La falta de certezas es señal de que hay misterios que se pueden revelar excelentes sorpresas.
OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS
Hay personas que viven de espaldas a su vida, no consiguen hablar ni consigo mismas. No tienen tiempo para luchar por ellas mismas, por sus sueños, perdiéndose en tantos trabajos que creen que son más importantes, pero que, al final, no sirven para nada.
La verdad es que el tiempo pasa más rápido para los despreocupados. La vida nos va demostrando que no hay sueños imposibles, solo soñadores que no quieren dejar de serlo, son perezosos, prefieren solo suspirar en vez de ponerse en camino.
No sabemos cuánto tiempo tenemos, por lo creer que será mucho es tan imprudente como considerar que nuestra vida terminará hoy. Y esta duda no es mala. La falta de certeza es señal de que hay misterios que pueden revelarse excelentes sorpresas.
Hay quien pasa el tiempo en el pasado, perdiéndose en lo que pasó… en el pasado que vivió y en el que no tuvo, sino lo que le gustaría haber tenido. Algunos llegan a darse cuenta del tiempo que han desperdiciado, pero no aprenden.
También están aquellos que planean en futuros lejanos, perdiéndose en realidades que, lejos en el tiempo y en la realidad, no son nada aún y nunca podrán llegar a ser. Es corriente imaginarse que todo parece hecho sin que tengamos que hacer nada. Al final, dicen, ¡si es por soñar, que se sueñe a lo grande! Pobres, que no saben siquiera que buena parte de la felicidad tiene que ser fruto de nuestras manos.
Son muchos los hombres y mujeres que nunca fueron nada desde que eran niños y quisieran dejar de serlo…
Quien no tiene tiempo para su vida está muerto, a pesar de las apariencias.
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