José
Luis Nunes Martins
http://rr.sapo.pt/artigo/46759/os_anjos_nao_desistem
(Carlos
Ribeiro Ilustración)
Todos tememos y todos
temblamos. Pero aún así, con miedo de abrirnos, creemos estar solos en una isla
desierta, fría y oscura, aislada del mundo, donde mares de sufrimiento nos
inundan y parece que casi nos ahogan.
Aquellos que eligen ser
ángeles saben que lo más importante es la presencia, el silencio y la
sencillez. En medio de una tormenta, todo esto parece inútil, pero nunca lo es,
menos todavía lo será en ciertas situaciones. Un condenado a vida y a muerte,
en una cama de hospital tendrá, a pesar de todo, su presencia, su silencio y su
sencillez… las tres manifestaciones esenciales del amor. Siempre marcan la
diferencia. Mucha. Aunque muchos no le reconozcan su valor sublime.
Las obras de nuestro amor
son las únicas que siempre nos acompañarán. Muchos las comienzan, pocos las
llevan hasta el fin. Amar exige una paciencia consciente que no sea una
obstinación irracional.
Los peores momentos son
aquellos en que el desánimo nos alcanza, no dejándonos siquiera deseos de
llorar. Ese es el tiempo en que la fe en el amor nos impulsa a agarrarnos a la
vida con toda la fuerza, por poca que sea, y hete aquí que nuestro corazón sonríe y vuela… sin saber
cómo…ni por qué.
Ser ángel es tener voluntad
de creer n el amor, aún cuando todo parece una tragedia absurda…
A veces, el bien surge en la
más oscura de todas las nubes. Sólo se castiga a quien se quiere bien…
No hay explicación alguna
que alivie el dolor a quien lo siente. Pero si el sufrimiento fuese el fin,
nada tendría sentido. El amor es el fin. El amor vale la pena, cualquier pena…
por más pesada que sea.
Las alas están hechas de
penas.
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