viernes, 9 de marzo de 2018

¿Quién manda en tu corazón?




Opinión de JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


Hay un viento que sopla dentro de cada uno de nosotros, al cual deberíamos dedicarle más tiempo y espacio. No se ve, pero se siente por lo que hace y por lo que puede hacer.

Nuestro corazón no está a las órdenes de la voluntad, pero es posible encontrar formas para que él no nos domine ni esclavice.

¿Quién habita tu corazón?

Hay un espacio enorme en el interior de cada uno de nosotros. Sin embargo, habrá quien decida cerrar todas las puertas y mantener a los otros en el lado de afuera. Otros permiten visitas, más o menos largas,  pero que no dejan de ser eso mismo: visitas que comienzan y que deben acabar un tiempo después.

Tal vez lo más corriente sea que tengamos un corazón donde hay espacio para muchos, pero que  tratamos de controlar solos, como si fuésemos capaces de comprender nuestra vida hasta el punto de determinar lo que es mejor para nosotros mismos.

Lo más grande en mí no soy yo. No puedo serlo, ni siquiera debo perder el tiempo tratando de serlo.

No siempre el exterior refleja el interior. Hay gente que parece perfecta, pero su corazón está degradado, gastado y oscuro. Otros hay que, pareciendo tristes y sucios por fuera, viven con una luz enorme, tierna, suave, dentro de sí.

Hay un mar dentro de cada corazón. ¿Quién se preocupa de conocer el suyo? ¿Quién navega en él, respetándolo, sin naufragar nunca?

¿Serás capaz de admirar el mar que hay en tu corazón?

Si quisiéramos lo mejor para nosotros, entonces debemos hacernos más pequeños, en la sabia humildad de reconocer la verdad absoluta de que no somos el creador del mundo, ni de nosotros mismos y, así, alcanzaremos la verdad de nuestra real posición en el mundo y, también, de la importancia de nuestra existencia.

Quien quiera someter todo y a todos, dentro y fuera de sí, solo con seguirá destruirse. Arrastrando consigo a más de uno a la oscuridad.

Hay un viento que sopla dentro de cada uno de nosotros, al cual deberíamos dedicarle más tiempo y espacio. No se ve, pero se siente por lo que hace y por lo que puede hacer.

Quien quiera tener paz tiene que saber quién es, quien puede ser y quien debe ser.

¡Tengo que abrirme a los otros, arriesgándome a navegar otros mares, salir de mí y verme ahí, ante mis propios ojos!

¡Admirando el mar que llena mi corazón y el viento que escucho y me susurra… que da sentido a cada instante de mi vida!



                                                                    ilustração: Carlos Ribeiro

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