jueves, 23 de febrero de 2017

Un día sí, y otro también... La casa que enloquece


Ya está bien. ¡Y suerte que no pasa nada en las oficinas del SEPE, del SAE, del INSS, y cualquiera
otra que tenga que ver con asuntos sociales, donde van parados, de larga duración o  que no han trabajado aún en su vida; los que han trabajado años y años y no tienen derecho a prestación alguna...; madres separadas, divorciadas,  con hijos, que apenas sobreviven con las pensiones de sus ‘ex’ (ex maridos, ex pareja, ex acompañante sentimental...), cuando se las pasan...! Aunque,  según me ha dicho un usuario de esas oficinas ya han ocurrido ‘cosas’, porque hay unos carteles en rojo, uno advirtiendo de hacer fotos, audios o vídeos dentro del recinto, y otro  advirtiendo la oportuna denuncia si algún empleado recibía amenazas, insultos u agresión.

El usuario que me ha informado es una amigo mío, que ha ido hoy al SEPE a solicitar la contraseña que le permita obtener el último certificado que necesita para volver a percibir el salario social,
dentro de otros largos meses de espera, y eso si no hay alguna otra contrariedad administrativa..., yo creo, me dice,  que intentan ‘desestabilizarnos emocionalmente’... porque el funcionario no sólo no le facilita dicha contraseña, le aconseja hacerse el carnet digital para obtener cualquier certificado. Pero tiene que entregar ese mismo día el certificado a su trabajadora social, en una oficina que está en el extremo opuesto. Mi amigo se dirige a la oficina del DNI, pero el ordenador está averiado... Menos mal que lo acompañaba otro usuario que disponía de moto y lo trasladó a la oficina de su trabajadora social, para informarle a tiempo del incidente, y no sufrir alguna penalización o retraso en la solicitud de la ayuda solicitada.

Es posible, o más bien probable, están probando a ver hasta donde aguanta este modelo social, en el que el Estado administra caprichosamente,  discriminatoriamente, o mejor, a conveniencia, los fondos que él mismo dedica a la partida de asuntos sociales. Me recuerda todo esto un capítulo de Asterix y Obelix, “La Casa que Enloquece”. El mismo Obelix, cae rendidos después de subir y bajar escaleras, preguntar en una ventanilla detrás de otra en busca de un certificado para enrolarse en la legión, o algo parecido.

¡Es tan larga la lista de atentados contra la serenidad, la paciencia, el aguante de los ‘pacientes’ usuarios de estas oficinas, los ‘multiexcluidos’ sociales!, ¡Dice tan poco bueno de esta decadente sociedad del bienestar!...que, da una pena enorme, y sobre todo causa una indignación explosiva. De verdad que no sabe uno si alegrarse de que no ocurra nada malo a diario en esas oficinas, si admirar la paciencia infinita de tantas personas como acuden a diario a intentar solventar asuntos vitales para sí mismos o sus hijos, de lo que depende si pueden comer en casa o tienen que acudir a un comedor social o a cáritas; depende si duerme bajo techo o tiene que dormir en la calle, quizá por una temporada, o quién sabe, si la cosa se alarga puede que se convierta en ‘un sin techo’ de larga duración...

Hace unos días, en nuestra misma oficina, una de estas personas, que hemos visto deteriorarse día tras
día, se hizo sus necesidades en la silla... porque se sentía a gusto, ‘protegido’, acompañado, tras tomarse su café calentito con galletas, o quizá con polvorones que todavía nos quedan de Navidad, y claro, no le dio tiempo de ir al servicio. No le pudimos dar ni unos pantalones, porque aquí no tenemos otros recursos, y además se tuvo que ir avergonzado, supongo, ante el rechazo que le dispensaron algunos compañeros usuarios...


Eso es la calle, va acabando con la dignidad de la persona, pasito a pasito, sin que se dé cuenta
siquiera; en su fuero interno sigue viéndose persona, ser humano aspirante a cualquier cosa buena que poder ofrecer, y con lo que dignificarse ante sí y ante los demás. Pero la realidad es tozuda, su mente se aísla de la realidad, como un Quijote que no le gusta lo que ve y se rebela, pero yerra el golpe y cae, y se restablece para volver a caer; hasta que, al final,  depende de otros que le quieran ayudar, o, sencillamente, solo se encuentre a gusto en su falsa libertad, entre sus ‘alucinaciones’ y los pocos espacios accesibles que le queden, porque muchos a los que se dirija serán meros ‘espejismos’ que le impulsan a ir de un lado a otro, creyéndose que va a alguna parte..., a un lugar ideal donde todo sea distinto, empezando por él mismo.


¡Dios tenga piedad de nosotros, y no salve! Todos somos hijos suyos, unos más ‘hijos pródigo’ que otros. En nombre de todos los que sufren alguna exclusión social: "¡Dios mío, ven en nuestro auxilio, date prisa en socorrernos!”

lunes, 20 de febrero de 2017

LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

Por Pablo Garrido Sánchez

La unidad en general


Se entiende que la unidad es requisito necesario para que algo permanezca en el tiempo. El diálogo, el entendimiento y el encuentro contribuyen de modo  esencial a la armonía de los distintos grupos humanos. Una familia se entiende por tal cuando existe unidad entre sus componentes; una asociación, sindicato o partido político existen mientras mantengan un ideario que de orden y sentido a las actividades ajustadas a sus fines y objetivos. Una agrupación de carácter recreativo o deportivo ha de tener definidos sus objetivos lúdicos, por los que capta a sus socios y simpatizantes. Si nos fijamos en  lo biológico observamos que cualquier ser vive si todos sus órganos mantienen una unidad de acción de acuerdo con sus diferentes funciones especificas. Esta última imagen fue utilizada por san Pablo, en(Cf. 1Cor 12,12ss ) para significar la unidad en la diversidad dentro de la Iglesia. Por tanto, la unidad se convierte en un principio del cual partir para cimentar la realidad eclesial; y, por otra parte, la unidad es una resultante del bien hacer. Fragmenta la unidad la envidia, la violencia o el rencor; fractura la convivencia la crítica, el engaño y la difamación; corrompe la raíz misma de la unidad la hipocresía, la codicia y la soberbia. Por tanto nos encontramos ante un panorama arduo: la unidad es fundamental para que algo exista con nobleza, pero dada la vulnerabilidad de la condición humana, es preciso mantener vigilancia y discernimiento.

La unidad cristiana


 El Nuevo Testamento, los últimos veintisiete libros de la Biblia que recogen los cuatro evangelios principalmente, constituye un mosaico suficientemente ilustrativo de variedad teológica, indicándonos como la uniformidad de pensamiento está ausente en los fundamentos mismos de la Fe cristiana. La unidad es una diversidad en armónica relación, pues como dice Urs von Baltasar, teólogo católico, la verdad es sinfónica. El Nuevo Testamento refleja posturas personales diversas como entre Pablo y Bernabé. Los enfoques sobre los fundamentos de la Fe, en los escritos del Nuevo Testamento, son poliédricos y complementarios, necesitándose unos a otros. Y también los textos sagrados con realismo aportan las disensiones y divisiones en las nacientes iglesias particulares (1Cor 1,12ss ). No obstante, el libro de los Hechos de los Apóstoles eleva la unidad eclesial a objetivo necesario para la Iglesia de todos los tiempos (Cf. Hch 2,42-45 ). Nos movemos, por tanto,  en un discurrir de la historia personal y grupal que va de la unidad a la dispersión, obligando a considerar la unidad como una tarea permanente, que en primer lugar es un don de DIOS. El entendimiento precisa renovación continua en un conjunto de factores éticos y en la acción de la Gracia, al mismo tiempo. La renovación de la vida y la búsqueda de la verdad no pueden cesar en los grupos eclesiales. La historia muestra que el camino ofrece avances y retrocesos, aciertos y errores. La unidad de los cristianos no siempre estuvo en el objetivo principal de la eclesialidad, dándose episodios de imposición de unos grupos sobre otros; o de flagrantes transgresiones de los principios evangélicos ante lo cual no queda otra  postura que el arrepentimiento, la petición de perdón y la restauración de la fraternidad cristiana entre los distintos grupos eclesiales. Veinte siglos de historia del Cristianismo han dado para muchas luces y sombras; y tanto unas como otras constituyen una herencia irrenunciable. De manera irremediable por el hecho de haber nacido nos hacemos solidarios y herederos de una humanidad de la que formamos parte, y lo hacemos en una familia determinada, en una nación concreta y en bastantes casos en una confesión religiosa con su historia y cuerpo doctrinal. Desde el momento en el que nos insertamos en esta diversidad de ámbitos no nos queda otra alternativa que responder de la manera mejor posible a las nuevas situaciones que tal pertenencia implica. En lo tocante a lo que nos ocupa: se nos presenta una tarea ecuménica y misionera, sin deslindar la una de la otra.

El camino de la iglesia

“El ecumenismo es el camino de la Iglesia” (Ut unum sint, n.7, Juan Pablo II).Esta sencilla frase es una declaración de principio, que san Juan Pablo II formula en esta encíclica dedicada al ecumenismo, en el año noventa y cinco del pasado siglo. A este documento nos referiremos en párrafos sucesivos, pues constituye uno de los principales documentos sobre este tema capital. San Juan Pablo II, Benedicto XVI y el actual papa Francisco, muestran una preocupación muy grande por el ecumenismo, y san Juan Pablo II lo ha querido plasmar en un documento magisterial de máximo rango. Cuando hablamos de ecumenismo nos referimos al movimiento existente dentro y fuera de la Iglesia Católica por acercar posturas entre las diversas iglesias cristianas. Cuando el diálogo se establece entre religiones diferentes como el Judaísmo o el Islán, entonces lo denominamos diálogo interreligioso.
El ecumenismo nos complica la vida, porque nos obliga a tomar en consideración aspectos de la vida cristiana con los que no contábamos; pero la época de internet y la globalización nos hace vecinos de ortodoxos, luteranos, evangélicos, adventistas o anglicanos. ¿Qué hacemos con nuestros vecinos?: los ignoramos, dialogamos con ellos o los consideramos herejes. Esto último sería verdaderamente penoso. En España tenemos un déficit ecuménico notable por distintas razones que no vamos a detallar, pero deberíamos poner remedio en la medida de nuestras posibilidades. Es conveniente saber algunas cosas para empezar y perder el miedo a tratar con personas de otras iglesias cristianas. El miedo a la pérdida de la propia identidad desaparece cuando se puede dar razón de lo que se cree.

Pasos dado en el ecumenismo


¿Desde cuándo la Iglesia Católica ha comenzado a dar pasos firmes a favor del ecumenismo?: Desde el concilio Vaticano II. La cuestión del ecumenismo fue un argumento transversal en todos los documentos del Concilio, pero de forma específica se redactó en la Unitatis redintegratio (unidad restaurada), que constituye la carta magna del ecumenismo para la Iglesia Católica. A partir de ese momento los cristianos que no están en comunión con Roma, o con el Papa, han dejado de ser considerados herejes, y se declara de forma explícita que en las otras confesiones se encuentran semillas de verdad y eclesialidad. En mil novecientos sesenta y cuatro, todavía no estaba concluido el Concilio, Pablo VI y el patriarca Atenágoras I, de la Iglesia Ortodoxa de Constantinopla, rompieron las actas de excomunión que se habían declarado mutuamente en la ruptura entre Oriente y Occidente, allá por el mil cincuenta y cuatro. Casi mil años de antagonismo entre dos confesiones cristianas, manteniendo como causa de separación la cuestión del papado y el filioque . Ciertamente estas dos cuestiones tienen muchas derivadas, que no vamos a considerar; pero tengamos en cuenta que los ortodoxos tienen los mismos sacramentos que nosotros con disciplinas prácticamente idénticas para los mismos; leen las mismas escrituras; mantienen la misma tradición patrística; y, sobre todo, los primeros concilios fueron celebrados en sus demarcaciones geográficas y patriarcados, por lo que el fondo magisterial es idéntico. La excepción dentro del cuerpo doctrinal está en el mencionado filioque, que no es más que la incorporación de una “y” en sentido copulativo a la fórmula de procedencia del ESPÍRITU SANTO. Nosotros rezamos que el ESPÍRITU SANTO procede del PADRE y del HIJO, y los ortodoxos mantienen que la expresión correcta es: El ESPÍRITU SANTO procede del PADRE por el HIJO. Esta es la disensión teológica inicial, que mantiene a las dos iglesias hermanas en una separación milenaria.
 ¿Tendrá la Iglesia Católica su parte de culpa en la ruptura producida en el siglo once, contraviniendo el mandato del SEÑOR, de que todos seamos uno”? Volvamos a la consideración anterior: La Iglesia Católica es nuestra Iglesia. Somos católicos y heredamos sus luces y sombras, pero el ESPÍRITU SANTO está dispuesto a recomponer con nosotros tanto desastre.

Rupturas en los primeros siglos


Acabamos de hacer mención a la gran ruptura entre Oriente y Occidente, la cosa de la fragmentación empezó mucho antes con grupos más reducidos pero  importantes como  fueron: los coptos, los armenios, los malavares o los maronitas; que dan como resultado  otras tantas iglesias. El motivo de la separación de estas iglesias estuvo en la discrepancia con las formulaciones cristológicas de los primeros concilios. Se han necesitado diecisiete o dieciocho siglos para que en diálogo sereno unos y otros se dieran cuenta que las distintas formulaciones por las que había corrido hasta la sangre de manera literal no alteraba el fondo del asunto, y hoy tenemos a estas iglesias en comunión con Roma o con el Papa. El ESPÍRITU SANTO da muestras de una paciencia eterna y divina, sin lugar a dudas; y al mismo tiempo se pone de relieve la gran soberbia del espíritu humano; pero DIOS  espera.

Antecedentes de las rupturas



El  Cristianismo se ha mostrado a lo largo de los siglos como algo que trasciende los límites de una religión, aunque se encuentra condicionado por factores sociales e Históricos ajenos a él mismo, por lo que sus idas y venidas, los éxitos y fracasos atañen e inciden en toda la humanidad; de ahí que las rupturas o fragmentaciones estén precedidas por un cúmulo de circunstancias que se van gestando a través de años y décadas. Así el protestantismo que lo asignamos de inmediato con Lutero es, sin embargo, el resultado de grandes desajustes, especialmente eclesiales, que encontraron en la persona de Martín Lutero el elemento desencadenante de la Reforma y ruptura con la Iglesia Católica. El caldo de cultivo del protestantismo venía de lejos y la Iglesia Católica no realizo una reforma a su tiempo debido, con lo que tuvo que afrontar una Contrarreforma como contestación a la Reforma abanderada por Lutero. Durante siglos, católicos y reformados nos hemos declarados culpables mutuamente de la fractura, porque lo de echarnos en cara la culpabilidad de las cosas parece que alivia la carga, pero ese tiempo dedicado a tal menester no hizo más que agravar la situación. Las acusaciones oscilaban entre herejes y anticristos. Para los católicos, los reformados eran unos herejes; y para los protestantes, los católicos éramos el campo en el que se asentaba la gran Babilonia con el Anticristo a la cabeza. Con ese panorama el diálogo no se vislumbraba factible. Una vez más el ESPÍRITU SANTO tuvo que venir en nuestra ayuda (Cf. Rm 8, 26 ); y en Edimburgo, Escocia, en mil novecientos diez, se reunieron distintas iglesias salidas de la Reforma protestante y concluyen en lo obvio: la falta de unidad de los cristianos es el principal obstáculo para la evangelización. Tuvieron que pasar casi cuarenta años, y en medio dos guerras devastadoras, para que en el año mil novecientos cuarenta y ocho se reunieran en Roterdam más de ciento cuarenta iglesias separadas y decidieran  constituir el Consejo Mundial de las Iglesias, que posteriormente fijo su sede en Ginebra, Suiza. La Iglesia Católica no participó de este evento, porque la doctrina oficial declaraba la reintegración; es decir: los luteranos, calvinistas o anabaptistas, que en su día  rompieron con Roma, podían volver y ser recibidos con los brazos abiertos, pero aceptando todos los presupuestos doctrinales propios de la Iglesia Católica. ¿Diálogo, entendimiento, búsqueda conjunta de la verdad? La postura oficial católica descartó por mucho tiempo estos considerandos. Por aquellos años teólogos católicos como Yves Congar, dominico; Henri de Lubac, jesuita; y el joven Hans Küng, con su obra “Estructuras de la Iglesia”, mantenían posiciones diferentes a la oficial, por lo que los dos primeros sufrieron una descalificación en toda regla y el último el que se le abriera un expediente de investigación por el Santo Oficio. Con la llegada de san Juan XXIII al pontificado, y la apertura del Concilio Vaticano II, los tres teólogos mencionados fueron llamados al Concilio como peritos para asesorar a los obispos en la elaboración de los documentos conciliares. Posteriormente, Yves Congar, sería elevado a Cardenal por san Juan Pablo II, en mil novecientos noventa y cuatro.

sábado, 18 de febrero de 2017

De bien nacido es ser agradecido



Daniel Medina Sierra

eso me decía mi madre cuando no valoraba las cosas o simplemente no daba las gracias.
El pan no se tira, respeta  a las personas, no te metas con nadie, escucha cuando te estén hablando...

Supongo que en algún momento de nuestras vidas, alguien nos lo ha dicho o recordado, tantas veces como necesitábamos recordarlas.

¿Estos pequeños consejos de padres, abuelos, amigos... en qué momento se nos olvidaron?


En la era de la tecnología, la comunicación, del progreso... ¿en qué momento se nos olvidó? No tengo tantos años y ya cuando hablamos del pasado decimos... antiguamente...
¿nadie recuerda estas pequeñas lecciones, pertenecen al pasado, a personas de cierta edad o bicos raros que tienen valores?

Reconozco, siendo sincero, que no me siento representado en este presente, ni veo apenas atisbo de madurez emocional en hombres y mujeres. Todo les da igual, no estudio, no trabajo, no hago nada en casa... y pretenden dar lecciones no aprendidas a otros.

Cuando la señora alcaldesa tuvo “ la gran idea" de instalar unos semáforos con unas señales realmente disparatadas, a mi juicio, dos muñecos de la mano( se presume para que pasen homosexuales) y otro con muñecas con el mismo fin, supongo, todos en las redes sociales se mostraban indignados, pero nadie fue a la puerta de la alcaldesa a pedirle explicaciones.
 
Todo lo queremos hecho ya, al instante, de lo contrario tendríamos que pensar, trabajar más y molestarnos más en los detalles y el esfuerzo que supone cada acto. Olvidamos tan rápido quien fuimos, por lo tanto, no sabemos realmente quienes somos.
A qué nos llevó realmente la democracia, no supimos interpretar el concepto de libertad. La libertad ha costado sangre, sudor y muchas lágrimas de hombres y mujeres, han luchado por un futuro mejor para las generaciones venideras.

Si ellos pudieran asomarse por una ventana y ver en qué se ha convertido su lucha cerraban la ventana de nuevo. Pensemos un instante en estos últimos cuarenta años. Éramos pobres pero comíamos todos los días, íbamos a la escuela con lo básico, jugábamos en la calle todo el día, aprendíamos a relacionarnos con los demás, arreglábamos los conflictos solos, nos pegábamos y nos hacíamos amigos. 

No cambio mi infancia y adolescencia por esta, con todas las carencias materiales, tecnología, libertades y Libertadores, no cambio mi tiempo por éste ¡Cuántas personas con esa pasividad irritante, con esa desgana por todo! Hombres y mujeres de treinta para arriba comportándose como adolescentes. 

Desde luego y por fortuna, son muchísimas las personas que recuerdan, enseñan y aprenden valores tan elementales aparentemente como dar las gracias cuando te ayudan.
 
Es un pequeño ejército que sobrevive a la era de la destrucción del ser humano pensante y emocional. Aquí seguiremos este  pequeño ejército luchando por recordar a quien quiera entender, lo que significa libertad.


lunes, 13 de febrero de 2017

DE LOS MOMENTOS PRUDENTES AL INSTANTE IMPRUDENTE


OPINIÃO DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS

Nuestros apetitos necesitan ser moderados y encaminados, nuestras pasiones necesitan ser comprendidas. Cuando integramos las pasiones, ellas son utilizadas para realizarnos, cuando dejamos que nos dominen, nos orientamos para su propio bien, no para el nuestro.

Ceder a los apetitos es un camino siempre corto, porque en poco tiempo perdemos el equilibrio y caemos en los abismos de la vida. Dejarse llevar también por las pasiones nunca es algo que sea duradero. Son tan inestables como huidizas. Lo que es hoy, mañana ya no es.

Es importante aprender a orientar los deseos para que nuestras decisiones no nos desvíen del camino del bien.

La prudencia nos ayuda a encontrar la verdadera finalidad de nuestras acciones y a  descubrir los medios necesarios para llegar allí. Por más lejos, demorado y difícil que sea...

La vida es bella cuando es vivida sin excesos. Dentro de los límites de nuestras posibilidades y de acuerdo con las valoraciones más sensatas de nuestra razón.

Ser prudente es señal de inteligencia. Las emociones son una fuerza sublime, pero dejadas a rienda suelta arrastran al más fuerte de nosotros hacia la desgracia.

Un momento nunca es largo y un instante es aún más corto.

Pero hay algo mucho más importante de lo que son la razón y las pasiones, por el cual tenemos obligación de dejar atrás la racionalidad y las emociones. Es el amor. Y el amor exige un acto de fe.

La prudencia cuando se ama es cobardía. La pena de quien no se atreve a amar es pasar a vivir sin paz, atormentado por la idea de que no fue capaz de comprender que, más que las pasiones y las razones, la felicidad exige una última prueba de fe y de voluntad. Un salto capaz de romper todos los límites posibles.

Una prueba absoluta del creer y del querer.

Porque, al final, para el amor nada es imposible.




(ilustração de Carlos Ribeiro)



viernes, 10 de febrero de 2017

PACIENCIA


Donde yo voy, cuatro días a la semana, de voluntario, considero que es una de las mayores escuelas de paciencia. Aquí, todas las personas que vienen esperan algo, generalmente sin prisas ni exigencias, cada uno espera su turno para entrar y exponer al trabajador social sus necesidades, si las distingue con claridad, y si no, el trabajador le ayuda a descubrirlas... aunque no siempre lo consigan, no por falta de voluntad de ambos, sino porque la mente que expone no es capaz de expresarse, porque no controla sus pensamientos ni su voluntad, por multitud de causas: algún consumo prolongado, alguna deficiencia mental, o sencillamente por llevar demasiado tiempo solo y en la calle, sobreviviendo a merced de un sin fin de imprevistos, enfermedades, dolencias, siempre alerta..., aunque puede que ya se repitan las falsas alarmas, fruto de la desconfianza, de tanto temer que algo imprevisto y malo pueda sorprenderlo...

Esperan y esperan: para entregar los papeles que se requieren para solicitar una subvención; y después de haberlos echado, esperan otros seis meses como mínimo, si no ocho, o doce, depende de que algún funcionario se despiste o se aperece; esperan una oportunidad de trabajar en lo que sea; o que salga alguna oferta pública de empleo y que los requisitos exigidos no le impidan el acceso; esperan que se cumpla el plazo de estancia en un albergue para emigrar a otro, y a otro..., puede que hasta lleguen a conocer casi todos los albergues a lo largo y ancho del territorio nacional, y algunos del extranjero; esperan una cita en algún servicio público; esperan a juntar los informes médicos necesarios para pasar un tribunal médico, unos meses o quizá años, que les garantice una pequeña pensión y poder alquilar una habitación o compartir un piso con otro, y que no le falle o le haga alguna jugarreta...

La mayoría esperan una solución a su problema fundamental, no tener autonomía; aunque sea mínima, la necesitan, para ir remontando, peldaño a peldaño, la difícil cuesta que le conduzca a la normalidad y le devuelva la dignidad perdida o maltrecha.  Nadie piensa que puede llegar a caer en la exclusión social, pero puede ser  una caída lenta, cuando la persona se enajena poco a poco, entregada al consumo de cualquier droga que le permita ocultar sus males o complejos; pero también hay caídas bruscas, rupturas matrimoniales o familiares... Cualquiera puede caer cualquier día,  ya estás ahí, en la calle, solo, desorientado, aturdido. Cuando logras reaccionar buscas un auxilio, una mano amiga, lo intentas y poco a poco se van agotando las posibilidades; renuncias por fin, y vuelves a ser dueño de la situación, te brota la dignidad y piensas que lo vas a conseguir, que vas a volver a ser otra persona, nueva, fortalecida tras el golpe bajo recibido...

Y es así que, mientras hay esperanza hay paciencia, la paciencia del héroe anónimo que lucha contra sí mismo, contra la desgana y la impotencia,  contra el entorno hostil: silencioso, impenetrable, sordo, en el que los otros se mueven como autómatas insensibles, cada uno en una dirección, sin ver nada más que lo que tiene en su mente, satisfacerse a sí mismo, y guardar las provisiones que le harán falta, acumulando incluso más de lo que necesita.

Aunque parezca una exageración, porque hay muchas personas preocupadas por los demás y sobre todo si se ven necesitados, hay muchos a los que no llega esa mano tendida, porque son invisibles,  o porque ellos mismos no la buscan.

La clave está en ser capaz de mantener la esperanza, empezando por conservar y fortalecer la confianza en sí mismo, luego confiando en ser capaz de alcanzar una vida como los demás, dejando atrás un pasado que no merece la pena ser recordado, llenando el presente de nuevas ideas y proyectos, siempre creciendo, siempre hacia adelante, con la dignidad siempre a flote, mirando cara a cara a todo el mundo.

Ahí está la clave, ayer mismo, tuve acceso a un informe psiquiátrico de una persona a la que una asociación cristiana estaba dispuesta a ayudarle, y decía el informe algo tremendo, decía literalmente que esta persona “había perdido la esperanza”... Daba claras muestras de haber perdido la esperanza de salir de su situación de exclusión, de abandonar algún día la calle para siempre. Había renunciado a ser una persona. Por eso se pasa el día echando la culpa de sus males a diestro y  siniestro, buscando la compasión ajena, y como no la consigue más que por breve tiempo, va ganado enemigos día a día, hasta quedarse solo, con su litrona o lo que sea que le enajena y le aporta un falso consuelo.

La calle quema, la calle mata, la calle no es lugar para vivir. Pero hay personas que han perdido toda esperanza, hacen de la calle su modo de vida, y no se puede hacer nada por ellos. Es duro mirar a los ojos a una persona que huele terriblemente, sin torcer el gesto, poner en sus manos un vaso de café y unas galletas, a la puerta de la oficina, y dejarlo marchar. Esto no debiera ocurrir, decimos siempre, alguien debe hacerse cargo. 

Pero yo me pregunto si eso es posible, al menos sin forzar la voluntad de estas personas que eligen este camino, que no conduce a ninguna parte, desde luego; es siempre el  mismo, pero lo es externamente, internamente ¿quién sabe lo que ocurre?, si acertara a expresarse quizá nos sorprendiera, como a veces me ha ocurrido. A veces debiéramos imponernos silencio, aceptar, acompañar hasta donde te dejen, y el resto, Dios dirá, que es el que nos gobierna a todos, lo creamos o no, lo queramos o no.

“¡Hasta mañana!”, suelen decir todos cuando salen para el albergue, o para sus habituales lugares donde pasar el tiempo, o para los cobijos que cada uno tenga, y yo procuro añadir “si Dios quiere”. Son muchos los que aceptan la respuesta, que encaja como las piezas de un puzle que hacemos entre los dos; otros sonríen, incrédulos, o confiados en que volverán al día siguiente. Antes también se decía a la vez que se ofrecía algo a un indigente: “Dios te ampare, hermano”, y  tiene un sentido extraordinario, lo considera “hermano”, y hace una oración por él a Quien todo lo puede para que haga el resto, manteniendo vivo el ‘corazón de carne’ de todos los seres humanos... “a los pobres los tendréis siempre con vosotros”... La libertad humana conlleva el riesgo de equivocarse, y por eso debemos aprender que junto a la libertad está la responsabilidad, para asumir también las consecuencias de nuestros actos, y ser humilde para pedir ayuda cuando la necesitemos, o aceptar la mano tendida cuando nos la ofrezcan.


Hoy, en cambio,  en seguida hacemos culpables a todas las instituciones, civiles y religiosas, a la sociedad entera, de cuanto de malo le ocurre a las personas... porque los males siguen, la pobreza y la exclusión, a pesar de los muchos años transcurridos desde la aprobación de la Declaración de los Derechos Humanos, de haberse implantado el sistema democrático en numerosos países, tras padecer dos guerras mundiales y haber creado la ONU, que se encargaría de mantener la paz en el mundo y de fomentar el progreso de los pueblos para garantizarla. Son muchos los que dicen que estamos ya en la tercera guerra mundial, diferente, desde luego, extraña, incomprensible, está en todas partes sin embargo, y sus consecuencias son imprevisibles todavía. 

jueves, 9 de febrero de 2017

DEL MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2017


Queridos hermanos y hermanas:

La Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte. Y en este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: ...Jesús es el amigo fiel que nunca nos abandona, porque incluso cuando pecamos espera pacientemente que volvamos a él y, con esta espera, manifiesta su voluntad de perdonar (cf. Homilía, 8 enero 2016).

La Cuaresma es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través de los medios santos que la Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna. En la base de todo está la Palabra de Dios, ..En concreto, quisiera centrarme aquí en la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro (cf. Lc 16,19-31)...

1.       El otro es un don

Lázaro nos enseña que el otro es un don...el pobre en la puerta del rico, no es una carga molesta, sino una llamada a convertirse y a cambiar de vida... Cada vida que encontramos es un don y merece acogida, respeto y amor.

2. El pecado nos ciega

La parábola es despiadada al mostrar las contradicciones en las que se encuentra el rico (cf. v. 19). Este personaje, ... no tiene un nombre, se le califica sólo como «rico»... En él se vislumbra de forma patente la corrupción del pecado, que se realiza en tres momentos sucesivos: el amor al dinero, la vanidad y la soberbia (cf. Homilía, 20 septiembre 2013).

El apóstol Pablo dice que «la codicia es la raíz de todos los males» (1 Tm 6,10). ..., el dinero puede someternos, a nosotros y a todo el mundo, a una lógica egoísta que no deja lugar al amor e impide la paz.

La parábola nos muestra cómo la codicia del rico lo hace vanidoso. 

...Pero El peldaño más bajo de esta decadencia moral es la soberbia...Para el hombre corrompido por el amor a las riquezas, no existe otra cosa que el propio yo, y por eso las personas que están a su alrededor no merecen su atención. ...el rico no ve al pobre hambriento, llagado y postrado en su humillación.

... «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero» (Mt 6,24).

3. La Palabra es un don

... La liturgia del Miércoles de Ceniza nos invita a vivir una experiencia semejante a la que el rico ha vivido de manera muy dramática... «Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás». El rico y el pobre, en efecto, mueren, y la parte principal de la parábola se desarrolla en el más allá.

... el rico mantiene un diálogo con Abraham, al que llama «padre» (Lc 16,24.27), demostrando que pertenece al pueblo de Dios. Este aspecto hace que su vida sea todavía más contradictoria...

El rico sólo reconoce a Lázaro en medio de los tormentos de la otra vida, y quiere que sea el pobre quien le alivie su sufrimiento con un poco de agua. Los gestos que se piden a Lázaro son semejantes a los que el rico hubiera tenido que hacer y nunca realizó... «Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces» (v. 25).

La parábola se prolonga, y de esta manera su mensaje se dirige a todos los cristianos. En efecto, el rico, cuyos hermanos todavía viven, pide a Abraham que les envíe a Lázaro para advertirles;... «Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen» (v. 29)... «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto» (v. 31).

De esta manera se descubre el verdadero problema del rico: la raíz de sus males está en no prestar oído a la Palabra de Dios; ... La Palabra de Dios es una fuerza viva, capaz de suscitar la conversión del corazón de los hombres y orientar nuevamente a Dios. Cerrar el corazón al don de Dios que habla tiene como efecto cerrar el corazón al don del hermano.

... Que el Espíritu Santo nos guíe a realizar un verdadero camino de conversión,... Animo a todos los fieles a que manifiesten también esta renovación espiritual participando en las campañas de Cuaresma que muchas organizaciones de la Iglesia promueven en distintas partes del mundo para que aumente la cultura del encuentro en la única familia humana. Oremos unos por otros para que, participando de la victoria de Cristo, sepamos abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres. Entonces viviremos y daremos un testimonio pleno de la alegría de la Pascua.

Vaticano, 18 de octubre de 2016
Fiesta de san Lucas Evangelista.
Fecha de Publicación: 07 de Febrero de 2017
Francisco
http://www.misionerosverbodivino.com/6885-2



miércoles, 8 de febrero de 2017

Encontrar al extraño y al pobre. Buscando la “otra cara” de Dios


Antonio Pernia, Svd


Nota de la SVD en España: No transcribimos la totalidad por su extensión; así que cumpla lo aquí ofrecido porque ‘no puede ser más, ni menos’.

… “Dos desafíos…, una invitación a buscar la “otra cara” de Dios. Porque esta “otra cara” de Dios se revela cuando nos encontramos cara a cara con un extraño (multiculturalidad) y con los pobres (pobreza).

Como sabemos, es una antigua creencia bíblica (que el pueblo hebreo recordaba constantemente) que Dios no es como nosotros. Dios es siempre más que nuestro Dios, más de lo que hacemos de él. Una y otra vez los profetas le recordaban a la gente que Dios no era un ídolo, obra de nuestras manos y nuestra imaginación. Dios es siempre extraño y menos familiar de lo que pensamos. Dios es el totalmente Otro.

En otras palabras, Dios siempre tiene “otra cara”. Y esta “otra cara” de Dios se nos revela cuando nos ponemos frente a los que son diferentes de nosotros, los que son distintos de nosotros: Los que son socioeconómicamente diferentes de nosotros, es decir, los POBRES y la gente SIN PODER, y los que son culturalmente diferentes de nosotros, es decir, el EXTRAÑO y el EXTRANJERO.

Cuando nos ponemos “cara a cara” con el pobre y el extranjero tenemos una visión de la otra cara de Dios. Y esta otra cara de Dios nos invita a la novedad. Como San Agustín escribió una vez: “Dios está más cerca de mí que yo de mí mismo, pero lo suficientemente diferente como para hacerme más que yo mismo.” Y esto, precisamente, es el desafío de la Iglesia Hoy: Buscar la “otra cara” de Dios y por lo tanto ser más que ella misma.

El desafío es promover una actitud de reflexión sobre el misterio que nos lleva desde la cara familiar de Dios a la otra cara de Dios, que nos llama a ser más que nosotros mismos, el misterio que nos mueve desde nuestra experiencia tradicional de Dios a un encuentro con Dios que es lo suficientemente diferente como para llamarnos a una forma diferente de ser. Esta capacidad de ver la otra cara de Dios es una necesidad particular en el mundo de hoy, donde la tendencia general es la de envolver lo que es diferente en lo que es familiar.

La tentación es crear una imagen de Dios amistoso y familiar, un Dios que es como nosotros. Esto lo convierte en un Dios doméstico y manejable, alguien a quien se puede recurrir para todo tipo de consuelo personal y político.

Ese tipo de Dios es completamente predecible y totalmente carente de sorpresas…
… un Dios al que se puede recurrir para protegernos de aquellos que no son como nosotros, para protegernos de los extraños y aislarnos de los pobres. De hecho, vivimos en un mundo donde tenemos miedo a los extraños y es indiferente con los pobres. Los extraños y los pobres son una amenaza para nosotros. Los extraños son un peligro para nuestra seguridad y los pobres una vergüenza para nuestro estilo de vida cómodo. Así que les decimos a nuestros hijos “no hables con extraños” y les advertimos que “no se acerquen a los pobres”. Pero, si no permitimos al extranjero y al pobre acercarse a nosotros, nunca veremos la otra cara de Dios. Si no nos encontramos cara a cara con ellos, nunca experimentaremos el “giro” tan necesario para que podamos escuchar la llamada de Dios a una forma diferente de ser y su llamada a ser más que nosotros mismos. El lenguaje del extraño. Nuestro encuentro con un extraño, con el que es culturalmente diferente de nosotros, nos revela la “otra cara” de Dios, el misterioso rostro desconocido de Dios. Lo que el mundo necesita hoy no es ver el rostro conocido y habitual de Dios, la imagen de Dios que a menudo creamos según nuestra propia imagen, sino la cara desconocida y misteriosa de Dios, la imagen de Dios que está más allá de nuestras ideas y de nuestra imaginación.

No es el rostro de Dios complaciente y cómodo, sino el rostro de Dios que nos desafía y nos perturba.

Y así, lo que necesitamos hoy no es una evangelización que pueda explicar el misterio de Dios con un lenguaje discursivo y filosófico, sino que pueda llevar a la gente al misterio mismo de Dios a través de un lenguaje de signos y símbolos.

En otras palabras, no es sólo necesario comprender el misterio de Dios, sino encontrarse con el Dios del misterio.

Lo que se necesita en la evangelización hoy es un enfoque y un lenguaje “mistagógico” EG 166). De este modo, el Papa Francisco habla de la via pulchritudinis o la “vía de la belleza” (EG 167). La catequesis debería mostrar que creer en Jesús y seguirlo no es sólo algo correcto y verdadero (via rationis), sino algo hermoso y alegre, “capaz de llenar la vida con nuevo esplendor y alegría profunda” (via pulchritudinis). La perspectiva de los pobres. Nuestra solidaridad con los pobres, con el que es socioeconómicamente diferente de nosotros, nos revela la “otra cara” de Dios – no la cara familiar de Dios vista “desde el lado” de la historia, es decir, desde el punto de vista de los vencedores y los poderosos, sino la cara desconocida de Dios como se ve desde el “reverso” de la historia, es decir, desde el punto de vista de las víctimas y los marginados.

La opción por los pobres no es sólo una estrategia política, sino un reconocimiento de la propia opción preferencial de Dios. En otras palabras, es la propia perspectiva de Dios, la forma de ver la realidad de Dios. Como tal, constituye una clave hermenéutica, es decir, una clave para la interpretación de la realidad. En su entrevista con la revista jesuita italiana, La Civiltà Cattolica, el Papa Francisco dijo: “Estoy convencido de una cosa: los grandes cambios en la historia se hicieron realidad cuando la realidad no fue vista desde el centro, sino desde la periferia. Es una cuestión hermenéutica: La realidad se entiende sólo si se mira desde la periferia, y no cuando nuestro punto de vista es equidistante de todo”.

Lo que se requiere en la actualidad, en la nueva evangelización, es la adopción de la hermenéutica de la periferia, la perspectiva de los márgenes, la óptica de los pobres, la vista desde la parte inferior de la historia. Porque sólo entonces podemos comunicar efectivamente lo que el Papa Francisco llama el núcleo del kerigma que proclamamos: La “infinita misericordia del Padre” (EG 164). Una espiritualidad del encuentro. En la EG 78, el Papa Francisco lamenta el hecho de que en muchos religiosos la vida espiritual ha llegado a estar “identificada con unos ejercicios en los credos religiosos que pueden ofrecer una cierta comodidad, pero que no estimulan el encuentro con los demás, el compromiso con el mundo o una pasión por la evangelización”.

El Papa, por lo tanto, fomenta una Espiritualidad del Encuentro, un encuentro especialmente con aquellos que son diferentes de nosotros: el pobre, el forastero, el extranjero, el refugiado, el migrante, las personas desplazadas, la madre soltera, el padre solo, los afectados por el VIH-SIDA, los buscadores de asilo, los no cristianos, los no creyentes. De hecho, si nos rodeamos sólo con personas como nosotros (gente religiosa de clase media, hombres de negocios ricos, cómodos profesionales) nunca veremos la “otra cara” de Dios y nunca escucharemos la llamada a ser más que nosotros mismos. Y sólo cuando llegamos a ser más que nosotros mismos, llegamos a la plenitud. Como dice el Papa Francisco en EG 8: “Gracias exclusivamente a este encuentro – o encuentro renovado – con el amor de Dios, florece una amistad enriquecedora, nos liberamos de nuestra estrechez y nuestro ensimismamiento. Llegamos a ser plenamente humanos cuando llegamos a ser más que humanos, cuando dejamos que Dios nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar la mayor verdad de nuestro ser”.

 http://www.misionerosverbodivino.com/tag/antonio-pernia

(Como antiguo alumno, confío en que la difusión de tan estupendo artículo, o mejor, catequesis, en este sencillo blog, me esté permitida y pueda contribuir a difundir la labor de los misioneros del Verbo Divino, a los que debo mucho de lo hoy soy).


sábado, 4 de febrero de 2017

¿Explosión controlada o incontrolada?


De seguir así: una bolsa enorme de excluidos sociales, millones y millones; un progreso irracional e inhumano, mecanizado y con poder  ‘robotizante’; la democracia convertida en partitocracia, y gobernada la sociedad por una casta de políticos serviles, entregados al progreso material, a la ideología ‘progre’ y buenista, que aspira a crear un paraíso en la tierra, creado y gobernado por ellos...

De seguir así, algún día estallará la bolsa inmensa de ‘desechos humanos’ que está generando este modelo social, auspiciado por la misma ONU. Lobis, gobiernos y numerosos grupos y asociaciones pretenden, si es en vano ya se verá, controlar la explosión. Para ello propician el exterminio de los más débiles, los que tenían que nacer y no se les permite salir vivos del vientre de sus madres; los que se cansan de vivir, o los que viven en condiciones muy difíciles, tendrán la posibilidad de excluirse radicalmente. ‘Pensionan’ a los que decidan incluir en sus presupuestos, según baremos discriminatorios: por género, procedencia, ideología, o si consume alguna sustancia...

A los que no acepten los dogmas de la ‘nueva política’, no escuchen a los predicadores de la ‘Nueva Era’, esos serán perseguidos, marginados, no tendrán acceso a los cargos públicos que se controlan a través de los nuevos partidos. Así es como surge una alianza siniestra entre la izquierda y la derecha, ricos y pobres, coincidentes en acabar con todo lo bueno que nos ha conducido hasta aquí, para colocarse ellos en lugar seguro desde el que poder disfrutar del progreso cada vez más refinado, sutil y exclusivista. Por eso desparecen los partidos clásicos, liberales, comunistas, derechas, izquierdas, o al menos tratan de adaptar sus ideologías a los nuevos tiempos. En España ya  no nos queda ningún partido íntegro de los que fundaron el régimen modélico de la Transición :

-       La UCD, que en paz descanse..., se sacrificó con el líder para escenificar el fin de la Transición política de la Dictadura a la democracia, dando paso a nuevos partidos en el gobierno de la nación, el PSOE, que hizo cuanto pudo para arrebatarle el poder al gran político Adolfo Suárez, contando siempre con la simpatía y algo más del Rey hasta su renuncia o abdicación, por los mismos motivos que el líder del psoe perdió el poder en España y en su partido: la corrupción. La misma causa, junto con la traición generalizada a la misma constitución, que está acabando ahora con el llamado régimen de la Transición.

-        el PSOE está desintegrado, en manos de una gestora que no respetan y de unos aspirantes enfrentados y desorientados que utilizan la poca fuerza que les queda en desgastarse. El hueco que dejan está queriéndolo ocupar un nuevo partido, que se llama nada menos que PODEMOS, precisamente... pero que antes de llegar a ejercer el poder ya está dividido y enfrentado, porque no han podido ‘alcanzar el cielo’ (la Moncloa, el poder), que ya acariciaban ante el derrumbe del régimen de la transición y el auge del separatismo...

-       El PP (antes fue AP) no es el que era, el que defendía la unidad de la patria (aunque hoy esté feo decirlo así. Pero a mí me suena a madre, a protección, a defensa, a entrega, a generosidad, y me estimula por todo ello a dar lo mejor de mí...), el que defendía la unidad de la patria,  la igualdad entre todos los españoles, los valores tradicionales y el derecho a la vida de todos, tanto frente al terrorismo como frente al ‘derecho’ al aborto... el que continuaba la buena marcha de la historia de nuestro país en el mundo, conjugando tradición, democracia y progreso. Ahora se ha entregado de lleno a la ‘nueva ola’, para eso han hecho desaparecer de la escena a los políticos que lo crearon; los nuevos líderes, que no cuentan con la simpatía de nadie,  quieren conservar el poder aunque para ello tengan que ‘matar el alma’ que lo formó.

-       Y en todo el mundo se están produciendo estos cambios o parecidos, pero como los que mejor conozco son los de mi patria, pues aquí termino este relato inconcluso de los cambios que se están produciendo y los que se avecinan, del caos (¿controlado?) que define la crisis que padecemos y que quizá  esta sea una crisis que perdure...

Bueno, ya lo dice el Evangelio, ‘todo reino dividido entre sí, perecerá’... Por otro lado, Dios se ha valido de los mismos hombres que lo niegan para darnos avisos contundentes de su presencia entre nosotros, aunque lo hayamos abandonado, y para hacernos ver las consecuencias que se siguen de este abandono de lo sagrado, lo trascendente, lo que nos contiene en nuestras insensateces y malos actos, lo que nos salva en definitiva y nos permitiría vivir en paz y progresivamente hasta alcanzar la vida eterna. 

Vida que empieza aquí, se gana aquí, se prepara aquí. Vivir para la vida eterna significa desprendimiento, vivir como administradores de bienes comunes, que pasan de padres a hijos... solo así conseguiremos el triunfo del bien común y de la paz, el bien común que presagia una vida eterna, feliz para siempre.

"Y es que cuando la política quiere ser redención, promete demasiado. Cuando pretende hacer la obra de Dios, pasa a ser, no divina, sino demoniaca"

Joseph Ratzinger

jueves, 2 de febrero de 2017

Dos extremos me han alcanzado hoy...


Hoy me siento verdaderamente mal. Es inevitable. Yo conozco a esta persona desde hace años, hemos charlado muchas veces, y  hemos coincidido en algunos temas o formas de entender la vida, desde el punto de vista religioso. Puede que en ella hubiera algo de irreal, alguna exageración, pero lo era de manera involuntaria, porque padece una enfermedad (megalomanía místico religiosa), y abrigo alguna duda, no tengo pruebas, si no habrán influido en ella algunos acontecimientos de su vida pasada, que ella se guarda muy bien de comentar o revelar. No me cabe duda que guarda ‘celosamente’ un ‘secreto’, que le hace huir constantemente.

Huye de sí misma, no acierta en ninguna de sus decisiones desde entonces. Tiene destellos de haber sido en el pasado más remoto una persona muy activa, emprendedora y con cualidades artísticas. Hoy, conserva toda esa fuerza o instinto creador, pero por desgracia, su mente no le permite llevar a la práctica ningún proyecto realizable.

Hoy ha llegado a la oficina en un estado lamentable. ‘La calle’ se ha apoderado de ella, ha ahogado sus dones y facultades para el buen gusto, la elegancia, la simpatía. Se pelea rudamente con su acompañante, lo insulta y lo maltrata, aunque parece que lo hace contra sí misma; hace lo que no quiere hacer; quiere humanamente, busca afecto como cualquier ser humano, pero en su mente atormentada se agiganta y deforma, convirtiéndose en algo despreciable y pecaminoso.  Ve más pecados que virtudes en sí misma y en los demás, lo que le impide una relación normal y satisfactoria. Y sin embargo acude aquí, porque alguien la escucha, y le permite ciertas ‘excentricidades’ que tienen que ver con la religiosidad que ella vive.

Hoy me siento mal, muy mal. Por la tarde la he llamado y ha vuelto a alterarse en otro sitio, con otras personas. Todos le damos la espalda, vuelve a decir con una fuerza desgarradora. Yo iba a misa, porque es el día de las Candelas, y me sentía mal porque esta persona no puede tener un poco de tranquilidad, porque no tiene un lugar donde poder ser acogida y vivir con un mínimo control una vida lo más digna posible.

 Ya me había convencido de que no ‘soy Dios’, de que no puedo arreglarlo todo, como me enseñó mi sobrino,  que es cura. Y esto mismo le había escrito unos minutos antes de salir de casa para la iglesia, en un comentario en el facebook, nada menos que a monseñor Agrelo, obispo de Tánger, porque hacía unas declaraciones, a mi entender inadecuadas: “... les recordaré que una Iglesia ocupada en virginidades mientras los niños se mueren de injusticia, es una Iglesia fuera de lugar, una Iglesia fuera de misión, una Iglesia prescindible.
La humanidad ni la espera ni la necesita.

Ambos sucesos me hicieron pasar un mal rato. Una persona pierde el sentido de la proporción, enferma, padece de megalomanía místico religiosa, y para ella todo es pecado, se le cierran las puertas a una vida normal. La otra persona, es un obispo, pastor de la Iglesia y considera una trivialidad considerar la virginidad de María, contraponiendo una Iglesia ocupada en virginidades, refiriéndose a uno de los dogmas más apreciados por una gran mayoría de creyentes católicos, entre los me encuentro,  mientras los niños se mueren de injusticia... ¿Es que este hombre ha perdido el juicio, es que no es capaz de ver que una cosa no quita la otra. Es que no hay cantidad de órdenes y seglares que dedican precisamente su vida a los demás, y no reniegan de ningún dogma, antes bien les dan la fe y la fuerza que necesitan...?


Hacía tiempo que no sentía esta tristeza que he sentido hoy, y sigo sintiendo, a pesar de haber asistido a la misa, haber celebrado las candelas, haber escuchado las palabras de Simeón en el Evangelio... al contemplar al Salvador: “...Luz para alumbrar a las naciones...” Sólo fui capaz de ofrecer mi impotencia, pedir confianza a la Madre de Dios y a su Hijo, y más humildad, y paciencia, mucha paciencia.