sábado, 31 de diciembre de 2016

Del Mensaje del Santo Padre Francisco


Jornada mundial de la Paz 1 enero 2017

·      «La no violencia: estilo de una política para la paz»

...rezo para que la imagen y semejanza de Dios en cada persona nos permita reconocernos unos a otros como dones sagrados dotados de una inmensa dignidad.

Este es el Mensaje para la 50 Jornada Mundial de la Paz. En el primero, el beato Papa Pablo VI se dirigió, no sólo a los católicos sino a todos los pueblos, con palabras inequívocas: «... la paz es la línea única y verdadera del progreso humano...
...citando Pacem in terris de su predecesor san Juan XXIII, exaltaba «el sentido y el amor de la paz fundada sobre la verdad, sobre la justicia, sobre la libertad, sobre el amor».

En esta ocasión deseo reflexionar sobre la no violencia como un estilo de política para la paz...
Que la caridad y la no violencia guíen el modo de tratarnos en las relaciones  interpersonales, sociales e internacionales.

·      Un mundo fragmentado

...hoy lamentablemente estamos ante una terrible guerra mundial por partes.
... provoca un enorme sufrimiento que conocemos bien: guerras en diferentes países y continentes; terrorismo, criminalidad y ataques armados impredecibles; abusos contra los emigrantes y las víctimas de la trata; devastación del medio ambiente.

·      La Buena Noticia

También Jesús vivió en tiempos de violencia. Él enseñó que el verdadero campo de batalla, en el que se enfrentan la violencia y la paz, es el corazón humano: «Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos» (Mc 7,21).
... quien acoge la Buena Noticia de Jesús ..., se convierte a su vez en instrumento de reconciliación, según la exhortación de san Francisco de Asís: «Que la paz que anunciáis de palabra la tengáis, y en mayor medida, en vuestros corazones».3
...la no violencia, ...como ha afirmado mi predecesor Benedicto XVI— «es realista, porque tiene en cuenta que en el mundo hay demasiada violencia, demasiada injusticia y, por tanto, sólo se puede superar esta situación contraponiendo un plus de amor, un plus de bondad. Este “plus” viene de Dios».

·      Más fuerte que la violencia

...la Madre Teresa ... declaró claramente su mensaje de la no violencia activa: «En nuestras familias no tenemos necesidad de bombas y armas, de destruir para traer la paz, sino de vivir unidos, amándonos unos a otros […]. Porque la fuerza de las armas es engañosa.

No se olvidarán nunca los éxitos obtenidos por Mahatma Gandhi y Khan Abdul Ghaffar Khan en la liberación de la India, y de Martin Luther King Jr. contra la discriminación racial. En especial, las mujeres son frecuentemente líderes de la no violencia, como, por ejemplo, Leymah Gbowee y miles de mujeres liberianas, que han organizado encuentros de oración y protesta no violenta (pray-ins), obteniendo negociaciones de alto nivel para la conclusión de la segunda guerra civil en Liberia.

No podemos olvidar el decenio crucial que se concluyó con la caída de los regímenes comunistas en Europa... Ha tenido una influencia especial el ministerio y el magisterio de san Juan Pablo II.

La Iglesia se ha comprometido en el desarrollo de estrategias no violentas para la promoción de la paz en muchos países, implicando incluso a los actores más violentos en un mayor esfuerzo para construir una paz justa y duradera.

Lo reafirmo con fuerza: «Ninguna religión es terrorista». La violencia es una profanación del nombre de Dios.
No nos cansemos nunca de repetirlo: «Nunca se puede usar el nombre de Dios para justificar la violencia. Sólo la paz es santa. Sólo la paz es santa, no la guerra».

·      La raíz doméstica de una política no violenta

La familia es el espacio indispensable en el que los cónyuges, padres e hijos, hermanos y hermanas aprenden a comunicarse y a cuidarse unos a otros de modo desinteresado...
...Desde el seno de la familia, la alegría se propaga al mundo y se irradia a toda la sociedad.

·      Mi llamamiento

La construcción de la paz mediante la no violencia activa es un elemento necesario y coherente del continuo esfuerzo de la Iglesia para limitar el uso de la fuerza por medio de las normas morales,... Jesús mismo nos ofrece un «manual» de esta estrategia de construcción de la paz en el así llamado Discurso de la montaña.
... Bienaventurados los mansos —dice Jesús—, los misericordiosos, los que trabajan por la paz, y los puros de corazón, los que tienen hambre y sed de la justicia.
... es también un programa y un desafío para los líderes políticos y religiosos, para los responsables de las instituciones internacionales y los dirigentes de las empresas y de los medios de comunicación de todo el mundo: aplicar las bienaventuranzas en el desempeño de sus propias responsabilidades.

La Iglesia Católica acompañará toda tentativa de construcción de la paz. El 1 de enero de 2017 comenzará su andadura el nuevo Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral...

Vaticano, 8 de diciembre de 2016

Francisco

OM

domingo, 25 de diciembre de 2016

El más dulce de los sufrimientos


JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

En aquellos días, una mujer salió de su casa decidida a arriesgarse. A comprometer todo lo que tenía, su vida tranquila, su estabilidad y sus seguridades a cambio de un sueño casi imposible: vivir su vida de acuerdo con aquello que creía que podría hacerla feliz.

Siguió adelante en la vida. Sin inclinarse para cualquier lado. Sincera, honesta y verdadera. Erró, cayó y se levantó, muchas veces. Tuvo que enfrentarse a adversidades que ni siquiera sabía que existían. Fue abriendo algunas puertas de esperanza en momentos de tinieblas. Tuvo la fuerza de ser paciente, sufrir sin desistir. Al final, quien no sea capaz de vencer las sombras que tiene nunca llegará a ser luz. Quien no ama, vaga en las tinieblas.

Un día mientras construía su camino una enorme paz le invadió el corazón. En ese instante comprendió que la felicidad es la paz de confiar.

Un día alguien le preguntó de dónde le venía la fuerza. Ella respondió:

 “-Quien hace posible que vaya más lejos son mi familia y mis amigos. No por la ayuda que me pueden dar mientras subo ingrávida camino de mis sueños, sino por la certeza de que al caer y resbalar... aunque sea hasta el mismo fondo del valle, algunos de ellos estarán conmigo, estarán a gusto conmigo como siempre... me ayudarán a levantarme y a luchar de nuevo. Pero, no me dejarán mientras no estuviera otra vez en camino... así, también yo estoy atenta a los que van encaminados y a los desencaminados de los que amo. Pero solo voy a su encuentro cuando la adversidad parece que va a romper su corazón. Y me retiro así que estuvieran de nuevo en camino de su felicidad.”
Amar es ser paz.

El amor nos libra de las penas, pero eso pasa por el sufrimiento de los dolores que causan.


(ilustração de Carlos Ribeiro)


miércoles, 21 de diciembre de 2016

¡Otra vez el frío, y no se ha previsto un albergue municipal de emergencia!


Todos los años repetimos la misma ‘canción’: ‘los políticos no se enteran, van a lo suyo; no vienen nunca por aquí (por la oficina para personas sin hogar); tan difícil no sería habilitar algún local suficientemente amplio; siempre hubo un albergue municipal para transeúntes, más o menos cómodo, desde los hospitales reales en la Edad Media; con el progreso se acabaron los albergues donde se pueda entrar sin tener que esperar demasiados permisos o rellenar papeles... y así hasta expresar con más contundencia la mala opinión sobre la gestión pública de nuestros dirigentes, locales y nacionales.

Es cierto que ‘se hacen cosas’, pero nunca son suficientes, porque el número de necesitados crece, a medida que la crisis se hace crónica; y peor aún, hace más extensa y profunda la brecha entre riqueza y pobreza, por más que hoy, por moda,  tendamos a igualarnos en el aspecto externo, por más que los pobres utilicen móvil y otras tecnologías y parezca que están integrados, que no son tan pobres...

Trabajo. ¡Qué palabra tan devaluada hoy! El trabajo es lo que permite el desarrollo personal y mantiene la dignidad de las personas, sostiene una familia, garantiza el futuro... Pero hoy un trabajo es solo garantía de mera subsistencia en un corto periodo de tiempo, y casi siempre individual; para sostener una familia, o pareja, -como se prefiere ahora, aunque implique una devaluación en el concepto de familia incluso de persona-, hacen falta varios ingresos en el  mismo domicilio, aunque eso también reste posibles ayudas sociales...

Antes incluso de nacer los sindicatos los obreros crearon sus propias cajas de resistencia para socorrerse a sí mismos cuando fuera necesario. Hoy, los sindicatos son más bien ‘de clase’, de los obreros que tienen trabajo; no saben afrontar los nuevos modos de pobreza, no proponen iniciativas que se puedan poner en práctica y fomenten la solidaridad entre iguales (además, han contribuido a la desaparición de las populares cajas de ahorro, como los ricos); solo saben recurrir a la violencia, la huelga... Como si la culpa de todo  fuera de los empresarios, los gobernantes, los políticos...

Pero, entre todos nos hacemos más pobres, la ‘división’ está de moda, la destrucción progresiva de de familias y parejas es una causa fundamental de empobrecimiento, de pérdida de esperanza en el género humano, de depresión, de huida, de búsqueda desesperada de refugio en cualquier adicción, aunque sea absolutamente destructiva, o precisamente por eso...

Y encima viene el frío, y pocos se acuerdan de las personas que tienen que dormir en refugios improvisados e inseguros. Muchas veces recuerdo una escena familiar, que era bastante corriente cuando era niño, en las noches de invierno, calentitos delante de la lumbre, el brasero o la estufa, un calor natural, en las que se tenía un recuerdo compasivo, o se rezaba, por las personas que tienen donde pasar la noche, a merced del frío y de otras inclemencias.


Hoy, que tenemos tantos medios, no tenemos la misma sensibilidad hacia los que tienen la mala fortuna, vamos a llamarla así, de perder el estatus de ciudadano solvente y ‘respetable’, de contribuyente, de trabajador, de padre o madre, de buen profesional, etc.

domingo, 18 de diciembre de 2016

El sufrimiento...

José Manuel Almeida

Breve reflexión.

Precisamente en este bloque.
Cuando todos, o casi todos, prefieren el confort de sus hogares, hay pequeños grupos de personas que prefieren desafiar el frío, el mal tiempo, en busca de aquellos que sufren.
Los que sufren los 365 días del año, sin que nada ni nadie pueda resolver de manera definitiva y digna sus dificultades.
Los voluntarios intentan minimizar el sufrimiento ajeno, sufriendo y sintiendo esa voluntad de rescatar a alguien del mal camino, del vicio, o simplemente del infortunio.
No existen sociedades perfectas, ni modelos perfectos.
Si así fuera, no estarías ahora leyendo esta breve reflexión.
Todo sería un lecho de rosas, preferentemente sin espinas, para deleite de los políticos aventureros y mentirosos que nos engañan.
Cuando las noticias nos muestran los mayores desmanes ocurridos después de recuperada la libertad, son muchos los que se preguntan sobre el futuro de Portugal (aquí podríamos poner cualquier nombre de cualquier país, pues es universal el sentido de la reflexión, o así la entiendo yo), entregado a su suerte y a las órdenes de esta sociedad comercial que se llama UE(Unión Europea).
Un poco por toda Europa seres humanos sufren, son puestos a prueba diariamente en sus lugares de trabajo, en sus talleres, en los lugares más variados.
Les hablo de los hospitales, los centros de día, de los asilos de ancianos, de las instituciones de acogida de jóvenes...
Como tengo escrito aquí mismo, un país que no cuida de sus ancianos es un país sin futuro.
Y un país que no educa a sus jóvenes es un país que hipoteca su futuro.
Un país que ha dado nuevos mundos al mundo, depende ahora del resto del mundo.
Ironía del destino.
El sufrimiento no elige ideologías, ricos o pobres, viejos o nuevos.
El sufrimiento está ahí, anda por ahí, pero no lo siente el que no quiere sentir.
Quizás es hora de parar un poco, disfrutar de la lectura de un pequeño texto, para pensar en aquellos que sufren en silencio.
El peor dolor es aquel que no se escucha.
Es hora de escuchar a tu corazón.
Y si hay un gesto, un solo gesto, ese tiene un nombre:
Dar!
Dar sin recibir.
Ese es el secreto de la felicidad de algunos que minimizan el sufrimiento de muchos.
Tengan una excelente noche, en la comodidad de sus hogares.


https://www.facebook.com/josemanuel.almeida.35?hc_ref=NEWSFEED&fref=nf

sábado, 17 de diciembre de 2016

Buenos voluntarios hacen un buen equipo

                                                                      

Si la caridad es una, y emana de la Única Fuente que la puede ejercer sin límite, sin discriminaciones positivas o negativas, ¿Por qué a estas alturas todavía no se ha llegado a ejercer la caridad en San Fernando desde una Cáritas, único modo de eliminar las once diferencias según las once parroquias, los ‘excesos de celo’ por parte de algunos voluntarios en el desempeño de sus diferentes cometidos, y tanto en sus relaciones con otros voluntarios como ante los acogidos?

Yo sé que se ha intentado, pero quizá ante la imposibilidad de llevar a cabo tan encomiable propósito, por el momento, y el incesante y apremiante aumento de las demandas de ayuda, los equipos tienen que improvisar y no tienen mucho tiempo para formar equipos bien compenetrados, y a veces ni siquiera hay un número de voluntarios suficiente para formar un equipo como tal.

A nadie se le escapa tampoco que la oferta de voluntarios en cáritas, me refiero solo a arciprestazgo de San Fernando, es  inferior a la que se aprecia en otras organizaciones u ongs. Parece como si no fuera una actividad tan atractiva para ejercer un voluntariado. Yo quiero pensar que como se ve y se palapa tanto la crisis en las personas que acuden a pedir ayuda a cáritas, pues como que muchos ‘no quieren ver’, o huyen como si temieran contagiarse de exclusión social, ¡terrible palabra!

Sin embargo, es mucha la gente que tiene sentimientos de solidaridad, incluso empatía con los seres humanos menos favorecidos, por eso busca organizaciones que tengan más atractivo, por el motivo que sea, porque hagan mejor propaganda, o, ¿por qué no?, exijan menos exposición al contacto directo con situaciones más comprometidas o desagradables.

No me apetece denunciar, ni criticar, pero a la vez, como me importa lo que hago, no me queda más remedio que expresarlo aquí por lo menos, como desahogo, y por si alguien lo considera digno de tener en cuenta. Dicen que a la tercera va la vencida. Algo tendré yo que ver, sin duda, como dijo alguien cuando tuve que abandonar mi segundo equipo de cáritas; aunque, siendo sincero, el abandono fue por doble motivo, pero básicamente por cambio de domicilio, y entonces dejé de pertenecer a esa parroquia. De nuevo me veo obligado a dejar el equipo donde colaboraba ocasionalmente, y a las puertas de la Navidad, lo cual hace que me duela más.

Y ya que me he puesto, creo que debo decir algunos motivos por los que algunos equipos de cáritas no pueden ejercer su labor de la mejor manera posible: escasa atención  y reconocimiento de los párrocos; ‘exceso de celo’ de algunos directores...; sobrecarga por equipos muy reducidos; falta de unos criterios  básicos (o principios), breves concretos, firmes,  que conlleven alguna responsabilidad ante el grupo y poder evaluar de vez en cuando su funcionamiento.


Bueno, y por supuesto sigo, hasta que pueda o me dejen, de voluntario en este programa de Cáritas Diocesana para personas sin hogar. Aquí no hay que gestionar tanto papeleo, eso lo hace el trabajador social, uno a uno y reservadamente; el voluntario aquí apoya al trabajador y se relaciona de tú a tú con las personas que acuden al albergue, o viven en la calle y vienen a tomar un café, porque el comedor les cae muy lejos; o a encontrarse con quien hablar tranquilamente. Estoy muy a gusto aquí, y creo que es un servicio muy útil, necesario, y debe mantenerse a toda costa.OM

jueves, 15 de diciembre de 2016

MARÍA, PREPARA EL CAMINO AL SEÑOR

Pablo Garrido Sánchez

Los designios eternos de DIOS no son acertijos esotéricos, sino proyectos personales dentro del
Plan de Salvación. En el vértice del gran proyecto de Salvación Universal está JESUCRISTO, e inmediatamente la Virgen MARÍA. El papel de la VIRGEN es capital en la preparación de la obra de la Redención, y su protagonismo no ha terminado, por lo que es bueno traer a nuestra consideración su colaboración en la obra salvadora, teniendo en cuenta el valor y contenido de los textos de la Escritura.

El título de Precursor se lo damos a Juan el Bautista; pero, ¿quién prepara al Precursor? El cuadro muestra una acción trinitaria: Juan el Bautista es santificado en el seno de su madre a los seis meses de su gestación, pues el ESPÍRITU SANTO lo llena de su divina presencia hasta el punto de contagiar a su madre, Isabel, que se llena de júbilo; el dador de la acción del ESPÍRITU SANTO es el propio JESÚS en el vientre de MARÍA con sólo unas semanas de gestación; y la que prepara este encuentro de alteridad y comunión es la propia Virgen MARÍA, que cumple el designio eterno del PADRE, poniéndose en camino hacia Ain-Karim donde vivían Zacarías e Isabel (Cf Lc 1, 39-45 ).


El bautismo de JESÚS en el Jordán, con el que concluye el periodo de la vida oculta de JESÚS y tiene lugar su manifestación pública, está precedido por treinta años de vida familiar, en la que comprobamos un buen número de notas pentecostales o de acciones propias del ESPÍRITU SANTO. Una vez más es preciso señalar que la acción del ESPÍRITU SANTO no se produce al margen de las personas mismas, por lo que  tenemos que fijar la atención en los dones, virtudes y carismas que acompañan a la VIRGEN y san José, y así calibrar mejor el ambiente espiritual que rodeó a JESÚS en los años de su infancia y juventud de forma especial. Estos años sí que prepararon el camino al SEÑOR, porque pusieron a su disposición los mejores elementos humanos para una educación y crecimiento personal en los valores del ESPÍRITU. El VERBO eterno del PADRE necesitó del hábitat conveniente en este mundo. A MARÍA se le llama la llena de Gracia (Cf. Lc 1, 28); la mujer de Fe (Cf Lc 1, 38) o la madre de la Iglesia (Cf Jn 20, 26; Hch 1, 12-14 ).El atributo dirigido por el Ángel a MARÍA como la Llena de Gracia encierra una densidad espiritual suficiente como para extraer características espirituales difíciles de catalogar, pero la realidad excede con  mucho a las palabras y el misterio envuelve la propia condición humana de la VIRGEN . Esta presencia de DIOS dada en plenitud a la VIRGEN no alteró las limitaciones humanas, y observamos en este mismo evangelio de san Lucas como la VIRGEN y san José sufrieron la ignorancia y el desconcierto cuando JESÚS decide marcar su verdadera mayoría de edad moral, quedándose con los doctores en el Templo de Jerusalén, sin decírselo a sus padres. Este hecho es preciso situarlo al lado de la obediencia anotada por el evangelista, a reglón seguido, de JESÚS a sus padres, (Cf. Lc 2, 51-52); y la sabiduría asentada en el corazón de la VIRGEN en un proceso de dolor, expiación y ofrecimiento personal (Cf Lc 1, 35) El ambiente familiar en el que crece JESÚS está formado por personas que saben lo que es el riesgo de la existencia, las consecuencias de las conspiraciones de los poderosos y las tomas de decisiones en las encrucijadas de la vida (Cf. Mt 2, 13-15) San José era “tecton”, que habitualmente traducimos por carpintero, pero que abarcaba distintas actividades artesanales, y puede ser que entre ellas estuviese la de un forjador en su fragua. Algo así realizó el ESPÍRITU SANTO con MARÍA, san José y JESÚS en Nazaret. El fuego del ESPÍRITU no se traduce las más de las veces en iluminaciones interiores, sino en la dura y fatigosa forja de una personalidad espiritual  marcada por la Cruz.


Preparando el camino al SEÑOR, el evangelio de Juan dispone  la presencia de MARÍA al
comienzo y al final del ministerio evangelizador de JESÚS, y eleva el papel de la VIRGEN a un nivel que sólo podemos vislumbrar tenuemente. El capítulo dos  del evangelio de san Juan narra el acontecimiento festivo de las “Bodas de Caná” Para el tema que estamos tratando sólo nos interesa extraer el momento en el que la VIRGEN parece que fuerza la actuación pública de JESÚS, adelantando su Hora, en las propias palabras de JESÚS. Nos surge inmediatamente la pregunta: ¿Quién es ESTA que posee tal poder como para alterar los planes divinos? o ¿qué lugar de interlocución ocupa MARÍA con respecto a los planes divinos?; su intervención, ¿mejora o empeora la actuación evangelizadora de JESÚS? Los destinatarios de la acción salvadora de JESÚS somos todos los hombres, ¿favorece o entorpece la intervención de MARÍA la tarea de su HIJO hacia todos nosotros? En las bodas de Caná, a los novios se les había acabado el vino; y a la humanidad en muchos momentos de la historia se nos ha agotado el vino, es decir, ¿cuántas veces, a lo largo de la historia, la humanidad ha necesitado un incremento de fuerza interior para salir de la tierra movediza que la engullía? Nos parece que por nuestras exclusivas fuerzas salimos adelante, pero la cosa no es así. Pero volviendo a las bodas de Caná, el evangelista señala que en virtud de la conversión del agua en vino JESÚS manifestó su gloria y creció la adhesión (fe) de los discípulos hacia ÉL (Jn 2, 11). Por segunda vez el evangelio de Juan recoge el título de MUJER dado por JESÚS a su MADRE, que estaba a los pies de la Cruz. En la Cruz de JESÚS todos somos engendrados para una humanidad nueva y en esa nueva humanidad MARÍA interviene como Madre en el orden de la gracia (Concilio Vaticano II, lumen Gentium, n. 61). Con otras palabras, asistimos en el momento del máximo sacrificio de JESÚS en la cruz, al nacimiento de la Iglesia (Cf Jn 20, 26-27). MARÍA una vez más precede la Venida del SEÑOR, prepara sus caminos.

MARÍA preparó el camino al SEÑOR en sus treinta años de vida en Nazaret; preparó a los Doce como depositarios especiales de la Nueva Alianza en Pentecostés, y sigue preparando a lo largo de la historia con sus actuaciones especiales la Segunda Venida del SEÑOR.

domingo, 11 de diciembre de 2016

El tiempo corre a favor de la verdad


JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

Querida amiga,

Nadie nace héroe. Todos tenemos cualidades y defectos. Somos un frágil y misterioso equilibrio hecho de muchas irregularidades y contradicciones.
En el corazón de cada uno de nosotros hay una lucha permanente entre el bien y el mal, entre la grandeza y la mezquindad... entre el ser y la nada.

Aquello que somos surge de forma inconstante e incoherente. De nada vale tratar de encontrar una razón p0r la cual somos capaces de una cosa hoy y de su contrario mañana. Hay quien cree que, en algún momento, se finge y en otro se es verdadero, pero no. ¡Somos todos así: inexplicables!

Nuestras circunstancias cambian y nos van empujando en direcciones diferentes, ¡pero nuestras voluntades cambian de forma aún más rápida! Es cierto que no dejamos nunca de querer, pero la verdad es que queremos, a lo largo del tiempo, cosas diferentes... ¡es posible que seamos tan corajudos como cobardes, casi de un momento para otro!

¿Pero qué melodía saldría de un piano cuyas teclas produjesen todas el mismo sonido?
Somos únicos y auténticos y eso es bueno. Importa, con todo, que seamos capaces de perfeccionarnos. Es necesario tener una finalidad en la vida para poder después orientar cada uno de nuestros pasos. Podemos hablar mucho, pero sin un objetivo concreto solo se desperdician fuerzas.

¿Para qué sirven las pinturas y los pinceles a quien no quiere pintar?

¿Qué valen los días –y las noches- para quien no tiene un proyecto de vida?

¿Qué puede recoger quien no ha sembrado nada?

Para conocer a alguien debemos observarlo con paciencia durante bastante tiempo, a fin de identificar cual es su trayectoria entre errores y aciertos... ¡el tiempo siempre corre a favor de la verdad!

No vale mucho la pena intentar comprenderlo todo. Esfuércese por sentir el fuego del bien que hay en el latido de su corazón. Déjese iluminar, calentar y orientar por esa luz

No se deje engañar: la repetición del mal no lo atenúa: nos vuelve cada vez peores. La repetición del bien no lo disminuye: ¡nos vuelve cada vez mejores!

¡Abra nuevos caminos dentro de sí, cada vez más derechos, rumbo al bien, a la paz y al cielo!

Ame y luche por el amor, en cualquier circunstancia... cueste lo que cueste. La felicidad está en esa lucha.

Obrigado.


(ilustração de Carlos Ribeiro)


http://rr.sapo.pt/artigo/70570/o_tempo_corre_a_favor_da_verdade

viernes, 9 de diciembre de 2016

Alianza de la economía, ‘lo progre’ y la política, contra la Providencia.


Voy a comenzar este post guiado por la luz y de la mano de un libro que nunca miente ni defrauda, porque nos dice siempre la verdad, por eso sirve perfectamente para juzgar en cualquier tiempo lo que está bien y está mal. Como en estos tiempos reina la confusión del relativismo, heredero de Babel, pues me parece lo más adecuado, para lo que quiero decir, comenzar con las siguientes palabras de la Biblia:

“No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen y donde los ladrones abren boquetes y los roban. Haceos tesoros en el cielo... Porque donde está tu tesoro allí está tu corazón... Nadie puede servir a dos señores... No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: no estéis agobiados  por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan.
...Por tanto no os agobies por el mañana, porque el mañana tendrá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia” (Mt. 6, 19 - 34).   
 
El caballo del progreso, se ha desbocado, como  caballo de Atila, furioso, no permite que las economías particulares puedan medrar o crecer, especialmente las más débiles. Compite, atolondradamente, con la ‘Providencia divina’, la que el evangelio de Mateo nos presenta con tanta clarividencia e inspiración.

Ya no  crecen las plantas silvestres, en la naturaleza virgen, ya no nos alimentan,  han sucumbido ante los insecticidas para las plantas fabricadas artificial y científicamente en inmensas plantaciones o invernaderos, a precios elevadísimos...

Este progreso, pretende sustituir a la naturaleza, en sus ritmos y en su producción cíclica y ‘sostenible’ (como se dice ahora),  produce por producir, y lo que no se vende se tira, se arroja al basurero...

Pues para remediar, un poquito, y evitar así que el descontento social se organice y crezca, ahora se producen alimentos especiales, de baja calidad, con su etiqueta correspondiente para evitar su venta por particulares. Su destino primero es  abastecer  unos Bancos de Alimentos, gestionados por voluntarios, que luego los  reparten entre las organizaciones benéficas que los soliciten, mientras cumplan con las condiciones para el almacenamiento, y puedan presentar la documentación exigida para el control del reparto.   

Todo este progreso cuenta con un servidor extraordinario, la informática, el más fiel y astuto servidor; nos va robotizando, de manera que vamos aceptando las nuevas formas de dominación y control de las personas, como si fuera un juego. Todo se informatiza, todo funciona al simple y eficiente ritmo del “clic” informático, en la vida social, y personal...

Los bancos son unas meras ‘máquinas’ de hacer dinero, que lo sacan en gran cantidad de sus miles de clientes, sean pudientes, sean beneficiarios de alguna escuálida pensión social, o simplemente un  ‘mileurista’. Ya el director de la sucursal bancaria, no puede intervenir a favor del cliente en apuros, como hacían los directores de las cajas de ahorros, para permitir un pequeño anticipo, o retrasar el cobro de algún recibo. No puede evitar las multas que caen instantáneamente si no pagas un recibo a tiempo, aunque hayas pagado cientos. Todo está centralizado en ciudades bancarias inteligentes, en la oficina no hay más que ‘robots humanos’ que sirven al ‘señor banco’. Todo son facilidades para que ingresemos el dinero que nos tenemos que quitar de comer, vestir, calzar, etc.,

Y el progreso ideológico, que es algo difícil de calificar, pero que hace que todos quieran aparentar al menos ser ‘progres’ frente a los carcas, fascistas, lo antiguo, etc. Es tan absurdo, que es defendido por políticos de diferentes partidos y tendencias, rivales y hasta enemigos entre sí;  todos coinciden en aprobar esas leyes ‘creadoras’ de nueva humanidad, leyes que reniegan del derecho natural, y que pretenden convertirnos en unos hombres y  mujeres nuevos, formando parte de una sociedad nueva, en la que podemos empezar eligiendo el sexo o el género que queremos tener (no sé si algún día se podrá elegir la naturaleza que quieres ser, mineral, vegetal o animal...).  Por eso ahora se dice y se escribe diferenciando con mucho énfasis os/as; se admiten hasta ocho tipos de familias; se puede abortar, porque ahora es una simple ‘interrupción voluntaria del embarazo’; se puede elegir el momento de la muerte, o sea practicar la eutanasia, y para eso se le da el nombre de ‘muerte digna’ y otros eufemismos; a la violencia se le ponen adjetivos nuevos para acomodar las penas discriminatoriamente, según la conveniencia de cada momento o persona... y así hasta cambiarlo todo, como si ya hubiéramos llegado al fin de la historia, sin juicio final para los hombres ni catástrofes naturales.

Todos estos ingredientes se suman a una crisis que ha generado unas nuevas "manos muertas” del paro eterno, juvenil y de jubilados"(tomo el término de Federico Jiménez Losantos). Y unos nuevos señores (banqueros, lobbies económicos e ideológicos) controlan y dirigen la economía, la vida de las gentes y hasta sus pensamientos. Sus luchas, son luchas por el poder, en una sociedad cainita, donde los que se oponen al relativismo y al ‘buenismo’ que disfraza la realidad humana con todo tipo de eufemismos, debe ser despreciado y eliminado, sin el menor derecho a la discrepancia, a la libertad de pensamiento o creencia.

El progreso, si no es universal y no beneficia a todos, es mentira, una injusticia, y por tanto es un fracaso, porque se destruirá.  Sólo Dios, que da igual jornal a todos los trabajadores de su reino, de todos los tiempos y lugares, es justo, es la Verdad, da lo que a todos y cada uno más le importa, su vida, y es para la eternidad. Debiéramos saber esto y el mundo entonces sería diferente.OM



jueves, 8 de diciembre de 2016

Entonces, ¿También tú te has dejado embaucar?



Beato Tito Brandsma (1881-1942, Carmelita, murió en el campo de concentración de Dachau.)

   Vivimos en un mundo donde el amor mismo es condenado: lo llaman debilidad, algo que hay que superar. Algunos dicen: “El amor no tiene importancia, hay que desarrollar más bien la fuerza; que cada uno se vuelva tan fuerte como pueda, ¡y que la debilidad perezca!” También dicen que la religión cristiana con sus sermones sobre el amor es algo del pasado. Es así: os vienen con estas doctrinas, y hasta encuentran a gente que las adopta voluntariamente.


   El amor es desconocido: “El amor no es amado”, decía en su tiempo San Francisco de Asís; ¡ Y algunos siglos más tarde en Florencia, santa María Magdalena de Pazzi tocaba las campanas del monasterio de su Carmelo para que el mundo supiera qué bello es el Amor! ¡Yo también querría tocar las campanas para decir al mundo qué bello es amar! El neo paganismo [del nazismo] puede repudiar el amor, pero la historia nos enseña que venceremos este neopaganismo con el amor. No abandonemos el amor. El amor recobrará el corazón de estos paganos. La naturaleza es más fuerte que la filosofía. Aunque una filosofía condene y rechace el amor y lo llame debilidad, el testimonio viviente del amor renovará su fuerza para conquistar y cautivar los corazones de los hombres.

(En MAGNIFICAT)

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Ganaos amigos con el dinero injusto



San Gaudencio de Brescia (+410), obispo

Esos amigos que nos alcanzarán la salvación son, evidentemente, los pobres, porque, según nos dice Cristo, es Él mismo, el autor de la recompensa eterna, quien, en ellos, recogerá los servicios que nuestra caridad les haya procurado. Por este hecho seremos bien acogidos por los pobres, pero no en su propio nombre, sino en el nombre de Aquel  que, en ellos, gusta del fruto refrescante de nuestra obediencia y de nuestra fe. Los que llevan a cabo este servicio  de amor serán recibidos  en las estancias eternas del reino de los cielos, puesto que el mismo Cristo dirá: Venid, benditos de de mi Padre, recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber.

Finalmente, el Señor añade: Y si no habéis sido dignos de que os confiaran los bienes de otros, los vuestros ¿quién os los dará? Pues, en efecto, nada de lo que es de este mundo nos pertenece verdaderamente. Porque a nosotros, que esperamos la recompensa futura, se nos invita a comportarnos aquí abajo como huéspedes y peregrinos, de manera que todos podamos, con toda seguridad, decir al Señor: Soy un extraño, un forastero como todos mis padres.


Pero los bienes eternos pertenecen, propiamente, a los creyentes. Sabemos que están en el cielo, allí donde está nuestro corazón y nuestro tesoro, y donde -esta es nuestra íntima convicción- vivimos ya desde ahora por la fe. Porque, según lo enseña San Pablo: somos ciudadanos del cielo.

(En  Magnificat, pág. 90, sábado 5 de noviembre 2016)

LO QUE NOS ESPERA III

Pablo Garrido Sánchez

Como se puede comprobar estas cosas del más acá y del más allá son complejas y están todas
relacionadas. Nosotros decimos creer, cuando recitamos el Credo, en la resurrección de los muertos o en la resurrección de la carne. Ambas expresiones vienen a decir lo mismo con matices diferentes en los que no vamos a entrar. Pero, una vez más tenemos que señalar la diferencia de nuestra Fe con otras creencias. El destino del cristiano es nacer y morir una sola vez (Cf.Hb 9,27).  Esto tiene que ser así, ateniéndonos a los hechos: ¿Quién se muere? El que muere es una persona que vivió en un cuerpo dotado de una singularidad y personalidad. Esa persona, revestida de una corporeidad gloriosa,(Cf Flp 3,21) ¿puede volver a reencarnarse en otro cuerpo? Si esto fuera posible ¿tendría la Redención  traída por la muerte y resurrección de JESUCRISTO un carácter universal? Por supuesto no es cuestión de discutir con nadie sobre sus creencias, pero me parece  oportuno apuntar estos extremos pensando en los que un día fuimos bautizados, recibimos distintos sacramentos, y sobre todo participamos de la Eucaristía: “El que como mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y YO lo resucitaré en el último día” (Jn 6,54).

Otra cuestión inquietante cuando pensamos en la muerte y lo que nos pueda pasar, gira en
torno al juicio . Entonces  diferenciamos entre juicio particular y juicio final. Nos preocupa el proceso judicial que se nos pueda abrir pasado el umbral de la muerte. Al dramatismo del hecho en sí, me refiero a la muerte, añadimos el episodio de un juicio del que en un primer momento no tenemos seguridad de salir indemnes o absueltos.  Dos miedos se nos pueden juntar, y si un miedo ya es malo, que se junten dos miedos la cosa empeora. Algo tendremos que hacer, y lo mejor es tomar alguna precaución. En primer
lugar hemos de precisar bien ¿quién nos va a juzgar?; ¿de qué se nos va juzgar?; y uno mismo tiene que formularse ¿quién va a ser juzgado? Lo último parece obvio, pero la reflexión sobre el dato puede dar mucho de sí. ¿Qué concepto tengo de mí?. Una lectura atenta de los evangelios, ahora, mientras vamos de camino por esta vida; y de forma especial el Sermón de la Montaña (Mt 5, 6 y 7º; y su paralelo en san Lucas, el Sermón de la llanura (cp 6), nos servirán de espejo en el que mirarnos. Esto  lleva días, meses y años; y al final, ¿cómo nos vemos? Este ejercicio hay que realizarlo bajo la mirada amorosa de DIOS, porque el perfil personal que vamos a obtener nos va a resultar más o menos deforme y el balance deficitario, porque nuestra condición humana soporta un pesado lastre. Pero JESÚS pagó por nosotros y resolvió nuestro déficit y nos ungió con su ESPÍRITU para otorgarnos una fisonomía espiritual adecuada. Pero todo ello hay que valorarlo, es preciso agradecerlo con una conciencia clara de quiénes somos.

¿Se puede hablar de juicio sin hacer mención a la posibilidad de la condenación? Cuando JESÚS  nos enseña  el  Padrenuestro, en la versión de san Mateo, incluye  la petición al PADRE para que nos libre del mal. Atendamos  a su significado: en la versión de san Mateo se designo  de modo personal al Malo, y se dice “líbranos del Malo”. Este no es otro que “el padre de la mentira (Jn 8,44). La mentira en este caso es mucho más que la falta moral de mentir, aunque la trasgresión continua de la verdad abra puertas y ventanas a la mentira esencial que se identifica con Satanás y su mundo. La gran mentira que arruina al hombre es creerse dios y no precisar de DIOS. Creo que es difícil llegar al punto de un rechazo total de DIOS y aceptar la gran Mentira de Satanás para siempre, pero la posibilidad no se puede eliminar en función de nuestra condición de personas libres con todos los matices que queramos ponerle a la libertad personal.



Pero lo más importante de todo es  ¿quién nos va a juzgar? De manera rápida, pero inapelable tenemos que afirmar: Nos va a juzgar el que nos quiere salvar a toda costa. Nos va a juzgar el que ha soportado el juicio severo que podría recaer sobre cada uno de nosotros.Nos va a juzgar el que pensó en nosotros  desde toda la eternidad, nos llamó a una existencia  histórica y concreta, nos ha hecho justos no por nuestra propia justicia, sino por la muerte de JESÚS y nos piensa glorificar, es decir, llevar al cielo a la propia gloria del HIJO: “A los que predestinó los llamó; a los que llamó los justificó; y a los que justificó los glorificó” (Rm 8,30).

LO QUE NOS ESPERA II

Pablo Garrido Sánchez 

Preguntas que son comunes: ¿A dónde van los que mueren? ¿Se establece un juicio absolutorio o condenatorio? ¿Qué es exactamente la resurrección de los muertos? ¿Existe el infierno? ¿Es lo mismo el cielo que la asamblea de los innumerable bienaventurados? ¿Qué hacemos con el purgatorio? ¿Qué pasa con nuestro cuerpo? Ante estas y otras muchas preguntas no podemos abandonar y concluir que no podemos saber nada. Bueno, algo se puede decir, aunque ciertamente la fuente de esclarecimiento que es la Escritura se muestra muy parca en respuestas. También nuestro Catecismo oficial aporta elementos valiosos y firmes. Pero la investigación teológica sobre este campo apasionante no ha cesado y hay cuestiones que precisan iluminación no para satisfacer la curiosidad, sino para fortalecer la Fe. Nosotros rezamos en el Credo que creemos en la resurrección de los muertos, y no simplemente en la pervivencia de los espíritus.


JESÚS nos dice que sólo ÉL conoce al PADRE (Cf Mt 11,27); y podemos añadir que en ese conocimiento están incluidos los grandes designios del PADRE (Cf Jn 3,12) sobre los hombres. Y nos añade que tal conocimiento lo da a conocer a  quien ÉL quiere, por lo que hacemos bien en volver la mirada hacia la Escritura donde se encuentran las palabras de JESÚS al respecto de la vida eterna.

Nos dice: “Os conviene que me vaya, pues así os prepararé sitio; para que donde YO esté estéis también vosotros”(Jn 14, 3). Con lenguaje humano hay que hablar de las cosas del cielo, y  eso precisa de alguna relectura. ¿Es que JESÚS va a preparar una mansión, casa o habitáculo para después ser ocupados? Cuando decimos a una persona que tiene un sitio en nuestro corazón, ¿le estamos diciendo que tenemos un corazón parcelado y en una de sus divisiones lo hemos albergado? Entendemos, en este último caso, que a esa persona le estamos ofreciendo una relación de amistad personal, aunque utilizamos lo del “sitio” como simple metáfora. Será muy provechoso para nosotros que en el cielo no haya sitios, sino estados y relaciones personales derivados de dichos estados. Por eso encontramos en san Pablo de forma repetida que para él lo importante es “estar con CRISTO” (Cf Flp 1,23). El evangelio de Juan recoge expresiones similares:  “y estuvieron con ÉL todo el día” (Cf. Jn 1,39). El cielo, por tanto no es el “sitio” nuevo, sino la nueva relación con JESÚS resucitado, que adquirirá previo paso por la muerte en la Cruz. ÉL mismo lo reafirma: “para que donde YO esté, estéis también vosotros”; pues la vida eterna está en el conocimiento amoroso del PADRE y del HIJO: “La vida eterna consiste en que te conozcan a ti, PADRE, y a tu Enviado, JESUCRISTO” (Cf Jn 17,3).


Otro aspecto que promueve interrogantes e inquietudes es lo de con cuerpo o sin cuerpo en el cielo. En el capítulo quince de  la primera carta a los Corintios, san Pablo, señala aspectos  interesantes. Indicando la diversidad corporal de las distintas criaturas llega a decirnos que resucitaremos con un cuerpo glorioso a semejanza del propio cuerpo glorioso de JESÚS resucitado. Y añade que el cuerpo actual es como una semilla para la inmortalidad (Cf 1Cor 15,35-53;Flp 3,21). Siendo nuestro cuerpo templo del ESPÍRITU SANTO” (Cf. 1Cor 3), se puede entender en el momento preciso que este cuerpo ceda el paso a otro cuerpo gestado en esta vida, pero distinto para acomodarse a las condiciones del mundo espiritual. ¿Tendrán algún efecto los sacramentos que recibimos en esta vida en la constitución del cuerpo glorioso que aparecerá una vez dejado este mundo? Si nos atenemos a lo que nos dice san Juan en su capítulo seis, la recepción del “pan de vida” repercute en la “resurrección del último día”. La expresión “último día” es polivalente, y tenemos que aplicarla a la muerte personal y al contexto general y final. El gran día de la manifestación del SEÑOR tiene lugar de forma particular en el momento de nuestra muerte, pues DIOS es capaz de aplicar todo su amor a cualquier hijo singular y particular. Todo esto no resta un ápice a la mirada universal que procura alcanzar la manifestación al final de los tiempos, que se incardina en el misterio de DIOS.



Tenemos el horizonte personal con el límite de nuestra vida, y sin una precisión milimétrica podemos afirmar que en un periodo de unos años, ochenta o noventa en el mejor de los casos,  acontecerá de forma particular el “gran Día del SEÑOR”, pero la irrupción cósmica, en que todo el universo quede transformado y elevado a la categoría de universo celestial, es algo que escapa a cualquier cálculo. Porque, ni la destrucción  del propio planeta, ni la desaparición de la vida humana del mismo supondría la Manifestación Final Universal, sino el fin del género humano. Y tal cosa podría darse bajo el efecto de una tormenta solar cuya bola de fuego rodease el planeta y absorbiese toda la atmósfera. Y, ¿esto último es posible?  La ciencia actual tiene la respuesta, a nosotros nos importa acogernos a la Providencia divina.

domingo, 4 de diciembre de 2016

LO QUE NOS ESPERA I


Pablo Garrido Sánchez

Vivimos en la esperanza, porque en esperanza hemos sido salvados (Cf 1Pe 1,3). Proyectamos cosas, esperamos acontecimientos y recordamos lo que ha sucedido con la finalidad de afrontar mejor el futuro. Pero es preciso añadir algo más: Alguien nos está esperando siempre más allá de aquí. Le ponemos nombre a los que nos esperan en la vida de los bienaventurados: en primer lugar DIOS mismo, y en segundo lugar todos aquellos con los que en esta vida hemos construido fraternidad. En este grupo tenemos a los familiares y amigos, sin olvidarnos nunca de nuestro ángel custodio y nuestro santo patrono. La fe, la esperanza y la caridad perviven más allá de aquí (Cf 1Cor 13,13), aunque juegan un papel fundamental en el paso por este mundo. Aunque sea obvio, es preciso señalar que la espera  principal es la de DIOS mismo, y haremos bien en traer a la memoria con frecuencia la parábola del Hijo pródigo, o del Padre misericordioso (Cf. Lc 15,11-32), que sale diariamente al camino a ver si llega su hijo, que reconoce al instante aunque lo reciba hecho un adefesio y haya que vestirlo de nuevo para dejarlo presentable. 



También en el tiempo litúrgico de Adviento, no hay inconveniente en reflexionar sobre nuestro destino en el más allá. Nunca vamos a agotar el tema, pero algunas cuestiones podemos afirmarlas basándonos en la Escritura. Una primera consideración incómoda es que nos tenemos que morir, pues el estado de vida presente viene marcado por la biología con el factor de la mortalidad, y nuestras células están acompañadas del correspondiente marcador biológico que determina el envejecimiento y la muerte final en un tiempo determinado, salvo algún suceso que anticipe la propia muerte. Este hecho incómodo, por decirlo suavemente, nos acompaña con más o menos claridad en todas las decisiones de la vida adulta: sabemos que vamos a morir, aunque no sepamos exactamente ni el cómo, ni el cuándo, ni el dónde; aspectos que pueden añadir un poco más de intranquilidad a este hecho. En esta tesitura podemos afrontar de forma cristiana la muerte o dejarnos embargar por la anestesia del rechazo a un planteamiento transcendente. Es cierto que optar por esta última vía puede conducir a un estado interior muy poco recomendable, que en el fondo nada tranquiliza.



Nosotros, como apuntamos, vamos a aproximarnos al hecho de la muerte y de la vida eterna,
partiendo de la Escritura y de nuestra experiencia religiosa. Es muy reconfortante, y de tener en cuenta, el haber acompañado a un amigo o familiar en los últimos días o momentos previos a su fallecimiento, y haber sido testigos de la paz y serenidad que acompañaron el tránsito de la muerte al otro lado de la existencia vedado para los que permanecemos en esta orilla de la vida. La muerte es el acto más serio, importante y decisivo del ser humano en este mundo, y DIOS así se lo toma. Los chascarrillos que formulamos sobre la muerte y los difuntos pueden rebajar algo la tensión que el tema suscita, pero se pueden decir verdaderas tonterías. Nadie en su sano juicio desearía volver de la edad adulta a la infancia, salvo que se padezca una patología regresiva; lo mismo sucede con aquel que ha entrado en la otra vida salvo patología se desengancha de esta vida, porque la existencia continúa en estadios muy superiores.

sábado, 3 de diciembre de 2016

La belleza es fuente de felicidad


JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


En todo lo que decimos o hacemos, buscamos siempre la verdad, el bien y la belleza del mundo. A pesar de que las encontramos siempre unidas, no siempre comprendemos que son una sola cosa.

El mundo está lleno de belleza. Pero para admirarla es necesario salir de nosotros mismos para encontrarnos así más ricos –de aquella riqueza que importa. ¿Cuántos consiguen sentir, pensar y admirar la belleza a su alrededor? ¿Quién se deja tocar, enternecer y conmover por los brillos del verdadero bien que se esconde y revela en el mundo?

La belleza nos abre el corazón y quiere habitar en nosotros como una luz invisible, que ilumina lo que tenemos de auténtico: bueno, verdadero, bello. En el fondo de nuestro corazón existe un pedazo de eternidad, que despierta cada vez que ponemos atención en algo bello del mundo que nos rodea.

La belleza de una música puede ser suficiente para arrancarnos de la miseria en que tantas veces tememos vivir. La belleza nos revela lo invisible que está en la raíz de todas las realidades. Quien solo ve las apariencias no ve la verdad, la bondad y la belleza que existen incluso detrás de la miseria, del hambre y de la tristeza. Quien solo ve apariencias solo ve ilusiones.

Cada uno de nosotros es lo que es, no lo que parece. No debemos juzgar nada ni a nadie con base en las apariencias, o, menos aún, en las opiniones de los que solo piensan y dicen lo que oyen decir a los otros.

Hay un silencio sublime... bueno, verdadero y bello.

Un largo camino por el cual acabaremos por descubrirnos a nosotros mismos... si seguimos adelante, llegará el momento en que admiremos la verdad que hay en todo cuanto existe.

Encontrar lo esencial es descubrir el sentido de la vida.




                                                     (ilustração de Carlos Ribeiro)