El sol fundirá en oro
la nieve fría;
En un baño de oro, la
Tierra yace, postrada;
Un ciego gime en el
suelo de la estrada
Y yo elogio el don de
la luz de cada día.
Ahora, en el cielo
rojo, el Sol, que arde, se enfría:
Cae, en el silencio, la
tarde reposada.
sombrío, un viejo
tiende la mano helada,
Y yo elogio el don del
pan de cada día.
En el aire húmedo y
absorto, asciende la luna;
Me rozan algunos que
duermen en la calle,
Y yo alabo el don de un
techo y una candela.
…hasta que habla
alguien a quien no miento,
Y mi alabanza de todos
mis dones.- la siento
más miserable que la
miseria ajena!
José Régio, Posesía 2001
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