por Pablo Garrido
Sánchez
Sabiduría 18,6-9
// Salmo 32 // Hebreos 11,1-2.8-19 // Lucas 12,32-48
“Pequeño rebaño” (Cf. Lc 12,32)
…. Que un grupo humano cristalice como una comunidad
fraterna es un verdadero milagro en medio de la sociedad de cualquier época; …El
recurso a “lo pequeño” es una
característica del comportamiento divino…., pues ÉL, mejor que nadie sabe
de nuestra fragilidad y pequeñez. El camino de Fe y libertad, que debemos
realizar exige que DIOS se revele y se oculte al mismo tiempo, …. Esta
experiencia paradójica es la misma, pero en naturaleza diferente, que en el
Cruz de JESÚS: el proceso de muerte en JESÚS es un fragmento de su vida humana,
en el que la ausencia del PADRE en lo sensible le hizo exclamar: “!DIOS mío,
DIOS mío! ¿Por qué me has abandonado?” (Cf. Mc 15,34). ¿Podía el PADRE haber
abandonado a su HIJO amado en los momentos más decisivos de su existencia
histórica? El que se reconoce
“pequeño” ante el PADRE, tiene derecho a quejarse, como JESÚS, pero no a
rebelarse.
El tesoro
… El dinamismo que mueve al hombre se concentra en su
corazón, y JESÚS confirma la enseñanza: “Allí donde está tu tesoro se encuentra
tu corazón” (Cf. Lc 12,34) El “yo” que es consciente, piensa y siente está en
el corazón. …Nuestro “yo” se apega o identifica con lo que valora o encuentra
deseable. La plasticidad del “yo” es una de nuestras características, y por eso
es tan importante el diferenciar con claridad e inteligencia los bienes que
adoptamos como valores y les damos la categoría de tesoros…
Tres hierbas perniciosas
En aquella parábola del Sembrador se menciona lo que
sucede a la buena semilla que cae entre matorrales: unas hierbas contrarias
ahogan el crecimiento de la buena semilla. En la interpretación del propio
JESÚS las tres hierbas perniciosas son: el ansia de placeres, la preocupación
por las riquezas, y las ansias de poder (Cf. Mc 4,18-19). …El corazón humano
adherido a cualquiera de los polos de atracción antes mencionados se encuentra gravemente impedido
para ver y encontrar una salida …En
algún momento el dolor, el sufrimiento y la falta de paz interior, advertirán
que seguir en esa dirección no es el camino adecuado; pero hasta entonces, no
queda otra cosa que esperar.
La Providencia
… “Buscad primero el Reino de DIOS, y lo demás se os
dará” (Cf. Lc 12,31). El discípulo lleva algún tiempo escuchando al MAESTRO y
es testigo de los signos, prodigios y milagros, que salen de sus manos; por
tanto, tienen elementos que justifiquen una motivación suficiente para tomar
una decisión en orden a la predicación y difusión del Reino de los Cielos. El
discípulo mira a JESÚS desde sí mismo, sus propias fuerzas y posibilidades;
pero también es una decisión influida positivamente por la comunidad de
discípulos en la que está integrado. ... La presencia del Reino de los Cielos
entre nosotros tiene siempre una doble dirección, que viene de DIOS al hombre y
retorna del hombre a DIOS como respuesta agradecida al don recibido. Este
“subir y bajar de los Ángeles” (Cf. Jn 1,51) es el requisito indispensable, para que el Reino de los
Cielos irradie y difunda en medio de
nosotros.
El tesoro imperecedero
…El desprendimiento personal a favor del Reino de DIOS
confiere valor eterno a todo lo que tenemos aquí en este mundo. Para aceptar
esta extraña contractualidad es preciso la Fe y el Amor a DIOS, de ahí que DIOS
tenga que actuar primero en los corazones para infundir una certeza, que supere
los cálculos humanos….. Si el Qohelet, la semana pasada, nos decía con una
insistencia casi obsesiva, que “todo es vanidad en este mundo” (Cf. Qh 1,2); el
Evangelio nos recuerda en cada línea que dependemos en totalidad del Amor de
DIOS, que nos cuida y salva en último
término.
A la espera del SEÑOR
El Reino de DIOS, objeto central de la enseñanza y misión
de JESÚS, está ligado de modo directo a su actuación en el tiempo histórico, a
su exaltación en la Resurrección y a su vuelta: el SEÑOR volverá (Cf. Lc
12,43.46) Ahora, con el Apocalipsis, decimos: “ÉL, es el que viene” (Cf. Ap
1,7;22,7). Y su vuelta ocurre después de haber contraído un enlace nupcial en
los tabernáculos eternos: “Llegó la boda del Cordero, y su esposa se ha
embellecido” (Cf. Ap 19,7)…. El desposorio comenzó en este mundo, pero la Boda
del CORDERO no tiene lugar en este mundo. …En este mundo queda establecido un
pacto de fidelidad, que obliga sin tener el contrato de boda. Esta institución
humana y religiosa vigente en aquel tiempo es una metáfora de la realidad
interna, que opera en el dinamismo de expansión del Reino de DIOS en este
mundo.
Debéis vigilar, esperando que “el SEÑOR vuelva de la
Boda” (Cf. Lc 12,35). Cada una de las personas interpeladas por JESÚS tiene que
mantener vivo el encuentro inicial, y permanecer en una anhelante espera, que
tendrá un punto final en este mundo para cada uno en particular y todos en
general; y ese momento impredecible será como “la llegada del ladrón en la
noche” (Cf. Lc 12,39). Pero entre el encuentro inicial e iniciático con JESÚS y
su vuelta definitiva al final de nuestros días, se van produciendo otras venidas cuya frecuencia en cierto
sentido es incesante:…. Este modo discreto de venir y estar es el que ofrece la
fuerza y tensión a la virtud teologal de la Esperanza….: “Tened ceñida la
cintura y encendidas las lámparas” (Cf. Lc 12,35) …la vigilancia es la atención
debida a las cosas propias de la extensión del Reino de DIOS, y en este punto quedan comprendidas todas las áreas de
la actividad humana: La transformación de las relaciones sociales en relaciones
fraternas …El tiempo de ocio transformado en un tiempo de enriquecimiento
personal…. La laboriosidad destinada al trabajo profesional: … las relaciones
familiares ocupan el primer lugar en toda la escala de las relaciones personales: ahora es el momento de vivir las
formas más nobles de un amor conyugal, paterno o materno, y de extender ese
afecto familiar al resto de la parentela bajo la unción misma del ESPÍRITU SANTO, que fragua el Reino de
DIOS entre nosotros.
… “Llegado el SEÑOR en cualquiera de las vigilias de la
noche, y encontrase a los suyos vigilantes; entonces los sentará a la mesa, y
ÉL, personalmente, los irá sirviendo” (Cf. Lc 12,37).
Líderes
Para designar al que va delante y señala el camino le
aplicamos nombres distintos. Hablamos del “pastor”, que utilizan una gran parte
de las iglesias cristianas; en otros momentos se alude a los dirigentes de las
iglesias con el mismo contenido atribuido a los “pastores”; y con una
denominación más secular hablamos de “los líderes” como
aquellos que ofrecen un cierto carisma que atrae y transmite confianza. En el
movimiento inicial que origina JESÚS de Nazaret se encuentran los Doce, los
Setenta y dos, y los cinco mil. El que conoce a JESÚS porque ha tenido un
encuentro personal con ÉL, está en posesión de todos los títulos necesarios
para convertirse en evangelizador, pues en esencia eso es la evangelización:
anunciar que JESÚS es nuestro SEÑOR, y nuestro único SALVADOR.
El ladrón en la noche (Cf. Lc 12,39)
El don de la vida presupone todos los otros dones
posibles, y es el que determina el encuentro en un destino definitivo. … San
Lucas insiste en la vigilancia y preparación para no verse fuera de lugar; pero
en otros pasajes lo inesperado supera la preparación: “Estarán dos en una cama:
uno será tomado y el otro será dejado. Estarán dos en el campo…” (Cf. Lc
17,34). El texto sagrado nos da a
entender que DIOS es el dueño de la vida del hombre, y en último término
dispone de ella como mejor conviene en su sabiduría y providencia. DIOS se
reserva el desenlace último de los acontecimientos y la disposición de los
tiempos en los que deben suceder... Dos frentes se ven afectados por los
mensajes celestes: la Iglesia Católica y la sociedad actual en general… No
necesitamos que los mediums o videntes de las intenciones divinas nos avisen,
no ya lo que puede pasar, sino lo que va a pasar. Cualquier persona con un poco
de información reconoce el actual proceso de encrucijada que vivimos en la
humanidad con rasgos propios y diferentes a otros momentos cruciales en el
transcurso de la historia…. El mosaico de divisiones dentro del Cristianismo
nos debería advertir del resultado histórico de la soberbia institucional que
produjo tal fragmentación.
Una aclaración
…: ¿Quién es el siervo fiel y prudente, a quien el amo ha
puesto al frente de su servidumbre para repartir a todos la ración a sus horas?” (Cf. Lc 12,41-42): el siervo fiel
y prudente, que encarna la dirección o presidencia al frente de la comunidad,
que es signo del Reino de los Cielos, está encomendada a uno o varios
dirigentes con el encargo de ofrecer el alimento espiritual, en primer término,
a todos los hermanos. Es preciso traer el testimonio de los Hechos de los
apóstoles: “Los hermanos eran asiduos a la enseñanza de los Apóstoles, a la fracción del pan; a las oraciones y a la
comunión” (Cf. Hch 2,42). En esos cuatro pilares descansaba la vida de las comunidades
fundacionales del Cristianismo, y para ello debía existir un orden establecido
de ministerios y carismas, que diesen concreción a las necesidades de todos y
cada uno de los hermanos…
El dirigente irresponsable
“Pero si aquel siervo, suponiendo que el amo no viene,
empieza a maltratar a sus compañeros; vendrá el amo, en el momento menos
pensado, y condenará a ese siervo a la pena de los que nos son fieles” (Cf. Lc
12,45-46). La configuración de la Iglesia ofrece hoy unos perfiles institucionales bastante
diferentes de los comienzos,…: ¿Quién es el responsable del abandono masivo de
católicos europeos, que se pasan en el mejor de los casos a otras iglesias
cristianas, y en otros se van directamente al agnosticismo o al ateísmo?... El
ESPÍRITU SANTO pedido por el HIJO al PADRE para todos los hombres, ¿ya no es
operativo en los corazones de las personas? .
Fe y comunión
… “La Fe es certeza de lo que no se ve, y seguridad de lo que se espera” (Cf. Hb 1,1). ... La Fe religiosa del cristiano está cimentada en JESUCRISTO, que es el Enviado
del PADRE, nos trajo palabras del PADRE y nos rescató para una existencia
eterna en su compañía. La Fe cristiana tiene la certeza de que JESUCRISTO pagó
y canceló la deuda que teníamos
contraída como herederos de una humanidad lastrada por el pecado; y mantenemos
una certeza en la propia resurrección de entre los muertos, porque JESÚS de
Nazaret es el RESUCITADO, SEÑOR y CRISTO. …El cristiano no podrá comprender o explicar su Fe sin cimentarla en JESUCRISTO Resucitado, pues en
palabras de san pablo: “Sin la Resurrección de JESUCRISTO, nuestra Fe no
existe, y seríamos los más desgraciados de los hombres” (Cf. 1Cor 15,17-19),
pues estaríamos afirmando cosas insostenibles. …La certeza de la vida después
de la muerte en un estado de perfección total está dada por la
Resurrección que sitúa a JESUCRISTO a la
derecha del PADRE con el mismo poder y
gloria. Tenemos certeza del don del ESPÍRITU SANTO por la experiencia personal
del mismo y la experiencia comunitaria
en la que proliferan los dones y carismas en las personas sencillas que abren
su corazón al SEÑOR.
Una Fe con distintos protagonistas
La Biblia se escribe hablando de personas que han creído
en el único DIOS. El autor de la carta a
los Hebreos encabeza su documento: “De muchas maneras habló DIOS a los hombres,
a través de los profetas. En esta etapa final nos ha hablado por JESUCRISTO”
(Cf. Hb 1,1). En el capítulo once ratifica la afirmación inicial sobre la Fe
con el vivo testimonio de Abel, Henoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, y el resto de los
protagonistas de los hechos que marcaron la Historia de la Salvación, que hacen
posible el hecho mismo de la Encarnación del VERBO de DIOS…. El autor de esta
carta insiste en el valor principal de la Fe, que es capaz de no sucumbir a la
frustración al ver que la Promesa se aplaza una y otra vez. …Nosotros como
ellos, “esperamos la tierra y la Ciudad Santa edificada sobre sólidos
cimientos” (Cf. Hb 11,10); pero debemos sentirnos herederos de aquellos que
“creyeron y esperaron contra toda esperanza” …También ahora toca escribir páginas de Fe del todo
inéditas, ya que las circunstancias
presentes son del todo peculiares; y el creyente sigue afirmando sin duda
alguna que “JESÚS de Nazaret, muerto y Resucitado, es el CRISTO y SEÑOR, del Cosmos
y de la Historia” (Cf. Hch 2, 36)
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