sábado, 1 de junio de 2019

PPP – Propósitos: pocos, pequeños y posibles



 José Luís Nunes Martins


El esfuerzo para encontrar mis errores es terrible. Ellos huyen, se esconden o se confunden con virtudes. Tal vez nosotros mismos seamos las principales víctimas de nuestra capacidad de evitar, omitir y mentir.

Pasamos parte del tiempo justificándonos e intentando encontrar, o inventar, buenas intenciones para nuestros desaciertos.

A pesar de todo, siempre es posible descubrir los puntos débiles en las elecciones de mi vida. Mis errores no son lo que yo soy. Son defectos donde me puedo perfeccionar. No son pocos, pero de nada vale intentar corregirme de una sola vez, pasando de la oscuridad a la luz de un solo golpe, por más bello, firme y heroico que pueda ser.

La estrategia correcta será progresar de forma simple, firme y perspicaz.

Sería muy bueno que cada noche estableciésemos para el día siguiente uno o dos propósitos de mejoría, sencillo y alcanzable sin gran esfuerzo. Después, si fuésemos capaces de empeñarnos en no dejar pasar el día sin hacerlos realidad, entonces estaríamos en el mejor de los caminos, el del perfeccionamiento.

El reconocimiento de la culpa, el arrepentimiento y el esfuerzo para superar la falta son peldaños que nos elevan y llevan a lo mejor de nosotros. No de una sola vez. La vida es también esa escala casi sin fin.

El que se perdona a sí mismo se vuelve capaz de, a la luz de la verdad, mirar la historia de su vida.

¿Cuántas veces me pido perdón a mí mismo?




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