José Luís Nunes Martins
jornal i
8 março 2014
http://www.ionline.pt/iopiniao/amor-nao-se-promete
Ilustração de Carlos Ribeiro
Hay una distancia
fundamental entre las palabras y los gestos de cada hombre. Las palabras
prometen mundos, los gestos nos construyen. Las palabras aclaran poco, los
gestos definen casi todo.
El amor es un proyecto,
una construcción que necesita ser realizada cada día. Sin grandes discursos.
Cualquier hora es tiempo de amar. Si el amor es verdadero, no hay tiempos de
descanso, porque el silencio en el corazón de los que buscan luchar contra las
tinieblas de los egoísmos es la paz más profunda y el mayor descanso… aunque se
claven espinos en la carne, aunque no sanen las heridas antiguas, aunque la
esperanza tenga poco más donde apoyarse que en ella misma.
Cada uno de nosotros es
aquello que fuera capaz de ir construyendo de firme y duradero cada día en
medio de las tempestades de la vida.
Hay muchos que sueñan y pasan el tiempo en desear lo que no es… esperan y desesperan por algo que les ha de llegar de fuera… rechazando casi todo cuanto son, cuando, en verdad, con lo que tenemos y somos es con lo que debemos ser felices, por poco y peor que sea… somos nosotros. Pero nosotros no somos quien somos sólo para nosotros mismos. Yo soy quien soy, pero solamente lo seré si fuera capaz de encontrarme con el otro. Nadie se ve solo a sí mismo cuando se mira en el espejo. Ser es amar. Darse… sin grandes sueños o promesas, con pequeños gestos, en el heroico coraje de acreditar que no son sólo las palabras y los deseos los que nos devuelven al cielo.
Hay muchos que sueñan y pasan el tiempo en desear lo que no es… esperan y desesperan por algo que les ha de llegar de fuera… rechazando casi todo cuanto son, cuando, en verdad, con lo que tenemos y somos es con lo que debemos ser felices, por poco y peor que sea… somos nosotros. Pero nosotros no somos quien somos sólo para nosotros mismos. Yo soy quien soy, pero solamente lo seré si fuera capaz de encontrarme con el otro. Nadie se ve solo a sí mismo cuando se mira en el espejo. Ser es amar. Darse… sin grandes sueños o promesas, con pequeños gestos, en el heroico coraje de acreditar que no son sólo las palabras y los deseos los que nos devuelven al cielo.
Encarcelados nunca
seremos auténticos, debemos pues liberarnos de todo cuanto nos pesa, de forma
especial de las cosas materiales, romper con las redes de los sueños que nos
embriagan e incapacitan para salir de nosotros mismos al mundo, de crear mundo…
sin esperar nada, a que no consigamos llegar a lo mejor de nosotros mismos.
Este desprendimiento no será prudente a los ojos del mundo, pero es esencial confiar y seguir adelante, incluso porque las cosas y las personas son lo que son, independientemente de la forma como los ojos del mundo las ven, sienten o piensan…
A los sueños les falta existir de hecho, realizarse, o mejor, ser realizados por alguien. La existencia es uno de los más bellos y decisivos atributos para que algo se haga determinante de nuestra felicidad. Por eso la realidad más pobre es, aún así, más bella que el sueño más magnífico…
Casi todos los egoísmos
tienen nombre de amor. Conscientes de lo que son, se esconden. Normalmente se
juntas a pares… hacen poco, hablan mucho, prometen todo… mezclan su necesidad
de tener más, de estar mejor, sin cuidar que cada hombre es mucho más que
aquello que tiene o de lo que conforma como está… nosotros, humanos, no somos
de este mundo… somos del lugar donde llegamos cuando nacemos y del lugar para donde tenemos que ir después
de la muerte… un mundo del cual este forma parte, pero mucho mayor, mucho
mejor… mucho más profundo.
Es pues importante
procurar la voluntad de otro, y encontrarnos en ella, ser lo mejor que él pueda
percibir y merecer…
Amar es arriesgarlo todo, sin garantía alguna. Sólo con la fe de que, en el amor, nos completamos… Amar es desprenderse y perderse… abrirse y abandonarse a la voluntad de ser feliz.
Sólo el amor permite que se cumpla la más esencial de todas las promesas de la existencia: Una vida con valor y verdad.
Quien ama no promete… da.
Amar es arriesgarlo todo, sin garantía alguna. Sólo con la fe de que, en el amor, nos completamos… Amar es desprenderse y perderse… abrirse y abandonarse a la voluntad de ser feliz.
Sólo el amor permite que se cumpla la más esencial de todas las promesas de la existencia: Una vida con valor y verdad.
Quien ama no promete… da.
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