Beato Tito Brandsma (1881-1942, Carmelita,
murió en el campo de concentración de Dachau.)
Vivimos en un mundo donde el amor mismo es
condenado: lo llaman debilidad, algo que hay que superar. Algunos dicen: “El
amor no tiene importancia, hay que desarrollar más bien la fuerza; que cada uno
se vuelva tan fuerte como pueda, ¡y que la debilidad perezca!” También dicen
que la religión cristiana con sus sermones sobre el amor es algo del pasado. Es
así: os vienen con estas doctrinas, y hasta encuentran a gente que las adopta
voluntariamente.
El amor es desconocido: “El amor no es
amado”, decía en su tiempo San Francisco de Asís; ¡ Y algunos siglos más tarde
en Florencia, santa María Magdalena de Pazzi tocaba las campanas del monasterio
de su Carmelo para que el mundo supiera qué bello es el Amor! ¡Yo también
querría tocar las campanas para decir al mundo qué bello es amar! El neo paganismo
[del nazismo] puede repudiar el amor, pero la historia nos enseña que
venceremos este neopaganismo con el amor. No abandonemos el amor. El amor
recobrará el corazón de estos paganos. La naturaleza es más fuerte que la
filosofía. Aunque una filosofía condene y rechace el amor y lo llame debilidad,
el testimonio viviente del amor renovará su fuerza para conquistar y cautivar
los corazones de los hombres.
(En MAGNIFICAT)
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