domingo, 2 de junio de 2019

7 DOMINGO DE LA ASCENSIÓN


Por Pablo Garrido Sánchez

Hechos 1,1-11  /  Salmo 46  /  Efesios 1,17-23  /   Lucas 24,46-53   

La Ascensión del Señor
Nos imaginamos la Ascensión del SEÑOR como un acontecimiento físico perfectamente localizable, porque así nos lo hacen saber los evangelios; pero al mismo tiempo las descripciones diversas del mismo acontecimiento dan a entender que nos encontramos ante un hecho desconcertante,…
 La Ascensión representa la Resurrección en su cota de poder total, porque el HIJO está sentado a la derecha del PADRE, que acepta todo lo realizado y conseguido por el  HIJO, y al mismo tiempo le otorga  su mismo  poder y autoridad.
La gloria del HIJO
San Juan ofrece la contemplación de la Gloria del HIJO en los momentos cumbre de su paso por este mundo: “JESÚS sabía que el PADRE había puesto todo en sus manos, y que había salido de DIOS y a DIOS  volvía” (Cf. Jn 13,3).
“YO SOY” (Jn 13,19)
… Sólo quien puede ostentar el ser y el  poder de DIOS mismo está acreditado para manifestarse como YO SOY. … el VERBO asiste de forma  histórica y objetiva a su encuentro con el martirio y la Cruz, mientras su unión con el PADRE es acompañada con toda la humanidad redimida, …
JESÚS es el Camino (Cf. Jn 14,6)
“A donde YO voy, vosotros no podéis venir ahora” (Cf. Jn 13,33); … La distancia entre el PADRE y el HIJO no es de carácter espacial, sino que  responde a la unión mística … un cambio de condición que JESÚS va a adquirir por la muerte en la Cruz. … La prueba de esta unidad perfecta con el  PADRE, ya en este mundo, JESÚS la testimonia por el Mensaje transmitido y las obras realizadas (Cf. Jn 14,11)...  sólo ÉL tiene capacidad para  recorrerlo (el camino),  pues se precisa cargar con el Mal, y con todo el Mal, y las consecuencias del mismo: el pecado y la Muerte. …, y al mismo tiempo asciende con una humanidad absolutamente redimida.
Un instante de revelación
“Aquel día comprenderéis que YO estoy en mi PADRE, vosotros en MÍ y YO en vosotros” (Cf. Jn 14,20)... Para los discípulos, todavía en este mundo la revelación de estas cosas en el grado que sea oportuno constituye la razón de la experiencia religiosa que fortalece la Fe y aporta la paz y la alegría interior; es decir, que nace de dentro, sin razón externa alguna.
El envío del ESPÍRITU SANTO
El retorno del HIJO al PADRE, o la Ascensión de JESÚS a los Cielos, tiene una  consecuencia trascendental: el envío del ESPÍRITU SANTO. Lo que va a constituir el  punto de partida  para  la expansión del Evangelio a todas las naciones, … El ESPÍRITU SANTO realizará  una acción con un triple efecto: declarar el pecado personal  y del mundo; testificar la unión del HIJO con el PADRE; y poner en evidencia que el Mal ha sido derrotado (Cf. Jn 16,9-11).
 A la derecha del PADRE
Esta expresión equivale a la igualdad con el PADRE en poder y autoridad: “Todo lo que tiene el PADRE es mío” (Cf. Jn 16,15). El misterio de la Encarnación se extiende a la integración última en la Ascensión de JESÚS de Nazaret en DIOS.  Ahora DIOS posee su propia obra de manera diferente, … porque lo posee no sólo creado, sino redimido.
El poder de la oración
La oración no es una actividad inane... JESÚS dice: “Si permanecéis en MÍ, y mis palabras permanecen en vosotros, lo que  pidáis se realizará. …No se trata de pedir cualquier cosa, …JESÚS garantiza la eficacia de la oración cuando la petición está dentro de los intereses, objetivos y fines del Plan de Salvación previsto por el PADRE por medio de su HIJO, JESÚS de Nazaret. …La petición de la salvación eterna de los más alejados de DIOS, …La petición a DIOS por la recta actuación de los dirigentes sociales. …Las peticiones atendidas  son aquellas que  tienen como finalidad hacer visible el Reino de DIOS, por tanto las realizaciones del mismo no pueden ser efímeras y tienen que estar marcadas por unas señas de permanencia…
El Don del ESPÍRITU SANTO
… Cualquier don pedido al SEÑOR tiene su importancia, pero ninguno se puede comparar al ESPÍRITU SANTO, pues por esa petición es DIOS mismo quien se convierte en Don. La entrega del Don del ESPÍRITU SANTO tiene carácter universal: “El ESPÍRITU SANTO vendrá y advertirá al mundo entero sobre el pecado, la justicia y el juicio...” (Cf. Jn 16,8). De capital importancia es la promesa anterior, pues en cada época de la historia, hasta ahora, observamos que su cumplimiento está siendo parcial; sin embargo es la gran promesa para la elevación y transformación universal de la conciencia humana en su conjunto, cosa que puede entenderse como perteneciente a la utopía cristiana, pero que vuelve plausible y concreta la Redención Universal del HIJO. …Periódicamente es necesario “volver a Jerusalén” (Cf. Hch 1,4-5) y no salir de allí hasta que el SEÑOR en el ejercicio de su poder otorgue una nueva efusión del ESPÍRITU SANTO, que “renueve la faz de la tierra”, como rezamos con el himno litúrgico de Pentecostés.
El HIJO ama al PADRE
… El descenso del HIJO a este mundo es un efecto del Amor entre  el PADRE y el HIJO; y la reintegración del HIJO en el seno del PADRE está en la esfera de este mismo Amor mutuo. Era insuficiente la humildad y la mansedumbre como rasgos  manifiestos en la persona de JESÚS (Cf. Mt 11,29). … La noción más simple y precisa sobre DIOS la ofrece Juan en su primera carta: “DIOS es AMOR” (Cf. 1Jn 4,8). “Ha de saber el mundo que amo al PADRE, y actúo como ÉL me ha ordenado” (Cf. Jn 14, 31). El amor entre el PADRE y el HIJO pasó en este mundo la prueba del dolor y el sufrimiento, sin que se alterase su vínculo y fortaleza del mismo: “Si guardáis mis  mandamientos permaneceréis en mi Amor, lo mismo que YO he guardado los mandamientos de mi PADRE y permanezco en su  Amor” (Cf. Jn 15,10). “Amaos los unos a los otros como YO os he amado. Nadie tiene mayor Amor que  aquel  que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que YO os mando” (Cf. Jn 15,12-14).
Diez días de espera
Los cuarenta días señalados entre la Resurrección y la Ascensión nos recuerdan los cuarenta días de JESÚS en el desierto, que ofrecen sus semejanzas y diferencias: ambos periodos fueron de intensa experiencia religiosa, y constituyeron tiempos de preparación para la misión. La restauración del Reino de Israel está prevista por el PADRE, pero en un tiempo y modo distinto al que los discípulos pensaban (Cf. Hch 1,6) El Israel elegido iba a ensanchar sus fronteras, y por la evangelización se extendería por todas las regiones del orbe; (Cf. Hch 1,8). La empresa que los discípulos tenían por delante superaba las fuerzas de cualquier persona, incluso la más santa; y por eso debían aprender a pedir el ESPÍRITU SANTO, y a renovarse en ÉL de  manera permanente: “No salgáis de Jerusalén, hasta que seáis revestidos de la FUERZA  de lo ALTO” (Cf. Hch 1,4-5)... La Palabra muestra su autoridad cuando trasluce la bondad y la verdad que encierra.
Un grupo más amplio que el de los apóstoles permaneció en oración a la espera de la primera efusión del ESPÍRITU SANTO, que daría inicio a una realidad que sigue abriéndose paso entre nosotros después de más de veinte siglos. Los avatares de la historia y de la propia Iglesia ponen de relieve de manera sobrada, que la acción del ESPÍRITU SANTO está presente; y el SEÑOR sigue cumpliendo su promesa: YO estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.( Cf. Mt 28, 20).



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