Vida pasajera

(Hace tiempo lo encontré en facebook, y lo tenía guardado, hasta hoy...)

Autor Desconocido.

¡Ah, Si pudiésemos!

Si pudiéramos tener conciencia de cuan pasajera es nuestra vida, al vez pensásemos dos veces antes de malgastar las oportunidades que tenemos de ser y de hacer felices a los otros.

Muchas flores con cortadas demasiado pronto.

Algunas, aún no han brotado. Hay semillas que nunca llegaron a brotar.

Y hay aquellas flores que viven la vida entera hasta que, pétalo a pétalo, tranquilas, vivaces, se entregan al viento.

Pero la gente no puede adivinar.

La gente no sabe cuanto tiempo estará adornando este jardín y tampoco aquellas flores que fueron plantadas a nuestro alrededor.

Y nos despreocupamos.

Nos ocupamos poco. De nosotros, de los otros

Nos entristecemos por cosas pequeñas y perdemos minutos y horas preciosos. Perdemos días, a veces años.

Nos callamos cuando deberíamos hablar; hablamos demasiado cuando deberíamos quedar en silencio.

No damos el abrazo que tanto nuestra alma pide porque algo en nosotros nos impide esa aproximación.

No damos un beso cariñoso “porque no estamos acostumbrados a eso” y no manifestamos que nos gusta porque pensamos que el otro sabe automáticamente lo que sentimos.

Y pasa la noche y llega el día, el nace y se esconde y continuamos en las mismas, encerrados en nosotros mismos.

Pedimos lo que no tenemos, o creemos que no tenemos suficiente

Cobramos. De los otros. De la vida. De nosotros mismos. Nos consumimos

Acostumbramos a comparar nuestras vidas con las de aquellos que poseen más que la gente corriente.

Y el tiempo pasa…

Pasamos por la vida, no vivimos. Sobrevivimos, porque no sabemos hacer otra cosa.

Hasta que, inesperadamente, recordamos y miramos para atrás,

Y entonces nos preguntamos: ¿Y ahora?

Ahora, hoy, aún es tiempo de construir alguna cosa, de dar el abrazo amigo, de decir una palabra cariñosa, de agradecer lo que tenemos.

¡Nunca!  Nunca se es demasiado viejo o demasiado joven para amar, decir una palabra gentil o hacer un gesto cariñoso.

No mirar atrás. Lo que pasó, pasó.

Lo que perdemos, perdido está.

¡Mira adelante!

¡Aún es tiempo de apreciar las flores!