Por Daniel Medina Sierra
Dicen
que un mundo sin hambre es una utopía, también lo dicen de otros muchos
problemas sociales como la energía limpia, las guerras, la pobreza y un sinfín
de asuntos más.
¿De dónde hemos sacado esa
conclusión? ¿Costumbres sociales de cada región, pero... desde cuándo? La
respuesta la sabemos todos pero solo en uno de estos problemas voy a centrarme
hoy: Pobreza.
Durante mucho tiempo he
investigado la raíz de la crisis económica preguntando, leyendo, escuchando y,
cómo no, sufriéndola. Bien, la primera pregunta es...¿A quién beneficia la
crisis?. Cuando hacía esta pregunta muchos decían que a nadie; hemos vivido por
encima de nuestras posibilidades y ahora tenemos que pagar los platos rotos. No
es cierto, beneficia a muchos y los vamos a ir destapando uno a uno.
Los bancos fueron los
primeros en enriquecerse, todos y cada uno de ellos. Para cazarte de por vida
te invitan a un agradable paseo, te dicen,; ¡ Chico, tu mereces algo más! ¿Un
bonito piso y así te casas a lo grande, y qué tal si lo amueblas? Qué opinas de
tener tu propio negocio. ¿ Lo ves?.
Todos queremos una mayor
calidad de vida y el más precavido pidió solo la hipoteca del piso y otros
pidieron todo lo que se le ofreció.
Había trabajo, la gente
consumía, las tiendas estaban llenas e incluso se abrieron las puertas del país
para que trabajasen aquí los extranjeros. Vivíamos trabajando pero contentos
con lo que creíamos que era lo correcto. Luego, muy poco tiempo después,
estalla la burbuja inmobiliaria, las hipotecas suben, el consumo baja, las
tiendas cierran y las personas no pueden pagar los cada vez más altos intereses
del banco.
Todo ello orquestado desde
los respectivos gobiernos de turno.
Ahora estas en paro, no
puedes pagar ni el recibo de la luz, te llega una carta del juez dándote un
plazo para que abandones tu casa por las buenas, por las malas te hecha a la
fuerza la policía. Para colmo las condiciones laborales se modifican a favor te
todos menos de los trabajadores, los hacen trabajar más horas por menos dinero
y si no quieres, en la calle hay un montón de personas esperando su
oportunidad.
Tuvimos a penas unos años
en nuestra casa, con nuestra familia y ahora muchos de ellos están durmiendo en
cajeros, solos. Nos prestaron un dinero que jamás existió puesto que el volumen
monetario de un banco es limitado; ellos dicen que te prestaron 70.000 euros
pero sólo fue un ingreso del comprador al vendedor, pero ellos te piden el doble y con dinero de
tu sudor.
No tuvimos bastante con la
crisis y la reforma laboral cuando los políticos decidieron rescatar a bancos
que nos desahuciaban, nos amenazaban por teléfono y para más inri, hipotecados
de por vida.
Nos robaron, si, nos
robaron más que el vil dinero. Nos robaron los sueños, nos robaron las
familias, nos robaron la ilusión e incluso se quedaron con nuestras sonrisas.
Todas y cada una de estas
decisiones se hicieron de manera unilateral, nadie nos preguntó y ellos no son
mis dueños.
Está claro que la solución
no nos va a venir por la política, la solución la encontraremos por medio de la
sociedad misma. Fijaros como está el mundo, cada vez las desgracias están más
cerca. Cuando decidamos despertar y actuar terminarán todos nuestros
sufrimientos, y si nos equivocamos, al menos una vez más en la historia, seremos
libres a la hora de cambiar nuestro futuro.
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