Es... fantástico, es divertido, es
enriquecedor entender, no saber, por que estas aquí, por
que te pasan las cosas
que te pasan.
Daniel Medina Sierra |
Hoy
os voy a hablar de Dios ¿Que tal, bien? siempre, desde mi más tierna infancia,
me preguntaba muchas cuestiones bastante alejadas de mi consciencia de niño.
Siempre, siempre. Por muy bien que me fuera o por mal que me sintiera siempre
me preguntaba por el por qué de las
cosas, y pensaba, equivocadamente, que otro ser o ente superior era quién
manejaba mi vida. Nada más lejos de la realidad.
Lo que
no estamos dispuestos a concedernos es la libertad de elegir, así, de este modo
culparemos a otros, ya sean personas o dioses, de nuestra responsabilidad como
creadores de nuestras propia realidad. Hoy no me ha entendido nadie cuando lo
he planteado y curiosamente han sentido cierto ataque a sus valores,
creencias... Yo jamás ataco a quien quiero, sólo pretendo, no con mucho éxito,
plantear otra forma de sentir la vida. Mi vida no ha sido vino y rosas
precisamente, pero ha sido, con todo, suficientemente generosa al permitirme
sentir tantas emociones distintas.
He sido
juez, jurado, abogado, demandante y demandado. He sido amado, odiado, fuerte,
débil, tonto y listo... He sido muchas cosas y gracias a todas estas
experiencias personales he sido capaz ver por la mirilla a Dios en toda su
gloria ¿Que quiere decir todo esto? Dios somos todos, todos somos dios, mal que
le pese a muchos. Todos creamos, todos destruimos y todos aprendemos a manejar
las herramientas que tenemos gracias a la experiencia. ¿Cómo sabes si hace frío
si antes no has tenido calor? ¿Como sabes que actuarías de tal o cual forma si
no lo has vivido? Quiero decir ser alumno/ maestro, de decidir no quien queréis ser sino quien
sois. Nos han enseñado a culpabilizarnos por nuestros errores, otros nos lo
dicen, otros te indican el camino correcto y si te equívocas eres culpable. Un
ejemplo: Muchas personas han perdido su trabajo, como yo, y la personas ajenas
o cercanas a ti te dice que eres un inútil, no sirves para nada, incluso tu
pareja, tu familia... ¡Y lo crees a pies
juntillas! lo crees sin más y vives en la culpabilidad, no te concedes la más
mínima piedad y bebes, te drogas, caes en la depresión... y puedo continuar hasta aburrirme.
En tu
yo más profundo grita una voz que es la verdad absoluta, tu creas al fracasado,
tu creas los obstáculos, tu y solamente tu decides ser lo que hoy eres. Me
dicen que yo soy un caso distinto, que lo he sabido gestionar de otra manera.
No, simplemente he reconocido mi verdad.
Hace más o menos un año yo era un despojo, un pobre desgraciado, acomplejado,
triste, enfadado con Dios y con el mundo, incluido vosotros, toditos todos,
hasta el más "santo", tenía la culpa de mi " fracaso"
matrimonial, de mis relaciones con mis " amigos"... de todo. Todo con
tal de no reconocer mi responsabilidad, en lo bueno y en lo malo. Como soy un
alumno muy aventajado, gracias a estas experiencias dolorosas y las gratas, he
comprendido que cualquier percepción que yo tenga de mí mismo es la correcta,
cualquier situación es parte de mi
evolución como un ser divino, y no yo sólo, todos vosotros lo sois también. Así
pues, la realidad cambia cuando eres consciente de que la creas tú y no un entre
superior.
La
cuestión no es que te tomes las cosas como si no pasara nada, es cambiarte a ti
con respecto a la situación.
Como intento explicar, a mi manera supongo que habrá
términos y afirmaciones que puedan dar lugar a malos entendidos, lo haré con un
ejemplo personal y práctico.
Como he dicho con anterioridad, hace un año estaba
realmente mal, muy mal. Intentos de suicidio, dejaba de comer, de cuidarme y os
cuento esto no para demostrar nada, ni para enseñar mis heridas de guerra; sólo
es un ejemplo, nada más, tan personal como cualquier experiencia que hayáis
tenido. Bien, sigamos entonces.
Después
de un año no tengo más de lo que tenía antes en términos materiales y
económicos. Una casa a expropiar, ningún ingreso y viviendo dentro de la
pobreza. ¿Qué cambió, la gente, la política, la economía? No, cambié yo y con
ello mi forma actuar frente a ello, ojo, actuar no luchar.
Soy más
feliz, tengo mucho, muchísimo menos miedo a que pasará cuando me echen de mi
casa, no me siento culpable, e intento aprender a actuar, a no señalar a otros
como culpables, no me interesa que me acepten, me interesa aceptarme yo como lo
que soy. No quiero ni quise que nadie cogiera el rol de protector, de defensor
de mis derechos, ese rol como todos, son
intransferibles, ese rol es de uno mismo. Estamos para compartir
vivencias, experiencias, no para que otros nos digan como tenemos que vivirla ¿Me
explico? Si tú eres feliz, los demás lo serán también con respecto a ti, quien
te quiere siempre, siempre querrá que seas feliz.
Lo más
fantástico de todo es que lo he descubierto (No sabiendo) sino entendiendo lo
que me pasaba. Sabía que era lo correcto
pero los roles, los prejuicios, nuestras propias creencias y cultura nos deja en
clara desventaja a la hora de asumir tu propia identidad, tu propia capacidad
de decidir, actuar y experimentar con toda individualidad. Pensar en lo bueno,
alguien que tiene dinero suficiente para vivir sin agobios; por ejemplo... ¡Ah,
un ejemplo muy bien traído! Pensar en un trabajador que le ha tocado la
primitiva, lo mismo me toca a mi, bueno pues ¿Que diréis? Por lo menos... al
menos le ha tocado a un trabajador. Hasta cuando soportaría antes de decir: Se
lo tiene muy creído, no es más que un pobre con dinero. Si para la buena
fortuna buscamos lo malo, lo ruin ¿Qué pasa cuando las cosas van mal? Púes más
de lo mismo. Crea bien a pesar de todo y se hará bien, crea mal y a pesar de
todo se hará el mal.
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