José luís Nunes Martins
Parece que escogiste un lugar peor del que mereces. Te
agradezco que me aceptes y me ames, por tomar mi corazón como un buen lugar
para ti.
Tu presencia en mí es una fuente de paz y esperanza.
Desde que moras en mí, me siento más fuerte, valioso y feliz. Gracias por
dejarme elegirte y amarte, aunque yo no sea mejor que lo que he conseguido ser.
Tu fe en mí me lleva a creer que soy capaz de hacer todo
a partir de nada. Al final, Tú me elegiste y eso es una especie de milagro tremendo,
que me lleva a tener dudas que se fundan en todas las lógicas.
Cuando me siento amado – y tengo la certeza de que lo soy
todo el tiempo, aunque sean muchas las veces en que creo que no- aprovecho cada
momento y no me inquieto, porque sé no soy un yo, sino un nosotros.
El amor me hace renunciar y distanciar de cualquier
tiempo y lugar concreto. Vivo por encima y dentro de todo, no en la superficie -que
siempre son pasajeras. Cuando amo, soy un peregrino de camino a casa. Entre
desiertos, mares, ciudades y laberintos.
A lo largo de mis días, cuando estoy más lejos de Ti,
comprendo que los que están allí más cerca son, en verdad, los más distantes y
extraños… en esos momentos, siento la nostalgia que es la certeza de que los
que están lejos son los más próximos.
Lo que más importa no es lo que llega a mí, sino cómo yo
lo recibo. Y yo acepto, con los brazos bien abiertos, cada gesto y suspiro
tuyo, no por ser perfectos, sino por ser tuyos. Porque te admiro y quiero ser
mejor, como Tú.
Aunque vives en mi corazón, es en Ti y para Ti para quien
vivo
Tú eres mi casa.
Te amo, misterio y sentido de mi vida.
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