Daniel Medina Sierra
Hace unas semanas tuve un
debate con unos amigos sobre la situación laboral actual, desde la perspectiva
de un grupo de voluntarios de cáritas, me interesaba conocer los diferentes puntos de vista
de todos y cada uno de ellos, para ver lo que nos acercaba y lo que nos podía
alejar.
De cualquier modo, siempre
se aprende de los otros, si se sabe escuchar, y los que hablan lo hacen siempre buscando la verdad y el bien común.
Unos opinaban que ya
estábamos saliendo de la mala situación, en cambio otros estábamos en desacuerdo. Se basaban los primeros, tan optimistas, en los datos del banco tal o
cual, los datos del paro, el ibex35, la prima de riesgo, el precio del dólar
por encima o por debajo del euro...
¿Pero, de los bancos, los
mismos bancos que nos llevaron a la quiebra, los mismos usureros, los únicos
que en plena crisis económica fueron rescatados con dinero público, los
mismos que desahucian, los mismos que siguen practicando la usura, de ellos nos
vamos a fiar?
¿Cómo explicar entonces el
paro, el paro de larga duración ¿por qué no se reduce el paro, el empleo
miserable, los contratos basura,
los empleos sin contrato ni derechos, la
mayoría de los salarios por debajo de los 500€, autónomos obligados si quieren
trabajar...?
¿El ibex35?, este informe
corresponde a las mayores 35 multinacionales que cotizan en bolsa, pero el 80%
de la economía depende de las pequeñas y medianas empresas que, como siempre,
son los grandes olvidados.
La prima de riesgo sí, es,
en pocas palabras, estadísticamente , el grado de fiabilidad que los inversores
le otorgan la zona euro…
Todos estos, y algunos
datos más que desconozco, son a groso modo, los datos que, “supuestamente” utilizan para disponer de
información fiable sobre distintos aspectos económicos.
La percepción económica de
un solo individuo es más limitada, contamos con un círculo muy estrecho: la
familia, amigos, la ciudad… pero sí es cierto que, aunque limitada, para cada
uno de nosotros es lo más cercano, por tanto, lo más importante.
Y por lo que percibo en mi
entorno es por lo que discrepo. Personalmente no percibo cambios a mejor, los
bancos siguen “deleitándonos” con nuevos escándalos, menos sucursales
bancarias, más intereses, servicios cada vez más limitados, estamos
prácticamente obligados a estar conectado a internet para hacer cualquier
gestión, interés por tarjetas, interés abusivo por anticipos, aunque sea en
pensiones sociales...
Curioso, ¿no creen?, cada
vez menos sucursales, menos empleados y más intereses, y más dinero obtenido…,
gracias a la crisis.
Fijémonos ahora en nuestros
dirigentes políticos. ¿Podemos confiar en ellos, esperar que protejan nuestros
derechos y nuestros deberes, nuestro trabajo? Nuestros padres y abuelos tuvieron que luchar con peores ‘bestias’ ¿Vamos a acabar repitiendo, por culpa de nuestros políticos, una
historia pasada que, por desgracia, se tarda muy poco en olvidar, por lo que vemos en algunos sobre todo?
¿Qué vemos en nuestras
calles, qué pensamos realmente del mundo que estamos construyendo?
Se dice ‘es una crisis de
valores, no solo económica’, pero siempre fue una crisis de valores, hubo quien
utilizó nuestras debilidades para manipularnos, pagamos un precio muy alto.
Fuimos los grandes perdedores, los que pagamos los platos rotos. No se
equivoquen, la crisis económica se puede recuperar, es más difícil recuperar
derechos, libertades, moral y ética, la humanidad, a tantos y tantos seres
humanos que han sufrido, llorado, perdido, la esperanza... algunos incluso la
vida.
Sin duda, es una crisis de valores, y empezó mucho antes que la económica, que no es la primera, antes hubo otra en los ochenta y antes todavía otra, la del 73, que me tocó a mí, y me costó cuatro años de paro hasta conseguir un trabajo. Hubo otros desengaños en la Transición, uno fue eso, las promesas incumplidas del psoe y la ugt, entre otras, pero yo viví primero estas cuando los que buscábamos desinteresadamente trabajo para todos fuimos burlados por los listos de turno, los que cambiaban de chaqueta de franquistas a ser de izquierdas, más que las izquierdas; y aquella Universidad popular que nunca llegó a existir, y los que no quisimos hacernos del psoe, pues ya éramos apestados o peligrosos... Un poco de historia
ResponderEliminarClaro Octóvilo, pero esto no es cosa de derechas o izquierdas. La culpa hay que repartirla con proporcionalidad, culpables en menor o mayor medida, todos.
ResponderEliminarEso, al menos para mi,es evidente, me preocupa más las consecuencias. Muchos ya hemos pagado el precio por nuestras responsabilidad. Por errar y asumir el castigo. Hemos asumido, conscientes o inconscientemente, el rol de mártires con una Cruz perpetua¿ y sabes que sobran? Verdugos. La izquierda señala a la derecha y la derecha a la izquierda como los verdugos, los bancos¿ son mártires? No, se han lucrativo muy bien, pero intentan limpiar su imagen parando algún desahucio, algunas ayudas sociales... pero son los mismos perros con distinto collar.
Me gusta eso de que sobran verdugos, muy acertado.
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