jueves, 24 de septiembre de 2015

¿Estamos ya fuera del tiempo, en el final de la historia?



¿Estamos ante el juicio de las naciones, incapaces de gobernar el mundo solos? ¿Esperamos realmente algo, o tememos que nos suceda, y seguimos como si nada, tan duros de mollera?

Tras una temporada ‘secuestrado’ por ocupaciones diversas, hago recuento de aquellos impactos que he ido recibido y que no he podido asimilar por falta de tiempo.

El primer impacto fue un día después de escuchar las noticias. La verdad es que cada día aumenta la tensión, noticia a noticia; cuando se encuentra la relación entre unas cuantas dan un resultado preocupante; cuando se encuentre la relación entre  todas las necesarias… ¡qué será! … Nadie lo esperaba, parecía que todo el mundo era muy solidario, la guerra era algo lejano, todo el mundo competía a ver quien era más sensible ante el drama de los emigrantes, que huyen aterrados del imperio del mal, dejando sus pueblos, sus casas, sus pertenencias, pero así se salvan ellos y sus hijos.

Vienen a Europa porque  representa la paz y el progreso, o sea, la salvación a nivel humano… Sin embargo Europa, no está en su mejor momento.

Pero, quién sabe, si no serán los que ahora vienen los que la salven de su decadencia, aportando la humanidad que le falta ahora, y sepan estos aprovechar mejor la herencia recibida y la esencia del verdadero progreso.

Otro día escuchaba una noticia, lo último, por ahora, claro: Un ‘drone’  permitirá ‘disfrutar’ de internet en todo el mundo y a todo el mundo… En vez de recibirla con agrado, me sobresaltó, y pensé: ¡vaya, ahora sí, ya está aquí el nuevo Nemrod, ha conseguido levantar una torre demasiado alta!... Mayor concentración de poder, el poder de dar una orden universal. La envidia de Ciro, de  Alejandro Magno, de César, de Carlomagno, del Imperio Británico, de Napoleón, y no digamos ya de los peores, los más cercanos a nosotros, un Hitler o un Stalin, o Mao, y otros dictadorzuelos contemporáneos de menor alcance o categoría.   

Bueno, quién sabe, lo mismo es una aspiración de la misma ONU, para implantar el progresismo a la vez en todo el mundo, ya que no es capaz de evitar ninguna de las innumerables y profundamente injustas guerras repartidas por el mundo entero.

Pero, si ahora, en las redes, todos hablan y nadie escucha, salvo los amigos de carne y hueso, los que se conocen, que lo seguimos siendo en las redes,

Demasiada gente,  demasiados seres humanos que no entienden el progreso, que no se adaptan, ni lo siguen, el progreso tiene vida propia y funciona como una máquina, deshumanizado completamente, la inteligencia humana se ha esclavizado a la inteligencia artificial. Hoy hay casas inteligentes, ciudades inteligentes, y yo que sé cuántas cosas más, lo preocupante, es más, espeluznante, es que cada vez mayor número de personas se quedan al margen de ese progreso y se les busca alguna subvención o entretenimiento,  para que no haya demasiado jaleo, para que parezca bueno lo que es malo…

Empieza a sobrarles gente, esto es, personas, la gente son personas… por eso andan por ahí, como parados, o como emigrantes, como vagabundos, intentando no caer en el abismo de la exclusión  social, pero ante todo poniendo a prueba la humanidad, la del vecino, la del gobierno, la de los empleadores, la de los científicos… a ver si inventan algo que haga posible que nadie quede excluido del progreso.

Me impresionó también la frase de una persona sin hogar que leí en facebook:
"Llegué a la calle por mis defectos y saldré con mis Virtudes" (Luis Aranzana: Poeta, psicólogo y persona sin hogar). Tuve la suerte de conocerlo y tratarlo una temporada, mientras estuvo en el albergue, incluso colaboró en este blog, dejándonos una poesía que nos leyó también, el día del cumpleaños de su hija. Luego se fue a Cádiz, se introdujo en el mundo del carnaval, hasta ganarse el título de ‘Carita de Plata’. En otra ocasión nos deleitó, en la escalinata de la puerta de la Catedral, como Cuentacuentos extraordinario.

Este es otro mundo, real, aunque lo consideren marginal, es  real y verdaderamente humano, porque aquí la única riqueza que se ofrece es la personal, las cualidades mejores, bien pulidas y generosamente. Es una manera de reivindicación de humanidad, día tras día, que encontrará su recompensa, cuando llegue a ese mundo maravilloso, totalmente gratuito, pleno, sin necesidad alguna que se oponga a la felicidad.


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