sábado, 17 de diciembre de 2016

Buenos voluntarios hacen un buen equipo

                                                                      

Si la caridad es una, y emana de la Única Fuente que la puede ejercer sin límite, sin discriminaciones positivas o negativas, ¿Por qué a estas alturas todavía no se ha llegado a ejercer la caridad en San Fernando desde una Cáritas, único modo de eliminar las once diferencias según las once parroquias, los ‘excesos de celo’ por parte de algunos voluntarios en el desempeño de sus diferentes cometidos, y tanto en sus relaciones con otros voluntarios como ante los acogidos?

Yo sé que se ha intentado, pero quizá ante la imposibilidad de llevar a cabo tan encomiable propósito, por el momento, y el incesante y apremiante aumento de las demandas de ayuda, los equipos tienen que improvisar y no tienen mucho tiempo para formar equipos bien compenetrados, y a veces ni siquiera hay un número de voluntarios suficiente para formar un equipo como tal.

A nadie se le escapa tampoco que la oferta de voluntarios en cáritas, me refiero solo a arciprestazgo de San Fernando, es  inferior a la que se aprecia en otras organizaciones u ongs. Parece como si no fuera una actividad tan atractiva para ejercer un voluntariado. Yo quiero pensar que como se ve y se palapa tanto la crisis en las personas que acuden a pedir ayuda a cáritas, pues como que muchos ‘no quieren ver’, o huyen como si temieran contagiarse de exclusión social, ¡terrible palabra!

Sin embargo, es mucha la gente que tiene sentimientos de solidaridad, incluso empatía con los seres humanos menos favorecidos, por eso busca organizaciones que tengan más atractivo, por el motivo que sea, porque hagan mejor propaganda, o, ¿por qué no?, exijan menos exposición al contacto directo con situaciones más comprometidas o desagradables.

No me apetece denunciar, ni criticar, pero a la vez, como me importa lo que hago, no me queda más remedio que expresarlo aquí por lo menos, como desahogo, y por si alguien lo considera digno de tener en cuenta. Dicen que a la tercera va la vencida. Algo tendré yo que ver, sin duda, como dijo alguien cuando tuve que abandonar mi segundo equipo de cáritas; aunque, siendo sincero, el abandono fue por doble motivo, pero básicamente por cambio de domicilio, y entonces dejé de pertenecer a esa parroquia. De nuevo me veo obligado a dejar el equipo donde colaboraba ocasionalmente, y a las puertas de la Navidad, lo cual hace que me duela más.

Y ya que me he puesto, creo que debo decir algunos motivos por los que algunos equipos de cáritas no pueden ejercer su labor de la mejor manera posible: escasa atención  y reconocimiento de los párrocos; ‘exceso de celo’ de algunos directores...; sobrecarga por equipos muy reducidos; falta de unos criterios  básicos (o principios), breves concretos, firmes,  que conlleven alguna responsabilidad ante el grupo y poder evaluar de vez en cuando su funcionamiento.


Bueno, y por supuesto sigo, hasta que pueda o me dejen, de voluntario en este programa de Cáritas Diocesana para personas sin hogar. Aquí no hay que gestionar tanto papeleo, eso lo hace el trabajador social, uno a uno y reservadamente; el voluntario aquí apoya al trabajador y se relaciona de tú a tú con las personas que acuden al albergue, o viven en la calle y vienen a tomar un café, porque el comedor les cae muy lejos; o a encontrarse con quien hablar tranquilamente. Estoy muy a gusto aquí, y creo que es un servicio muy útil, necesario, y debe mantenerse a toda costa.OM

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