Beato Juan Taulero
(1.300-361)
Es
cosa arriesgada y peligrosa que un hombre juzgue a otro; cada uno debe estar
atento a abstenerse de este pecado. Porque el que es la Verdad dijo: Con la medida que midáis, seréis medidos.
Si eres muy misericordioso, encontrarás más misericordia; si lo eres poco,
encontrarás poca; si no tienes misericordia, tampoco la encontrarás para ti.
Debemos
probar y ejercer esta misericordia interiormente, en su voluntad profunda, de
tal modo que sientas una compasión profunda y sincera por tu prójimo, siempre
que lo veas sufrir, y que le pidas a Dios de todo corazón que le consuele. Si
puedes socorrerlo externamente con algún consejo o algún donativo, con palabras
o con obras, lo harás en la medida de lo posible. Si no puedes hacer mucho, haz
al menos algo, ya sea una obra de misericordia interior o exterior: dile, por
lo menos, una buena palabra, de este modo, cumples con lo que le debes, y
encontrarás a un Dios misericordioso.
(En MAGNIFICAT)
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