sábado, 7 de enero de 2017

Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso



Beato Juan Taulero (1.300-361)

Es cosa arriesgada y peligrosa que un hombre juzgue a otro; cada uno debe estar atento a abstenerse de este pecado. Porque el que es la Verdad dijo: Con la medida que midáis, seréis medidos. Si eres muy misericordioso, encontrarás más misericordia; si lo eres poco, encontrarás poca; si no tienes misericordia, tampoco la encontrarás para ti.


Debemos probar y ejercer esta misericordia interiormente, en su voluntad profunda, de tal modo que sientas una compasión profunda y sincera por tu prójimo, siempre que lo veas sufrir, y que le pidas a Dios de todo corazón que le consuele. Si puedes socorrerlo externamente con algún consejo o algún donativo, con palabras o con obras, lo harás en la medida de lo posible. Si no puedes hacer mucho, haz al menos algo, ya sea una obra de misericordia interior o exterior: dile, por lo menos, una buena palabra, de este modo, cumples con lo que le debes, y encontrarás a un Dios misericordioso.

(En MAGNIFICAT)

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