroquial
que crecerá espiritualmente al integrar
de forma adecuada, a los que en ningún momento están excomulgados,
a la plena comunión eucarística
dentro de la comunidad. El papa
Francisco ha puesto en manos de los pastores, curas y obispos, un
instrumento de trabajo pastoral de máxima importancia. ...,
¿cuántas veces durante este año ha escuchado una o varias homilías
expositivas o aclaratorias sobre esta exhortación del papa
Francisco? Al
mismo tiempo que normativa, esta exhortación hace
una exposición práctica de la vida conyugal y familiar,
que la hacen apta para ser leída por una gran mayoría.
Un objetivo parroquial debería estar
centrado en la lectura del documento por la mayoría de personas
posible.
... Por otra parte, habrá necesidad
de esclarecer algunos puntos y para eso deberían estar las homilías
y determinado tipo de reuniones. La
homilía es la única posibilidad de catequesis para una gran mayoría
de personas católicas practicantes.
Repensar el problema
Algunos
obispos y sacerdotes se ponen muy serios cuando tienen que hablar en
público de este documento, y en concreto de este capítulo octavo y
sentencian: “Es que el papa Francisco no ha dado licencia para que
todos los divorciados y vueltos a casar participen de los sacramentos
de la Confesión y de la Eucaristía”; … El cura que pretenda ser
fiel, hoy, a la Iglesia, tiene que leer despacio esta exhortación y
ponerse las pilas para hacerla vida pastoral, de lo contrario perderá
credibilidad él y la Iglesia Católica. Nos seguirán acusando de
que decimos y no hacemos...
No hay que desanimarse, es preciso volver a las raíces en busca de
verdad. La situación de dos personas divorciadas y vueltas a casar
con hijos o sin ellos supone un asunto de la máxima importancia,
trascendencia y responsabilidad, que una vez resuelta positivamente
supondrá un fortalecimiento y crecimiento de las comunidades capaces
de acompañar, discernir e integrar.
(Porque considero que es un tema demasiado importante, a veces causa de que muchas personas , principalmente hombres, se vean abocadas a la exclusión social, es conveniente la publicación de esta llamada a la reflexión y consideración de la comunidad de creyentes).
(Porque considero que es un tema demasiado importante, a veces causa de que muchas personas , principalmente hombres, se vean abocadas a la exclusión social, es conveniente la publicación de esta llamada a la reflexión y consideración de la comunidad de creyentes).
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