lunes, 25 de febrero de 2019

EL SOMETIMIENTO DE MASAS


Daniel Medina Sierra

El miércoles tuvimos un problema de luz en casa, al parecer, o eso creímos, debido a unas obras estuvimos sin luz toda la mañana. Al ver que a todos los vecinos les llegó la luz empezamos a preocuparnos y llamamos a la compañía de luz que nos aconsejó llamar a un técnico porque probablemente el problema estaba en casa. Cuál fue nuestra sorpresa cuando nos dijo el técnico que teníamos la luz cortada, llamamos inmediatamente a la distribuidora que nos confirmó el corte de luz por una factura no pagada de Octubre del año pasado. Después de una larga discusión con el loro o lora que repetía incesantemente el mismo discurso aprendido de memoria para marear al usuario logramos que nos indicase cuál sería la fórmula más rápida de reenganchar de nuevo la luz. Con una transferencia tardaría entre 24 o 48 horas en dar el aviso a Endesa, transferencia que se hizo de inmediato ya que llevábamos toda la tarde ajetreados con llamadas, técnicos y gastos varios para pasar las horas, además de intentar planificar lo que íbamos a hacer las próximas, máximo, 48 horas.

A las 24 horas ya gastamos las baterías de los móviles, y la batería externa además de las pilas de las linternas y por la mañana volvimos a llamar a la distribuidora. Nos dijo que la orden de enganche ya estaba cursada así que llamamos a Endesa... para abreviar, nos llevamos llamando a la distribuidora, que decía haber dado la orden de enganche y Endesa que decía no haberla recibido, ¡ TRES DÍAS!.

Ayer sábado llamamos otra vez a Endesa y no solo nos dijo que no se cursó la orden de enganche, además, dio la orden de baja del servicio con ellos sin nuestro consentimiento. Cuando hablé con la lora(comercial) tuvo las santas narices de decirme que no me dijo todo lo que me estuvo diciendo tres días atrás, que sus compañeros jamás me dijeron que la orden estaba hecha y que para eso tenían las grabaciones de llamadas  “ por mi seguridad”. Les dije que para “ su seguridad” yo también gravé las llamadas y que lo podía atestiguar frente a un juez.

Una autentica pesadilla, sin luz, sin poder cocinar, un dineral de alientos refrigerados tirados a la basura, calentando algunos alimentos en un pequeño hornillo...

Esto no sería más que un pequeño incidente doméstico, poco relevante en este posts en los que se habla de cuestiones más importantes y transcendentes.

Pues no, se lo dice una persona que se ha llevado sin luz ocho años, ocho años. Imaginen por un momento como puede alterar la vida diaria de una persona, en estos tiempos en el que todo es electrónico, gas, iluminación, dispositivos móviles...

Imaginen que a las 7 de la tarde debe encender una linterna hasta las 8 o 9 de la mañana, que no puede cargar los dispositivos, que no puede cocinar, no puede comprar más que para un par de días porque no puede conservar los alimentos...

Imaginen a esas familias que por no pagar o no poder hacer frente a un recibo de la luz o agua ven como en un instante le devuelve a décadas atrás.

Y recordaba mis años de carencia de luz y agua y me sentía igual de impotente al ver, que aunque pagues, si a ellos no les apetece dar a un botón, no puedes hacer absolutamente nada. Y recordaba la estafa de los bancos que se quedaron con las casas y además se les rescató con dinero público( la única empresa privada que se rescata) mientras echan a la gente a la calle sin pudor y bajo amenazas, mientras se paga intereses abusivos sin que nadie, ningún organismo haga nada al respecto.

¿ Quién les ha dado tanto poder? Los políticos. Ellos, sí, ellos son el problema, son los que deciden el curso de nuestras vidas sin nuestro consentimiento, los que dictan las leyes injustas, los que crean desigualdad entre iguales, los que favorecen a unos para perjudicar a la mayoría, los que crean problemas para perpetuarse en el poder.

Por nuestra condición humana, estamos expuestos a estas injusticias, pero por esa misma condición humana, existe el reverso de la injusticia, la bondad. Gracias a esa bondad hoy puedo escribiros estas palabras, ya que un buen vecino nos dejó enchufar un cable a través de la terraza en uno de sus enchufes, así pudimos volver a tener luz. Claro que le dijimos que la factura corría a nuestra cuenta, pero con solo un pequeño gesto de estos vecinos mi amigo y yo pudimos volver a tener cierta tranquilidad hasta que pudiéramos resolver la situación.

Fijaros lo débil que es el poder de todas estas administraciones que con solo un gesto de bondad volvimos, nunca mejor dicho, a ver la luz.


1 comentario:

  1. Vamos tras señuelos muy bien dirigidos, por un auténtico flautista de Hamelin... nos han vuelto a todos niños. Lo que no se yo quienes serán esos políticos mal pagadores que provocan la venganza del flautista, ni cuantos flautistas hay hoy, si uno o más de uno, o son aliados...

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