Se
fue Miguel Ángel (el argentino).como decía el Padre Luis, nos quedamos con su
andar lento, su discreción y su humildad. Era un hombre tranquilo, llevaba una
vida tranquila, supongo que al ritmo que su corazón le marcaba.
Hoy
lo hemos despedido y entre la treintena de personas allí presentes estábamos
personas de la Sociedad San Vicente de Paúl y de Cáritas. Pero había otras
personas, sus compañeros de Hogar, sus compañeros circunstanciales de
alojamiento. Siempre me ha impresionado ver cómo se lleva un ataúd a hombros.
Siempre he pensado que han de llevarlo las personas más próximas al difunto, y
así es. En esta ocasión lo llevaban sus iguales, otras personas sin hogar que
le rendían homenaje. Viendo esa imagen me he emocionado… ver la solidaridad, la
determinación, la firmeza con que eligieron llevarlo hasta en nicho… y sentí
orgullo. Orgullo por las personas que allí se encontraban… unos lo conocían de
meses y otros de solo unos días; pero allí estaban…
También
sentí orgullo de pertenecer a Cáritas… de ver como mis compañeros acompañaban a
Miguel Ángel y rezaban por él. Orgullo de trabajar junto a la Sociedad San
Vicente de Paúl, con quien llevamos ya unos años (20años), trabajando con y por
las Personas sin Hogar.
No
fue nada excepcional, nada que no hubiéramos hecho antes, nada que no
hubiéramos vivido con anterioridad (la muerte de las Personas sin Hogar en
soledad es habitual y ya sabemos cómo transcurren estos fallecimientos); pero
ver tanta gente que trabaja con las personas más desfavorecidas de nuestra
sociedad juntos y unidos por Miguel Angel ha hecho que me sienta tremendamente
orgulloso, y sobre todo ver a a sus compañeros cerca de él.
D.
E. P. Miguel Angel (el sabio).
Miguel Barroso
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