miércoles, 5 de julio de 2017

Otra vez, otra ayuda providencial

Hoy ha sido un día especial en el grupo de Cáritas de la parroquia de la Divina Pastora. Hacía tiempo que no vivía una situación parecida en el servicio que prestamos en beneficio de nuestros acogidos. Me alegra que haya sido así, pues lo veo como otro signo de que algo está cambiando en la actitud general de las personas que componemos esta sociedad, tan castigada y bastante deteriorada, tanto en lo particular como en lo social; una vuelta al sentido común, como si las aguas quisieran volver a su cauce natural, poco a poco.

No nos habíamos repuesto del todo de la ausencia forzosa, en poco más de dos meses, por fallecimiento, de dos compañeros voluntarios, Manolo y Joaquín. Hemos ido adaptándonos a la nueva situación sin muchas dificultades, haciendo cada uno lo mejor que sabe su tarea. Pero hoy nos tocaba descarga de productos del Banco de Alimentos, más de tres mil kilos; yo reconozco que tenía cierta preocupación, de que no fuéramos suficientes, ni lo suficientemente fuertes... para llevar a cabo la descarga.

No habíamos comenzado a descargar el primer viaje y se presenta una cuadrilla extraordinaria, más de doce personas, formada por miembros de las cuatro cofradías del barrio: Divina Pastora, Misericordia, El Huerto y Ecce Homo, principalmente jóvenes. Se formó una cadena humana, tremendamente eficaz, que nos permitió descargar y dejar colocados, en tiempo record, todos los productos. Todo hecho con un humor excelente y una disposición digna de agradecer.

Es una gran satisfacción que Cáritas concite de esta manera, cuando es más necesario, a los miembros de una parroquia. Pero no se acaba aquí la colaboración, todas las cofradías tienen en cuenta a cáritas a lo largo del año, incluso algunas llevan a cabo una campaña especial, como la actual, de ‘los desayunos’ para los niños de los acogidos, durante los meses de verano que están de vacaciones.

Y no solo las cofradías, la parroquia entera responde generosamente, tanto en las colectas del primer domingo como cuando se pide puntualmente la aportación de algunos productos. El domingo pasado se hizo una petición especial de café, cacao y azúcar, y el mismo lunes ya habían entregado varias bolsas con distintos productos.

Yo creo que la ausencia de dos de nuestros compañeros ha sido recompensada, con creces. Les decía en bromas hace poco ‘yo creo que se acordarán de nosotros y nos ayudarán de alguna manera’. Este es un ejemplo. Pero aún me resta decir que el domingo pasado, después de la misa, se ha incorporado al equipo un nuevo miembro, que además es una mujer joven, y seguro que enriquecerá el equipo, además de rejuvenecerlo un poco...

Sólo me queda mencionar al Presidente de Cáritas parroquial, al Párroco, al P. Luis, que nos acompaña con mayor frecuencia, para reconocer nuestra labor, y darnos ánimo tras la pérdida de los dos compañeros. Agradecemos  mucho su presencia, sin la menor duda,  su cercanía y humanidad.

Hoy he revivido un poco el espíritu de cáritas ‘de todos los tiempos’, en un momento de apuro y necesidad, surgen ‘providencialmente’ las ayudas. Hemos recibido la ayuda material, pero sobre todo la humana, que necesitábamos especialmente en estos momentos. Seguro que la experiencia tendrá sus secuelas benéficas en el futuro y formarán una cadena en el tiempo mientras haya necesidades y necesitados.


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