José Luís Nunes Martins
Cuando hay más tiempo libre, aprovecho para ir bien lejos
de aquí… Me gusta visitar mi pasado, los sueños que tenía, contemplar la vida
que pasé, como si fuese un museo donde me detengo en algunos puntos. Sin
grandes juicios. Solo contemplando.
No, todo no fue bueno, pero es lo que fue. Y fue pasando
por allí como llegué aquí.
En los momentos en que me dejo llevar con más confianza,
pues esto es una actividad algo arriesgada, me quedo más tiempo por allí… oigo
melodías suaves y, casi como un soplo, paso sin ser visto o dejar rastro.
Veo personas. Algunas que diría casi olvidadas. Otras no.
Explotan recuerdos como bombas. De algunos lugares, de
tiempos y momentos, pero mucho más, de personas.
Tengo recuerdos de mi madre. Y viajo entre pedazos
sueltos de pasado, saltando años y décadas hacia adelante y hacia atrás,
contemplándola. Y siento aún más añoranza. Me lleno de su amor… y me sumerjo en
él. La verdad de lo que soy pasa por aquella mujer. Por sus esfuerzos para
lanzarme, como un arco que se tensa y vuelve, en cuanto la flecha sale. Yo vivo
en la casa del mañana que ella sabía que no iría a vivir. La admiro por la fe
que tuvo en que era posible, contra las
probabilidades, que yo llegaría aquí.
Y es con los ojos cargados de ondas de un mar tranquilo
como esbozo una sonrisa de gratitud. Y me deleito en esa playa, en paz y bajo una luz
y calor de una mor que no veo, pero siento. Una especie de brisa suave que me
susurra que todo está bien, que hay paz y debo tener fe.
Después de expediciones, vuelvo al mundo de hoy aquí. Y
me siento extraño. Parece que estoy en un sueño que nunca fui capaz de soñar.
Sonrío y vuelvo a la rutina, algo sorprendido con esto que es la vida.
Quien se arriesga a sobrevolar todos los tiempos de sí
mismo acaba por sentir y vivir mucho. Habrá muchas tristezas y muchas alegrías,
pero siempre quedará más verdad y consciencia de la identidad más profunda.
Hoy soy el resultado de lo que fui eligiendo entre lo que
me ha sido dado por dios y por míos.
No he hecho casi nada solo, debo mucho… a quien pidió muy
poco a cambio
Debería ser más humilde, porque soy pequeño. Con todo,
así como mis ojos tan pequeños consiguen
ver cosas tan grandes, también mi
corazón, a pesar de no ser grande, le fue dado el honor de ser escogido como la
casa del más puro amor.
Debía ser más humilde.
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