José Luís Nunes Martins
Siempre que alguien es víctima de un infortunio, es
corriente preguntarse: “¿Por qué a mí?”. De la misma forma, cuando sabemos que
alguien que ha tenido una alegría en alguna cosa de la vida, sea por haber
luchado por ella o por simple suerte, cuestionamos el logro: “Pero, por qué a
él y no a mí?”
Estos raciocinios son simples pero revelan una verdad profunda que vale la pena
analizar: ¡cada uno de nosotros considera que es superior a los otros, por lo
que es una injusticia a evitar que seamos blanco de un mal querer… y creemos
igualmente que a los otros es más justo!
Cuando se trata de algún tipo de éxito, casi nunca
consideramos si la persona ha luchado, o no, mucho por ello, solo envidiamos.
Creemos que la suerte se habrá engañado y ha dado al otro lo que era nuestro.
Es importarte que nos apartemos de esta forma tan inmadura
de leer el mundo.
El sentido de la vida existe, pero de ahí hasta que
logremos comprenderlo va una distancia mayor de lo que dista este mundo del
otro.
Creemos que nuestra inteligencia es capaz de abarcarlo
todo. Tal vez la verdad se esconda para unos y se muestre a otros, ¿ pero, prefiere revelarse a los que se creen más
inteligentes?
Mi vida no es un cuento infantil en el cual todo tiene un
sentido y un valor concreto y evidente. Al contrario, vivir es navegar en un
mar revuelto de incertidumbres, tempestades y preguntas sin respuesta, y
desiertos, muchos desiertos. A veces, una bonanza, una certeza, un oasis… pero
durante poco tiempo.
¿Por qué razón estoy vivo? ¿Por qué yo? ¿O que habré hecho
para merecer vivir esta vida? ¿Es que ya existía? ¿En el corazón de alguien?
¿Por qué razón valoro el bien solo cuando lo pierdo? ¿Por
qué no soy capaz de comprender que, no siendo más uno más, tampoco soy la
persona más importante?
Hay personas sufriendo mucho, algunas son capaces de sonreír
más que yo. ¿Por qué? ¿Son ellas las que están equivocadas?
Hay personas felices con mucho menos de lo que yo tengo. ¿Cuándo
voy a comprender que hay tantas cosas
que tengo y que quiero aún tener que no sirven de nada para la felicidad, o mejor, incluso
alejan?
La vida es justa, pero la lógica de su justicia no es la
de este mundo.
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